RAJOY NO TIENE UN PLAN.
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Hace ya un mes escribí «España camino de una guerra civil blanda» y hace mes y medio escribí «Estado de emergencia: la decisión final» y hace tres meses «Cómo evitar la intervención» y hace cuatro meses «La economía española en tiempo de descuento» y «Deflación, bendita deflación» y «ESTADO DE EMERGENCIA» y hace un año «Esa no es la solución» y hace más de año y medio «Cosas para hacer hoy»
El sr. Rajoy y su partido deberían de haber elaborado un plan de actuación detallado antes de celebrarse las elecciones de noviembre del año pasado cuando estaba claro que iban a ganar las elecciones.
El sr Rajoy debería haber salido en televisión al siguiente día de ser nombrado presidente exponiendo la situación real de la economía y las medidas que iba a tomar. Y además tomando esas medidas como muy tarde en los primeros cien días de su mandato.
Incomprensiblemente tanto Rajoy, como sus ministros, como su partido, han actuado siempre a remolque de la situación actuando tarde y con medidas insuficientes que han provocado un continua rectificación.
La falta de reflejos, las medidas insuficientes, la falta de un plan global, los retrasos y las rectificaciones han mandado a los mercados y a la gente un mensaje de improvisación y de estar permanentemente superados por los acontecimientos.
Ya digo que no entiendo la actitud del gobierno, da la sensación de que el entorno de Rajoy, las personas que le transmiten la realidad, le han persuadido de que el simple cambio político iba a obrar maravillas y que con unos cuantos retoques esto sería coser y cantar. Es una idea absurda pero la sensación que dan estos seis meses de gobierno es que Rajoy no entiende la gravedad de a lo que nos enfrentamos.
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EL CIRCULO VICIOSO.
Cuando se intenta reducir el déficit público sea subiendo impuestos o disminuyendo gastos se van a producir efectos depresivos sobre la economía. Los efectos depresivos causados por las medidas antes mencionadas pueden ser contrarrestados por una mayor disposición de crédito al ser necesario menos dinero de los ahorradores para financiar el déficit.
Se ha difundido, Krugman lo hizo la semana pasada en Madrid sin ir más lejos, que no estamos ante un problema de deuda o de déficit público sino ante uno de deuda privada. Es una verdad a medias.
En un país como España, donde la presión fiscal estuvo en los años de la burbuja entorno al 40 %, cuando alguien se endeudaba en 100.000 €, 40.000 iban a parar a manos del Estado via impuestos.
Para poner un ejemplo si alguien compraba una vivienda y para hacerlo pedía una hipoteca de 100.000 € el 40 % de esa cantidad se iba en pagar la seguridad social y el IRPF de los trabajadores que la habían construido (desde al albañil hasta el arquitecto), el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, el IVA, la plusvalía, los impuestos a la construcción, impuestos especiales (sobre el gasoil que usan los camiones, por ejemplo), impuesto de sociedades sobre los beneficios de la empresa que construyó la vivienda.
Cuando la gente dejó de endeudarse todos esos impuestos dejaron de recaudarse y el problema de sobreendeuamiento privado pasó a convertirse en un problema de insuficiencia recaudadora del Estado.
Krugman y sus acólitos no ven o no quieren ver esta relación. Separan el endeudamiento privado de la recaudación de impuestos y por tanto no ven que la burbuja no era solo privada sino también pública puesto que el Estado se estaba financiando con deuda (privada) desde mucho antes de que empezase la crisis.
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OTRA VEZ LA EXPLICACIÓN DE LA CRISIS.
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En efecto en España la crisis no viene de hace unos años (2007) o del inicio de la burbuja inmobiliaria (2001 – 2002) sino de mucho, mucho antes.
En 1975 la deuda pública española era del 12,3 % del PIB, es decir casi inexistente. La presión fiscal tampoco era demasiado elevada un 20,4 %. Durante los siguientes años la deuda pública fue aumentando lentamente hasta un 15 % en 1979 y un 20 % en 1981. La presión fiscal tuvo un recorrido similar: hasta un 24,2 % en 1979 y un 26,6 % en 1981.
