Hayan o no seguido la serie sobre Psicología Social de la Salud que he escrito para Desde el Exilio pueden leer esta entrevista a Wolfgang Stroebe, Psicólogo Social y de la Salud. Su trabajo en varios frentes pone de manifiesto algunas cuestiones de “vital” importancia: la realidad del sufrimiento como reverso del amor, la dificultad de emprender cambios en nuestros hábitos de salud derivadas de conflictos que se dan en nuestras mentes, campos de batalla de diversas emociones y cogniciones, conscientes e inconscientes, la relación entre personalidad y salud…..El Profesor Stroebe responde a varias preguntas que le hemos formulado comenzando por un reto enviado desde aquí por el médico evolucionista Randolph Nesse a la Psicología de la Salud. No me extenderé mucho, pues es él el protagonista, y porque bastante lo he hecho ya en la serie de Psicología Social de la Salud que les enlazo abajo del todo del post. Disfruten de la entrevista. Ah, y gracias a Barcepundit por poner en un correcto inglés las preguntas que enviamos a Stroebe.
Entrevista en castellano:
1.-Randolph Nesse, uno de los fundadores de la medicina evolucionista, nos dijo el otro día, cuando le mencionamos la psicología social de la salud, que no creía que el estrés afectara a la salud física tanto como lo hacen algunas personas. La psicología social de la salud, por supuesto, es mucho más que eso. ¿Podría usted decir a nuestros lectores en qué consiste el enfoque psicosocial para la salud, en términos generales?
Dado que Randolph Nesse no nombra a los colegas en los que está pensando, resulta difícil responder a la cuestión que plantea. Aunque el estrés es sólo una de las áreas de investigación en psicología social de la salud. Otra importante área es la del estudio de los comportamientos perjudiciales de salud (como por ejemplo, fumar, beber demasiado alcohol, comer en exceso, hacer poco ejercicio). Conviene recordar que las causas de muerte han cambiado drásticamente durante el último siglo. Mientras que en 1900 aproximadamente el 40% de todas las muertes se debieron a enfermedades infecciosas, siendo la neumonía y la gripe las primeras causas de muerte, hoy en día, en los países desarrollados, las principales causas de muerte son las enfermedades del corazón, el cáncer y otras enfermedades crónicas, estando el riesgo de contraer estas enfermedades (o de morir a causa de ellas) muy influenciado por los comportamientos perjudiciales para la salud. De acuerdo con algunas estimaciones, de las diez principales causas de muerte en los Estados Unidos, más del 40% es debido a patrones de comportamiento de salud perjudiciales que podrían cambiarse. Y tal como han demostrado las mejoras de salud resultantes de la exitosa guerra contra el tabaco, el cambio en estos comportamientos salva vidas. Y dado que el cambio del comportamiento de la gente ha sido siempre una de las principales áreas de investigación de los psicólogos sociales, su conocimiento experto es muy valioso para planificar intervenciones que reduzcan los riesgos en los comportamientos de salud.
2.-Por otro lado, y continuando con lo dicho por Nesse sobre el estrés, ¿qué efecto cree usted que tiene o puede tener éste en la salud de las personas?
El estrés psicológico puede afectar a la salud ya sea directamente a través de las respuestas endocrinas suscitadas por los estresores (por ejemplo, alteraciones el sistema inmunológico) o indirectamente a través de cambios en el comportamiento de las personas que se producen cuando tratan de lidiar con el estrés (por ejemplo, el aumento en el consumo de tabaco y alcohol y la disminución de ejercicio y el sueño). Hay evidencias empíricas de que vinculan los eventos estresantes de la vida no sólo al aumento de las depresiones mayores, sino también a las muertes por enfermedad cardiaca. Nuestro propio interés en las consecuencias para la salud del duelo por la muerte de la pareja fue provocado inicialmente por los resultados de los estudios que mostraban que en una minoría de los enviudados recientemente hubo un aumento sustancial en el riesgo de mortalidad en el primer año tras la muerte de su pareja.
