Todos los humanos somos malvados. ¿O no?

¿No les parece curioso que una de las justificaciones más utilizadas por los estatistas para defender al Estado sea la maldad del ser humano? Todos lo hemos vivido: «Sí, sí, lo que el Estado hace con nosotros no siempre es positivo pero sin Estado nada funcionaría. El ser humano es demasiado avaricioso, egoísta y ávido de poder. Es malo. Yo no soy tan optimista como tú». Y el estatista suele coronar su intervención poniendo gesto condescendiente: «Soy algo más realista que tú; para conservar un poco de lo bueno en este mundo, necesitamos un estado fuerte».

evilIgnoro como se sienten ustedes tras una charla de estas, pero a mí se me queda cara de tonto. Después de todo me acaban de sugerir que, tras más de 40 años sobre este planeta, aún sigo ignorando que existen personas malvadas o que cualquiera puede ser «malo» en un momento de su vida . Peor aún: me sugieren que no me he ocupado de pensar sobre ello. Justamente porque en los últimos 150 años más de 200 millones de personas han sido asesinadas en nombre de algún estado, es el de la «maldad» un tema que no solo me ocupa, me preocupa.

Si usted, estimado lector, es de los que piensan que los humanos somos malos y por ello necesitamos un estado fuerte que nos limite en nuestra maldad, le ruego piense unos minutos sobre lo siguiente:

1. Que no todos los humanos son malos queda demostrado por el hecho de que usted lee estas líneas y yo las escribo. ¿Por qué tomarme la molestia de convencerle a usted de su error con un textito si, siendo malo como soy, me bastaría con obligarle mediante la violencia a pensar como yo? ¿Por qué se va a tomar usted la molestia de responderme, si  siendo malo como dice que somos todos, le bastaría con taparme violentamente la boca para que no propage ideas peligrosas? Conclusión: usted y yo no somos «malos».

2. Supongamos por un momento que sí, que todos los humanos somos malos. ¿Qué motivo habría para que pasásemos a ser buenos al abrigo de un Estado? ¿Tiene el Estado capacidad para cambiar la biología de sus administrados? ¿Por qué le parece bueno que hombres malos gobiernen sobre hombres malos?  Dado que la violencia y la coacción son los pilares de todo Gobierno, lo lógico sería pensar que serían los «más malos» quienes ambicionasen las posiciones de poder. ¿Por qué los «más malos» se iban a deidcar a conservar lo «poco de bueno» que hay en el mundo?

3. Si lo que ocurre es que hay una minoría de humanos  buenos y una mayoría de humanos malos, ¿qué nos impide agbogar por una «dictadura de la razón»? Si lo que quiere es una dictadura, ¿cómo piensa legitimarla?:

  • Dado que no es necesario legitimar una dictadura, cualquiera puede ser dictador. ¿De dónde cree usted que saldrá antes un dictador, de la minoría de los «buenos» o de la mayoría de los «malos»?
  • Si lo que pretende es legitimar una dictadura -por ejemplo votando, al estilo de la «democracia orgánica» de Franco o la «democracia socialista» de Castro-, ¿cómo evitar que la mayoría -ya dijimos que son «malos»- imponga sus criterios a la minoría de hombres «buenos»? Lo lógico será que la mayoría vote a uno de los suyos, un líder que les defienda de los ataques de cualquier minoría disidente.

Y no me venga ahora con lo de «es que es usted un pesimista». Si es verdad que los humanos somos malos, o que la mayoría lo son, no deberíamos tener Estados, no cree?

O somos todos un poco como Candice?

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

Artículos: 3201

99 comentarios

  1. Me gustaría centrar un poco el debate.

    Creo que el problema planteado por un gran Estado se puede abordar desde dos ópticas: la técnico-económica, más científica y positiva, y más relacionada con medios que con fines, y la moral, en la que se atiende a aquellos valores y principios de los que partimos y a aquello a lo que queremos llegar (fines).

    En un post reciente planteaba, si bien de otra forma, y con objeto de criticar el progresismo y explicar porqué yo no podía ser progresista, en buena lógica y de acuerdo a mis valores, la misma cuestión.

    Mientras Luis escribía este post pensaba sin duda en la naturaleza humana, y estaba enfocando pues el asunto desde una de las dos ópticas que yo propongo. Lo hacía así, según el mismo explica de forma concluyente, porque alguna de la gente que defiende un gran estado tiende a considerar implícitamente que el hombre es malo por naturaleza, y que requiere un estrecho control por parte de bienintencionados y sabios gobernantes.

    Yo me limité a señalar que la asunción de nuestra naturaleza egoísta es un punto de partida mucho más adecuado para emprender cualquier acción política que considerar que somos buenos o malos. Y dije, de forma categórica, que el liberalismo era bueno y el Estado malo, a partir de este hecho de nuestra naturaleza. Me estaba moviendo en la perspectiva moral de motivaciones y fines, no en la técnico-económica, científica y positiva, de los medios. De haberlo hecho me habría salido del enfoque del post. Parece bastante obvio que un Estado que es dirigido por buenistas terminará por gastar más de lo que ingresa en diversas grandes causas. No así uno que asuma que cada individuo ha de velar por sus intereses y que el Estado debe velar porque cada uno de ellos pueda hacerlo con total libertad, creando un marco jurídico de seguridad para las transacciones y el desarrollo de las variadas actividades.

    Así inadvertida y divertidamente entramos en la óptica técnico-económica: el buenista gasta más de lo que ingresa (por motivos MORALES) e hipoteca a las futuras generaciones. Esto es una cuestión, como digo, técnica, y no creo que sea preciso que haga aquí una exhibición de conocimientos en contabilidad para que todo el mundo me entienda. Todos sabemos contar (incluso otros animales lo hacen) y tenemos ciertas nociones de aritmética (adquiridas en el cole a temprana edad).

    Paul Samuelson, ese entrañable keynesiano que estuvo escribiendo un libro de texto de economía durante casi toda su vida activa (en cuyas sucesivas ediciones se fue revisando la economía socialista como alternativa a la capitalista, hasta el colapso final) hablaba de la economía “desde el corazón”, dando a entender, a quien sepa entenderlo, que la razón nunca estuvo de su parte.

    Cuando Demócrito entró en este debate lo hizo con el fin de reconvenirme por utilizar términos más propios de la moral que de la ciencia para referirme al liberalismo y al Estado, e incluso terminó por calificarme de propagandista. Es del todo obvio que la propaganda la hacen aquellos a quienes no acompañan ni la razón ni la ciencia. Los que tenemos ciertos conocimientos de la ciencia económica, de sus potencialidades y de sus limitaciones (como cualquier otra ciencia social) no hacemos propaganda, ni tampoco seguimos una “religión” (algo también sugerido por Demócrito). Mostramos las limitaciones de la economía como ciencia, si, pero también las limitaciones que la economía impone a lo que puede hacerse y a lo que no puede hacerse, a lo que es bueno y a lo que es malo, tanto desde una perspectiva científica (buena y mala ciencia, como moral, acciones políticas con buenas y malas intenciones, con buenas y malas consecuencias económicas y para el bienestar de los ciudadanos.

    Por tanto la alternativa, como le puntualizaba a Demócrito, no es entre ciencia y fe, sino entre libertad y servidumbre, es decir, entre aquellos órdenes sociales que promueven la libertad y la prosperidad y aquellos otros que conducen a la servidumbre y a la pobreza. Y esto, además, puede comprobarse empíricamente.

  2. No me cabreo con lo del niño de cuatro años. Insisto en que no lo veo, simplemente. Agradezco que hayas argumentado algo. Al menos así la cosa supera el umbral de la vanidad y penetra, si bien penosamente, en la senda del conocimiento.

  3. 1.-Saber que uno es egoísta, incluso cuando se comporta de forma altruista, implica conocer la naturaleza humana, evolucionada en la escasez, el riesgo y la precariedad. Dicho conocimiento nos hace más libres y más liberales. ¿Por qué? Porque conocer la naturaleza de algo (aproximadamente, siempre aproximadamente) es conocer sus límites. Si uno conoce los límites que impone nuestro natural egoísmo conoce qué puede funcionar y qué no en lo que a sistemas sociales altruistas se refiere. Pero ¿Qué es el egoísmo? ¿Se trata de una forma de ser que mira en todo momento por la satisfacción de las necesidades y los caprichos más inmediatos del individuo aislado? En realidad no, y ahí difiere sustancialmente nuestro enfoque. A mi juicio egoísmo es algo que abarca mucho más allá del egoísmo primario y elemental. Se trata de un instinto que ha evolucionado para preservar al organismo y a sus genes, así como a aquellos aspectos del contexto que favorecen su propagación. El egoísmo puede ser altruista. Y puede dar algo, aparentemente, a cambio de nada. El juego es más sutil y más complejo. Nadie da por que sí, aunque en el limitado teatro de su consciencia le parezca estar dando sin otro motivo que la satisfacción que produce el ver a otro feliz. Si se ha desarrollado en nosotros un impulso de dar habrá que valorar cómo ha podido surgir este, y qué beneficios aporta al organismo, a sus genes y a la propagación de los mismos. Y esto está más que estudiado, sólo que no en las ciencias sociales. Aún queda, no obstante, mucho por aprender sobre el particular. Pero la base está puesta. El egoísmo es mucho más que aquel que no quiere dar nada a nadie y beneficiarse sólo de cualquier cosa.

    Visto a la luz de este conocimiento la beneficencia pura es un mito. Uno más en una larga lista. Sobre él no se puede edificar nada sólido, y menos un sistema social. Y ello por no hablar de lo conscientes y dirigidos que deben ser los sistemas sociales.

    ¿Es el individuo siempre egoísta? Si. ¿Pero dicho egoísmo admite que el individuo dé a cambio de «nada» aparentemente? También.

    ¿Es el Estado malo cuando va más allá de sus funciones de garantizar la seguridad jurídica a través del monopolio de la fuerza? Si. ¿Nació el liberalismo con el Estado moderno? También, precisamente porque nació con las limitaciones que, de acuerdo con nuestra naturaleza, algunos trataban de poner a ese Estado moderno que, por su propia naturaleza tiende a crecer y a asumir funciones que no le corresponden, más allá de las que tiene para garantizar el orden y la justicia.

    El egoísta consciente de serlo, es decir, el que comprende cuáles son los límites de nuestra naturaleza, aboga por un Estado reducido, ya que sabe que el que se mete a realizar transferencias benéficas está asentado en un concepto artificial y falso del altruismo. Más en las sociedades impersonales y masificadas asociadas a ese Estado moderno.

    ¿Quién niega la importancia del Estado, para aquello que es necesario? No he dejado de repetir, ni dejaré de hacerlo, que el Estado, en su versión más limitada, es imprescindible.

    2.-No sé hasta que punto tira Luis por los derroteros del contrato social. Le considero infinitamente más sutil, acaso porque le he tratado habitualmente y sé que tiene varias capas. Probablemente él, si dispone de tiempo, nos aclare ese punto. Estaré receptivo y dispuesto a aprender, incluso dispuesto a cambiar mi punto de vista, si lo considero más acorde con la realidad.

    4.- Parece ser que el paradigma positivista al que te adhieres es el de Popper y el círculo de Viena.. Para mi Popper da cien millones de vueltas a Comte, pero, sobre todo, es un empírico claramente consciente de los límites del conocimiento, poco positivista en un sentido original del término. Las ciencias sociales no pueden ser como la física – ni en sus resultados ni en lo que puede conocerse-, me alegro de que al menos en esto estemos de acuerdo.
    La cuestión fundamental que deseo resaltar al mencionar a Taleb y el problema de Poincaré es la de las limitaciones de las ciencias sociales en la predicción. No hace falta profundizar mucho más allá. Simplemente ponte a predecir el próximo 11-S o crack bursátil.

    5.- En ciencia, como en cualquier otra actividad humana, hay cosas buenas y malas. Hay buena y mala ciencia. Sólo que el criterio para determinar si la ciencia es buena o mala no es el mismo que sirve para determinar si una persona es buena o mala en su trato con los demás. En ciencia bueno es aquello que refleja mejor la realidad, y malo aquello que la refleja peor. Eso no sé si será operacionalizable o no, pero es tan cristalino como el agua pura en calma. Se puede ser justo o injusto con la verdad. Justo es aquello que se atiene a lo que debe ser. En el caso de la ciencia justo es pues aquello que se atiene a lo que es.

    7.-La realidad social no se conoce, se va conociendo. La diferencia no es pequeña. Influye poderosamente la experiencia. No hay que enfrentarse a las realidades sociales con un cuerpo de conocimientos sobre qué hacer en cada momento, sino con un espíritu abierto. Ese lo proporciona la óptica liberal. ¿Qué por qué? Muy sencillo, porque la óptica liberal conoce los límites, lo que no se puede, pero nada dice sobre lo que se puede, y menos aún sobre lo que se debe. Nada más abierto.