Pero a partir de 1982 con el último año de gobierno de la UCD (Calvo Sotelo) y luego a partir de 1983 con el PSOE (Felipe Gonzalez) tanto el endeudamiento como la presión fiscal se dispararon.
El gobierno del PSOE vendió como “conquistas sociales” una serie de medidas (pensiones no contributivas, sanidad y educación universal, viajes del IMSERSO, autonomías … ) que en realidad no fueron más que un aumento de gasto público financiado con subidas de impuestos y déficit público. Evidentemente las “conquistas sociales” se veían inmediatamente y era fácil venderlas a la gente y utilizarlas en beneficio político mientras que la subida de impuestos y el aumento de la deuda pública y sus efectos indeseados pasaban desapercibidos.
Además durante esta época (1986) España se integró en la CEE y fruto de esa integración la inversión extranjera de otros países europeos en España aumentó considerablemente. Los menores salarios y un nuevo mercado eran alicientes para los inversores extranjeros. Y por supuesto también hubo la pequeña burbuja inmobiliaria gracias a las mejores posibilidades de financiación. Al final de la década de los 80 una nueva “conquista social” en forma de inversiones en infraestructuras unas financiadas con fondos de la UE y otras por el propio Estado se sumó a las anteriores. Fue la época de las primeras autovías, del AVE, las Olimpiadas, la Expo…
Pero a pesar de todo esto durante el periodo 1975 – 1992 apenas se creó empleo. En el sector privado se perdieron empleos mientras que en el sector público se ganaron casi un millón de trabajadores.
El periodo de expansión del gasto público, aumento de los impuestos y (cierta) facilidad de crédito duró poco más de una década. Después de 12 años (1981 – 1992) el modelo estaba agotado. Ya era imposible ocultar los efectos indeseados del aumento de gasto público o de lo que los políticos llamaban “conquistas sociales”. Aunque aún hoy hay personas (ya no queda más remedio que llamarlos cretinos) que todavía pretenden una desconexión entre lo que llaman “conquistas sociales” o incluso “derechos sociales” y el coste económico de estas políticas, lo cierto es que a partir de 1993 ya era imposible negar que no era posible pagar todas esas “conquistas” con la economía que teníamos.
Por mucho que se recurra a la retórica lo cierto es que los médicos cobran, los profesores cobran, las pensiones cuestan dinero, las obras públicas cuestan dinero y si no hay dinero para pagar los pretendidos derechos sociales no son más que intentos infructuosos de vivir por encima de las posibilidades.
En 1992 la presión fiscal era del 36,8 % (aumento de casi el 50 % sobre la de 1980, y además hay que tener en cuenta el crecimiento económico de esos años), a pesar de eso la deuda pública paso del 16,8 % del PIB al 46,8 %, un aumento del ¡¡¡180 %!!. El déficit público fue en 1992 del 4,8 %. La economía era incapaz de sufragar los gastos públicos a pesar de la brutal subida de impuestos y la mayoría de las “conquistas sociales” simplemente no se habían pagado y habían pasado a formar parte de la carga de la deuda pública.
Es increíble que hoy, 20 años después, la (inmensa mayoría de la) gente, los analistas de los periódicos, los economistas y de los blogers siga preguntándose ¿qué ha pasado? Pues ha pasado sras. y sres que a base de aumentos de impuestos y de deuda pública no hemos dispuesto de dinero para mejorar la productividad. Si a eso añadimos las trabas a la libre competencia, la creación de organismos y empresas públicas innecesarias, y las excesivas reglamentaciones tampoco ha habido muchos incentivos para invertir, innovar y mejorar la productividad.
Sin dinero y sin incentivos no se creó empleo ni se mejoró la productividad como para mantener las “conquistas y derechos sociales”. Fin de la historia.
Y sin embargo el espejismo del “estado del bienestar” duró hasta 2007… 15 años más. ¿Cómo fue posible?
Vamos a dividir estos 15 años en tres periodos.