3.-No cabe duda de que hay personalidades que predisponen al estrés más que otras. En su libro sobre la felicidad, el psicólogo evolucionista Daniel Nettle vincula una amígdala derecha del cerebro pequeña e hiperactiva al tipo de personalidad neurótico, y describió a las personas neuróticas como más propensas a sufrir estrés, describiendo asimismo a las personalidades de tipo, extrovertido como más capaces de manejar y lidiar con él. ¿Hay sentencias genéticas a ser infelices, temerosos, ansiosos y depresivos?
Hay sentencias genéticas a tener ojos azules o incluso a desarrollar ciertas enfermedades físicas, pero dudo que sentencias de este tipo existan en el área de la salud psicológica o del comportamiento. La suposición de que los genes causan las enfermedades han encontrado muy poco sustento en los trastornos psiquiátricos. Pese a haber algunas pruebas de la existencia de una relación entre un polimorfismo en el gen transportador de la serotonina y el neuroticismo, así como la depresión, los estudios sugieren que estos efectos son debidos a una interacción genético-ambiental. Por ejemplo, en un estudio longitudinal publicado en Science en el 2003, se descubrió que tener este polimorfismo incrementaba el riesgo de depresión después de acontecimientos estresantes en la vida.
Por lo que se refiere a los comportamientos saludables, existe una gran cantidad de pruebas de que el peso corporal está fuertemente influenciado por los genes. De hecho, la variación de origen genético se ha estimado en el 67%. Y, sin embargo, las personas que se alcanza el sobrepeso o la obesidad comen demasiado y realizan muy poco ejercicio. Esos dos comportamientos están bajo control voluntario para la mayoría de la gente. Así que ¿cómo encaja esto con la fuerte influencia genética? La influencia genética hace que sea más difícil para algunas personas el controlar su ingesta de alimentos o el hacer ejercicio, pero esto no significa que no puedan hacerlo de todos modos. En otras palabras, la influencia genética en estas áreas no es equivalente a la imposibilidad del control. Siempre hay fuertes efectos ambientales. Por ejemplo, el hecho de que las tasas de obesidad se hayan disparado en la mayoría de los países desarrollados desde la década de 1980 difícilmente puede haberse debido a un drástico cambio en los acervos genéticos, pero probablemente si se deba a factores ambientales como la disminución del precio de la comida rápida, a la producción industrial de alimentos, al aumento de tamaño de las raciones en las comidas, etc
Por tanto, mi respuesta a su primera pregunta sobre si hay sentencias genéticas para ser infeliz, temeroso, ansioso o depresivo es no. y factores genéticos de riesgo, pero no hay «sentencias».
También hay disposiciones de la personalidad que hacen que las personas sean menos vulnerables (factores protectores) y algunos que los hacen más vulnerables a los efectos del estrés. Uno de esos factores de protección se ha denominado «resistencia». Se compone de tres componentes, a saber, «Control» (la creencia de las personas de que pueden influir en los acontecimientos de sus vidas), «Compromiso» (el sentimiento de propósito y la participación en los eventos y actividades de su vida) y «Desafío» (Saber que los cambios en los acontecimientos de la vida también pueden ser positivos y una oportunidad para crecer). Hay evidencias de que la resistencia protege hasta cierto punto a los individuos frente a los deletéreos efectos de los acontecimientos de la vida. .
Se ha encontrado que una segunda variable de la personalidad que protege contra el estrés es el optimismo disposicional. Los optimistas verán a su alcance con mayor probabilidad que los pesimistas los resultados deseados, y en consecuencia serán más persistentes en sus intentos para lograr estos resultados. El optimismo no sólo reduce el estrés asociado con los eventos estresantes de la vida, sino que también parece amortiguar los efectos físicos del estrés vital sobre las personas. Los optimistas también es probable que se recuperen más rápido que los pesimistas de una operación quirúrgica importante.
Pero tanto resistencia como optimismo tienen una moderada correlación negativa con el neuroticismo (es decir, los individuos que puntúan alto en las medidas de resistencia y optimismo tienden a puntuar bajo en las medidas de neuroticismo), y por tanto los investigadores de la resistencia y el optimismo han sido criticados por haber mostrado simplemente que un bajo neuroticismo está relacionado con efectos positivos para la salud. Sin embargo, sabiendo que el pesimismo es un aspecto de la personalidad neurótica, no es tan sorprendente que las escalas de optimismo se correlacionen con el neuroticismo. La conclusión que uno debe extraer de ello es que hay cierto solapamiento entre estas medidas, lo que en cierto grado apunta a dimensiones de la personalidad relacionadas.Así pues, la respuesta a su pregunta acerca de si hay dimensiones de la personalidad que predisponen a las personas a experimentar estrés y sufrir más que otros, es sí.
