Lenguaraces

He recordado las palabras de Felipe González quien, en un curso de ESADE mostró su enojo con los«Optimistas profesionales y adanistas», brillante frase del genuino ex, para no citar a Zapatero; al revés que éste con el francés.
Creo que somos muchos los que estamos preocupados o muy preocupados con el lenguaje del relativismo en el que algo significa una cosa, o la contraria, o ninguna de las dos; así siempre se puede recular; en Europa en general, y en España en particular, ha habido y hay excelentes expertos en la materia; creo que han deconstruido tanto que sólo les debe faltar hacerlo con los artículos, pues el sujeto el verbo y el predicado ya no saben que predican; actualmente, y desde hace unos años, más de cinco, nos han venido otros expertos más jóvenes y lozanos, desde un Pepiño, a una de la Vega, un Lassalle con su liberalismo igualitario o Saénz de Santamaría con el liberalismo social; pero ha surgido una figura que enardece por lo que se le debe dar el título de Gran Maestro; aunque creo que no hace falta dárselo pues para eso está él, para auto-concedérselo.

Los que he citado y otros más que seguramente añadirán quienes me lean, tienen una ventaja nada ligera; sólo adoctrinan a los pastueños españoles que no se enteran de nada que no sea la imagen.

Pero nuestro Gran Maestro va haciendo chirigotas por esos mundos indigenistas, con graves resultados como «el de a estos se les puede dar de bofetadas pues, si se enteran, creerán que son gracietas que se hacen entre primeros ministros», tal cual confiesa el abofeteado en nuestra cara, y a quien le acarician su ego con ditirambos sobre su nuevo socialismo, progresismo y aliancismo sincrético; con lo cual sigue encantado de ser la encarnación del «cualquiera puede ser presidente de gobierno».

Les recomiendo leer completo este artículo de Ángel.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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11 comentarios

  1. Menuda idea mail¿tú has visto a la Beloki ésa? No se debe torturar a los presos. Al menos, no con tanta crueldad.

  2. (***). Matamos a nuestros hijos, contemplamos plácidamente como los que vienen a nuestro territorio con valores contrarios nos ganan en descendencia y fomentamos la procreación de los que nos ponen bombas y nos pegan tiros en la nuca. Definitivamente nuestra sociedad no es que esté enferma, es que se está suicidando…

  3. Se me ocurre que la podian poner a trabajar en los bis a bis de los presos comunes masculinos de su carcel.Hariamos una gran labor social ,sin riesgo de fuga y ahorrariamos pasta y tiempo.

  4. Y ya que va de caraduras, ¿me quiere explicar álguien dónde se piensa embarazar la Beloki? Con 47 años, ningún programa público la aceptaría. Esto es como la huelga de hambre del veinticinco veces asesino,

  5. No es prepotencia, eh. Es que guardo como oro en paño una carpeta de emails. Una vez se me ocurrió decirle a Visconti que estaba angustiado y,a vuelta de correo, sorpresa, tres páginas por las cuales habría pagado más de tres euros. A lo mejor hacen un libro con su blog.

  6. Hombre D. Luis, que yo hablaba de todo y de nada un poco. Esta es su casa, como si quiere publicar mis emails.

  7. Por mi abuso de confianza?

    La capacidad de poner en común información necesita de una condición previa: el discernimiento. Discernir entre lo que es información útil y chascarrillo no está al alcance de todos. Incluso, quienes «a veces» aciertan en la elección, caen víctimas de la precipitación en el direte infundado.
    Ahora bien, qué diablos es información? Y útil? No son esos dos conceptos indisolublemente ligados a la circunstancia?
    El saber es coyuntural, obviar esa máxima nos convierte en ignorantes. Unos por «utópicos», otros por «obsoletos».

    PS: qué hay de mi ruego? 😛

  8. En todas las relaciones sociales suele plantearse siempre “la cuestión de confianza”, pues siempre uno de los dos en relación tiene más información de primera mano que el otro, y éste no puede funcionar sino confiando en la fiabilidad de cómo el primero comunica con él, es decir, en que la información que la dé sea verdadera y toda la que el necesita.

    Puede confiar o no, pero nunca puede saber de primera mano lo mismo que por hipótesis sabe el otro (en el caso mas simple, por ejemplo, no puede saber sus intenciones, ni las circunstancias que le llevan a interactuar con él).

