Cuando los impuestos que usted paga se gastan en propaganda terrorista

Con indignación salta la noticia: los terroristas palestinos sufragan los gastos de propaganda con dinero procedente de los contribuyentes británicos.

Pueden leer el informe completo de la TaxPayers Alliance, o también el resumen del mismo.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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3 comentarios

  1. En el 2005 pasó algo curioso y bastante similar a lo qe tú cuentas. Los terroristas palestinos cercaron la sede de la Unión Europea por aquellas zonas… con armas que habían sido compradas por el dinero dado por las propias instituciones europeas (es decir, nuestro dinero). (Miren aquí y aquí)

    Sin comentarios.

  2. Venga, en serio, ¿Es que en Occidente todos se han vuelto locos o hemos descubierto una vocación de esclavo?

    Hará par de años, un premio Nobel comentando, tan tranquilo y magisterial, que no deberíamos habernos preocupado tanto «porque hayan matado a 3,000 blancos en New York», en referencia a la masacre del 11s, y en una misa aquel mismo otoño yo mismo escuché la justificación teológico-moral de la masacre como algo que fuera de suyo ante una situación de «insolidaridaz institucionalizada». ¡Hombres de paz!

    ¿Y el resto? Los petroeuros deben funcionar tanto como el miedo de una sociedad que no quiere defenderse porque no tiene nada que defender: ni «individualidaz», ni «libertaz» ni derechos humanos… como no sea su ADSL y su Digital+, (quienes los tengan, que cuentan de seguro con irse a los odiados Us de A cuando esto pete.)

    Que me lo explique álguien, si no; pero por favor, que no me hablen de que esta gerontocracia siente compasión por etnias oprimidas y bla, bla, prefiero que confiese el odio que se tiene a sí misma, y su instinto de suicido, que son mayores todavía que el desprecio que siente por los inmigrantes.

    Hay poco que comentar y todo esto sobraba; basta con ir señalando con una raya, como en la inundaciones, hasta aquí llegó la estupidez de entonces.

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