El sábado estuve en el congreso constituyente de Sociedad Civil y Democracia (SCD), el partido del que Mario Conde es ya oficialmente Presidente (¿alguien lo dudaba?). Ha sido la puesta de largo de la que salen además un comité ejecutivo, y los estatutos definitivos que rigen el funcionamiento del partido.
Normalmente cuando voy a eventos de los que sé que voy a escribir una reseña, suelo tomar notas, apuntar algunas impresiones y cuando menos confeccionar un breve esquema de lo que se dice. No ha sido el caso esta vez, pero no creo que sea necesario en tanto que poco nuevo se añadió allí que no estuviera ya sobre la mesa de su Manifiesto Programático. Además las sensaciones generales no me hace falta tenerlas anotadas para poder transcribirlas.
—
Empiezo por las sensaciones. Tuve la impresión de que la audiencia, en contra de lo que yo pensaba, era bastante heterogénea tanto en edad como en estética. No faltaba el típico pijo engominado, pero no eran ni de lejos mayoría, lo cual tiene cierta lógica dado que muchos de ellos han «evolucionado» ya hacia el gafapastismo de pañuelo palestino y chapa de Greenpeace, y reniegan avergonzados de sus ancestros. Se puede decir que se trataba de un público que no respondía a ningún estereotipo evidente, y que poco se podría diferenciar de un congreso del PP, del PSOE, o incluso con reparos, de Izquierda Unida… de hecho había algún que otro personaje de corte perrofláutico. Por situarnos, podría haber sido una muestra perfecta de ciudadanos indignados que no comulgan con el 15M, el 25S ni ninguno de estos movimientos de corte más, digamos, adolescente.
Siguiendo con los aspectos estéticos, la puesta en escena fue sobria, sin artificios ni efectos especiales, en resumen una escenografía austera y un cartel de teloneros que no hacían (ni pretendían hacer) sombra a la estrella del congreso, todo ello ambientado con una música tirando a macarra (ZZ Top y Springsteen a toda mecha), quizá como guiño a la generación X -que supuestamente es la generación hoy dominante.
—
La característica principal del nuevo partido, que es a la vez su piedra filosofal y talón de Aquiles, es el propio Mario Conde. Sin él SCD probablemente no hubiera visto nunca la luz, pero con el al frente del Partido, los adversarios integrados en el sistema (todos los partidos con representación en el congreso) tienen el esparring perfecto sobre el que ensayar todo su repertorio de golpes bajos, y dado su pasado no necesitan ni siquiera disimular.
Por lo que a mi respecta, como ya dije, el pasado de Mario Conde pasado es, y ha pagado por el a pulso cosa que por cierto no pueden decir muchos de nuestros dirigentes actuales, algunos de ellos con delitos muchos más graves (traición, terrorismo de Estado, prevaricación dolosa y reincidente…). Por tanto creo que es una crítica poco consistente como tal, y que puestos a reprochar algo sobre el liderazgo de Mario Conde, el acento se debería poner en el excesivo personalismo de la propuesta, el gran riesgo que supone jugarse el liderazgo del partido al protagonismo de una sola persona, sea esta cual sea. Es un defecto por cierto también compartido con UPyD y Ciudadanos, y que creo que pagarán por el tarde o temprano todos ellos.
El otro punto flaco de SCD es su transversalidad, un concepto que siendo en esencia una virtud, se convierte en un ingrediente nocivo en política: no se puede agradar a todo el mundo, y los votos que se ganen por un flanco, crearán irremediablemente una hemorragia de electores y simpatizantes por el otro. Aunque a juzgar por el caso de otros partidos emergentes (Ciudadanos) o ya emergidos (UPyD) que sufren del mismo defecto, no parece que esto haya afectando a su hucha de votos, de hecho todo apunta a que han ido ganando electores poco a poco a costa de la fuga de electores de los partidos mayoritarios. Pero esto no es más que un reflejo de que muchísima gente está hasta los mismísimos hombros del PPSOE, y el cómo se van a configurar las mayorías en el futuro es un auténtico misterio, aunque todo pinta que la hegemonía de los partidos mayoritarios puede implosionar en sucesivas elecciones. Quizá si surgen varios partidos del tipo de SCD, cada uno centrado en su sector sociológico correspondiente, al menos nos evitaremos el bochorno de ver a líderes socialistas que son apoyados por medios liberales, conservadores con discursos ambivalentes en asuntos tan delicados como el aborto, y demás cortejos imposibles entre políticos y votantes.