    La curva de campana no me parece algo indeseable, siempre y cuando no sea una curva de campana, en cuanto a ingresos se refiere, desplazada hacia la «izquierda» (ideológica y sobre el eje de abcisas).. No es cierto eso de que los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres. ;Todos se hacen más ricos. La curva, sea de campana o no, se desplaza hacia la «derecha» (ideológica y sobre el eje de abcisas).
    Y no, primero saber y luego hacer no es la fórmula en este mundo en el que todo es tan complejo y tan poco se sabe. Lo que hay que hacer es hacer, y luego se irá aprendiendo de lo que se hace para seguir haciendo. Como decía el filósofo italiano Vico, se aprende haciendo. Empirismo al máximo.

    Saludos.

  4. Eeeh, trampa, Germánico. Pongo el modo juguetón en off para que no haya broncas, me curro una respuesta sacando tiempo de donde no lo tengo y vas y te pones otra vez estupendo. ¿Veis como no hay quien pueda con vosotros? Luego te cabreas porque te digo que piensas como un niño de cuatro años.

    Mill:

    No trate de arreglar una cagada cagando más encima, hombre. La serie temporal es un sistema de organización e indización de datos, en nada parecido al experimento, que es un tipo de análisis de la causalidad. Cuanto más habla, peor.

  5. Germánico

    De acuerdo, modo juguetón off. Contesto a tus argumentos.

    1- «Es preciso ir a los argumentos que presenta y explicar en qué están mal. No decir algo tan general como que son “un amontonamiento de afirmaciones tan improbables como improbadas”».
    Bien, vayamos pues al párrafo en cuestión:
    “El egoísmo que se reconoce a si mismo es bueno, porque no va más allá de los límites impuestos por la naturaleza. Un egoísta estricto no se mete en la vida de los demás. El egoísmo que se autoengaña con grandes causas y grandes fines puede acabar provocando grandes males, y es generalmente malo, porque convierte en medios lo que son fines en sí mismos, empezando por las personas. Por eso el liberalismo es bueno. Por eso el Estado es malo.”

    Es decir, el individuo es egoísta siempre, sólo que algunos lo saben y otros no. Todo esto es muy discutible, puesto que desde una perspectiva individual puedo aceptar que los seres humanos buscan el placer y evitan el dolor, siendo esa su guía de comportamiento básica. Otra cosa es que algunos encuentren placer cumpliendo con su deber, ayudando a los demás o sacrificándose por una idea. Pero desde una perspectiva social sistémica, yo puedo definir el comportamiento altruista como la relación en la que un agente transfiere voluntariamente parte de sus recursos a favor de otro y a cambio de nada. Esto sería un tipo de relación entre agentes y no entraríamos en si a nivel fisiológico el tipo está actuando así porque recibe un buen pelotazo de endorfinas. Es decir, que a nivel social existen comportamientos altruistas. Pero más allá de eso, vamos a lo importante.

    Afirmas que un egoísta consciente de que lo es, es decir, un agente que evita el comportamiento solidario para no perder recursos y sabe cuales son sus motivaciones, es bueno. Aquí ya te has metido en un jardín de proporciones épicas, puesto que afirmas que es bueno sin apuntar a los criterios y el marco en que este adjetivo tendría sentido. Bueno para mi moto es que le eche aceite mineral, pero para mí beberlo es definitivamente malo. Es decir, tu formulación es pavorosamente ambigua. No sólo ésto, sino que aseguras que tal individuo no excederá los límites impuestos por la naturaleza. Aquí ya estás realizando una petición de principio, puesto que sin definir la naturaleza y sus límites afirmas que el individuo egoísta consciente de que lo es los respeta de forma automática. Antes de afirmarlo tendrías que probar tal asunción y definir los términos que la componen. También aseguras que un egoísta estricto no se mete en la vida de los demás, y eso es una falacia de composición como un piano. Que un individuo eluda el comportamiento altruista es sólo una de sus pautas de comportamiento, y no define el resto. Nada impide que ese egoísta consciente de serlo sostenga pautas coercitivas. Se puede ser egoísta, por ejemplo, y además robar un banco. Un agente puede tener relaciones comunicativas, altruistas, cooperativas y coercitivas con otros, y una no excluye las demás.

    Lo siguiente es afirmar que el egoísta que no es consciente de que lo es, o que trata de no sufrir estrés justificando su conducta, causa muchos más problemas que el anterior. Estaría de acuerdo contigo en que no saber, o no querer saber, qué origina la conducta de uno mismo suele traer problemas. Pero de ahí a determinar que causan más que otros individuos es ya un salto considerable. Ahí necesitas datos (más es una medida cuantitativa explícita), y tú no los das. De igual modo, una persona puede causar grandes daños al autoengañarse y obsesionarse con una gran causa, pero eso no implica que pueda ser perfectamente consciente de su egoísmo y mantenerlo. Conozco a más de un católico feroz que no fiaría ni a su madre, una cosa no excluye la otra, Lo que si te concedo es que es muy peligroso que las personas se engañen con grandes causas para superar sus frustraciones y demás, pero ya dijo J el otro día que la disonancia cognitiva rige el mundo. Por último la afirmación más sonada: «por eso el liberalismo es bueno, por eso el estado es malo». En primer lugar, el liberalismo nace con el estado moderno y ayuda a contruirlo. No se puede entender el liberalismo sin el estado moderno, y para eso sólo hay que leer historia. Vosotros aislais el mercado de la sociedad y decís que no necesitáis más, pero lamento comunicarte que el mercado es un conjunto de estructuras íntimamente relacionado con otras, entre ellas, el estado y que no puede sostenerse sin éstas. No es posible una dicotomía estado-liberalismo, ni tampoco libertad-servidumbre. Servidumbre, en un grado u otro, siempre vamos a sufrir, puesto que somos seres sociales. La cuestión es alcanzar el máximo de libertad posible sin perder (o incluso ganando) seguridad y renta globales.

    2.- Lo que le decía a Luis era que el contrato social es un heurístico, y no muy logrado, que ofrece explicaciones muy inferiores a otras más actuales. Quizá lo digo de mala manera, como también respondo de mala manera a cualquier tontería postmoderna, por ejemplo. Uno le tiene ojeriza al recurrir constante a los clásicos cuando ya se ha construido mucho y bien sobre ellos o en contra de ellos.

    Y repito que quería situar los inicios de la aplicación de método científico a las ciencias sociales, y creo que esto sucede con los clásicos de la economía (sin que esto signifique de nuevo que no sa haya construido más y mejor sobre elllos) Era una forma de localizar y, desde luego, dejar clara mi posición: me adhiero al paradigma positivista hasta que no se ofrezca una alternativa mejor. Por cierto, estoy seguro de que la inmensa mayoría de tus entrevistados (y he leído unas cuantas entrevistas) también lo hacen (la diferencia es que yo soy mucho menos listo)

    3.- No, no considero que el conocimiento de las ciencias sociales avance progresivamente. Uno hizo lo deberes en su momento y leyó a Kuhn. De hecho eso no lo creo ni de las naturales. Pero sí creo que en el período en concreto que separa la formulación del contrato social y el estado actual de las ciencias sociales el avance ha sido mayúsculo (pero infinitamente menor -¡ay!- que el de las ciencias naturales)

    Lo de positivista sofisticado significa entender y asumir las limitaciones de la concepción heredada, que observaron pensadores como Popper, Kuhn o Quine entre otros. Significa aceptar la carga teórica, la imposibilidad de certeza absoluta, la intersubjetividad, el conflicto entre paradigmas, etc…
    Y sí, sin duda las ciencias sociales no son física, pero eso no significa que tengamos un método alternativo mejor que el que guía a esta ciencia. Lo de Taleb, la multivariación, la retroalimentación, los sistemas caóticos y los equilibrios lo dejamos para otro día, que da para posts enteros, y eso con la poca idea que tengo del asunto.

    5.- Como tú, me salto el cuatro. No sé en qué momento he mostrado mi postura ética sobre algo (que obviamente tengo). Y no relativizo, simplemente los criterios de bondad/maldad me parecen inadecuados y prefiero otros más operacionalizables. Una vez llego a una conclusión fundamentada no soy nada relativista, pero la moral sigue siendo secundaria (como dice un amigo mío, primero se atiende al principio de realidad, y luego al de justicia)

    6.- Ya explicado en 1.

    7.- «Tampoco entiendes que la alternativa en el asunto del post es entre libertad y servidumbre, no entre fe y ciencia dura. La ciencia dura no puede darnos consejos sobre cómo dirigir nuestras vidas y como organizar nuestras sociedades, o, en caso de darlos, son muy pocos, claramente insuficientes.»
    Lo lamento, pero ahí el desacuerdo es absoluto. El conocimiento que nos ofrecen las ciencias sociales es lo primero a tener en cuenta a la hora de tratar de cambiar las cosas. No digo que no haya espacio pra la ideología, digo que hay que conocer la realidad lo mejor posible antes de hacer nada. Yo, por ejemplo, valoro más que tú que haya una distribución de renta normal (gaussiana) con poca dispersión. Eso es mi preferencia ideológica, pero si crujo a impuestos a las clases más alta puede que me encuentre en un punto indeseado de la curva de Laffer y no sólo no logre una distribución como la que deseo, sino encima una pérdida de eficiencia que dañe a los primeros percentiles. De igual forma, reducir en exceso la capacidad redistributiva del estado puede llevarte a un aumento de la exclusión, la criminalidad y la inestabilidad política, con las consecuentes ineficiencias que, de nuevo, dañan a todos, hasta a los ricos. Primero saber, luego hacer.

    Saludos.

  6. No revela su teoría económica, MILL, porque no la tiene, o porque la que tiene es demasiado frágil para que sea expuesta con éxito, (saliendo bien parada, junto con el prestigio de quien la formula) a la crítica de personas formadas e informadas.

    Demócrito es un claro ejemplo de arrogante epistémico, de necio que no sabe que lo es porque tiene algún conocimiento que camufla su ignorancia, y que, todo sea dicho, le sirve de disfraz para no parecer por completo ignorante (e incluso en ocasiones, con la debida retórica, para pasar por sabio). Para colmo tiene la desfachatez de enfrentarse con quien le puede dejar en evidencia con mayor facilidad. De tanto temer un peligro termina uno por arrojarse a él.

    Fíjate, MILL, hasta dónde llega la prepotencia en la necedad, que después de citar unos pocos nombres de los primeros tiempos de algunas de las ciencias sociales como muestra representativa de más de doscientos años de las mismas (de todas ellas), se lanza a hablar de conocimientos de niños de 4 años a alguien que, es del todo evidente, tiene un conocimiento aproximado del curso actual en estas ciencias y en otras más rigurosas (aunque sólo fuera por el trato con los científicos entrevistados).

    Es probable que Demócrito sea profesor universitario de alguna ciencia venida a menos, como la sociología (que como tal no merece el nombre de ciencia), y defienda su parcela de la embestida de gente de fuera. Ahí tenemos, por ejemplo, al ilustre J, indignado porque unos foráneos se metan en la sociología (¿será también él un vulgar profesorzuelo de esos que maman de la teta universitaria de espaldas a la realidad?). Les perturba enormemente que un «contable» o un «biólogo» se atrevan a hablar de la sociedad…¡¡¡vamos hombre, habiendo tantos doctores en sociología, cómo se atreverán!!

    El problema de los 3 cuerpos que le señalaba a Demócrito está en la base del principal problema de las ciencias sociales, que es el problema de la predicción. Las ciencias sociales, a diferencia de las físicas, apenas pueden predecir nada, y menos los sucesos raros, cuya rareza desaparece en cuanto se suman sus probabilidades.

    Se puede elaborar una estadística, o una serie temporal, y ver cómo está la foto de un determinado momento o cómo ha sido una historia (por ejemplo la de los precios). No se puede en cambio proyectar hacia el futuro, y tanto menos cuanto más lejano sea este.

    Esta no es una objeción menor a la posibilidad de hacer de las ciencias sociales ciencias duras, entendidas a la positiva manera. Las ciencias sociales requieren otros métodos. El empirismo no ha de consistir en experimentos controlados, que apenas pueden hacerse (aunque a veces se denomine a la URSS experimento, como hizo Schumpeter hablando con Weber), sino en una observación e inducción rigurosas.

    Estos chicos son positivista ingenuos. Tienen una fe desmedida en la física social, quizás acaso porque no dominan las matemáticas. Quizás aspiren a formar parte del rebaño platónico guiados por algún sabio pastor. Sea como fuere, aquí solo les vamos a dispensar pensamiento crítico, de ese del que presumen porque carecen, y alguna que otra colleja.

  7. ¿De veras nadie te ha explicado la diferencia entre mensuración y experimento?

    ¿De veras nadie le ha explicado la diferencia entre medición y series temporales de datos?

    …así que supongo que hasta usted podrá observar la diferencia entre éste y un proceso natural sin ningún tipo de control.

    El control en la biología evolutiva son las especies que han desaparecido vs. las que sobreviven porque se adaptan.

    En fin nadie le obliga a leer lo que escribo, que además es gratis, a mí tambié me gustaría saber su Teoría Económica, pero me parece que voy a tener que esperar mas allá de Septiembre.

    Saludos.