    Lo cual, que, evidentemente todas las transacciones sociales se paralizarían si se excluyese el factor de confianza y todos los actores sólo se determinasen a arriesgar en base a informaciones de primera mano.

    El dilema del prisionero, o sea: los dos poseen información de primera mano distinta, que el otro no posee, y ambos han de basarse en la confianza mutua y en su fiabilidad a los ojos del compañero de desgracia.

    Lo ideal seria que, fiándose cada uno del otro, eligieran aquellas posibilidades óptimas para los dos, pero nunca va a ser así, sino que los dos desconfiarán del otro, temerán ser engañados y tratarán de sacar el mayor partido posible de su propia información de primera mano.

    Con lo cual, la solución prácticamente “ótima” que siempre se producirá será aquella en la que ambos salen perdiendo proporcionalmente a lo que el otro obtiene, sin perder totalmente ninguno de los dos; a menos que una parte sea, sobre desconfiada, “roja”, “utópica” y gilipollas.

    En las relaciones human por muy amistosas que sean, y sobre todo las que median entre jovencitas y no tan jovencitos, o padres e hijos, políticos y “hooligans”, siempre quienes tienen mas información de primera mano exigirá del otro sumisión, para a continuación sacar el mayor partido posible de esa confianza. Eso es así.

    Los conflictos de intereses se resuelven reconociéndolos y conviniendo un lenguaje común, no abusando del diccionario o restando importancia a los propios intereses.

    PS.- D. Luis, ¡Me deja patitieso!

  9. Vale. Y ahora repase el comentario, cambie lo que crea que debe cambiar, si es que cree que debe cambiar algo. Avíseme cuando esté listo (quizá por e-mail) y rescato esto de los comentarios para hacer con ello una entrada. Por favor.

  10. Palabras como «utópico» calificando a «rojo» y a «Rodríguez» connota desarraigo e improvisación, pero es término esgrimido hoy por los suyos, igual que los de “progresista”, “igualitario”, etc. como si su atribución a una disposición legal, a una idea o a una actitud las convirtiesen automáticamente en acertadas e inmejorables; son una trampa verbal y narcisista, que puede conducir, en los suyos y suponiendo buena fe, a ilusiones falaces.

    Y cuando una política, como la actual, es cuando menos ingenua y desnortada –no sabe a dónde va, poniéndonos en el mejor de los casos-, puede justificar las decisiones más destructivas de “estepaís” con un barniz de creativa irresponsabilidad, improvisadora y oportunista.

    Estamos de vuelta del siglo XX, y ya se ha visto que la calidad utópica de un programa no lo hace inviable ni irrealizable, “sólo” exige amontonar cadáveres o, alternativamente, un cambio radical en la mentalidad y en las condiciones objetivas de vida en común de una sociedad mal fundada desde los comienzos, o cuya dinámica ha ido degradándose con los años…al igual que otras instituciones necesarias, pero convertidas hoy más en un impedimento de ciertos efectos deseables, que en un ayuda de promoción.

    Desgraciadamente, se ha dado una coincidencia asombrosa de estilos de actitud y de modos de proceder que delata una incapacidad generalizada en los grupos ideológicos heredados de los siglos XIX y XX para apreciar con serenidad las necesidades de la gente, establecer las prioridades adecuadas, expresarse sensatamente, sin alarmismos ni satanización, y dirigir el quehacer común con moderación y objetividad, como la “luces” de estos siglos permitían ya…

    …Pues no; en pleno siglo XXI se ve explotar el ciego apasionamiento romántico – en ambos campos- como si la razón hubiese abdicado de su poder rector y del puesto dominante que se le había atribuido en el siglo XVIII…

    ¿Regresión, o imposibilidad endémica a las masas, que viven de plagas emocionales, modas y vigencias, para ser ilustradas por la razón…?

    A algunos extrañará que el siglo de las ciencias y de la tecnología – posibilitado por unos dispendios de energía fósil sin precedentes, ojo… – haya sido el más intencionadamente mortífero y masivamente cruel de la edad “modelna” y desembocado en la pérdida de identidad occidental, en el desencanto, la flaccidez mental, la incapacidad para aprender por desinterés en muchos jóvenes y el vaciamiento generalizado de valores, para quedar todo su secreto ideal existencial en lucro, sexo y hasta violencia, como torpe expresión de una injustificada prepotencia. Yo ya estoy atando una sábana a un largo palo.

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