—
¿No hay motivos para la esperanza entonces? Pues depende cómo se lo tome cada uno, si esperas un partido que se amolde a una ideología clara y diáfana, la tuya propia, pues me temo que SCD no va a cumplir tus expectativas Pero si piensas que un partido cuyo objetivo principal y posiblemente único, es derribar el sistema actual desde dentro, y crear un nuevo marco constitucional que sustituya al averiado sistema vigente, puede ser fundamental en estos convulsos momentos, entonces probablemente en SCD tengas un hueco en el que incluso tu voz pueda ser escuchada.
Creo que Mario Conde se ha rodeado de un equipo competente y verdaderamente comprometido con los principios del partido, por una gente que me consta conoce muy bien cuales son los problemas sistémicos más acuciantes, y con ideas sobre las que debatir para solucionar los principales problemas del engranaje político español: el modelo territorial, la estructura del Estado, la separación de poderes, la ley electoral, los mecanismos de participación de la ciudadanía en la vida política, etc…
Algunas de esas reformas se recogen en la Ponencia de Acción Política, que se puede leer aquí. Creo que representan bastante bien muchas de las inquietudes políticas que mucha gente esperaba ver defender al PSOE pre-Zapatero, y al PP de Rajoy, partidos de los que ya nadie duda que no pueden ser instrumentos de solución porque son precisamente el origen del problema (Por cierto la ponencia está abierta a enmiendas por parte de cualquier ciudadano mediante correo electrónico. Incluso cualquier idea sensata que se proponga en este hilo se puede hacer llegar a los responsables, están abiertos a ello).
En lo que a mi respecta ni salí con el carnet de afiliado, ni creo que de el paso en el futuro… soy demasiado inconformista y contestatario para tener encaje en ningún partido. Pero al menos intentaré no caer en la crítica fácil, y desde luego cuentan con mis simpatías y mis deseos de que el partido se asiente en la escena política española a la que puede colaborar a dignificar.
—
Lo mejor del congreso fueron sin duda las cañas y el almuerzo después del evento, con un cartel de lujo con representantes de Plaza Moyua y Desde el Exilio, más dos piezas fundamentales del incipiente aparato de SCD: Juan Espino, recién nombrado miembro del comité ejecutivo (al que reitero mis felicitaciones), y Octavio, habitual comentarista y articulista en Plaza Moyua, ambos principales hacedores de la Ponencia de Estatutos. Toda una garantía ambos, de que entre bambalinas se mueven personas con ideas claras y que detestan la decadencia del sistema tanto como yo.
—
—
Y por último un par de reflexiones rápidas.
– Las elecciones en Galicia son vitales para el partido, pueden ser o un amplificador o un sumidero de las ilusiones generadas en este primer congreso. También pueden ser la llave que permita la reelección de Feijoo o la puntilla al modo de UPyD asturiano, que lleve al PSOE al gobierno en coalición con un gazpacho de izquierdas y nacionalistas que significaría una (otra) involución en aquellas tierras, algo que no creo que le perdonaran muchos de sus simpatizantes en el resto de España. Difícil encrucijada.
– Queridos liberales, no esperéis de este partido una opción liberal, no lo es y no tiene voluntad de serlo. No se dijo una sola palabra de Economía en este Congreso, y creo que no se deben esperar avances en esa dirección. Los objetivos de este partido y su ADN no son compatibles con los presupuestos de la ortodoxia liberal. Qué le vamos a hacer.
—
(Y este enlace, por si alguien quiere leer la crónica del evento desde el punto de vista del propio protagonista)
—
Este artículo ha sido publicado simultáneamente en este blog, en No me seas Progre y en PlazaMoyua. Si le ha gustado el artículo y le gustan los contenidos de «Desde el exilio» no dude en votarnos (en estos momentos DEE es el sexto blog más votado, gracias!!):
Me fiaría de un tipo como Mario Conde, si en vez de pretender vivir de la política, antes se hubiera dedicado a montar un proyecto empresarial exitoso.