  8. Demócrito dijo

    Lo que quiero es un sistema que me ofrezca la máxima garantía de libertad, seguridad y prosperidad posible, y por ahora es el estado democrático social y de derecho

    Diga que sí Demócrito, porque yo lo valgo. Con esos argumentos ¿Quién va a discutir con usted?

    Saludos.

  9. Bueno, Demócrito, en vista de que a otros sí les medio argumentas, te concederé el beneficio de la duda y responderé a lo que me dices.

    Hablas de que lees mucho, lo cual está muy bien, siempre y cuando a uno no le pase lo que al Quijote con los libros de caballerías. Luego denominas a esta actividad «vicio inútil». ¿Podrías explicarnos por qué? ¿Es el conocimiento inútil? ¿O pretende ser una ironía sobre lo mucho que lees y lo poco que -supuestamente- lo hacen otros, a los que les parecería, en su ignorancia, algo inútil? ¿Sabes cuánto leemos o dejamos de leer los demás? ¿Sabes con qué provecho? ¿Se aprendería mucho leyendo libros que expresan ideas superficiales o definitivamente erróneas en cantidades industriales? No digo que tú lo hagas, seguro que lees libros muy interesantes y muy científicos, pero ¿Podría ser que no fuera cuestión de cantidad sino de calidad? ¿Influye el lector con su interpretación, o basta con lo leído? ¿Es preferible tener una sola idea cierta o múltiples equivocadas? No lo sé. Admito mi ignorancia. Pero me quedo con tu ironía -así interpreto tus palabras.

    Vayamos por puntos. Lo que dije de «circunspecto» fue burlándome un poco de tu aire circunspecto al enumerar, un poco más arriba. Luego te copié la fórmula para seguir con la broma, y ahora vuelvo a ello. Mi afán no era otro que bromear, quizás debieras entenderlo, dado que fuiste tú el primero en «bromear» en este hilo (o eso declaras).

    Llegué a ello por mimetismo con mi «adversario». A veces los equipos buenos juegan malos partidos contra equipos malos, pareciendo que se han contagiado del mal juego de sus rivales. Eso no es un «pensamiento despojado de toda complejidad», sino simplemente la respuesta a un conjunto de rebuznos inarmónicos. Pero tú das más de ti, poco a poco….

    1.- Me gustaría que me aclararas en qué se aprecia mi actitud de viejo. ¿Cuál es, de hecho, la actitud de un viejo? Sabiendo eso quizás pueda entender mejor en qué es vieja mi actitud, y pueda hacer algo para corregirla. Agradeceré sinceramente que me lo señales. Nunca es tarde para aprender algo nuevo. Nunca se es demasiado joven ni demasiado viejo para la filosofía (Epicuro)

    Sobre los conocimientos de los que dispongo no tengo una medida fiable. No obstante cabe suponer que el que me atribuyas los de un niño preescolar no deja de ser una exageración. Digamos que pocos. No vamos a entrar en las cuestiones relativas al desarrollo cognitivo humano, y si es la mente infantil como la de un adulto en miniatura o más bien cualitativamente distinta, porque eso nos haría salirnos del intercambio más o menos estéril que nos traemos entre manos.

    Pero «pocos» es algo que no tiene mucho sentido más que a la luz de la memoria. Uno puede ser un excelente recordador de fechas, nombres, sucesos, procedimientos y demás, pero ¿Significa eso que sea más inteligente? No. Así que imagino que además de sugerir que tengo pocos conocimientos, sugieres asimismo que dichos conocimientos son falsos, o que el empleo que hago de ellos es claramente torpe. De ese modo tendríamos pocos, falsos y torpemente manipulados por una inteligencia escasa.

    Creo que habiendo llegado aquí he podido aproximarme, siquiera un poco, a lo que querías dar a entender. No se corresponde mucho con la esponja que es la mente infantil, pero bueno.

    Pues bien, la forma de darlo a entender más apropiada no es simplemente diciendo que uno es un necio y un bobo. Es preciso ir a los argumentos que presenta y explicar en qué están mal. No decir algo tan general como que son «un amontonamiento de afirmaciones tan improbables como improbadas». Esa frase en sí es tan improbable como improbada, como argumento. Tienes que ajustarte mejor a lo que digo y explicar en qué está mal dicho, cuál es la fuente de conocimiento errónea que expreso y porqué no tiene hilazón lógica. Mientras no hagas eso no podrás sacarme del error. Y te aseguro que estoy dispuesto a salir del error, si alguien me guía benevolentemente.

    2.-Cuando decías que más de doscientos años de ciencias sociales tiraban por los suelos lo que decía Luis hacías uso del clásico argumento de autoridad. Por desgracia, y como te señalaba, las ciencias sociales no son ciencias exactas. Por otra parte resulta chocante que tras tan rimbombante argumento de autoridad hables de los inicios, y además dejes de mencionar ciencias bastante relevantes para el estudio del ser humano en sociedad. No voy a volver a enumerarlas. Esto no es una competición de haber quien cita más autores. Simplemente la muestra que nos has presentado es una muestra no representativa de más de doscientos años de ciencias sociales. Eso es todo. Luego puedes salir por la tangente y repetir que repites lo de los principios, pero simplemente la muestra habla por sí sola.

    Precisamente porque el público es, a tu juicio, tan poco ilustrado e inteligente (Dices: «No puedo hacer una lista completa de estudiosos relevantes de las ciencias sociales. Sería un trabajo largo y, dado el público, de inexistentes consecuencias») no tiene ningún sentido que presentes una muestra tan poco representativa. No deberías hacerlo en ningún caso, si tanto valoras el conocimiento, pero menos aún si te diriges a ignorantes a los que pretendes ilustrar o al menos mostrar su ignorancia. No se combate la ignorancia con datos erróneos o incompletos. Y no me digas, por favor, que te estoy pidiendo una lista larguísima. Insisto, si sabes estadística (bueno, y ciencia) lo entenderás: REPRESENTATIVA. Y son TODOS nombres anteriores a principios del XX, al menos los que te leí. ¿Cuál no? ¿Es que Adam Smith no lo era? ¿Dije yo en alguna parte que no lo era?

    Los nombres que yo puedo dar, muy a tu pesar, son bastantes. Todos ellos vivos, y actuales. Sólo tienes que mirar la relación de entrevistas de este blog. Si no los conoces no pasa nada, entras en la entrevista y te enteras. Y así de paso ves que no todos mis artículos van sobre la libertad y la servidumbre.

    En efecto considero el liberalismo bueno y al Estado algo malo. No de esa forma tan maniquea, ciertamente, pero en una gradación que va del estado absoluto a la anarquía yo estoy más en el lado de la anarquía. No soy anarcoliberal, creo que el Estado tiene funciones que cumplir, pero considero que cuando se excede de estas se convierte en un grave problema social, político y económico.

    3.- Cuando digo que no eres consciente de lo que subyace a lo que dices no estaba hablado de Braudillard, ni de si le conozco o no. Hablaba de que consideras el conocimiento en ciencias sociales como algo que ha avanzado progresivamente (eso está implícito en tu frase de los más de doscientos años), como si hubiera a día de hoy una unanimidad en ciencias sociales tal, basada en evidencias indiscutibles, que no permitiera la más mínima especulación sobre, qué se yo, el contrato social (y ojo que yo no creo en dicho contrato).

    Qué tú eres positivista era evidente desde hace tiempo (en algún otro post comentaste). Otra cosa es lo de la sofisticación. Sería de gran utilidad para este debate comprender, a grandes trazas, en qué consiste dicha sofisticación, y en qué hace diferente el positivismo del mantenido en su día por, pongamos por caso, Comte.

    Bueno, eso de Poincaré puedes leerlo en libros como el de Nassim Nicholas Taleb, El Cisne Negro, o en ¿Juega Dios a los Dados? de Ian Stewart. Pero por tu perfil en blogger deduzco que las matemáticas no son tu fuerte, así que no profundizaremos más en ello. Simplemente señalar que la aproximación a la realidad social no es nada sencilla. Interactúan gran número de agentes de múltiples maneras. Son además agentes conscientes y libres (hasta cierto punto, vaya), lo suficiente para que no sean predecibles como una bola de billar al golpear a otra. Y hablamos de tres cuerpos. ¿Qué decir de la sociedad, esa compleja adaptación al complejo medio ecológico?

    En definitiva, Demócrito, que la ciencia social no puede ser como la física. No obstante aceptaré tus aclaraciones sobre el particular, y sobre el positivismo.

    5.-Cuando ironizo sobre tu moral lo hago porque has hecho todo lo posible por relativizar ante mis supuestamente manifiestas declaraciones sobre la bondad y maldad respectivas del liberalismo y el Estado, pero no puedes evitar, como es natural, sacar tu moral a la luz. Uno es relativista hasta que se demuestre lo contrario. ¿Disonancia cognitiva? La máxima.

    6.-Y si, es obvio que sigues sin entender la frase de marras. Mientras no demuestres lo contrario, por ejemplo argumentando.
    7.- Tampoco entiendes que la alternativa en el asunto del post es entre libertad y servidumbre, no entre fe y ciencia dura. La ciencia dura no puede darnos consejos sobre cómo dirigir nuestras vidas y como organizar nuestras sociedades, o, en caso de darlos, son muy pocos, claramente insuficientes. Quizás el paradigma positivista sofisticado tenga alguna respuesta certera, pero de momento no nos la ha revelado. O nadie la ha entendido, a la luz de cómo son las cosas.
    ¿Qué entiendes por propaganda? ¿Son las ideas que yo expongo propaganda? ¿propaganda de qué, de quién? Tendrás que explicarte mejor. Poco a poco.

    Por el culo te la hinco.

  10. Luis:

    1.- Creo que cometes un error al considerar que una agrupación de tamaño geográfico y demográfico pequeño significa automáticamente que sus estructuras son simples. Las estructuras sociales no participan únicamente, que también, de lo geográfico. Con esto quiero decir que un municipio actual de 200 habitantes no es una unidad social simple y discreta, como pudiera serlo en buena medida una banda cazadora-recolectora. Este municipio es una agrupación de agentes que forman parte de estructuras complejas mucho más amplias, a muchos niveles. Por ofrecer una imagen quizá demasiado simplificada, sería como pretender que las piezas aisladas de un motor son un motor en sí mismas, y que serían capaces de actuar por sí solas de la misma forma que el motor del que proceden.

    Pongamos un pequeño municipio de la Mancha. Está unido a otros por carreteras que han supuesto la coordinación de numerosos agentes, ofrecida por el estado. Por esta carretera llegan fertilizantes fabricados incluso en otros continentes mediante una cadena que ha supuesto una regulación extremadamente compleja. Los negocios han pedido capital inicial a instituciones financieras que lo han recogido de miles de hogares, instituciones financieras que son protegidas del robo, la estafa o el impago por agentes coercitivos como el estado. Los hogares están interconectados a una red global de comunicaciones por internet surgida del esfuerzo de un estado, el de los EEUU, por desarrollar una red de comunicaciones estable y con una elevada tolerancia a fallos: ARPANET. Y así ad infinitum. Tú crees que simplemente secesionando (socialmente, no es imprescindible que sea un acto político) el municipio éste va a resumir tales relaciones sin defecto. Yo lamento decirte que me gusta la idea pero sencillamente no es cierto. Y no será porque no se haya intentado una y mil veces. La coordinación de agentes es un problema de magnitud colosal y el estado es, como muy acertadamente afirmas, una herramienta (aunque no sólo, ojalá) para lograr tal coordinación. ¿Imperfecta? Sin duda. ¿A menudo disfuncional? Desde luego. ¿Casi siempre ineficiente? Como toda estructura coordinadora de agentes, hasta hoy (incluyo el mercado). La cuestión es que, hoy por hoy, las alternativas que se han ofrecido al estado democrático de derecho han demostrado ser irrealizables (anarquismo, cantonalismo, etc…) o crear monstruos (fascismo, nazismo) o ambas cosas (comunismo soviético). Por eso cuando digo que deberíais probar no es mera ironía, porque la historia de tales esfuerzos ha demostrado ser la historia de una derrota anunciada.

    Y con esto no digo que el proceso social no nos lleve a escenarios muy distintos donde tal cosa fuera posible. Pero hoy, tal y como son las cosas, no lo es.