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1993 – 1996 .- La primera crisis. Durante estos años se produjo una fuerte crisis. El desempleo superó los 4,5 millones de parados (aunque ni en los mejores momentos, en el año 1992, el número de parados bajó de los 3 millones); el déficit público estuvo, como media, por encima del 6 % y la deuda pública llegó al ¡¡68,1 %!!. España se dirigía a la quiebra de una manera inexorable.
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1997 – 2001.- El “milagro” Rato. El nuevo gobierno del PP se encontró con un Estado al borde de la quiebra y para evitarla siguió una doble estrategia: por un lado consolidación fiscal con control de gastos y congelación del sueldo de los funcionarios, por otro una política de venta de activos del Estado que, si bien ya habían empezado los socialistas, tuvo en esta época una crucial importancia. Se privatizaron toda una serie de empresas públicas (Telefónica, Endesa, Ensidesa, Tabacalera, banca pública…) y con el dinero obtenido se redujo el déficit. La reducción del déficit produjo un aumento de la cantidad de dinero disponible para el sector privado y una reducción considerable de los intereses.
Con la reducción de intereses aumentó la inversión privada y sobre todo el gasto privado. El desempleo se redujo pero el sistema económico español todavía era incapaz de financiar el Estado del bienestar: se necesitaba aumentar el número de trabajadores y su productividad y para eso se necesitaba un dinero que se gastaba en Estado. Pasados los efectos de las privatizaciones se corría el peligro de volver a un déficit crónico y finalmente a la quiebra.
Pudieron hacerse entonces las cosas bien pero, como en tantas otras ocasiones en nuestra Historia, los intereses cortoplacistas de los políticos, la defensa de los privilegios de los grupos de presión ya fuesen de empresarios, de banqueros o de sindicatos, la falta de iniciativa empresarial y la absoluta carencia de teóricos económicos (economistas) impidieron que España entrase en una fase de crecimiento consistente.
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2002 – 2007.- La burbuja. El 1 de enero del 2002 entró en circulación el euro, los tipos de interés mangoneados por el BCE bajaron a niveles absurdos, por debajo de la inflación. Y empezó la burbuja. Hipotecas y créditos a bajo interés, concedidos a gente sin demasiados recursos y con tasaciones altísimas calentaron el mercado inmobiliario. Los ayuntamientos pusieron la guinda restringiendo la disponibilidad de terrenos para construir y usando las recalificaciones como forma de financiación. Los pisos, adosados, chalets… empezaron a subir su precio a una tasa por encima del 10 %. Eso no pasó desapercibido para los inversores privados que convirtieron a la vivienda en un producto de inversión aumentando la demanda en el mercado inmobiliario.
En 2004 los precios eran ya absurdamente altos pero el lema “los pisos nunca bajan de precio” era el dogma y el grito de guerra de todos los participantes en el mercado inmobiliario. Los bancos y las cajas bajaron tanto los requisitos para conceder un crédito o una hipoteca que había que ser indigente para recibir una negativa. Ni el gobierno del PP, ni el del PSOE, ni el Banco de España, ni las Cajas de Ahorrro, ni los bancos hicieron nada ni tomaron ninguna precaución. Sólo se puede entender lo ocurrido por la falta absoluta de economistas con una mínima influencia en España. Los economistas que no tenían ni idea estaban en los puestos de responsabilidad y los que sabían algo o se callaban o los echaban.
Los políticos, especialmente Zapatero, estaban encantados con la burbuja: la recaudación del Estado aumentaba espectacularmente, lo que les permitía seguir con su política de “conquistas sociales”: aumento de las pensiones contributivas, ley de dependencia, más gasto en sanidad y educación, nuevas infraestructuras de todo tipo: AVEs para todo el mundo, aeropuertos en todas las comunidades autónomas, Universidades por doquier, aumento de funcionarios y de organismos públicos, subvenciones a destajo.
Sin embargo cualquiera con unos mínimos conocimientos de economía y un par de estadísticas podía ver que todo se financiaba a base del dinero procedente del extranjero, del aumento de nuestra deuda externa, del aumento de la deuda privada tanto de familias como de empresas. Esos niveles de endeudamiento eran tan insostenibles en el tiempo como lo eran las subidas en el precio de la vivienda.