4.-El psicólogo Daniel Kahneman ha resumido algunas de sus ideas centrales en su último libro Pensar rápido, Pensar Despacio. Habla en él de dos sistemas en nuestro cerebro. Usted tiene un enfoque igual respecto a los problemas que las personas tienen para adherirse a los hábitos saludables y evitar las acciones insanas. ¿Por qué es tan difícil perder peso, dejar de fumar, empezar a hacer ejercicio regularmente y beber con moderación?
A pesar de que las teorías del sistema dual están muy de moda en Psicología y en Economía del Comportamiento, no creo que necesitemos dos sistemas para explicar por qué es difícil cambiar los patrones de comportamiento que merman la salud. Permítanme usar el ejemplo de las personas que están crónicamente a dieta, un grupo con el que hemos hecho la mayor parte de nuestra investigación. Estas personas experimentan un conflicto entre dos objetivos deseables pero incompatibles, es decir, el objetivo de disfrutar de la comida sabrosa y la meta de bajar de peso o al menos no ganarlo. Mientras que el primer objetivo se puede lograr de inmediato y promete una satisfacción igualmente inmediata, alcanzar el segundo objetivo es incierto y un desafío a largo plazo. Aunque controlar del peso es el objetivo central de quien sigue una dieta crónica, el vivir en unos entornos ricos en alimentos hace que esté permanentemente expuesto a la promesa, el olor o la exhibición de comida sabrosa. A pesar de que en realidad no quiere pensar en comer estos alimentos, tales pensamientos acuden a su mente, e incluso comienza a salivar por el placer anticipado. También parece incapaz de tomar el control de su atención y prohibirse estos pensamientos. Como resultado, el objetivo del disfrute de comer comienza a inhibir el objetivo incompatible de control del peso y el dietista crónico podría sucumbir a la tentación.En nuestra investigación hemos demostrado que si se expone subliminalmente (es decir, tan breve que ni siquiera se ve un destello de luz) a los dietistas crónicos a las palabras de alimentos apetitosos (por ejemplo, hamburguesas, helados) y luego se mide el tiempo que tardan en reconocer palabras que hacen referencia a la dieta (por ejemplo; dieta, pérdida de peso), las personas que hacen dieta crónicas tardan más en reconocer estas palabras. Nuestra interpretación es que la exposición subliminal a las palabras de alimentos activan el objetivo del disfrute de comer, lo que lleva a la inhibición de los (incompatibles) pensamientos sobre la dieta, disminuyendo además su accesibilidad cognitiva. Esto es probablemente lo que ocurre cuando entramos en un restaurante determinado a comer sólo una ensalada, pero después de ver todo el alimento sabroso en la carta, se acaba por pedir una comida de tres platos.
5 -. ¿No cree que los modelos que vinculan las creencias, las actitudes y la autoeficacia en las conductas de salud son un constructo teórico que involucra a un hombre racional que toma decisiones bajo incertidumbre, siguiendo perfectamente medidos y valorados pros y contras, como el homo economicus de la economía neoclásica ? ¿No cree que en nuestro tiempo se está socavando la idea, dominante en la ciencia hasta hace poco, y que sigue estando muy extendida entre la población en general, de que el hombre es un animal racional?