    2.- «Lo de poner en el mismo orden categórico a un asesino y un evasor de impuestos ya te lo han criticado: no es moralmente viable, por no decir que es moralmente deleznable. El estado moderno es simplemente un conjunto de estructuras de coerción, simplemente por el hecho de que nadie me ha preguntado, nunca, si quiero que me “proteja”. Nadie me ha preguntado, nunca, si quiero ser solidario mediante hacienda o mediante la luna verde. La solidaridad, o es voluntaria o es un robo. Los contratos: son cosas de dos. Nadie puede especificar cómo ha de ser ni qué ha de contener. Las reglas son claras: ningún contrato puede suponer una agresión a la vida, otros contratos o la propiedad de ninguno de los contratantes. Sobre eso escribe mucho, y bien, Christian Sigrist (lamentablemente sólo en alemán)»

    Por eso criticaba tu visión contractualista de la sociedad. No es cierto que haya contrato alguno. El proceso de inserción en la sociedad no es voluntario, consciente y racional. No, la socialización es coercitiva por definición, puesto que parte de sus funciones es limitar la libertad de la persona a lo largo de su desarrollo para que pueda interactuar con otros agentes. Experimentos en contra, como Summerhill, han fracasado estrepitosamente pues ofrecen educandos que sufren grandes dificultades para adaptarse al mundo laboral, al tiempo que muestran enormes lagunas intelectuales. De igual forma, la relación con la sociedad por parte del individuo no es voluntaria, es necesaria y supone un sacrificio implícito y nada voluntario. Otra cosa es que se maximice la libertad individual dentro de los parámetros de orden y eficiencia productiva imprescindibles para que el resultado sea el mejor posible. Es decir, que yo sé que dependo de los demás y que los demás limitarán mi libertad. Lo que quiero es un sistema que me ofrezca la máxima garantía de libertad, seguridad y prosperidad posible, y por ahora es el estado democrático social y de derecho.

    3.- «Si uno de los objetivos de todo estado es perpetuarse, anular la opción de secesión, ya sea individual o colectiva es simplemente represión. A eso yo lo llamo dictadura, impostura.»

    Repito: toda organización que ofrezca incentivos (ventajas comparativas) a sus miembros los impulsará a luchar por su supervivencia. No necesariamente de forma violenta, pero también mediante la violencia si puede. Por eso prefiero una organización monopolista de la violencia debidamente controlada a multitud de agentes en conflicto entre sí. Ya sabes que la libre competencia favorece la productividad y, con ello, el incremento de la producción. Perfecto, pues yo no quiero un mercado liberalizado de violencia al por mayor. No es una simple disyuntiva entre libertad o servidumbre, sino de cuánta libertad puedo disfutar bajo unas circunstancias dadas, y cómo incrementarla sin reducir el bienestar general.

    Saludos y hasta otro día.

  11. Bueno, Democretino, tendrás que disculpar que no continúe con este intercambio estúpido (en tu caso desde el principio, en el mío empezaría ya a serlo). Tengo otras cosas más interesantes que hacer (cualquiera lo es).

    Volviendo al tema del post. Luis, como decía (y creo decimos todos, csda uno a su manera) el hombre no es ni bueno ni malo, sino simplemente egoísta. Como cualquier otro animal defiende su parcela, y trata de ampliarla. Fíjate, por ejemplo, en Memoprogres y Siracursis: debaten como animales que defienden un territorio. No razonan, no argumentan, simplemente sacan los dientes y las garras (que en este caso son pseudoargumentos y ad hominems), e intentan vanamente hacer mella en aquel que representa para ellos, sus concepciones, su estatus, y en algunos casos su trabajo, un peligro. Quieren parecer sabios. Eso es todo.

  12. Mill:

    ¿Es usted de verdad? ¿De carne y hueso? Es que no me lo puedo creer, de veras. Ya son muchas veces las que demuestra no tener ni idea de lo que habla, pero no puedo creerme que todo esto lo haya escrito una persona:

    1.- «Tectónica de placas: se puede medir a través de satélites el movimiento de los continentes.»
    ¿De veras nadie te ha explicado la diferencia entre mensuración y experimento? Ya sé que en contabilidad no se enseñan estas cosas pero podría haberlo tratado de aprender por su cuenta. Nada hombre, yo se lo explico, simplificado para que lo entienda (no vamos a meternos en análisis multivariable y tal): el experimento es un proceso donde se aislan dos variables, dependiente e independiente, y se mantienen constantes el resto. Para conocer los valores de las variables se necesita mensurarlas antes y después de la modificación de la variable independiente, y así tener la certeza de que es la variación en ésta la que causa la modificación en la variable dependiente. Como puede observar, la mensuración es sólo un elemento del proceso, no el proceso en sí. Muchas disciplinas no pueden realizar experimentos que repliquen escenarios reales a menudo, pero eso no les impide investigar con rigor tales fenómenos.

    2.- «Climatología: lo único que tienen son modelos y hasta ahora no funcionan muy bien»
    ¿Ahora también es climatólogo? Me abruma con sus conocimientos. Pero sólo hasta que habla, claro.

    3.- «¿Por qué buscan fósiles? Más que nada porque son el resultado de un experimento.»
    Es usted uno de los grandes maestros del humor involuntario. Cada vez que dice algo es tan absolutamente falso que creo que lo dice sólo por joder. Ya le explicado lo que es un experimento, así que supongo que hasta usted podrá observar la diferencia entre éste y un proceso natural sin ningún tipo de control. Si no puede, quizá sea hora de buscar un tratamiento que le ayude.

    4.- «En cuanto a la sociología, eso no es ciencia, eso es política y a mi no me interesa nada la politica.»
    En esto sí que dice algo cierto, pero sólo en la última parte: que a usted no le interesa nada la política… ni la climatología, ni la física, ni la geología. O al menos eso se concluye tras leerle. Dejémoslo entonces en «a mí no me interesa nada», que explica perfectamente por qué no sabe nada.

    5.- «El “método científico” se basa en la experimentación. Es decir tomo una serie de elementos, los manipulo de determinada manera y dan un resultado. Para que el experimento sea válido, éste tiene que poder repetirse cuantas veces queramos y dar siempre los mismos resultados. Y en base a estos experimentos se establecen leyes se hacen teoría… En Economía no se pueden hacer experimentos…»
    Luego según su razonamiento la economía no es una ciencia ¿no? Puesto que no sigue el método científico, que usted ha reducido alegremente al experimento. Pero al mismo tiempo existe un método alternativo que usted ha escrito en su libro. ¡Yo vengo a hablar de mi libro! Espero que mole tanto como los de economía astrológica de Santiago Niño Becerra.

    6.- «Raul, comprendo que tu limitado entendimiento te impida comprender que en Economía no se pueden hacer experimentos y que la aproximación científica debe hacerse de otro modo.»
    Y nosotros no cesamos de implorarle humildemente, y ya es la tercera vez, que nos explique en qué consiste tan excelente método alternativo.

    7.- «¡¡Cuánto me voy a divertir cuando en Septiembre empiece con mi libro!!»
    Usted sí, sin duda, pero ¿qué culpa tiene la humanidad?

    Saludos

  13. Buenos días a todos, excusen que no haya podido responder antes pero ando algo liado: demasiada teoría, demasiadas citas, demasiados libros. Vicios inútiles, ya sé, pero que ha cierta edad son difíciles de superar.

    Germánico:

    Es de agradecer que respondas con «circunspecto» orden. Eso, y tu pensamiento despojado de toda complejidad, me facilitan la labor de réplica.

    1.- Me abrumas con tus sutiles juegos de palabras, he necesitado leer dos veces que sí, que has escrito «por el culo te la hinco». Estelar.

    «Me estoy haciendo mayor, pero con el discurso de un niño de cuatro años ¿eh?» Exacto: tienes la actitud de un viejo y los conocimientos de un niño de cuatro años. He cometido la osadía de completar yo la formulación porque me he dado cuenta de que te cuesta captarlo. No te preocupes: poco a poco.

    2.- «No olvidas ningún nombre ni ninguna ciencia. Los que descartas son literatura más o menos interesante» Repito que hablo de inicios. No puedo hacer una lista completa de estudiosos relevantes de las ciencias sociales. Sería un trabajo largo y, dado el público, de inexistentes consecuencias. Simplemente he señalado algunos ejemplos de dos ciencias sociales, es decir que la lista no es exhaustiva. Ten en cuenta que no todos tenemos una o dos ideas y tres o cuatro nombres con los que apuntalarlas, para así rellenar artículo tras artículo de más de lo mismo: «Liberalismo bueno, estado malo»

    Por cierto, genial eso de «todos ellos del XIX y principios del XX o anteriores”. O sea, TODOS. Lo bueno del truco es que así uno no se equivoca nunca, lo malo es que se queda en ridículo siempre.

    3.- «Jejejee no eres consciente de lo que subyace a lo que dices.»
    Eso ha sonado a «…como no entiendo absolutamente nada, y a Braudillard lo conozco desde que busqué en la Wikipedia para responder a éste, mejor digo que el que no se entera es él y a ver si cuela». No ha colado.

    4.- «…un punto después vuelves a revelar inadvertidamente tus presupuestos metodológicos e ideológicos»
    ¡Bien! Tras decenas de comentarios Germánico descubre que me adhiero a un paradigma positivista sofisticado. No está mal, mañana quizá descubra asombrado que la lluvia moja. Como dije antes: poco a poco.

    Lo mejor de todo es que ahora me vienes con dificultades epistemológicas como la interacción multivariable o los sistemas caóticos, que llevan siendo afrontadas años. Es lo malo de leer un artículo en Libertad Digital y creerse un experto.

    5.- «…¿en qué consiste ese mínimo sentido de la decencia del que hablas?»
    En no permitir que la disonancia cognitiva, a la que debes todo cuanto eres, dicte de nuevo sentencia y te permita ser coherente de vez en cuando.

    6.- «¿Seguís sin entender la frase de marras?»
    Creo que achacas a los demás tu propias limitaciones, Germánico. La frase se entiende divinamente, pero no pasa de ser un amontonamiento de afirmaciones tan improbables como improbadas. Y cuanto más lo explicas, peor queda. No sé cuándo os entrará en la cabeza que una petición de principio no significa certeza y que el razonamiento circular no es una elaborada teoría. Cuando el sabio señala la luna el tonto mira el dedo y Germánico se mira el ombligo.

    7.- «Por cierto, la alternativa no es entre ciencia dura y fe, Democretino, sino entre libertad y servidumbre.»
    No, si ya entiendo que a ti los criterios de certeza te la traen al pairo. Tú ya sabes cuál es tu verdad sin haberla tenido que buscar, y no te vas a detener en estudiar demasiada teoría, demasiadas citas, demasiados libros. Eso te quitaría tiempo para hacer propaganda. Lo malo es que a nosotros no nos ha hablado ninguna zarza ardiente. Perdónanos por ello.

    Saludos.

    P.S: «por el culo te la hinco», ¡qué bueno!

  14. Demócrito:

    ¿Así que con la tectónica de placas no se pueden hacer experimentos?, pues mira con los satélites podemos calcular cómo se mueven los continentes todos los días.

    Al primer soplido tu tenderete pseudointelectual se te ha venido encima de la cabeza.

    Depende cómo definas naturaleza humana. Si la consideras el conjunto de rasgos no sometidos a cambio de los seres humanos, por definición su modificación no sería posible (conste que no es la definición que yo adopto)

    Eféctivamente Demócrito: el caballo blanco de Santiago era blanco. No era eso lo que te preguntaba pero ¡Qué le vamos a hacer!

    Raul, comprendo que tu limitado entendimiento te impida comprender que en Economía no se pueden hacer experimentos y que la aproximación científica debe hacerse de otro modo.

    ¡¡¡Cuánto me voy a divertir cuando en Septiembre empiece con mi libro!!

    Saludos.

  15. Rubén, en efecto. Ven sus creencias y certidumbres en peligro y se ponen a gritar histéricamente y a señalar con el dedo: ¡¡TABÚ,HEREJÍA,ANATEMA!!

    Son unos relativistas políticamente correctos con muy poco que decir, en verdad.

  16. jajajajaa, Raulín, por lo menos sirve para que mis palabras sean mejores que mi silencio. No es tu caso, ni el de tus amigos. De ahí que sólo critiquéis e insultéis sin aportar idea alguna. De ahí que vuestros 2 minutos de odio sean tan parecidos a los de la novela de Orwell.

  17. «Argumentos bien pocos»…
    Germánico, estás en un error:

    ¡¡MACHACAR, DESTROZAR, HUMILLAR, TRITURAR, DESOLLAR, DESCUARTIZAR!!

    ¡Esos son sus argumentos!! Y no son pocos. Los has expuesto tú mismo de inmejorable manera.

    Y es normal. Porque lo que arguyen (qué a propósito suena) no tiene que ver con el sentido común, la realidad, ni siquiera con la sinceridad y la honestidad (no hablemos ya de ética)… Tiene que ver con la defensa de su sistema de creencias y de lo que interpretan como agresión a esas creencias. Creencias que no van más allá de sí mismas, que no llegan a ser fe (mira lo difícil que resulta ofender en su fe a quien cree en Dios), porque están afincadas sobre la incertidumbre que les provoca lo relativa que suele ser la «verdad» que les cuentan.
    Por cierto, no saben que esa «verdad» no es propia. Creen firmemente que es un descubrimiento. Lo sé porque de ahí vengo. No saben unos cuantos de ustedes cuánto les debo. Gracias.

  18. Luis:

    «En cuanto entró en el campo de la política, se convirtió en un neo-marxista de los que hay a patadas por la blogosfera hispanoamericana.»

    Sí, bueno, llámalo x, pero el tipo da en el clavo con vosotros. Puede que su filosofía política tenga defectos («socialismo cooperativista»), o que se pueda mejorar, pero el análisis que hace de las ideologías, desde el neoconservadurismo hasta el comunismo pasando por la socialdemocracia, es prácticamente exacto.