Todavía hay imbéciles que dicen que la crisis no se pudo prever, que no hubo señales de alarma, que la culpa la tuvieron las subprimes de USA,…
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ASÍ SE SOLUCIONA LA CRISIS.
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Todo parece fallar. Todas las medidas para reducir el déficit parecen llevar a una mayor recesión y si por el contrario no se reduce el déficit nadie quiere prestarnos dinero. ¿Qué hacer?
La crisis no se solucionará mientras no equilibremos nuestro sector exterior o incluso no nos convirtamos en un país con superávit en nuestra balanza por cuenta corriente. Y para llegar a eso tenemos que hacer tres cosas: exportar más, importar menos, y conseguir más turistas que gasten más.
¿Cómo se consigue eso?
A corto plazo, y desgraciadamente, después de perder tres décadas, casi lo único que importa ya es el corto plazo, lo que hay que hacer con urgencia absoluta, con desesperación, en horas…. es:
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1.) Bajar los ingresos del Estado (impuestos) un 15 % y los bajar los gastos (pensiones, sueldos funcionarios,… ) del Estado un 20 %.
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2.) Liberalizarlo todo: educación y sanidad (mediante cheques), horarios comerciales, taxis, suelo, farmacias, estancos, agencias de viajes, energía, comunicaciónes, profesiones liberales… y por supuesto el mercado de trabajo: contrato único indefinido con 10 días de indemnización por año trabajado y un máximo de 6 meses de indemnización sin tener que explicar nada a nadie, eliminación de la negociación colectiva (no de la de empresa).
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3.) Que cada palo aguante su vela. Eliminar las subvenciones, ayudas, desgravaciones, subsidios (incluido el del paro)
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4.) ¿Para qué sirve esto? Eliminar senado, autonomías, ayuntamientos, “observatorios”, televisiones y radios públicas, “embajadas”, asesores, comisiones de expertos, defensores del pueblo,…
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5.) Competencia, competencia y competencia. El objetivo prioritario del gobierno debe ser la deflación, hasta que el paro se haya reducido al 5 %. Establecer un estricto control sector por sector para que no se produzcan conductas de colusión de precios.
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Ah, y no me vengan con lo de siempre: que si se aplican esas medidas arde España.
España ya está ardiendo.
Eso sí hay que desplegar todo un sistema de comunicación para que la gente entienda qué es lo que se propone con estas medidas y que esa es la única salida de la crisis.
– Jajajajaja menuda economista ! Como se suele decir político sin cartera, en tú caso economista en paro, Xq si se hace todo lo que dice, haber quien es el empresario que invierte un euro. Vamos que si se liberaliza todo, los pequeños, medianos, y grandes empresarios que se jodan ! Todo los millones que han invertido que se jodan ! verdad que se jodan ! Claro como tú seguro que no has tenido el talento, de montar una empresa y saber los millones que cuesta, y los dolores de cabeza que da. Luego dices que el trabajador pierda derechos, xq con lo que dices de indemnizar al trabajador eso es perder derechos, que es retrasar a un país. Me hace gracia cuando dices el derroche de dinero en autovías, Ave, y lo mas fuerte en las olimpiadas.Que sepas que España, es de los pocos países que le ha salido redondo con las olimpiadas, Barcelona 92. Que Barcelona a ganado turismo, riqueza, desde las olimpiadas.Como puedes llegar a decir que quiten todo tipo de ayudas, subvenciones, subsidios, etc. Estoy de acuerdo que algunas lee bien algunas subvenciones, no se tendrían que dar, xq hay mucho vago en este país. Pero como te atreves a decir quitar subsidios, que hay personas que cobran lo mas pésimo y tienen enfermedades, que si no fuera x el subsidio pobrecitos de ellos. Que vamos hacer con ellos, que se mueran, al estilo banqueros que te echamos del piso y si te mueres no es mi problema. X cierto ahora no quisiera mal recordar pero España, nunca tuvo 4,5 millones de desempleados, como dices. Creo que fueron 3,5 millones, y con unos cuantos millones de habitantes menos que tiene España en el 2012. Para terminar me gustaría saber si en Asturias, a los mineros les dices que de subvenciones del carbón se termino. Que tu no les quieres dar a tus paisanos ninguna clase de ayudas. Tienes según en que artículos algo de razón, pero creo que no tienes ni idea, de lo que es formar una empresa. Es mas pareces que seas una extremista anarquista, que como no tengo un duro, que se jodan todos aquellos, que invirtieron en un negocio, piso, bolsa, etc. Menos mal que por suerte no tenemos economistas, como dices ser, en nuestro país, como tú. Ahora que empiecen las criticas que como sean como tu, no me extraña que España arda x los cuatro costados.
