Un ejercicio para legos con el que se puede entender de qué hablan cuando hablan del «calentamiento global».
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Clavivs nos presentaba ayer, en PlazaMoyúa, la visión que podríamos llamar “no cafre” sobre el calentamiento global, desde el punto de vista favorable a la tesis del IPCC. Y desde el punto de vista de alguien técnicamente competente. Explicaba sus …
De lo que ponía entre la entrada y los comentarios posteriores, voy a intentar darle una cocción a un par de cosas. Incertidumbre de los datos, y una razonable relación entra la subida del CO2 y la subida de temperatura, si se mira en períodos superiores a 30 años.
También quiero preguntarme lo que todo el mundo parece olvidar. Debería ser la pregunta previa ante cualquier problema, a poco que uno tenga un resto de sano escepticismo. Y es: ¿lo que observamos (medimos) nos da algún motivo para pensar en un problema? O dicho de otra forma, ¿es un asunto del que merece la pena ocuparse?
Para ello voy a usar el dato más largo de temperatura fiable que existe. Podemos pensar que tiene muchas o pocas incertidumbres. Pero si no nos fiamos de esta serie, entonces ni siquiera deberíamos de hablar del calentamiento global, por falta de datos. Se trata del CET, (Central England Temperatures), que es el registro de temperatura mejor estudiado. Se supone que se la han hecho todas las correcciones posibles y necesarias, y todos los chequeos imaginables. También es el registro regional de temperaturas más largo que existe, desde 1659. Y por su localización, rodeado de Atlántico Norte, y en una latitud media, se supone que es una representación muy buena de la variación de temperatura del hemisferio norte. De hecho, la mejor.
Los datos los mantiene el Met Office, nada sospechoso de negacionismo del calentamiento global, y se pueden descargar de este enlace:
He elegido los datos por trimestres, porque me parece que tienen más información. No pongo el otoño, porque se solapa demasiado con la primavera. Pero la línea de tendencia (regresión lineal) es paralela, y no se ven diferencias dignas de atención en ningún otro aspecto.
Añado al gráfico el aumento del CO2 sobre la línea del invierno, que es la que más calentamiento muestra. La línea (naranja) viene de un gráfico del Departamento de Transporte USA:
Utiliza los datos de Mauna Loa, desde 1959, y los de las catas de hielo de Groenlandia para fechas anteriores. El nivel de CO2 en la atmófera sí entra dentro del capítulo “incertidumbre de los datos”, porque hay una discrepancia grande entre lo que se mide en los hielos polares, y otras mediciones por medio de los estomas de las plantas. En el segundo caso, la subida moderna sería mucho menor. Apenas existente. Pero represento la versión clásica del alarmismo; con la otra ni siquiera soñaríamos con pensar en un problema. Clic para ampliar.
También se muestra a la izquierda, sobre el eje de temperaturas, la diferencia entre el principio y el final de la línea de tendencia. O sea, el calentamiento, en el contexto de la variabilidad anual de la media de los tres meses de verano, invierno, etc.
Y para finalizar he señalado con una línea vertical el año 1945, porque, aunque yo no comprenda el motivo, siempre lo señalan como el comienzo del armagedón del CO2 y del clima.
A la vista de este gráfico, los puros datos sobre una hoja de cálculo, sin colorines ni virguerías para exagerar el mensaje, ¿alguien puede decirme que hay algún motivo para pensar que tenemos un problema? O tal vez alguien sería tan amable de explicarme por qué el gas de la vida, la comida de las plantas, y por tanto la nuestra, es una amenaza del fin del mundo? Claro que siempre me pueden decir que los ingleses son muy raros. En cuyo caso contestaría que yo opino que son los calentólogos los que resultan un poco extravagantes.
Nota: Clavivs ha puesto la pega, esperable, de que CET es solo la temperatura de una zona muy pequeña de la tierra, y no global. Intuitivamente parece una pega razonable, aunque Inglaterra básicamente está marcando las diferencias de temperatura del Atlántico, y al final lo que importa siempre es el mar. Pero no es una buena crítica cuando se miran los números. La línea de tendencia en Excel, para CET 1945 -2011, es de 0.0125. Y, sin necesidad de bajarse los datos de HadCrut, se puede ver el resultado de lo mismo, para el hemisferio norte completo, en Woodfortrees. Pinchando en «raw data»:
#Least squares trend line; slope = 0.0106761
Por ejemplo se pueden hacer las siguientes comparaciones con fechas claves de principio y final de ciclos climáticos, para CET y para el hemisferio completo.
1900 – 2011: CET a ritmo de 0.9ºC / siglo; HadCrut3: 0,8ºC / siglo
1945 – 2011: CET a ritmo de 1,25º / siglo; HadCrut3: 1,1ºC /siglo
1975 – 2011: CET a ritmo de 2,75ºC / siglo; HadCrut3: 2,1ºC / siglo
En definitiva, el «calentamiento moderno» que vemos en CET, que no tiene nada de especial en un contexto de tres siglos y medio, es mayor que el calentamiento para la misma época del hemisferio norte entero. Así que si en la temperatura de CET no se ve nada, lo mismo – o menos – se vería en una «temperatura global» desde 1659.
Y ahora yo creo que podemos dividir el mundo en dos categorías. Los que miran ese gráfico, y se encogen de hombros; y los que lo miran, y ven el fin del mundo.
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Si alguien quiere revisar los datos, o jugar, puede hacerlo con esta hoja de cálculo:
muchas gracias, pvl.
Ya lo he puesto alguna vez, pero pega aquí como para repetirlo. Lindzen, sin necesidad de irse hasta 1660, ve lo mismo:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=ZsMV5-NRp2Y
Sencillamente demoledor el art. para las tesis calentólogas: claro, sencillo, sintético y fácil visualizar. Mi enhorabuena al autor.