    Por otro lado, Germánico ha planteado la dicotomía libertad-servidumbre. Evidentemente no la comparto, pero esa es otra cuestión… Sostengo que, puestos a dicotomizar, la dicotomía realmente pertinente aquí es la dicotomía egoísmo-altruismo. Y, como sugerí en un post hace ya algún tiempo, el mecanismo por el cual nuestro cerebro se divide de esa manera es la empatía, más concretamente el grado de empatía (donde un grado muy alto=altruismo puro, y un grado muy bajo=egoísmo a lo Ayn Rand). Huelga decir que esa hipótesis no ha sido probada. Primero porque le falta rigor. Segundo porque es difícil. Tercero…

    Un saludo.

  19. «Cuando uno es consciente de su naturaleza egoísta lo es de sus propios límites como ser humano y, naturalmente, de qué es factible construir socialmente y qué no. Y esto afecta a nuestra visión del Estado y a nuestra percepción de la realidad social en general. Nos hace entender que es preferible que los individuos obren con libertad, que desarrollen su particular egoísmo en interacción con otros individuos igualmente egoístas, persiguiendo cada uno su interés, que tratar de inculcarles e imponerles grandes valores morales desde arriba, desde el Estado. Esto último no cambia la naturaleza humana, pero sí causa grandes males, al cortar los flujos e intercambios sociales y económicos que se dan de forma espontánea, sin director alguno. Por eso el liberalismo es bueno, por eso el Estado es malo. Pero bah, seguirás sin entenderlo.»

    Ahora la consciencia de los propios límites hace que se instalen automáticamente en tu cerebro todos los conocimientos necesarios de Sociología, Historia, Antropología y demás. Tienes que dejar de ver Matrix, Germánico.

  20. Estimado Ruben A.M.:

    Acaba vd. de tener sus Dos Minutos de Odio:

    http://dosminutos.neoprogs.com/2010/05/desde-el-delirio/

    Enternecedor el alegato en contra de los libracos, los numericos y esas cosas tan cansadas. Una vez se ve la zarza ardiendo, ¿para qué argumentar o leer?

    No menos tierna es la queja de que los que no piensan como vosotros creen que tienen razón. ¡Pero si eso es patrimonio vuestro! ¡inaudito! ¡tenían que pedir perdón por creer eso y dejarse apalear dialécticamente! (y no al revés, como ha pasado, de ahí los «quejíos» de «ayh, que vienen a ganar el debate»)

  21. Con ustedes, la Eclosión: una pandilla de semi-cultos escribiendo de materias que ignoran para un público de analfabetos.

  22. ¡¡MACHACAR, DESTROZAR, HUMILLAR, TRITURAR, DESOLLAR, DESCUARTIZAR!!

    Rubén, fíjate bien como empezó el debate (cuando era debate) y cómo se ha ido desarollando. Es obvio que son ELLOS los que la tienen más grande (la vanidad).

    Argumentos bien pocos.

  23. Demasiada teoría, demasiadas citas, demasiados libros leídos ocultan la originalidad y el sentido común que, aunque me cuesta extraer, hay en estos comentarios… demasiada “escuela” hace parecer muy alejados los pies de la tierra, o del asfalto.
    Tal y como está diseñado (porque está diseñado) “todo”, el orden social, no sé como llamarlo, es una absoluta y triste estafa: el estado es un semidiós que hace y deshace en manos de una nueva clase: la política (caciques de nuevo tipo pero sin «clase» ninguna, gente mediocre, de mentira burda, gorda)…
    Y esto sucede bajo la premisa que enuncia “Demócrito”:

    «…uno de sus (los) objetivos principales de las organizaciones es perpetuarse. La cuestión no es esa la cuestión es si la sociedad que lo adopta logra mayores grados de bienestar (que defino como una optimización de la relación libertad, seguridad y renta) para sus componentes que otras alternativas»…

    Bueno, eso seguramente está bien para mucha gente que necesita que le den la vida masticadita ya, pero, por ejemplo, a mí que me dejen tranquilo. Yo me busco la vida como me de la gana. Y eso es lo que deseo para todo el mundo. (Por ahora voy perdiendo)…

    Se puede teorizar todo lo que se quiera, citar autores, argumentar la historia, la ciencia… pero nada de eso nos saca de la porquería, nada de eso resuelve el problema de que estamos a merced del estado y que, al menos en mi caso y en el de muchos otros, no deseamos que eso sea así.
    Lo único que se consigue con tanta verborrea es que alguno se sienta satisfecho de haber o estar «ganando» la discusión (bueno, eso que ahora llamamos «debate»)
    Seguimos siendo tribu, manada, como los elefantes, los tigres o los bisontes: con un líder (el estado) al que seguimos, que lo decide todo, del que esperamos que lo resuelva todo, que lo impone todo y al que únicamente venciéndolo (cosa que sólo puede hacer otro líder igual de “seboruco”) podemos cambiar… para comenzar a adaptarnos a otras maneras de decisión, «resolvederera», etc… más de lo mismo.
    Sólo la percepción de nuestra posibilidad de libertad individual nos separa del mono… no el ordenador, ni la filosofía o la ciencia: la libertad. Y es porque la libertad nos pone al otro lado del espejo, en el lado contrario a la manada. Libertad individual, por supuesto.
    Desde ahí me parece muy bueno el artículo de Luis I. Gómez y sus criterios…
    Curiosamente una discusión tan interesante termina siendo aburrida en cuanto comienza el personal a tratar de ganar la bronca, de demostrar quien la tiene más grande. El hombre no es malo ni bueno por naturaleza: es estúpido.
    Por supuesto, esto lo escribo con el afán, estúpido pero altamente prometedor, de Ganar, no por solucionar ni aportar ni hacer uso de mis derechos democráticos… todo eso es vanidad, lo importante es «aplastar al otro»… ¿o no?
    Gracias por permitirme opinar.

  24. Por cierto, la alternativa no es entre ciencia dura y fe, Democretino, sino entre libertad y servidumbre.

    ¡Qué grandes filósofos políticos y de la ciencia!´

  25. Jajajajajaaa, Democretino, parecías más inteligente cuando te limitabas a insultar.

    Por circunspecto orden:

    1.-Tú no insultas, gastas bromas. Yo insulto, soy muy serio. Tú eres irónico, fino, sutil. Yo en cambio soy obtuso, simplista, amargado. ¡¡Claaaaaaaroooo!!!

    Me estoy haciendo mayor, pero con el discurso de un niño de cuatro años ¿eh? ¿eh? Eso significa que pronto cumpliré cinco (por el culo te la hinco) como mi hijo.

    2.-Hablas de los inicios. ¡¡Desde ellos más de doscientos años de ciencia social nos contemplan!! No olvidas ningún nombre ni ninguna ciencia. Los que descartas son literatura más o menos interesante, los que incluyes ciencia social dura, de esa que sigue el método científico puro. Me dices que Adam Smith es del XVIII, tras leer apresuradamente lo que he escrito y no percatarte de que digo “todos ellos del XIX y principios del XX o anteriores”. Lees tan bien como piensas ¿eh?¿eh? Es obvio que quien necesita un mapa eres tú, para orientarte entre tanta idea.

    3.-jejejee no eres consciente de lo que subyace a lo que dices.
    4.-Aaaamigo, un punto después vuelves a revelar inadvertidamente tus presupuestos metodológicos e ideológicos. O sea que la ciencia social tiene que ser como la física. El problema de los 3 cuerpos de Poincaré, por ejemplo, debería poner freno a tus ilusiones (no olvides consultar en Wikipedia). Pero como la alternativa al método científico, tal como tú lo interpretas, es la fe o el marxismo, ¿Cierto? Nunca se fue tan lejos en el relativismo.

    5.-Yo no he sacado el tema de Krahe, pero, ya puestos, ¿en qué consiste ese mínimo sentido de la decencia del que hablas? ¿No estarás haciendo una valoración moral? Y tus valoraciones morales ¿son cosa de fe o de ciencia? Ay ay, que dilemas.

    6.-¿Seguís sin entender la frase de marras? Entiendo que tu cerebro no dé más que para medio minuto de análisis, y entiendo que rías con lo que no entiendes, porque la risa suele venir de cosas que no nos parecen congruentes, así que el tonto ríe con las paradojas, y cuando el sabio señala la luna el tonto mira el dedo.

    Cuando uno es consciente de su naturaleza egoísta lo es de sus propios límites como ser humano y, naturalmente, de qué es factible construir socialmente y qué no. Y esto afecta a nuestra visión del Estado y a nuestra percepción de la realidad social en general. Nos hace entender que es preferible que los individuos obren con libertad, que desarrollen su particular egoísmo en interacción con otros individuos igualmente egoístas, persiguiendo cada uno su interés, que tratar de inculcarles e imponerles grandes valores morales desde arriba, desde el Estado. Esto último no cambia la naturaleza humana, pero sí causa grandes males, al cortar los flujos e intercambios sociales y económicos que se dan de forma espontánea, sin director alguno. Por eso el liberalismo es bueno, por eso el Estado es malo. Pero bah, seguirás sin entenderlo.

  26. Visto el percal, la recomendación más pertinente aquí es «mi primera cartilla»

  27. El último libro de Mario Bunge, Filosofía política, es una crítica excelente al neoliberalismo e ideologías afines. Os lo recomiendo, je…

    • Hugo, el epistemólogo argentino Mario Bunge debió quedarse en su campo, desarrollando las aplicaciones del pensamiento materialista en la práctica científica, donde -sin duda- aporta interesantíosimos puntos de vista. En cuanto entró en el campo de la política, se convirtió en un neo-marxista de los que hay a patadas por la blogosfera hispanoamericana. (y digo blogosfera, no digo mundo académico, que también, pero el nivel es el que es)

  28. Estimado Mill:

    Acaba vd. de tener sus Dos Minutos de Odio:

    http://dosminutos.neoprogs.com/2010/05/grandes-momentos-de-la-filosofia-de-la-ciencia-by-mill/

    Por lo demás, Germánico dice que “Por eso el liberalismo es bueno. Por eso el Estado es malo». Bueno, pero el «estao asasino» no es tan malo cuando permite a nuestros amigachos dar congresos y conferencias en instalaciones pagadas con los impuestos de todos, ¿verdad? Incluso está chupando de la teta pública nuestro amigo Alberto Gómez Corona

    http://www.juandemariana.org/pagina/116/iii/congreso/economia/austriaca/

  29. Por cierto De Juana Chaos es un asesino. Eso no es subjetivo y sino pregúnteles a sus víctimas.

    Hasta ahora no ha dicho mas que tonterias, eso sí con mucha ampulosidad.

    Saludos.

  30. Falso:

    Tectónica de placas: se puede medir a través de satélites el movimiento de los continentes.

    Climatología: lo único que tienen son modelos y hasta ahora no funcionan muy bien.

    Biología evolutiva:¿Por qué buscan fósiles? Más que nada porque son el resultado de un experimento.

    Astrofísica: ¿Por qué no les quitamos los telescopios a los astrofísicos?

    En cuanto a la sociología, eso no es ciencia eso es política y a mi no me interesa nada la politica.

    Vamos, que pone usted unos ejemplos…

    ¿Cuál es su método para la Economía?

    Saludos.

  31. Demócrito, ¿de qué vas? ¿De «todo vale», en lo que debe ser tu particular interpretación del debate?

    Plazaeme, ya he dicho que el estado, como cualquier estructura social, puede albergar subestructuras disfuncionales o ser disfuncional en sí.

    ¿Y a mi qué narices me importa que hayas dicho eso, o cualquier otra insustancialidad en si? ¿Qué diablos tiene que ver con que yo señale la utilidad del ejercicio que hacen los «no estatistas» para facilitar la vista esas disfunciones? ¿Hablas por hablar? Lo parece:

    Demócrito dijo (y como entrada):
    ¡Madre mía! Lo próximo será caca, culo, pedo, pis. Estáis retrocediendo al pensamiento fetal.

    Demócrito dijo:
    Germánico, no te pongas estupendo …

    Por cierto, has sido el primero en utilizar un insulto: punto para mí.

    Demócrito dijo:

    No os insulto, hombre, os gasto bromas.

    Se puede uno tomar estas «charlas blogueras» en un sentido práctico de interacción con el autor y de aprender de lo que piensan los demás, y con el intercambio de argumentos. También se puede ser más niño, y tomarlo en plan de esgrima, siempre que uno acepte la formalidad de las reglas de ese deporte. O se puede hacer el imbécil, si a uno le mola. Lo que no conviene nada a la generalidad de los que leen es mezclar las tres cosas.

  32. Mill:

    «Precisamente esa es la diferencia: que pones en el mismo plano la persecución de un criminal que la de un señor que trabaja sin perjudicar a nadie.»