Explícame por favor como se relaciona la liberalización con el hecho de que «los empresarios pierdan su inversión».
Olvidas que las subvenciones y las ayudas las paga alguien.
Estimado Mill
acabo de llegar al blog y me alegra encontrar tanta actividad en medio de la estepa intelectual de nuestro pais. Aprecio sus conocimientos y no dudo del acierto de los remedios propuestos que, en todo caso ya se están poniendo en uno u otro grado. No quiero decir con eso que vayan a dar un resultado previsible, sino lo contrario: que no sabemos que resultado van a dar. Y en todo caso lo que se barrunta es lo peor, dado que se intuye que el que está al timón tampoco lo sabe de cierto. Solo sabe que está obligado a recortar.
A mi me parece que lo que no sabe la gente, ni lo quiere saber, ni está acostumbrada a pensar en serio, es que es «lo que quiere de verdad, lo que necesita de verdad». Y la situación es así porque hemso imitado un modo de vivir basado en las cosas y en poseerlas, y lo hemos hecho mucho peor que nuestros pseudo socios europeos, y ahora estamos fatal en todos los aspectos.
Pero la gente sigue pensando en que lo que nos falta es las cosas que estamos perdiendo o las que ya hemos perdido, y quie la solución vendría con recuperarlas, de la forma que fuera; y no es eso.
Rajoy está intentando ingenuamente -pues nadie lo cree de veras – volver hacia donde estábamos: a la «senda del crecimiento». Pero el público mira el esfuerzo de este Gobierno en una actitud muy española, como diciendo «vete haciendo que ya vendré a ver que te va saliendo». Propio de un pueblo aquejado por la envidia y la mediocridad moral.
Jose Luis Aranguren ya decía a finales de los 70 que España estaba aquejada de una gran falta de moralidad, de verdadero sentido ciudadano, de respeto por la verdad (ver en «A fondo» en YouTube, merece la pena apreciar su inteligencia, mesura, objetividad y ternura. Todo raro en el caracter español).
A nuestra sociedad le faltan 20 años de vivir en la verdad, o al menos hacia la verdad. Y la mayoría lo ha hecho hacia la falsedad y la confusión regalada. Se ha aceptado la relatividad moral, y estamos sin saber lo que significan ya las palabras (sobre todo esfuerzo, verdad, merito, valor, libertad).
Y con este panorama, lo que más fructifero me resulta es intentar pensar como estarán las cosas dentro de un año, dentro de dos, dentro de diez. Y lo considero fructifero no solo en el plano intelectual, sino por aplicación diaria.
Se puede estar en la cubierta de un barco (yo he navegado bastante en una epoca de mi vida) enmedio de una tormenta, viendo la proa clavarse en una ola enorme, oir los crujidos del casco, ver las helices salirse del agua y captar en décimas de segundo el profundo azul de la ola enorme que te pasa por el costado y casi te habla diciendo «vengo a por tí». En ese pandemonium (que ya duraba tres días seguidos) la mayoria de la gente está hecha polvo, mareada, grogui (mire usted, que yo me quiero morir ya me decía alguno).
De esa situacion salimos porque 1º) el barco aguantó, 2º) porque de 115 tripulantes 5 no nos mareamos y nos turnamos al timón y a las máquinas.3º) porque sabíamos donde queríamos ir y ese era un sitio solido, una tierra con un puerto de verdad.
