Hace unos días comentábamos en este blog cómo los mineros leoneses están empezando a perder la paciencia con los incumplimientos del Presidente del Gobierno. Cada vez son más los desilusionados, los desengañados. Y, curiosamente, no estamos hablando de capitalistas, ni de empresarios, sino de las gentes de la calle. Aquellas de quienes Rodríguez, se supone, es el valedor universal. Hoy les traigo un artículo que muestra claramente cómo este descontento se va extendiendo a todos los sectores de la vida social y económica de nuestro país. En este caso la agricultura, los agricultores.
Tras casi un año y medio de gobierno “alianzador de nacionalidades” ya es posible sacar conclusiones sobre lo que hace, dijo que haría y hará respecto al sector agrario, tan insignificante en términos monetarios pero tan importante social, natural y culturalmente para cualquier país.
Y el resultado de este período se resume fácilmente: sí pero no, frase válida no sólo para la política agraria si no para prácticamente toda la gestión del casualmente profesor de filosofía del derecho, aburrida asignatura que ya dice mucho de lo que puede dar de sí el ingenio de marketing ZP, colocado a timón islámico. Y es que desde los primeros momentos ya la vicepresidenta del gobierno empezó a dar penita tras ser nombrada la encargada oficial de las rectificaciones, abundantes donde las haya, dando la impresión de que su sistema de política se parece mucho al de ensayo y error, ampliamente utilizado en siglos pasados, pero que dejó paso hace tiempo al método científico en el mejor de los casos, o al más comúnmente empleado de “esto es lo mejor porque lo digo yo y además es de izquierdas”.
Y de esta manera, sí pero no, es como se define la política agraria actual. El desacoplamiento es malo, tiremos por el parcial y digámosle sí a los agricultores, pero unos meses después saquemos normas para que la retirada de tierras se amplíe al 80%, y así nos quedamos en el pero no. Pensábamos que el desacoplamiento provocaría el abandono a las zonas marginales, y por eso se continuó en la vinculación de las ayudas a la producción, para que no dejen de producir, pero luego sacamos una norma que no obligue a producir. ¿Por qué no fueron a un desacoplamiento total desde el principio y así no nos lían tanto? Dirán que de esta manera las tierras buenas seguirán produciendo. Es decir, a los profesionales de zonas marginales se les condena a cesar su actividad mientras que a los que no lo son se les da una ayuda gratis, para tumbarse a la bartola, mientras que los agricultores de la zonas buenas se les obligará a producir para cobrar como debe ser. ¿Quién querrá tener un rendimiento bueno si resulta que va a tener más obligaciones que el que tiene uno malo, que cobrará por no producir? El colmo, y lo llaman política progresista, más bien regresiva diría yo.
Sigan leyendo en el blog de este agricultor salmantino,El agricultor, en peligro de extinción, y se darán cuenta de dos cosas: el blog no tiene desperdicio y su autor, amén de tener las ideas muy claras, las expone con maestría y precisión.
Sí, muy interesante, los artistas son casi tan convincentes para obtener lo mismo, nuestro dinero para seguir prosperando cuando no pueden por sus propios medios.
Muy interesante todo. Saludos.
Es una cuestión de «abandono», si no hubiera apoyo no habría agricultura hecha por agricultores, quizá para mucha gente no sea importante, para otros sí lo es. El proteccionismo tiene escasas ventajas económicas para la sociedad, pero tb tiene ciertos argumentos a favor; en este caso pq es un sector estratégico, pq es un sector «naciente» que necesita una modernización, con la cual se podría llegar a cotas de competitividad. Y en general la existencia de protección es debido a que en otros países, especialmente EEUU, tb la hay (y mucha más que aqui), esta cuestión produce guerras comerciales, si tu bajas pues yo bajo, etc. El caso más conocido es que EEUU no puede exportar carne a Europa pq aquí está prohibida la utilización de hormonas, pura estrategia comercial aliñada con sabor «seguridad alimentaria».
Los criterios de eficiencia económica no justifican la protección eso lo sabemos todos, son otros criteriores: preservar la cultura tradicional europea, los paisajes naturales (que en realidad no son tan naturales, están modelados por la actividad agraria), y en especial la mejora de la olvidada clase baja rural (no tengo agua corriente en mi casa pej y pago los mismos impuestos), la renta agraria es muy inferior a la renta media urbana, el nivel de formación es mínimo, la dignidad brilla por su ausencia, etc., etc., etc. Y la culpa no es de las ayudas, aunq si mucho de las políticas llevadas a cabo por los urbanos políticos, el voto no está en los pueblos obviamente.