    Que no lo entiendes ni lo quieres entender. Que no es una cuestión moral, típica discusión perfectamente subjetiva, valorativa y, habitualmente, estéril. Que se trata de comprender el proceso, sus causas y sus efectos. Que me da igual que tú creas que los impuestos son un robo porque infieren en tu sacrosanta libertad negativa como me da igual que De Juana crea que lucha contra un estado invasor. En ambos casos la intervención estatal es una imposición originada por una estructura formal, con objetivos definidos, que puede ser más o menos eficiente a la hora de ofrecer bienestar. Si lo logra, la sociedad adquiere ventajas adaptativas que le permiten sobrevivir y los individuos una base que les ofrece la oportunidad de desarrollarse. Y lo demás son pamemas.

  33. Plazaeme, ya he dicho que el estado, como cualquier estructura social, puede albergar subestructuras disfuncionales o ser disfuncional en sí.

    MIll:

    «El “método científico” se basa en la experimentación. Es decir tomo una serie de elementos, los manipulo de determinada manera y dan un resultado. Para que el experimento sea válido, éste tiene que poder repetirse cuantas veces queramos y dar siempre los mismos resultados.»

    ¿Lo veis? Luego que si soy un bruto, que si os insulto, que si la abuela fuma. Por favor, esa definición es digna de escuela de primaria (o de la Wikipedia en español, que deduzco que es de donde la has sacado. Te aconsejo enfervorecidamente que si utilizas tales fuentes, mejor tires de la Wikipedia en inglés).

    Según tal definición, a la la mierda la tectónica de placas, a la mierda la climatología, a la mierda buena parte de la biología (teoría evolutiva) o de la astrofísica, y a la mierda cualquier disciplina que no permita realizar experimentos controlados (por cierto, tanto en sociología como en psicología SÍ se han realizado experimentos así) No discuto más, si alguien quiere intentar comprender algo del método científico aplicado a las ciencias sociales le remito a «Filosofía de la ciencia Natural», de Carl Gustav Hempel. También de él, junto con Oppenheim, es el artículo «Studies in the Logic of Explanation» que resume el método nomológico-deductivo. Popper hace una crítica valiosa, manteniéndose dentro de los límites de la concepción heredada, en «La lógica de la investigación científica». Un libro ameno y sencillo al respecto sería «El materialismo cultural», de Marvin Harris. Las revisiones constructivistas del asunto se las pedís a Germánico, que parece que le molan.

  34. , tan injerencia es que el estado persiga a De Juana Chaos como que imponga tributación

    Precisamente esa es la diferencia: que pones en el mismo plano la persecución de un criminal que la de un señor que trabaja sin perjudicar a nadie.

    Con semejante perversión del lenguaje se puede llegar a cualquier lado…

    Saludos.

  35. Demócrito:

    El «método científico» se basa en la experimentación. Es decir tomo una serie de elementos, los manipulo de determinada manera y dan un resultado.

    Para que el experimento sea válido, éste tiene que poder repetirse cuantas veces queramos y dar siempre los mismos resultados.

    Y en base a estos experimentos se establecen leyes se hacen teorías…

    Tener que explicar esto es lamentable, se supone que somos adultos o no?

    En Economía no se pueden hacer experimentos porque no se puede coger un pais o una ciudad y probar una teoría económica y ver que pasa y luego tomar el mismo pais y otra teoría económica y ver que pasa… y hacerlo una y otra vez. Los economístas no podemos experimentar en el mundo real con personas reales.

    Sobre el método que yo uso, lo siento, tendrás que esperar a Septiembre a que empiece a publicar mi libro por entregas.

    Saludos.

  36. No creas, Demócrito. Esos «castillos en el aire», en los que yo no he visto todavía ningún motivo para tomármelos en serio, tienen un gran virtud. En épocas de crisis, cuando el estado cruje, es muy bueno mirar la raiz de las cosas, y tener el valor de plantearse si lo que creíamos sólido no estará lleno de michelines.

    Resulta un poco absurda esa mentalidad de «200 años de ciencia», como si no pudiéramos distinguir entre ciencias experimentales, y su especial relación con el método científico, y esas otras disciplinas a las que llamamos también «ciencia» por una especie de optimismo antropológico, o algo así.

    Personalmente estoy convencido de la inevitabilidad de alguna forma de estado en una sociedad (humanana) compleja. Pero nada como atender a los que elucubran con la posibilidad contraria, aunque no la creas posible, para poder averiguar qué parte del estado es realmente inevitable, y qué parte es solo mafia indeseable. El club de campo que pones como ejemplo es muy válido. Claro que uno de sus objetivos es perpetuarse. Como que los socios lo necesitan para llevar a acabo sus actividades. Pero la primera medida que toma un club que se precie es impedir que sus administradores y curritos sean socios, percisamente para que no tomen un poder que les lleve a conseguir perpetuarse en contra del interés del club.

  37. Mill:

    «Demócrito ¿Entonces piensas que se puede cambiar la naturaleza humana?»
    Depende cómo definas naturaleza humana. Si la consideras el conjunto de rasgos no sometidos a cambio de los seres humanos, por definición su modificación no sería posible (conste que no es la definición que yo adopto)

  38. Mill:

    Dices: «Demócrito ¿De verdad tengo que explicarte cuál es el método científico?»
    No, simplemente explicar tu afirmación anterior: «la Economía no puede seguir el “método científico” por razones obvias.”»

    Y ya de paso me explicas el método alternativo al científico que, según tú, utiliza o debe utilizar la economía, según se desprende de tus palabras:“¿Entonces la Economía no es una Ciencia? Pues sí, sí es una Ciencia pero desde otra aproximación o MÉTODO.”(subrayado mío)

  39. Luis, en primer lugar la cita está incorrectamente editada (por ejemplo, te comes que tales estructuras pueden ser tanto funcionales como disfuncionales, algo que además es de carácter dinámico y de grado). En segundo lugar la interpretas según tus obsesiones. El estado moderno no es meramente un conjunto de estructuras de coerción. Además, tan injerencia es que el estado persiga a De Juana Chaos como que imponga tributación, que esepecifique cómo se ha de formalizar un contrato y defienda su correcta ejecución como que desarrolle leyes de competencia de obligado cumplimiento por parte de las empresas. Es decir, ¿las estructuras de coerción formales son siempre funcionales? No. ¿Cumplen sin embargo funciones imprescindibles para las sociedades donde se han desarrollado? Sí, o al menos eso dicen casi diezmil años de historia de sociedades sedentarias de cierta complejidad.

    Literalmente, dices:

    «El estado monopolista de la violencia se dedica esencialmente a interferir de forma ilegítima aquellas informaciones que lesionan su monolitismo ideológico (destrozando la libertad de expresión y comunicación)»

    Pues aquí estás tú, escribiendo públicamente que el estado ha de desaparecer y no veo que vaya la polizei a pegarte un trabucazo. Y ya llevas un tiempo por aquí. Me recuerdas a los carteles que la CNT o Gestoras Pro Amnistía colgaban en las okupaciones, donde escribían con letras bien gordas que el estado impide la libre expresión. Sólo la disonancia cognitiva permite no captar la contradicción.

    » A domeñar -bajo amenaza de privación de libertad- las voluntades y programar las mentes -mediante el monopolio educativo-»
    Claro, el Liceo Francés es de titularidad estatal. Y no existe la libertad de cátedra: sólo hay que ver vídeos con las clases de Huerta de Soto (éste sí, por cierto, trabajando para una universidad pública), puro estatismo.

    «En un racionalismo igualitarista y conformista y a asegurar que las asimetrías de poder siempre le sean favorables para así autoperpetuarse como sistema de dominación por los siglos de los siglos.»
    Eso lo cumple toda organización que ofrezca incentivos a los agentes que las componen. Desde el estado a un club de campo, uno de sus objetivos principales de las organizaciones es perpetuarse. La cuestión no es esa la cuestión es si la sociedad que lo adopta logra mayores grados de bienestar (que defino como una optimización de la relación libertad, seguridad y renta) para sus componentes que otras alternativas. Por ahora las que ofrecéis vosotros son castillos en el aire. Te repito: cread sociedades complejas regidas por el orden espontáneo que funcionen mejor que las actuales. Hic Rhodus, hic salta.

    • Democrito, la discusión llega a un punto muerto cuando cada uno habla de su pathos. Me incluyo. Dices:

      cread sociedades complejas regidas por el orden espontáneo que funcionen mejor que las actuales

      y resulta que yo nunca he postulado nada sobre sociedades complejas, hablo siempre de grupos reducidos (por eso considfero el municipalismo una alternativa real y posibilista a lo que tenemos, no deja de ser una forma de «estado») y nunca hablo de orden espontáneo, hablo de democracia directa.

      Está siendo un placer, pero debemos centrarnos en lo que realmente se dice y no en lo que se quiere decir o se supone que el otro dijo. En el comentario que cito no dices nada de que las estructuras del estado puedan ser disfuncionales y por ello criticables, mejorables, mutables. Eso nos lo cuentas ahora, y me parece bien. Yo lo veo así también. Y afirmo que los estados que nos toca soportar son mejorables.

      Lo de poner en el mismo orden categórico a un asesino y un evasor de impuestos ya te lo han criticado: no es moralmente viable, por no decir que es moralmente deleznable. El estado moderno es simplemente un conjunto de estructuras de coerción, simplemente por el hecho de que nadie me ha preguntado, nunca, si quiero que me «proteja». Nadie me ha preguntado, nunca, si quiero ser solidario mediante hacienda o mediante la luna verde. La solidaridad, o es voluntaria o es un robo. Los contratos: son cosas de dos. Nadie puede especificar cómo ha de ser ni qué ha de contener. Las reglas son claras: ningún contrato puede suponer una agresión a la vida, otros contratos o la propiedad de ninguno de los contratantes. Sobre eso escribe mucho, y bien, Christian Sigrist (lamentablemente sólo en alemán)

      Termino, si uno de los objetivos de todo estado es perpetuarse, anular la opción de secesión, ya sea individual o colectiva es simplemente represión. A eso yo lo llamo dictadura, impostura.

      Para todos: No es cierto que sea partidario de eliminar cualquier forma de estado. Soy partidario de deconstruir los estados hasta alcanzar un n ivel que permita a los pagadores del mismo su control absoluto. El estado no es per se. El estado es una herramienta.

  40. Luis, perdona si se repite el cometario dirigido a ti, la página no parece refrescar bien.

    Mill, yo ya he dejado claro que lo de «malo por naturaleza» me parece una parida. En general querer determinar de forma estática la naturaleza del ser humano me parece una parida.

  41. «Demócrito la Economía no puede seguir el “método científico” por razones obvias.»
    Petición de principio. No estoy de acuerdo, menos aún cuando no has expuesto tales razones.

    «¿Entonces la Economía no es una Ciencia? Pues sí, sí es una Ciencia pero desde otra aproximación o método.»
    Explíqueme ese método, por favor.

  42. Demócrito la Economía no puede seguir el «método científico» por razones obvias.
    ¿Entonces la Economía no es una Ciencia? Pues sí, sí es una Ciencia pero desde otra aproximación o método.

    Cuando digo que la gente es imperfecta lo que digo es que la gente es capaz de asesinar, robar, mentir, engañar, defraudar, falsificar, actuar temerariamente…¿Criterios morales? No simplememte que a nadie le gusta que le maten, que le mientan…
    Sí puede que criterios morales e incluso religiosos («no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a tí mismo») aunque yo prefiero hablar de «criterios de convivencia».

    Evidentemente todos somos imperfectos porque siempre hay roces o conflictos en cualquier convivencia, pero tampoco somos malvados porque sino nos hubieramos extinguido hace tiempo.

    Saludos.

  43. Luis, lo del «homo homini lupus», el estado de naturaleza y la vida solitaria, pobre, brutal y breve ya está más que rebatido, hombre. Ningún estudioso serio lo utilizará para justificar la existencia de estructuras de coerción institucionalizadas y formalizadas. Estas cumplen otra función (y están sujetas a generar disfuncionalidades, desde luego), esencialmente coordinar agentes en relaciones donde la información imperfecta, el comportamiento no racional o la posición de poder asimétrica crean disfuncionalidades en su resolución y repercuten negativamente en el resto del sistema.

    La cuestión no es que el hombre sea bueno o malo, la cuestión es que eso del orden espontáneo es muy bonito, pero hasta ahora se ha demostrado absolutamente irrealizable. Excepto en unidades sociales muy atomizadas y simples, claro, pero ya sabes, si quieres vivi en una tribu sólo tienes que exiliarte a un país subsahariano y machetero y montar una comuna, a ver qué tal te va. Caramba con el antiestatista, lo bien que le va en un país con un estado especialmente fuerte. Ya sabes, Somalia te espera.

    • Demócrito, ya veo que no tienes muchas ocasiones de charlar con gente normal. La gente normal (lee muchos de los comentarios no liberales de este blog, lee toda la doctrina ecopacifista, lee la doctrina feminista, léete a tí mismo de vez en cuando) argumenta en coordinadas mucho mas simples que las que supones. No porque no sepan hacerlo de otra manera más compleja. Porque no lo necesitan. Yo no escribo para tí, ni para mí. Escribo para los cientos de lectores que día sí y día también se encuentran en la barra de un bar tomando un pincho de tortilla, charlando con los amigos y que, cuando dicen que son liberales y que les sobra estado, el reproche último que escuchan es precisamente ese: somos malos, sin estado acabaríamos en Somalia 😉 en la ley de la selva. Ahg! no acabas de decir tu algo parecido?