Dicho de otra manera: si un día Amancio Ortega decidiera dedicarse a la política, podría contar con mi voto. El que no va a contar jamás con mi voto ni con mi apoyo es Mario Conde, sencillamente porque aunque diga cosas en principio sensatas, no me fio de él: no sé de qué vive desde lo de Banesto y con él me pasa lo mismo que con Ruiz Mateos: siempre va de víctima del poder, pero lo cierto y verdad es que las únicas víctimas indudables de ambos son la gente que les ha confiado su dinero.
Hola pvl
Creo que después de salir de la cárcel se hizo con unas fincas que ahora explota… ¿agricultor?… psá puede ser. También escribe libros, mantiene algunas propiedades, posiblemente tenga participaciones en algún medio de comunicación, da conferencias… sinceramente dudo que tenga problemas para llegar a fin de mes, o de que necesite (volver a) robar para llevar la supuesta vida semi-mística que dice que lleva.
De todas maneras no creo que sean muy relevantes sus actividades profesionales, e incluso quizá tenga otras facetas oscuras que pueden ser más sospechosas ¿es masón? ¿tiene vínculos con el Opus Dei?… Ni idea, pero si estoy de acuerdo que pesan muchas losas sobre su pasado, más que sobre su presente, y que la verdadera prueba de fuego de SCD será cuando Mario Conde pase a un segundo o tercer plano… pero primero tienen que asentarse en el circo político actual, y el asunto no es fácil. Veremos.
Hola de nuevo Eclectikus:
Yo lo 1º que me pregunto siempre de cualquiera qué me pide algo es de qué vive. Si es un vendedor me gusta saber que lo es, y si es un predicador también.
Precisamente para no confundirlos, cosa bastante fácil, sobre todo en el mundo de la política.
Y coincido contigo en que lo tienen difícil para asentarse en el panorama político. Quizás sean mis propios prejuicios y desconfianza en el personaje, pero sinceramente el Sr. Conde no me parece el mejor cartel electoral para regenerar nuestro sistema político.
En cualquier caso, por supuesto tiene todo el derecho del mundo de intentarlo, como cualquier otro ciudadano español legalmente capacitado.
Creo que esa duda es legítima, aunque como digo no me parece relevante en el caso de Mario Conde, en el comentario te he puesto varias posibles respuestas que en realidad se resumen en una: Mario Conde es millonario, no necesita una actividad de nueve a cinco para justificar ingresos.
¿Que puede despertar prejuicios y desconfianzas? Totalmente de acuerdo, y también pienso que son legítimos dado el pasado y el perfil del personaje. Pero hay un aspecto que he intentado recalcar en el artículo, la influencia intelectual de Mario Conde en el proyecto es cercana a cero. Se ha limitado a poner la cara, y seguramente una buena parte de la pasta. En mi opinión se debería haber limitado a esta segunda faceta, pero supongo que han sopesado pros y contras y han decidido arriesgarse y utilizar también su tirón mediático.
Evidentemente mucha gente va a desconfiar de la opción solo con verle la cara, y me parece bien aunque no lo comparto del todo… pero insisto, lo importante son las propuestas y la honradez de quién las hace, no del que las representa cara al público. O sea, que para dar una oportunidad al proyecto, se debe considerar a Mario Conde como lo que yo creo que es en el grueso del proyecto: un productor ejecutivo en tareas comerciales, si no fuera por esta faceta comercial, ni le veríamos la cara.
Mario Conde es uno de los terratenientes españoles que se ha hecho con unas buenas rentas a costa de las subvenciones del PAC de la UE (ayudas a la agricultura).
Las ideas económicas de Mario Conde me recuerdan a las de la Falange.
Mario Conde se cree como otros muchos que la culpa de la crisis es de unos banqueros malvados y en el fondo no cuestiona el Estado del bienestar. Que sí que el sistema está podrido pero no se puede arreglar algo que no puede funcionar.
Qué jodío… de eso no dijo nada. Pues otro flanco por donde atacar a Conde, seguro que le salen más. Marlaska anda en ello, y seguro que no es el único.
http://www.tiempodehoy.com/espana/adios-a-las-subvenciones-de-los-ricos