Hay dos respuestas relacionadas con esta cuestión. Una de ellas ha sido tan bien formulada por el economista y ganador del Premio Nobel Gary Becker que no puedo resistirme a citarla (como yo lo hago en el primer capítulo de cada edición de mi libro de Psicología Social y Salud):
«La buena salud y una larga vida son objetivos importantes para la mayoría de las personas, pero seguramente no sea necesario más de un momento de reflexión para convencer a nadie de que no son el único objetivo. El enfoque económico implica que hay una expectativa de duración de vida «óptima», donde el valor de la utilidad de un año adicional es menor que la utilidad de antemano de dedicar tiempo y otros recursos para obtener dicho año.Por tanto, una persona puede ser una gran fumadora o tan comprometida con el trabajo cómo para omitir todo ejercicio, no necesariamente porque sea ignorante de las consecuencias o «incapaz» de utilizar la información que posee, sino porque por la vida perdida no vale la pena el costo de dejar de fumar o de trabajar con menor intensidad. . . De acuerdo con el enfoque económico, en consecuencia, la mayoría (¡si no todas!) de las muertes son hasta cierto punto «suicidios”, en el sentido de que podrían haber sido aplazadas si se hubieran invertido más recursos en prolongar la vida». (La aproximación económica al comportamiento humano, 1976, p. 10/11).
La segunda respuesta (relacionada con mi respuesta a la pregunta anterior y con el análisis de Becker) es que nuestra conducta está determinada por aquellos objetivos que se hallan en la parte superior de nuestra mente (o, como dicen los psicólogos cognitivos, más cognitivamente accesibles).Y el problema es que tanto los estímulos internos como los ambientales, de forma continua (y sin que seamos conscientes de ello) activan objetivos que son incompatibles con el objetivo de comprometerse en un comportamiento saludable. A pesar de que somos muy conscientes cuando sucumbimos a alguna tentación, ya sea la bebida extra, la comida alta en calorías, o el cigarrillo prohibido, generalmente no sabemos por qué sucumbimos. Hay una gran cantidad de investigación experimental que apoya esta suposición, pero me encanta ilustrarla con una experiencia de mi hija, que se mudó a un nuevo apartamento cuando quedó embarazada. Cuando la visité, se quejó de que desde que había quedado embarazada tenía unas permanentes ganas de comer hamburguesas, un alimento que por lo general evita. Dado que se ha escrito mucho sobre la tentación de comida de las mujeres embarazadas, lo primero que hice fue aceptar este como otro ejemplo. Pero entonces miré por la ventana de su sala de estar y en la distancia no muy lejos vi un gran cartel con los arcos dorados (que anunciaba un restaurante de hamburguesas McDonald). Ella nunca se había dado cuenta de este cartel. A partir de aquello se mudó a una nueva casa sin una hamburguesería a la vista. Está embarazada de nuevo, pero nunca experimenta la necesidad de comer hamburguesas.
6.-La pérdida de un ser querido es uno de los mayores traumas que una persona puede sufrir. Ver la propia muerte de cerca, el mayor. ¿Podría usted, que ha estudiado en profundidad la psicología del duelo y la muerte, decirnos cómo podemos hacer frente a la muerte de un ser querido, cómo podemos hacer frente a nuestra propia muerte? ¿Puede decirnos algo reconfortante?
Por desgracia, no. Como alguien dijo una vez, el dolor es el precio que pagamos por el amor. No hay balas de plata o tratamientos milagrosos. La pérdida de un compañero, un hijo, un padre u otro ser querido es una de las experiencias más dolorosas en la vida de las personas. La mayoría de los afligidos sufren terriblemente, pero la mayoría también son capaces de hacer frente a la pérdida a largo plazo, sin experimentar un deterioro permanente de la salud física o psicológica. Aunque mucha gente diga que nunca lo superará, uno acaba por hacerse a ello. Y, a menos que haya complicaciones en el proceso de duelo (por ejemplo, desviaciones en su evolución temporal, su intensidad o ambos), las personas afligidas por lo general no se benefician de asesoramiento o ayuda de otro profesional para superar la pérdida de la persona amada. Pero si hay dolorosas complicaciones (como el sufrimiento relacionado con la depresión o los trastornos post-traumáticos), entonces una terapia para el duelo puede ser muy útil.
7.-Desde una perspectiva evolucionista, uno no puede dejar de preguntarse cómo podría haber evolucionado un mecanismo como el sufrimiento, o cuando nos dimos cuenta de nuestra finitud. En cuanto a nuestro pasado evolutivo: ¿qué es lo que ve?