      [Las estructuras de coerción institucionalizadas] [cumplen función] esencialmente coordinar agentes en relaciones donde la información imperfecta, el comportamiento no racional o la posición de poder asimétrica crean disfuncionalidades en su resolución y repercuten negativamente en el resto del sistema.asimétrica crean disfuncionalidades en su resolución y repercuten negativamente en el resto del sistema

      En paladín: el estado monopolista de la violencia se dedica esencialmente a interferir de forma ilegítima aquellas informaciones que lesionan su monolitismo ideológico (destrozando la libertad de expresión y comunicación), a domeñar -bajo amenaza de privación de libertad- las voluntades y programar las mentes -mediante el monopolio educativo- en un racionalismo igualitarista y conformista y a asegurar que las asimetrías de poder siempre le sean favorables para así autoperpetuarse como sistema de dominación por los siglos de los siglos.

      La frase que nos dejas no es sólo agresiva, es profundamente conservadora. En el peor sentido posible de la palabra.

      Como yo no he hablado en ningún momento de tribus, ni de Somalias, he de suponer que tus alusiones a ambos temas no son más que una proyección de tu inseguridad, tu falta absoluta de confianza en tus propias capacidades. Ves a todos como tú, y solo puedes imaginar una tribu o un grupo pirata somali como única alternativa posible a la muleta estatal que te mantiene seguro en tus cuatro paredes … pero nunca libre.

      Saludos muy cordiales.

  44. Bah, Germánico, no te enfades, que ya sabes que estas cosas yo te las digo con cariño.

    Por orden:

    1.- No os insulto, hombre, os gasto bromas. No es que me importe que me llames cretino, viniendo de donde viene es casi una alabanza, pero no es divertido ni demuestra creatividad. ¿Dónde está tu sentido lúdico? Te estás haciendo mayor.

    2.- «En lo que se refiere a la ciencia social, aparte de citar grandes nombres (todos ellos del XIX y principios del XX o anteriores, curioso, y olvidando algunos bastante notables, como Spencer je, o notorios como Marx) y pasar olímpicamente de la psicología, el derecho, la historia, la biología o la antropología…»

    Germánico, hablo de los inicios y pongo nombres como ejemplo. Y es importante notar que Adam Smith es del XVIII ¿Quieres un mapa?. Y si obvio a Compte como padre de la sociología no menos voy a obviar a Spencer. Estoy hablando de ciencia, no de literatura más o menos interesante.

    3.- «…no te sales de la cosmovisión constructivista y progresista al decir lo de más de 200 años de ciencia social»

    De veras, eso es como si le llamaras supremacista blanco a Kunta Kinte. ¿Tradicion constructivista, moi? O tú no entiendes lo que significa constructivista o cuando ves a un positivista terco te crees que es Braudillard.

    4.- «¿Puede esta ciencia social compararse con la física, puede ser una copia de esta en sus métodos y resultados, como decía Comte? De blanco y en botella nada de nada, monada.»

    Pues nada, hombre, abandonemos el método científico y abracemos la fe: la dialéctica marxista, la hermenéutica heideggeriana, la praxeología austríaca, el anarquismo metodológico a la Feyerabend, la deconstrucción derridiana o la astrología. Y gracias por lo de monada.

    5.- Por cierto, no tenía idea que hayas escrito nada sobre Krahe. Supongo que la coherencia y un mínimo sentido de la decencia te habrán llevado a escribir que el pobre hombre tiene derecho asar a Cristo o hacérselo estofado, aunque tú no compartas el gesto ni te guste el menú. ¿Acierto? Porque si no habrás quedado, otra vez, muy mal.

    6.- «El egoísmo que se reconoce a si mismo es bueno, porque no va más allá de los límites impuestos por la naturaleza. Un egoísta estricto no se mete en la vida de los demás. El egoísmo que se autoengaña con grandes causas y grandes fines puede acabar provocando grandes males, y es generalmente malo, porque convierte en medios lo que son fines en sí mismos, empezando por las personas. Por eso el liberalismo es bueno. Por eso el Estado es malo.»
    Esta perla da para medio minuto de análisis y media hora de risas: «El egoísmo que se reconoce a si mismo es bueno, porque no va más allá de los límites impuestos por la naturaleza. Un egoísta estricto no se mete en la vida de los demás». Porque yo lo valgo. Es bueno porque yo lo digo, no explico en absoluto qué sistema o escenario optimiza el comportamiento estrictamente egoísta. Resulta, además, que el comportamiento egoísta está limitado por una hipotética naturaleza humana que no se describe. Nos lo tenemos que creer porque Germánico es guapo, listo y mea en plato y no salpica.

    «El egoísmo que se autoengaña con grandes causas y grandes fines puede acabar provocando grandes males, y es generalmente malo, porque convierte en medios lo que son fines en sí mismos, empezando por las personas. Por eso el liberalismo es bueno. Por eso el Estado es malo.»
    Por favor, es el discurso de un niño de cuatro años. ¿Cómo se puede tratar de aplicar categorías morales subjetivas a estructuras complejas, y con eso dar por explicado su funcionamiento? ¿Como se puede ofrecer una generalización tan burda? ¿Cómo se puede ser más maniqueo que el guión de una peli de Chuck Norris, y tomarse en serio a uno mismo?

  45. No, lo que te duele es sentirte un idiota.

    Doctor, ¡¡tengo complejo de inferioridad!!

    Nooooo hoooombreee noooo, lo que pasa es que usted es inferior.

  46. «Si por lo menos dijérais algo interesante»

    Es que me pasa como a ti, que soy un «epicúreo inteligente»: procuro el placer y rehuyo el dolor. Y discutir con idiotas produce más de lo segundo que de lo primero.

  47. Además, tú que vives en la sierra y tendrás chimenea.

    Al precio que está el gas…

  48. Ah, espera, espera!!!! Ya sé qué pedirles que me regalen por navidades: libros de sociólogos modernos, de esos que aún están vivos. Qué se yo, por ejemplo Alain Touraine y Zygmunt Bauman, a ver de qué pie cojean estos….recién premiados con el Príncipe de Asturias.

  49. Ijon, es fácil romperles los esquemas -tan esquemáticos son. Les sacas del sota, caballo y rey y se les cae el castillo de naipes. Al final, no quedándoles otro recurso, se limitan a decir que las cosas son mucho más complejas, que si soy un maniqueo, que si doscientos años o más de ciencias sociales, que si bla bla bla…..jajajajaaa

  50. Germánico, entre nosotros, ¿los chicoslistos te mandán algún detallito por navidad?

    Si no es así, deberían.

    Les tienes puteados con entradas como la de Krahe y, claro, ahora te rebuscan las vueltas hasta en los comentarios. It must be love.

  51. Germánico se cree que las ciencias sociales son el Madrí-Barça o El señor de los Anillos, que hay que ir con los buenos o con los malos. Ay, qué penita.

  52. La actitud de Democrito denota un claro cientifismo, aunque el seguramente no lo sabe. Doscientos años de Ciencias sociales, de Física, de Astronomía, etc, y cuanto más se conoce, más grande es el horizonte de incógnitas que se abre ante nosotros. Sin embargo, los cientifistas piensan que la ciencia, la cual adulteran y hacen perder todo su significado, es ya la Verdad Absoluta, la Conocedora Total, la Santidad Suprema, dando como única prueba principios de autoridad citando a grandes investigadores. Dogmatismo puro y duro.

    No soy tan leído como los aquí presentes, pero Toqueville, Montesquieu, T. Jefferson, etc, son también grandes ejemplos de ciencias sociales, políticas y filosofía, cuyas teorías no solo no han sido refutadas sino que la caída del Comunismo o experimentos como el de Milgram, no hace sino que demostrar los conceptos y la necesidad de la independencia de poderes, defensa de los derechos individuales frente a los de cualquier tipo de poder, etc. En definitiva, que queda mucho por conocer, pero si algo se ha aprendido, es que el poder cuanto más disperso, mejor. Si no es a nivel de individuo, que al menos este tenga mecanismos de control de aquella parte que cede de su libertad e independencia.

    De todas, formas, yo sostengo otra forma de ver las cosas que tal vez nos ahorre la necesidad de debates de este tipo, que son más empezar la casa por el tejado. Esta es la de plantearse la cuestión de ¿tiene alguna persona el don, la virtud o el privilegio de gobernar sobre otras? ¿en base a qué conceptos? No existe ningún estudio , ni ninguna certeza que nos aclare este asunto. Las personas podemos ser unas mejores que otras en algunas cosas pero en otras no (de Juana Chaos aparte), pero ninguna es lo suficientemente mejor que otra para gobernar sobre su destino, para decidir que el producto de su esfuerzo ha de repartirlo, en qué cuantía, y a quien. Sin embargo se hace y sin el consentimiento. Esto no significa que no se deba hacer, pero es una decisión que ha de venir de si es posible de cada uno, o de acuerdos, no de decisiones políticas, populistas y demagogicas, pero no representativas.

  53. Plazaeme, puedes leer «La política de la Ecología Social: Municipalismos Libertarios» de Janet Biehl.
    Murray Bookchin tiene varias obras al respecto. Puedes empezar por aquí.
    Aunque tiene ramalazos ecologistas, algunas ideas de Dimitri Roussopoulos tampoco están mal.

    Yo, en su día, hice una propuesta federalista, pero cada vez erstoy decantándome más por estructuras más reducidas. De todos modos,nada podría impedir que los municipios, de forma voluntaria, se agrupasen en superestructuras de tipo federalista.

    Demócrito, desde cuando para hablar de sociología hay que ser sociólogo? Te recomiendo encarecidamente la lectura de los tres autores que le cito a Plazaeme. Hay más; si te entra el apetito me lo dices y te paso más referencias. La sociología no se detuvo en 1995.

  54. ¡Madre mía! Lo próximo será caca, culo, pedo, pis. Estáis retrocediendo al pensamiento fetal.

    Eso dijiste según entraste a comentar en el post, Democretino. No hace falta que te explique lo que es un cretino, supongo. Ni hace falta que te explique a qué te refieres tú «bisbo» al hablar de pensamiento fetal.

    Como ves, empezaste fuerte, con argumentos. Punto, set y partido.

    En lo que se refiere a la ciencia social, aparte de citar grandes nombres (todos ellos del XIX y principios del XX o anteriores, curioso, y olvidando algunos bastante notables, como Spencer je, o notorios como Marx) y pasar olímpicamente de la psicología, el derecho, la historia, la biología o la antropología, por decir algunas, que tienen algo que decir sobre las sociedades, no te sales de la cosmovisión constructivista y progresista al decir lo de más de 200 años de ciencia social. ¿Es que esos 200 años han sido años de una progresiva y creciente acumulación de evidencias contrastables y acuerdos científicos? ¿Qué enseñanza debemos tomar sobre cómo funcionan la sociedad, la cultura, la economía o el derecho, las de Krugman, Keynes, las de Bordieu, las de Hayek y Mises, las de Edward O. Wilson, las de Giddens, las de las de Popper, las de Franz Boas y su escuela de antropología cultural? Apenas he dicho unos pocos nombres de personas que han pensado sobre el tema, mejor o peor.

    ¿Puede esta ciencia social compararse con la física, puede ser una copia de esta en sus métodos y resultados, como decía Comte? De blanco y en botella nada de nada, monada.

    Sigue giñando tus pseudoideas. Cuando te lea algo interesante quizás te preste la (entonces) debida atención.

  55. Ah, vale, muchas gracias. ¿Tienes algún enlace a algo que desarrolle esa idea de las estructuras pequeñas?

  56. Plazaeme, nos entendemos perfectamente. Ocurre que la evolución de las sociedades padece un transtorno bipolar (o similar): los ciudadanos, esos que buscan seguridad, han pasado de «comprarla» a base de tributos a asumir el estado como algo «natural». Mientras, los burócratas -también miembros de esa misma sociedad- han dejado de preocuparse de lo que necesitan los demás para ocuparse exclusivamente de mantener su status de poder. Dos desarrollos contrapuestos en una misma sociedad.

    Nada que ver mi postura con el contrato social, Demócrito. En mi convencimiento de que es imposible controlar un estado grande, lo que expongo se parece más al anarquismo capitalista que a otra cosa: unidades sociales pequeñas dotadas de estructuras de defensa pequeñas. Y todo bajo control absoluto de quien paga. Y como hablo de «pagar», te darás fácilmente cuenta de que las estructuras pueden ser «públicas» o privadas.

  57. Ah, bueno, me consuela que Mill @ 0:18 está diciendo lo que digo yo. Salvo el matiz de la gente como imperfecta, cosa que yo no juzgo porque no sé como debería ser la gente. Malamente sé como es, como para tratar de precisar cómo debería ser. Y lo del estado «solo aceptable» si. Demasiado optimista para mis posibilidades. Para plantearlo así tienes que tener la capacidad de no aceptarlo. Y no creo que.