Un pais no es exactamente un barco enmedio de una tempestad, pero es algo bastante parecido.
Yo no estoy de acuerdo en bajar los sueldos, pensiones y demás cosas un 20%. Porque un funcionario no puede ser un mileurista, ni un pensionista vivir con 400 euros como en Rumanía. No es que quede en mi una parte de socialdemocráta, es cuestión de humanidad.
El problema es que el estado ingresa un 35% del PIB en impuestos y gasta un 46%. Por lo tanto hay que bajar un 11% dicho gasto. Por lo menos de base. Luego, sería deseable y aconsejable bajar el gasto del estado al 20/25% del PIB. ¿Como? Habrá mil teorías y para gustos los colores. No creo que haya que desmantelar ayuntamientos. Diputaciones y mancomunidades, por supuesto. Hay que vaciar a las autonomías de atribuciones propias e impropias.
Esto significa despedir a aproximadamente a 1.000.000 de personas. Vamos que sería un drama nacional, pero o eso o nos vamos todos al hoyo. Por cada empleo en las administraciones públicas se pierden 2,8 en coste de oportunidad en el sector privado… solo queda esperar a que la gente entre el hambre y emigrar… pues se ponga a crear empresas y servicios.
Pero vamos, que lo que todos estamos de acuerdo es que así no vamos a ninguna parte.
No se trata de bajar el sueldo y ya está. Se trata de entrar en deflación. Si las pensiones bajan un 20 % y los precio un 18 % se puede salir de esta. La única salida es la deflación si no seguiremos de subida de impuestos en subida de impuestos y de recesión en recesión.
Creo que estamos de acuerdo en el fondo, que impuestos, recesión, devaluación e inflacción son un círculo vicioso que estrangula la economía y que ha hecho tambalearse y hundirse a casi todos los imperios.
Lo que no tengo tan claro es que bajando salarios a funcionarios y pensionistas se produzca una bajada automática de los precios. Si el 100% de los españoles fuesen funcionarios o pensionistas, entendería que los precios bajasen en sintonía, a menor renta disponible menores precios…
Sin embargo son solo un porcentaje… (desconozco cual es) y si las empresas privadas no bajan sus sueldos, entonces la bajada de precios será mucho menor a la de salarios, perdiendo poder adquisitivo y aumentando la cantidad de gente que malvive o apenas sobrevive.
Un saludo, y gracias por la respuesta.
Mire por donde, justo acabo de encontrar ese porcentaje. La suma de funcionarios y pensionistas en España son 12 millones de personas, el 25,43% de la población. Sin poder calcular cuanta gente depende del sueldo de dichas personas y si hubiese una correlación directa, un desdenso del 20% de los ingresos de funcionarios y pensionistas, se traduciría en un 5% de deflacción, por lo que se empobrecerían un 15%.
http://twitpic.com/a8avv6
Se te ha olvidado mencionar que la entre la primera medida y la última y entre cada una de ellas el ejército debe salir a la calle! Estás loco? pero te apoyo en algo: Obliguemos a Rajoy a bajarse el sueldo! la gente está esperando un lider a quien seguir y ya lo tenemos, aunque la gente lo deteste por «shu» manera de hablar o por lo la causa que sea, si ve intencionalidad de salir de la crisis con ese «autosacrificio», lo seguirán y saldremos de a crisis! http://www.change.org/es/peticiones/a-todos-los-espa%C3%B1oles-que-rajoy-y-sus-ministros-cobren-el-sueldo-m%C3%ADnimo-en-espa%C3%B1a
Creo que en la ecuación falta la millonada que entró de Europa y que el estado malgastó comprando votos y estableciendo partidas que, cerrado el grifo, hubo que financiar exprimiendo más al contribuyente o cerrar.
Recuerdo oir en RNE no hace mucho a un diputado europeo hablando de las bondades de la UE porque desde nuestro ingreso habíamos logrado 5.000 euracos por alemán. Y nadie se escandalizó…
Exacto, esa fue otra de las cosas que ha evitado que nos fuéramos a la quiebra antes. Pero ahora los alemanes se han hartado de nosotros.