Desde una perspectiva evolucionista, el sufrimiento es el efecto secundario de los mecanismos que aumentan la probabilidad de supervivencia para todos los animales sociales, a saber: el apego y las reacciones del espectro del sufrimiento con las que los primates y los niños pequeños responden a la separación de las figuras de apego (es decir, figuras maternas). Fue el psiquiatra británico John Bowlby, quien señaló que estas respuestas tienen raíces biológicas. Es posible que una reacción adversa a la separación aumente las posibilidades de supervivencia de los animales que viven en manadas, ya que los depredadores tienden a atacar a los animales que por alguna razón están separados de su manada. Dado que no puedo expresarlo mejor que John Bowlby, te daré una cita de su pequeño volumen clásico «La formación y ruptura de los vínculos afectivos«:
«En la naturaleza, perder contacto con el grupo familiar inmediato es extremadamente peligroso, especialmente para los jóvenes .Es por consiguiente en interés tanto de la seguridad individual como de la reproducción de la especie que debiera haber fuertes lazos que aten juntos a los miembros de una familia ..: y esto requiere que toda separación, por breve que sea, debe ser respondida con un inmediato, automático y fuerte esfuerzo tanto para recuperar a la familia, especialmente el miembro con quien el apego es mayor, como para desalentar a ese miembro de irse de nuevo. Por estas razones se sugiere que los determinantes hereditarios del comportamiento han evolucionado de tal manera que la respuesta estándar a la pérdida de algún ser querido sea siempre movernos a recuperarle y a regañarle. «(1979, pág. 53).
8.-¿En qué trabaja ahora?
Mi principal línea de investigación en este momento es la autorregulación en la alimentación. Hemos desarrollado un modelo de conflicto de objetivos de la alimentación que nos ayuda a explicar por qué las personas que hacen dieta crónicamente fallan tan a menudo en sus intentos de perder peso. Después de todo, a pesar de que las personas logran bajar de peso a través de las dietas, la mayoría de ellos lo recuperan en unos pocos años después de dejar de hacerlas. Sin embargo, hemos identificado a un grupo de personas que hacen dieta crónica con éxito y estamos tratando de descubrir cómo se las arreglan para ser capaces de controlar su peso. Una vez hayamos averiguado esto, podríamos enseñar a las personas que hacen dieta crónica sin éxito la forma de tenerlo.
También sigo investigando sobre el duelo (junto con mi esposa Margaret Stroebe). Hemos estudiado cómo los padres que han perdido un niño se las arreglan para hacer frente a esa terrible pérdida, y hemos analizado la influencia mutua que tienen el uno en el otro con sus diferentes estilos de afrontamiento.
Por último, también sigo una línea de investigación muy diferente, a saber, la de los efectos de la publicidad subliminal en la elección de marcas de productos. La publicidad subliminal generó una gran revuelo a finales de 1950, cuando James Vicary, un investigador de la publicidad, afirmó que había aumentado las ventas de Coca-Cola y palomitas de maíz en un cine, repitiendo intermitentemente, en varias ocasiones, los mensajes «Beba Coca-Cola» y «Coma Palomitas», en una exposición muy corto de 3 milisegundos durante una película. Si bien esto resultó ser un engaño, podemos demostrar en nuestra investigación que estos mensajes subliminales pueden influir en la elección de las marcas de la bebida, pero sólo para las personas que tengan sed y sólo para las marcas, que gustan, pero no para las decisiones regulares de un individuo. La explicación es que las “impresiones” subliminales (nosotros las hacemos de 23 milisegundos, pues con 3 milisegundos probablemente no funcionara) llevan el nombre de la bebida a la parte superior de la mente a los participantes y de este modo influyen en su elección, si tienen sed. Si su bebida habitual estuviera en la parte alta de sus mentes de todos modos, el cebado subliminal no tendría ningún efecto.
Entrevista en inglés:
1.-Randolph Nesse, one of the founders of evolutionary medicine, told us the other day, when I mentioned the social psychology of health, that he doesn’t believe stress affects physical health as much as some people do. The social psychology of health, of course, is much more than that. Could you tell our readers what does the psychosocial approach to health involve, broadly speaking?
