Garzón ni quita ni pone Rey, pero sirve a su señor
Garzón ni quita ni pone rey, pero sirve a su señor. Envuelto en la toga que teóricamente garantiza su neutralidad y su afán justiciero, Garzón cultiva simultáneamente dos de sus pasatiempos favoritos: el narcisismo casi onanista y la lucha incansable…