Mill, con todo lo que conoces la economía (y la lógica), me da la impresión de que no has tenido mucho trato con ganado político. ¿Has sido alguna vez amigo, o cercano, de un yonki? Pues es lo mismo, pero en duchado, y sin temblores. Quiero decir que cuando una droga te sorbe el cerebro, todo pensamiento va en función de conseguir más sustancia mágica. Con el chute te calmas, pero dura poco.
Claro que aquí los drogatas no son solo los políticos. Todos lo estamos. Y tú has descrito perfectamente la pócima.
Que tengas razón, y yo creo que la tienes, no quiere decir que se pueda hacer lo que propones. La decisión la tienen que tomar políticos y electores. Pero ambos están bajo el efecto del estupefaciente.
Crees que da igual, porque España ya está ardiendo. Lo dudo. Arder es lo que pasó en Egipto. ¿Imposible? Hmm …
Salidas:
– Un partido populista (más), tipo Jesús Gil, Rosa Díez, Kirchner, Chávez. Y una «solución» a la Argentina (pero siendo un país más pobre, y más inculto).
– 17 nacioncitas, cada una de ellas riquísima en «identidat».
Me gustaría pensar que no, que la mayoría de la gente es consciente de esto que cuentas, con toda la razón. Pero se que no.
Entre 1993 y 1995 hubo tres devaluaciones de la peseta. Eso fue lo que corrigió la pérdida de competitividad. Y ese era el mecanismo acostumbrado en España.
Al entrar en el Euro, la devaluación no era posible y no se hizo nada por cambiar la estructura económica y política. Por tanto, la corrupción, las Autonomías y la burbuja inmobiliaria hacen inviable la subsistencia en el Euro.
Rajoy debió actuar con celeridad, como apuntas. Debió sacar leyes de emergencia para recortar el gasto público y dejar sin efecto muchos derechos laborales y subvenciones en tanto el PIB no subiera del 2% al menos. O sea, leyes de emergencia estilo guerra. Y el objetivo, conseguir dinero e inversión hacia España.
Lo que ha conseguido es que el dinero se vaya. Con Montoro bramando, después del impuestazo al IRPF y empresas, «hemos sobrepasado a la izquierda por la izquierda». O sea, asustando al dinero. Y sin dinero, estás muerto.
Hola Mill
Resumiendo,
* Nadie quería pinchar la burbuja, lógico teniendo en cuenta que en media el Estado se podía llevar un 10% de cada transacción inmobiliaria y más el IVA recaudado de lo gastado en crédito al consumo. A mi me ponen verde cada vez que digo esto
* La riqueza generada la última década es ficticia, es más bien el resultado de una burbuja de crédito , tanto estatal como privada, crédito que ahora hay que devolver.
* Y por último la más importante: Todas las conquistas sociales se pagan con impuestos, ya sea lo recaudado ahora o a futuro (deuda pública)
Sería interesante alguna gráfica para mostrar visualmente lo que comentas del aumento del empleo en el sector público y el estancamiento en el sector privado. Supongo que los datos para la misma, ¿se podrían encontrar en el INE?
No, no, es muchísimo más. Es fundamental el apartado «Círculo vicioso». El Estado se llevaba lo de la transacción y lo del IVA. Y también lo de las cotizaciones sociales, y lo del IRPF. Y lo de los demás impuestos indirectos. No ha habido estafa mejor montada. El problema es que la estafa era… ¡a nosotros mismos!
Buen artículo.Solo. Le falta entre las medidas para salir de la crisis, cárcel , cárcel , cárcel,…que si no tenemos la «moral» alta no se puedesoportarte todo esto. La eco nomía no lo es todo en un pais.
«aumento de las pensiones contributivas»
¿Seguro que no son las NO contributivas? Estas siempre han ido aumentando porcentualmente más que las contributivas (que en estos años han visto los requisitos «endurecidos»: aumentar los años para el cómputo de la pensión, etc.)