Since Randolph Nesse does not name the colleagues he is thinking of, this question is difficult to answer. But stress is only one of the areas of psychosocial health research. Another important area is the study of health impairing behaviour (e.g., smoking, drinking too much alcohol, eating too much, exercising too little). We have to remember that causes of death have changed dramatically during the last century. Whereas in 1900 approximately 40% of all deaths were due to infectious diseases and pneumonia and influenza were the number 1 cause of death, the main causes of death in developed countries these days are heart disease, cancers and other chronic diseases and the risk of getting these disease (or dying from them) is greatly influenced by health impairing behaviour. According to some estimates more than 40% of mortality from the 10 leading causes of death in the United States is due to health impairing behaviour patterns that could be changed. And as the health improvements as a result of the successful war on smoking have demonstrated, changing these behaviours saves life. And since changing people’s behaviour has always been one of the major research areas of social psychologists, their expert knowledge is invaluable for planning interventions that reduce behavioural health risks.
2.-On the other hand, continuing with what was said by Nesse on stress, what effect do you think stress has or may have on people’s health?
Psychological stress can affect health either directly through stressor-elicited endocrine responses (e.g., impairing the immune system) or indirectly through behavioural changes that occur when people try to cope with stress (e.g., increase in smoking and alcohol consumption, decrease in exercise and sleep). There is empirical evidence that link stressful life events not only to increases in major depressions but also deaths from coronary heart disease. Our own interest in the health consequences of marital bereavement was initially sparked by findings of studies that showed that a minority of recently bereaved had a substantial increase in mortality risk in the first year following the death of their partner.
3.-No doubt there are personalities that predispose to stress more than others. In his book on happiness, the evolutionary psychologist Daniel Nettle linked neurotic type to small and hyperactive right amygdala, and described it as more likely to suffer from stress; also, described the more extraverted type as being able to manage and cope with it. Are there genetic sentences to be unhappy, fearful, anxious and depressed?
There are genetic sentences to have blue eyes or even to develop certain physical illnesses, but I doubt that such sentences exist in the area of behavioural or psychological health. The assumption that genes cause disease has found little support for psychiatric disorders. Even though there is some evidence of an association between a polymorphism in the serotonin transporter gene and both neuroticism and depression, these studies suggest that these effects are due to an environment-gene interaction. For example, in one longitudinal study published in Science in 2003, this polymorphism was found to increase the risk of depression following stressful life events.
With regard to health behaviour, there is a great deal of evidence that body weight is strongly influenced by genes. In fact the genetic variance has been estimated at 67%. And yet, people, who become overweight or obese eat too much and exercise to little. Both of these behaviours are under voluntary control for most people. So how does this fit with the strong genetic influence. The genetic influence makes it more difficult for some people to control their food intake or to exercise, but this does not mean that they cannot do it anyway. In other words, genetic influence in these areas is not equivalent with uncontrollability. There are always strong environmental effects. For example, the fact that obesity rates have been skyrocketing in most developed countries since the 1980 can hardly have been do to a dramatic change in gene pools, but is probably due to such environmental factors price decreases of fast food, due to industrial production, increased portion sizes, etc.
Thus, my answer to your first question whether there are genetic sentences to be unhappy, fearful, anxious or depressed is no. There are genetic risk factors, but no “sentences”.
There are also personality dispositions that make people less vulnerable (protective factors) and some that make them more vulnerable towards stress effects. One of those protective factors has been called “hardiness”. It consists of three components, namely “control” (people’s beliefs that they can influence events in their lifes), “commitment” (people’s sense of purpose and involvement in the events and activities of their lives) and “challenge” (knowing that change in from of life events can also be positive and an opportunity for growth). There is evidence that hardiness to some extent protects individuals against the deleterious effects of life events. A second personality variable that has been found to be protective against stress is dispositional optimism. Optimists will be more likely than pessimists to see desired outcomes within their reach and are therefore more persistent in their attempts to attain these outcomes. Optimism not only reduces the distress associated with stressful life events, but also appears to buffer individuals against the physical effects of life stress. Optimists are also likely to recover faster than pessimists from major surgery. But both hardiness and optimism are moderately negatively correlated with neuroticism (i.e., individuals, who score high on measures of hardiness or optimism tend to score low on measures of neuroticism). Hardiness and optimism researchers have therefore been criticized for merely showing that low neuroticism is related to positive health effects. However since pessimism is one aspect of the neurotic personality, it is not so surprising that optimism scales are correlated with neuroticism. The conclusion one has to draw from it is that there is some overlap between these measures, that is that to some extent to tap related personality dimensions.
