El llamado «efecto invernadero» de ciertos gases atmosféricos, entre ellos el CO2, es uno de los puntos centrales de la teoría del Calentamiento Global Antropogénico. Si acudimos al FAQ del IPCC podemos leer:
El efecto invernadero proviene de las moléculas más complejas y mucho menos comunes. El vapor de agua es el gas de efecto invernadero más importante y el dióxido de carbono (CO2) es el segundo en importancia. El metano, el óxido nitroso, ozono y varios otros gases presentes en la atmósfera en pequeñas cantidades contribuyen también al efecto invernadero. En las regiones ecuatoriales húmedas donde hay tanto vapor de agua en el aire y el efecto invernadero es tan grande, la adición de una pequeña cantidad de CO2 o de vapor de agua tiene solo un impacto directo pequeño en la radiación infrarroja descendente. Sin embargo, en las regiones frías y polares, el efecto de un pequeño incremento de CO2 o vapor de agua es mucho mayor.
Recuerden: a más gases de efecto invernadero mayor aumento de la temperatura. Pues parece que eso no es exactamente así.
En la Universidad de Bremen y patrocinado por el Centro Helmholzt para la Investigación Polar y Oceánica, se presentó el pasado diciembre de 2014 una tesis doctoral muy interesante sobre el efecto invernadero del CO2. Pueden acceder al pdf del estudio haciendo click aquí. Holger Schmithüsen centró su trabajo sobre la cuestión de si el efecto invernadero realmente siempre supone un calentamiento atmosférico o si existen diferencias regionales. El resultado de la tesis de Schmithüsen es espectacular: en el centro de la Antártida, la teoría generalmente aceptada, a lo que parece, no funciona. Más CO2 en esa región antártica no produce absolutamente nada. Y aún más sorprendente: En ciertas épocas del año, el CO2 tiene incluso un efecto de enfriamiento.
Les dejo el abstract del trabajo de Schmithüsen para su disfrute preliminar:
CO2 is the strongest anthropogenic forcing agent for climate change since pre-industrial times. Like other greenhouse gases, CO2 absorbs terrestrial surface radiation and causes emission from the atmosphere to space. As the surface is generally warmer than the atmosphere, the total long-wave emission to space is commonly less than the surface emission. However, this does not hold true for the high elevated areas of central Antarctica. For this region, it is shown that the greenhouse effect of CO2 is around zero or even negative. Moreover, for central Antarctica an increase in CO2 concentration leads to an increased long-wave energy loss to space, which cools the earth-atmosphere system. These unique findings for central Antarctica are in contrast to the well known general warming effect of increasing CO2 . The work contributes to explain the non-warming of central Antarctica since 1957.
Por si alguien no domina el inglés y se pregunta qué tipo de mediciones se realizaron, decir que se usó un Espectrómetro de Emisión Troposférica, (TES por sus siglas en inglés) situado en el satélite de la NASA «Aura«, que monitoriza también la capa de Ozono en el hemisferio sur.