Tb hay otros argumentos tradicionalmente usados para justificar la protección y es que los agricultores europeos tenemos 100 veces más de normas que cumplir que cualquier otro agricultor de otro país, eso es incontestable. Si un brasileño, p ej, tuviera que encerrar las vacadas 3 veces al año obligatoriamente como nosotros y tuviera q someterse a los sistemas de trazabilidad, de seguridad alimentaria, de bienestar animal, etc., que nosotros «sufrimos» probablemente no estarían muy alejados los precios de los del mercado mundial, sin ninguna duda. El otro día tuve el gusto de conocer a un ganadero argentino, 12.000 ha tenía el hombre, regular se consideraba, nos comentaba q a ellos les importa un huevo la exportación que ellos se deben y producen al mercado interno, son únicamente ciertas grandes empresas deseosas de obtener las enormes plusvalías q se pueden obtener si entran en los contingentes, gracias a los «amiguetes del gobierno», y de todas formas tampoco, decía, sería beneficioso, pues en estos países tienen la «manía» de sacar los capitales del país y no invertirlos creando desarrollo.
Todas los acuerdos bilaterales pej MERCOSUR-UE se basan en hacer un cambio, la UE se carga a sus agricultores a cambio de q BBVA, telefónica, etc. puedan instalarse «con comodidad» en sus países.
Otro de los argumentos es que los alimentos no iban a bajar de precio, ni mucho menos. Muy tontos tenían que ser los oligoplios de la dsitribución para entrar en una guerra comercial, no entran ahora, menos con más ganancias. Este argumento es muy importante, no existe ni mucho menos un mercado de aceptable competitividad, los numerosos agricultores no pueden negociar con los oligopolios existentes en el sector agroalimentario y el de inputs, Fertiberia creo q controla el 60% del mercado de fertilziantes y sube los precios cunado le da la gana, los distribuidores de la fruta pej suben los prcios sin ningún control, los consumidores tienen escasísima infotmación, vamos que aquí la «mano invisible» no es tan invisible, todos sabemos de quién es.
Los primeros q odian el control europeo, la burocracia y las ayudas son los agricultores, pero no les queda otro remedio. Es como lo q les pasa a los de las vacas bravas, que se quejan siempre de tener q seguir las medidas sanitarias creadas para una expltoación de establo, pero como a cambio perciben pagos comepnsaorios de precios…
Tb hay que recordar q a la protección agrícola le qdan cuatro días. Lleva 20 años bajando poco a poco. El trigo valía 35 ptas/kg en el año 1983 y hoy vale 30 ptas (20 + 10 de ayuda), a ver cuanto han subido los factores de producción…
Bueno, hay más argumentos pero quizás ya estoy siendo demasiado pesado.
«Eso está muy bien, que si hay q dar un apoyo (q esa es otra cuestión) se de sólo a los que son agricultores»
Ahí está el problema, ¿porqué hay que dar apoyo?, a mí no me da apoyo nadie.
Precisamente por ser un tema tan poco conocido y no menos olvidado te he traido aquí. Y porque me gusta la forma que tienes de plantear los problemas del campo español.
Te agradezco tu interés y la «promoción» de mi blog, pero quizá sea un poco «especializado», en el sentido de que la mayoría de las cuestiones son de carácter regional y agrario y no olvidemos que el 90% de la población de este país, si todavía se le puede llamar así, es urbanita y de escasa o nula relación con las actividades agrarias. Aunque para que haya un acercamiento más realista a cuestiones poco conocidas es un buen lugar.
En cuanto a la política agraria socialista, una de cal y otra de arena. El problema del PP es que tenía demasiada ligazón con «grupos de poder de alto nivel» en el sector agrario, es decir grandes sociedades anónimas, etc. y en general concedía ayudas a todo cristo, es decir, a cualquiera que tuviera una explotación, con lo cual se daba, y se da, una compentecia desleal hacia los que vivimos profesionalmente de la actividad, por ejemplo, cuando hay agudas crisis el q no vive de la actividad no tiene problemas, pero el PP no diferencia y concedía ayudas a diestro y siniestro (además de a unos cuantos amiguitos). Sin embargo el PSOE si discrimina entre ATPs o profesionales y los que no lo son, a saber: agricultores de fin de semana tipo funcionarios u obreros o sociedades anónimas creadas por constructores que se compran sus finquitas para presumir, etc.. Eso está muy bien, que si hay q dar un apoyo (q esa es otra cuestión) se de sólo a los que son agricultores, pero resulta que no se queda ahí, si no que persiste en esa idea idiota de quitarle a los grandes para dárselo a los chicos que evidentemente es una irresponsabilidad, en primer lugar pq ni siquiera se ajusta al modelo sociata de redistribución de la riqueza, pues la posesión de 100 vacas en vez de 50 no significa que uno tenga más renta que otro, puede ser incluso al revés, puede que uno haya ampliado su explotación a base de préstamos para mejorar y tenga una renta inferior a ese otro que se ha estancado y no ha querido ampliar. Y por otro lado evidentemente es un incentivo para no progresar, si sabes que vas a dejar de ganar dinero si se te ocurre mejorar, esto es, ampliar la explotación, no merece la pena realizar ninguna inversión, para qué…