  58. Germánico, no te pongas estupendo. La primera ciencia social en nacer es la economía, con los economistas clásicos (Adam Smith, David Ricardo, Malthus) como iniciadores. Si nos ponemos estrictos quizá con la revolución marginalista de Jevons y Walras, de mediados del XIX. La sociología, por ejemplo, es posterior (obvio a Compte) pues Durkheim y Weber realizan su trabajo en el cambio de siglo.

    Y las ciencias sociales son aquellas disciplinas que investigan lo social utilizando el método científico. Blanco y en botella.

    Por cierto, has sido el primero en utilizar un insulto: punto para mí.

  59. No creo que una sociedad moderna (ni antigua: basta considerar la capacidad militar de un Estado) pueda sobrevivir sin un Estado.

    Pero eso no implica un determinado modelo de Estado: Chile tiene un sistema privado de seguridad social, Estados Unidos tiene un sistema sanitario privado, y Suecia tiene el cheque escolar.

    Para terminar, recordar a Lord Acton: el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.

  60. Si la gente es mala, el Estado ¿Qué es? Pues gente mala con mucho poder.
    No, la gente no es mala, es imperfecta. Y persigue sus propios intereses.
    Es cuando no hay contrapesos que limiten las ambiciones y lo errores de las personas cuando surgen los problemas.

    El Estado sólo es aceptable en la medida que está sometido a cietas limitaciones y contrapesos, sino se acaba convirtiendo en lo que he dicho más arriba: gente mala con mucho poder, en tiranía, aunque muchas veces disfrazada de «Nosotros nos ocupamos de tus problemas»

    Saludos.

  61. ¿no son suficientes más de doscientos años de ciencias sociales?

    Verdaderamente Democretino, esa pregunta revela mucho sobre tu idea de la sociedad (además del concepto en el que tienes las ciencias sociales, lo cual revela algo además sobre tu idea de ciencia).

  62. A ver, que ahora lo entiendo mejor.

    ¿Es una práctica mafiosa?

    Definitivamente. Y hay que hacer lo que sea por acabar con ella. Pero es muy difícil, precisamente porque es una mafia natural. Naturalmente (sin que nadie se ponga a pensar si un estado es bueno o malo, ni a diseñarlo), lo que ocurre a partir de cierta degradación ecológica del entorno, y de falta de caza para subsistir, es el estado. Llámale como quieras, pero los «grandes abusones» (Marvin Harris) no pueden surgir si tu puedes reunir a unos cuantos colegas y matarlos, o en el peor de los casos te puedes ir al valle del otro lado y montarte allí la vida por tu cuenta. Pero cuando todo está ocupado, no queda a donde ir, ni se puede vivir de la caza, y hay que dividirse entre agricultores, constructores, guerreros, organizadores, etc, es cuando surge el estado, al que muy bien puedes llamar mafia. Pero, por lo que sabemos, es algo que ha surgido siempre que se dan esas condiciones. Así que no le podemos llamar no natural, por muy odioso que nos resulte.

    Casi nadie ha tenido la oportunidad de pensar si quiere o no quiere un estado. Que yo sepa, nosotros tampoco, salvo que descubra que tienes una tesis razonable. Y casi nadie ha formado un estado desde cero, diseñándolo. Lo más parecido podría ser USA, y no se plantearon un no estado.

    una estructura que acumula poder y medios de coacción para asegurarse su propia subsistencia a costa de la libertad de todos

    Es así, pero la gente tiende a verlo de otra forma. No a costa de la libertad de todos, sino a costa de la seguridad de todos. Mafia, en efecto.

    Yo veo dos opciones:

    1) Prescindir de la estructura, y todavía no he visto cómo. Ni en mi imaginación, ni en la cruda realidad.

    2) Civilizarla.

    Pero puede que no te esté entendiendo, y esté liando la cosa. En ese caso, perdón.

  63. Luis, por favor, ¿no son suficientes más de doscientos años de ciencias sociales? ¿Aún rondáis la viejuna y casposa idea del contrato social? Como mero recurso heurístico ya es pobre, pero invocarlo para sostener teorías es digno de conmiseración.

    No hay estructuras sociales por naturaleza. No hay moral natural (y eso no significa en absoluto que el hombre sea tábula rasa). El hombre no es malo o bueno por naturaleza, si es que algo quieren decir tales términos. Por favor, dedicaos a lo vuestro, seais empresarios, contables u honrados mamporreros. Hace tiempo que andáis perdidos en un jardín cuyos senderos ya no se bifurcan, sólo hacen círculos.

  64. ¡Pobre Germánico! Pero no hablo del heredero de un imperio: pobre de ti, enfrentado a una realidad que no se deja meter a martillazos en tu estrecha ideología.

  65. Luis, me da la impresión de que estás tomando el es por el debería ser. Deberían trabajar para nosotros, pero el triste caso es que nosotros trabajamos para ellos. Hay que cambiarlo, sí. Yo creo que señalarlos como apestados, mientras abusen de nosotros, es un comienzo necesario. Pero tampoco me voy a poner terco. Si quieres que les dejemos entrar al club guay de la ciudad, me fastidiaré 😉

    • Plazaeme, me parece tan obvio que no es como debería ser, que me da pereza decirlo siempre 😉
      Además hay otro motivo retórico: así dejo clara mi idea de que la estructura defendible, la que es por naturaleza, es aquella que nace de la necesidad de un grupo de personas y la utilizan para defender sus vidas, sus contratos y sus propiedades. Lo que no es en absoluto natural, ni democrático, ni libertario, ni liberal, ni futurista, ni evolutivo, ni progresivo … es una estructura que acumula poder y medios de coacción para asegurarse su propia subsistencia a costa de la libertad de todos.

      En plata: ¿nos parece bien que un estado decida pagar con nuestro dinero los devaneos politicos de un grupito de personas y nos amenace con pistolas y prisión si nos negamos a pagar? ¿Eso no es una práctica mafiosa? ¿Ese es el estado que nos defiende de los malísmos humanos para conservar lo poco de bueno que queda en el mundo?

  66. Los que utilizan un argumento simplista son los estatistas que defienden al estado por la supuesta maldad de las personas.

    El estado no es ni bueno ni malo, pero si lo pueden ser las personas que lo forman. Por este motivo, el estado no ha de estar controlado por nadie en concreto o una concentración de poder (por ejemplo, un partido), sino por la sociedad. Es decir, ha de estar al servicio del ciudadano mediante mecanismos representativos y democráticos.

    Puede ocurrir, pero es difícil, que toda la sociedad actué de forma malintencionada. Puede actuar así de forma manipulada desde el poder, lo que es otro argumento más en contra del estado excesivo.

  67. No, sé, ¿de verdad alguien plantea la necesidad del estado en función de la maldad, avaricia, hijoputez, lo que sea, de los humanos?

    Pues dale la vuelta. Busca el no-estado. Y lo encontrarás, pero no en una sociedad mínimamente compleja. ¿Y por qué? Porque van de la mano. Así que salvo que se trate de la propuesta imposible con este nivel de población de volver a las cavernas y a la caza, no se trata de si queremos estados, sino de si queremos estados más o menos intervencionistas en la vida de las personas.

    Y hay otra cosa, yo creo, nos guste o no. El mundo tiende a complicarse más (globalización). Así que si es cierto lo de que complejidad y estado van de la mano, entonces vamos a más estado, y no a menos. No sé, para mi se trata más de civilizar el estado, de ponerle los límites, de hasta aquí llegas. De parar los pies y de quitar las oportunidades a los abusones que gestionan el estado (y todos seríamos abusones en el mismo caso).

    Habría que conseguir que le gente vea al estado como algo inevitable, por la sociedad compleja, pero malo, porque va contra nuestra naturaleza y fomenta el abuso. Y que en vez de adorar a los gobernantes, los despreciaran, y sobre todo controlaran. Al primer abuso, ¡a la cárcel!, y todos mirando para disfrutar el espectáculo. Lo mismo hasta se podría ver la tele …

    Pero tenemos un problema, por donde nos pillan. La tendencia natural a hacer pandillas, y guerras entre pandillas. Eso nos convierte en fans de equipos de fútbol, y lo que es peor, en seguidores de partidos políticos. Entonces ya se trata de los míos contra los otros, y la jodemos. Solo podríamos civiizar el chiringuito si cada uno patea sin piedad precisamente a «su» partido. Y muestra gran desprecio por cualquiera que hable bien o defienda a un partido, a un político, o a cualquiera que viva de la mamandurria. Por ejemplo, imaginad que en el club elegante de la ciudad estuviera prohibida la entrada o la membresía de políticos, mientras ejerzan, por considerarlos como apestados sociales.

    ¡Uf!

    • Plazaeme, interesante lo que planteas. De todos modos la necesidad de estructuras que defiendan nuestros derechos (repito para democritos y similares: necesidad de estructuras que defiendan nuestros derechos) no es proporcional al número de defendidos. Ni a la complejidad de las relaciones entre estos. Simplemente nace de la evidencia por la cual cuatro personas juntas pueden defenderse mejor de un atacante que una sola.
      Pero como estamos hablando de estructuras que defienden nuestros derechos -y no hablamos de estructurtas que se inventan derechos, ni de estructuras que imponen derechos por la violencia, ni de estructuras que «garantizan» derechos tradicionales-, estamos hablando de estructuras a nuestro servicio. Sujetas al control de quines las crean y las pagan … y nunca al revés. No es necesario declarar apestado a quien trabaja para nosotros, basta con controlar de forma efectiva su labor, como dice Lino.

      Sigo sin ver la necesidad de un estado para 40 millones, de una cosa que se llame España o Alemania. Y sí, uno de los argumentos favoritos de los estatistas es el de que todos somos malos. Otro, el de que todos somos ignorantes … menos ellos. Por eso les disgusta tanto que les pongan el espejo de su primitividad delante del morro neandertal. Quítales el totem, y les dejarás desnudos … y vacíos. O cantando su pataleta, como Candice.

      Caca, culo, pis.

  68. «Por eso el liberalismo es bueno. Por eso el Estado es malo.»

    Guau, vuestro discurso gana en complejidad cada día, y parecía imposible.

  69. Los humanos somos ambiguos, ni buenos ni malos. No somos malos. Tampoco buenos. Somos indeterminados, abiertos y bastante lunáticos.

    Ahora bien, espérate a que España esté como Serbia, 30% de paro, islamización, y las chicas buscando un extranjero de cuyo brazo colgarse, antes de opinar sobre ese señor de la comunidad de vecinos que te engañó en una derrama, en medio vagón de metro, en el camarero malencarado, en el hermano de la asistenta que puede haber copiado la llave, etc. Toda la gentucilla que alguna vez ha insinuado posibilidades en este foro van a encontrar poderosos incentivos para pasar de las palabras a los hechos en un plazo relativamente breve. No hay una bondad natural que sirva de freno a eso.

    El lápiz se rompió con las últimas líneas de Valèry. Después de todo nadie antes había dicho que Dios fuera amor. Nadie antes se atrevió a replicar al esclavo cuyo hijo ha muerto en vano.

    • Toda la gentucilla que alguna vez ha insinuado posibilidades en este foro van a encontrar poderosos incentivos para pasar de las palabras a los hechos en un plazo relativamente breve.

      … y se servirán de? …. lo adivinas: su dictadura legitimada, su estado salvador.

  70. Si, es cierto, Luis, uno puede ser egoísta y malo. Un psicópata sería el ejemplo perfecto. Y personalidades psicopáticas o próximas a serlo prosperan en política. Pero para hacerlo tienen que venderse como buenos. Un egoísta que se reconoce como tal, públicamente, no podría hacer esa clase de demagogia.

  71. El argumento de los estatistas es una reducción al absurdo: si se asume que las personas somo malas, precisamente por eso no hay que darle un excesivo poder al estado, formado por personas (cuando este formado por robots, ya hablaremos). Y si no somos malas, no nos hace falta, ya nos apañamos.

  72. El egoísmo que se reconoce a si mismo es bueno, porque no va más allá de los límites impuestos por la naturaleza. Un egoísta estricto no se mete en la vida de los demás. El egoísmo que se autoengaña con grandes causas y grandes fines puede acabar provocando grandes males, y es generalmente malo, porque convierte en medios lo que son fines en sí mismos, empezando por las personas. Por eso el liberalismo es bueno. Por eso el Estado es malo.

    • ¿Es posible ser egoísta y malvado? Sí, solo hace falta poder, exceso de autoestima y desprecio por el otro.
      ¿Es posible ser egoísta y bueno? Sí, sólo hace falta formación, consciencia de los propios límites y profundo respeto por el otro.

  73. Thomas Hobbes fue uno de los grandes impulsores de esta idea de un hombre belicoso, malvado, egoista y hasta asesino, se resume en homo homini lupus; la solución que propone a este problema es dar parte de nuestros derechos y libertades para que frene la maldad humana.

    que duda cabe que Hobbes estaba justificando la monarquía inglesa de su época.

    la idea de un hombre malvado y asesino está promovida para otorgar más intervencionismo al estado.

    saludos

Los comentarios están cerrados.