Gracias señor Rubalcaba, gracias señor Blanco, por fin salgo de mi ignorancia, gozo de la sabiduría que tan generosamente me ha sido revelada.
Estaba yo tan tranquilo, con mi café y mi modorra matinal sentado frente al televisor cuando, de pronto, como un relámpago, la Gracia se derramó sobre mí e iluminó mi ser, haste ese momento envuelto en las tinieblas del desconcierto y la ignorancia. Llevaba yo tres días leyendo cosas sobre lo de la manifestación de la AVT del sábado. En mi estupidez, incluso había llegado a dar mi opinión, y, pobre de mí, ponerla por escrito. Creia yo que las “tortas” eran condenables viniesen de dónde viniesen. Creía yo que las personas de bien, cuando olvidándonos de nosotros mismos nos perdemos en las obscuridades del mono que llevamos dentro (o el Caín) mantenemos la capacidaz de rectificar, de pedir disculpas, de reconocer el daño causado. Creía yo que las voces sesgadas de profetas y predicadores de la verdad no eran más que un burdo intento de, salpicando a otros, relativizar los propios pecados. Creía yo……
Gracias señor Rubalcaba, gracias señor Blanco por arrebatarme de las garras de la ignorancia y hacerme partícipe de la verdad.
La verdad es que hay tres clases (razas?, tipos?, etnias?) de personas. Los fieles, los infieles y los tontos. Los fieles son gente maja, trabajadora, padres y madres de familia, generosos con los que sufren, amantes de la rosa, del buen talante y del diálogo. Los infieles pero, son gente sospechosa, capitalistas explotadores, despreocupados de su familia (tienen « chacha »), sólo generosos con los de su tribu (sólo generosos en las colectas de los domingos), odiadores de la rosa, maleducados y agresivos. Los tontos no son más que eso: tontos. Son la materia prima de la que se nutren los fieles y, qué injusta es la vida, los infieles también. A ellos es a los que hay que guiar por el camino recto. A ellos es a los que hay que mostrar la verdad y sus ventajas. Como a mí. Qué ciego estaba! Tantos años perdidos sin leer El País, sin ver Tele5, llendo al cine a ver sólo bodrios americanos. Cómo voy a recuperar el tiempo perdido?
Por fin lo entiendo. Ahora, caído de mi caballo, consciente de mi pecado, entiendo porqué los fieles pueden insultar, pegar, amenazar y engañar: ellos están en Gracia de la Rosa. La Rosa les perdona y les comprende. Actúan sin maldad, pues lo único que pretenden es convertir al infiel (causa justa donde las hubiere) y enseñar al tonto el buen camino. Las denuncias desde la Verdad son siempre justas. Los otros son sanguinarios, que se comen las cabezas de los Bonos y le lavan el cerebro a los niños en esos centros de represión sexual, emocional y cognitiva que ellos llaman colegios de pago. Los fieles cuando pegan, gritan, lo hacen porque no queda más remedio, para liberar a los infieles (o al tonto que pasa por allí) del peso de su pecado. Los infieles pegan y gritan con ensaño, sólo por hacer el mal. Qué razones pueden tener los que nunca tienen razón ?
Y ahora les dejo, que voy a recogerme un rato en mi nueva capilla dedicada a Gaia y la Rosa, para mayor gloria de nuestro señor Zapatero.