… no dude en acercarse al «Disneyland para hombres». Así es como describe Benjamin E. Skinner a la nueva meca de la esclavitud moderna: Dubai. Y lo hace en su nuevo libro «A Crime so monstrous». Parece ser que no todos los contratos cerrados bajo la Sharia son voluntarios ni beneficiosos para las dos partes. No te enfades, Albert 😉
4 comentarios
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Esto y los niños jockeys
(al parecer y por fortuna ya sustituidos por robots
) son parte de la cara más siniestra de Dubai, por no decir de toda la Humanidad. Impresionante.
Joer con el artículo Luis.
Muy duro de leer.
Pues eso, Jorge 🙂
Un contrato que no es cerrado con el consentimiento de las dos partes, es ilegal. simplemente no es un contrato, es otra cosa. Es una imposición o coacción.
El conrtato siempre es voluntario y establece derechos y/o obligaciones a las dos partes.