Por enésima vez un experimento socialista termina en pobreza, represión y violencia. Por enésima vez asistimos a las deplorables consecuencias que inevitablemente nacen de la imposición de los sueños redencionistas de unas élites privilegiadas en su intento por traernos el paraíso -obviamente «su paraíso»- a la tierra. Y no aprendemos.
El socialismo es impracticable. Lo es porque cualquier ideología que pretenda planificar los procesos sociales o influenciar éstos mediante medidas políticas traducidas en coerción, anula cualquier posibilidad de crecimiento y progreso: elimina la creatividad motriz. Todo sistema socialista va contra la naturaleza humana y es extremadamente antisocial.
¿Hay algo nuevo, diferente, en la situación que atraviesa Venezuela? Pues no; podemos decir que no.
Hugo Chávez fue elegido por primera vez en unas elecciones democráticas como Presidente de Venezuela. Luego anunció una «Revolución Bolivariana» declarando el «socialismo bolivariano» como la nueva doctrina de Estado. Después de 17 años, aquellas aspiraciones socialistas terminaron donde lo han hecho todos los experimentos socialistas anteriores: los recursos esquilmados, colapso económico y empobrecimiento. Que yo sepa, nada de ello es nuevo.
Pero también podemos responder a la pregunta de más arriba con un «sí, algunas cosas son nuevas». Por ejemplo:
- La vertiginosa velocidad con la que el «socialismo del siglo XXI» ha agotado completamente los recursos financieros y económicos del país más rico del continente sudamericano.
- El cobarde y connivente silencio de los intelectuales de izquierda occidentales y los mismísimos gobiernos occidentales, a excepción de Estados Unidos, ante la destrucción de un país y la opresión de la gran mayoría de un pueblo.
- El rápido desgaste de una ideología de izquierda, a pesar de haberse apropiado de conceptos como soberanía, igualdad y justicia.
- El efecto de señalización en casi todos los demás países de América Latina: basta con hacer referencia a Venezuela para que las perspectivas electorales de cualquier forma de socialismo bolivariano pierdan peso entre los votantes.
- El concepto de «trata de personas» debe ser redefinido, porque los gobiernos que venden el trabajo de sus ciudadanos temporalmente a otros estados por razones económicas y políticas también cometen un delito de tráfico de seres humanos, por mucho que los países occidentales hayan guardado silencio.
Hace ya algunos años Óscar Lucien escribía en uno de sus artículos:
Quizá sea este, el del ominoso apartheid, el único sentido en el que pueda hablarse con propiedad de “africanización”: la institucionalización y la consagración de la persecución, el desprecio, el odio y la exterminación a consecuencia del color de la piel, de las creencias religiosas y, en nuestro caso, del pensamiento político.
Africanización de Venezuela. Demolición de Venezuela. Esclavización de los venezolanos. Esta mañana nos levantábamos con la «noticia» de la nueva detención (secuestro se puede decir) de Leopoldo López y Antonio Ledezma, líderes de la oposición. No me sorprende lo más mínimo: los regímenes totalitarios nacen, crecen y mueren en los lodos de su eterna y liberticida consigna: o conmigo o contra mí.
Sr. Gómez, no voy a poner un sólo pero a su artículo, con el cual coincido en lo sustancial, pero creo que cae en el típico error de no señalar cual ha sido el problema central de Venezuela y por que este país explota, mientras el resto de regímenes bolivarianos no lo hacen.
La razón es muy sencilla, tan sencilla que asombra que nadie la cite: el fracaso total y absoluto del programa de nacionalizaciones. Fue el mayor programa de este tipo en los últimos cuarenta años y está en la raíz del hundimiento económico.
Es importante por una razón: este programa fue apoyado e impulsado intelectualmente por Monedero y toda la cuadra de acémilas de CEPS. Es decir hay una responsabilidad directa de los «asesores españoles».
Al no poner el foco en la razón clave por la cual todo el tinglado económico se ha derrumbado, estamos equivocándonos y facilitando a los responsables que se libren del castigo que merecen ya de principio en las urnas y que sea el pueblo venezolano el que decida si quizá también penal
Fantástico, Don Luis
Sólo decir que si hay algo que los de a pié podamos hacer, en Venezuela, pero también aquí, que por favor cuente conmigo en la medida de mis fuerzas y de mi bolsillo.
Y que muchas gracias
María Maestre Urbina
Estimada María, poco podemos hacer. No tengo contactos personales fidedignos como para hacer donaciones. Creo que sí es importante denunciar la situación y la connivencia de parte de la izquierda española ante lo que, sin duda, es ya una dictadura en toda regla.
Un abrazo!
Tan sólo añadir que, aquí mismito, tenemos una fuerza política (Podemos y sus confluencias) que tiene como propósito hacer lo mismo en nuestro país. Gentuza comunista que tiene la desfachatez de hablarnos de «democracia», cuando su modelo es la dictadura. Gentuza comunista que defiende un modelo económico que ha fracasado en todas partes donde se ha implantado. Gentuza comunista que ha recibido fondos de una dictadura atroz como la Iraní, y por supuesto la Venezolana. Gentuza comunista que, ya pueden tener cinco, seis, o catorce millones de votos, eso sólo prueba la cantidad de idiotas que viven en este país. Un fulano (el Sr. Iglesias) que defiende a un asesino como Lenin o el Che Guevara, no puede aspirar a ser presidente de ningún país medianamente serio. Aún estamos a tiempo de mandarlo a Venezuela (a él y los suyos), con billete sólo de ida para no volver jamás.
Hay ocasiones en las que dudo que nuestro país sea medianamente serio.
Completamente de acuerdo: ya lo he comentado en otras ocasiones pero, el fenómeno Podemos sería el equivalente a un partido neo-nazi en Alemania recibiendo 10 millones de votos y gobernando algunas de las principales ciudades y landers del país.
Ese hipotético y aterrador escenario, es el que en España hemos asumido como algo perfectamente inofensivo y normal, lo cual demuestra hasta que punto la sociedad española está absolutamente agilipollada.
No tengo la más mínima duda de que como demuestra el caso de Venezuela y del resto de paraísos comunistas, cuando queramos reaccionar será demasiado tarde.
gracias por todas las entradas, ya leidas pero por favor, no ponga latinos ponga hispanos o iberoamericano. Elvira Roca Barea. imperofobia y leyenda negra. gracias
Anotado 🙂