Tenía que ser The Guardian, y Suzanne Goldenberg era una buena apuesta.
Entre la miríada de organizaciones ecolonazis que pululan por todas partes, hay una canadiense que ha empezado una campaña de censura científica por todo lo alto. La organización se llama, con gran ironía, CASS (Committee For The Advancement Of Scientific Skepticism). Y ellos mismos cuentan el asunto así, sin el menor rubor [–>]:
Ottawa, 28 Feb 2012 – Un vigilante (watchdog) de ha emitido un informe denunciando un curso enseñado en una destacada universidad canadiense, en el que señalan afirmaciones sesgadas e incorrectas sobre cambio climático.
El curso, “Climate Change: An Earth Sciences Perspective”, enseñado por el profesor Tom Harris durante dos años, es el tema del informe de 98 páginas escrito por el Comité para el Avance dle Escepticismo Científico (CASS). Supone una respuesta punto-por-punto, con citas extensas de la literatura científica, para refutar 142 afirmaciones erróneas, ampliamente citadas.
En la investigación del curso, el CASS descubrió mensajes clave para los estudiantes que entran en contradicción con la opinión científica aceptada. Los mensajes incluyen: negación de que el cambio climático actual tenga un origen antropogénico; descarte de los problemas que produce el CO2 porque se trata de comida para las plantas; negación de la existencia de un consenso científico sobre las causas del cambio climático; y la afirmación de que deberíamos prepararnos para el enfriamiento global, en vez de para el calentamiento global.
Se puede encontrar una copia del informe en:
http://scientificskepticism.ca/sites/default/files/pressreleases/CASSREP…
Una vez acabado el informe de 98 páginas del CASS, y publicada en su web esta nota de prensa que acabamos de traducir, lo lanzan a los medios de comunicación del progresismo mundial. Y, como no, The Guardian, con Suzanne Goldenberg, son los primeros en lanzarse a la campaña de censura:
¡Oh, la, la! Un “asociado” del Heartland, nada menos. Enseñando ciencia climática sesgada en una universidad. Anatema. ¿Y quien lo afirma? El informe está preparado por dos biólogos y un experto en comunicación, miembros de una organización de activismo ecolonazi. Que no han acudido al rectorado ni a la facultad con su protesta y su inforrme, sino que han lanzado un linchamiento en los medios de comunicación, contra un profesor y una universidad, en su auto-atribuido estatus de “vigilantes” (watchdogs) de la ciencia ortodoxa. Y que deciden por su cuenta, y en una materia que no es la suya, cuál es la “opinión aceptada”, y cuál es la literatura científica que vale, y la que no. Con The Guardian de altavoz de avanzadilla.
¿Nos hemos vuelto todos locos? ¿Queda gente capaz de seguir comprando el Guardian? ¿Sale Goldenberg a la calle, a pasear entre la gente normal, sin morirse de la vergüenza y sin sufrir el oprobio público? Pues parece que sí. Que nos hemos vuelto todos locos.
Tom Harris explica el contenido del curso sin mayores misterios, y con gran claridad:
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=yj-bdL2yO8M]
Son lecciones para gente que no estudia geociencias, aptas para un nivel del lego interesado y bien informado. Por supuesto, optativas. Pero, sencillamente, la inquisición no puede soportar la libertad de cátedra, lo mismo que no puede soportar la de pensamiento. Por eso tiene palabras extraordinarias, como “negacionismo”, para referirse a las tesis que no comulgan con su verdad.
El profesor vituperado se tomó la precaución de grabar su entrevista telefónica con Goldenberg, avisando de ello a la periodista. Y sugiere que compares lo que hablaron, con lo que escribió la artista:
También relata cómo ha sido todo el asunto, en una breve entrevista por la tele:
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=Zeb5XWjSKlA]
–-
Fuente, WUWT:
Está claro. Si se generalizan y divulgan ideas como las del tal profesor Harrris, igual les resultaba más difícil conseguir fondos a los «vigilantes del clima» y tenían que ponerse a trabajar de algo peor remunerado y menos cómodo. Viendo su cualificación, quizá de vigilantes, pero de los de uniforme y porra.
No van a permitir que un «profesorucho» les quite el chollo. Simple