Thus, the answer your question about whether there are personality dimensions that predispose people to experience stress and suffer from it more than others, is yes.
4.-The psychologist Daniel Kahneman has summarized some of its core ideas in his latest book Thinking Fast and Slow He talks about two systems in our brain. Your approach to the problems that people have to stick to healthy habits and avoid the insane shares the same approach. Why is it so difficult to lose weight, quitting smoking, start doing regular exercise and drinking moderately?
Even though dual system theories have become very fashionable in psychology and behavioural economics, I do not believe that we need two systems to explain why it is difficult to change health-impairing behaviour patterns. Let me use the example of chronic dieters, a group with which we have done most of our research. These people experience a conflict between two desirable but incompatible goals, namely the goal to enjoy palatable food and the goal to lose weight or at least not to gain it. Whereas the first goal can be achieved immediately and promises immediate satisfaction, reaching the second goal is uncertain and a long-term endeavour. Although weight control is the focal goal of chronic dieters, living in food-rich environments they are permanently exposed to the promise, smell or display of palatable food. Even though they do not really want to think about eating this food, such thoughts come to their minds, and they even begin to salivate in anticipated pleasure. They also seem unable to pull their attention and to ban these thoughts. As a result, the eating enjoyment goal begins to inhibit the incompatible goal of weight control and chronic dieters might succumb to the temptation. We have shown in our research that if we expose chronic dieters subliminally (i.e., so briefly that they do not even see a light flash) to palatable food words (e.g., hamburger, ice cream) and then measure how long they take to recognize words referring to dieting (e.g., diet, weight loss) chronic dieters take longer to recognize these words. Our interpretation is that subliminal exposure to these food words triggers the goal of eating enjoyment, which results in the inhibition of (incompatible) dieting thoughts and decreases their cognitive accessibility. This is probably what happens when we enter a restaurant determined to eat only a salad, but after reading about all the tasty food on offer, we end up ordering a three course meal.
5 .- Don’t you think that models linking beliefs, attitudes and self-efficacy to health behaviors are a theoretical construct that involves a rational man making decisions under uncertainty, following perfectly measured and valued pros and cons, as homo economicus of neoclassical economics? Don’t you think our times are undermining the idea, dominant in science until recently, and still widespread among the population in general, that man is a rational animal?
There are two related answers to this question. One has been so well formulated by the economist and Nobel Award winner Gary Becker that I cannot resist citing it (as I do in the first chapter of every edition of my social psychology and health book):
“Good health and a long life are important aims of most persons, but surely no more than a moment’s reflection is necessary to convince anyone that they are not the only aim. The economic approach implies that there is an ‘optimal’ expected length of life, where the value in utility of an additional year is less than the utility foregone by using time and other resources to obtain that year. Therefore, a person may be a heavy smoker or so committed to work as to omit all exercise, not necessarily because he is ignorant of the consequences or ‘incapable’ of using the information he possesses, but because the lifespan forfeited is not worth the cost to him of quitting smoking or working less intensively . . . According to the economic approach therefore, most (if not all!) deaths are to some extent ‘suicides’ in the sense that they could have been postponed if more resources had been invested in prolonging life.” (The economic approach to human behavior, 1976, p. 10/11).
The second answer (related to my answer to the previous question and to Becker´s analysis) is that our behaviour is determined by those goals, which are at the top of our mind (or as cognitive psychologists say, most cognitively accessible). And the problem is that both internal and environmental stimuli continuously (and without our awareness) trigger goals that are incompatible with goal of engaging in healthy behaviour. Although we are quite aware when we succumb to some temptation, be it the extra drink, the high calorie food or the forbidden cigarette, we often do not know why we succumbed. There is a great deal of experimental research to support this assumption but I love to illustrate it with an experience of my daughter, who had moved into a new apartment just as she became pregnant. When I visited, she complained that since she had become pregnant, she permanently felt like eating hamburgers, a food she usually avoids. Since much is written about food urges of pregnant women, I first accepted this as another example. But then I looked out of the window of her living room and in the not too far distance saw a big sign of the golden arches (indicating a McDonald Hamburger restaurant). She had never realized this sign. Since then she has moved to a new house with no hamburger place in the sight. She is pregnant again but never experiences the urge to eat hamburgers.
6.-Losing a loved one is one of the greatest traumas that an individual can suffer. To view one’s death more closely, the greatest one. Could you, who have in-depth study of the psychology of grief and death, tell us how to cope with the death of a loved one, how to face our own death? Can you say something comforting?
Unfortunately, I cannot. As somebody once said, grief is the price we pay for love. There are no silver bullets or miracle treatments. Losing a partner, a child, a parent or another loved one is one of the most painful experiences in people’s lives. Most bereaved suffer terribly, but the majority is also able cope in the long run without experiencing permanent physical or psychological health impairment. Although many people say that you never get over it, you just get used to it. And unless there are complications in the grieving process (e.g., deviations in time course, intensity or both), bereaved individuals do not typically benefit from counseling or other professional help to get over the loss of the loved person. But if there are grief complications such as grief-related depression or post-traumatic disorders) then grief therapy can be helpful.
7.-From an evolutionary perspective one can not help but wonder how could evolve a mechanism such as grief, or when we became aware of our finitude. Looking at our evolutionary past: what do you see?
From an evolutionary perspective, grief is the side-effect of mechanisms that increase the chance of survival for all social animals, namely attachment and the grief-like reactions with which both primates and small children respond to separation from attachment figures (i.e., mother figures). It was the British psychiatrist John Bowlby, who pointed out that these responses have biological roots. It is plausible that an aversive reaction to separation would increase the survival chances of animals that live in herds, since predators tend to attack animals that for some reason seprated from their herd. Since I cannot say it better than John Bowlby, I give you a quote from his classic little volume “The making and breaking of affectional bonds”: “In the wild to lose contact with the immediate family group is extremely dangerous, especially for the young. It is therefore in the interest of both individual safety and species reproduction that there should be strong bonds tying together the members of a family..: and this requires that every separation, however brief, should be responded to by an immediate, automatic and strong effort both to recover the family, especially the member to whom attachment is closes, and to discourage that member from going away again. For this reasons, it is suggested, the inherited determinants of behaviour.. have evolved in such a way that the strandard response to loss of a loved persons are always urges to recover them and scold them.”(1979, p. 53) .
8.-What are you now working on?
My main line of research at the moment is the self-regulation of eating. We have developed a goal conflict model of eating, which helps us to explain, why chronic dieters fail so often in their attempts at losing weight. After all, even though people manage to lose weight through dieting, most of them regain it within a few years after they stopped dieting. However, we identified a group of successful chronic dieters and we are trying to discover, how they manage to be able to control their weight. Once we have found this out, we would be able to teach unsuccessful chronic dieters, how to become successful.
I am also still doing research on bereavement (jointly with my wife Margaret Stroebe). We have studied how parents, who have lost a child, manage to cope with this terrible loss and have looked at the mutual influence they have on each other with their different styles of coping.
Finally, I also pursue a very different research line, namely the effects of subliminal advertising on choice of brands of products. Subliminal advertising created quite a wave in the late 1950, when James Vicary, an advertising researcher claimed that he had increased sales of CocaCola and Popcorn in a Cinema by repeatedly flashing the message “Drink CocaCola” and “Eat Popcorn” at the very short exposure of 3 milliseconds during a film. While this turned out to be a hoax, we can show in our research that such subliminal messages can influence the choice of brands of drink, but only for people who are thirsty and only for brands, which are liked, but not the regular choice of an individual. The explanation is that such subliminal primes (we prime at 23 milliseconds. 3 millisecond would probably not work) bring the drink name to the top of participants mind and thus influence their choice, if they are thirsty. Since their habitual drink is at the tope of their minds anyway, subliminal priming would not have any effect.
No he seguido la serie, pero me ha parecido una entrevista bastante interesante. Saludos