Este pequeño escándalo en las guerras del clima, que yo llamaría NOAA-gate, en principio no parecía más que un rifirrafe académico sobre unas prácticas más o menos oscuras, y más o menos criticables / corregibles. Por situarnos:
La NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) es la agencia encargada de llevar los registros climáticos y meteorológicos de EEUU. Como tal, no es un instituto de investigación al uso movido por la mera curiosidad científica, sino un organismo gubernamental de ciencia de impacto en un entorno regulatorio. No puede andarse equivocando así como así, y necesita unos estándares más de ingeniería que de mera “curiosidad”. Si el científico se equivoca, no pasa nada. Se aprende de los errores. Si al ingeniero se le cae el puente, va a la cárcel. Y la NOAA tiene estándares de calidad correspondientes a su función.
Y de repente tenemos la acusación de un científico de la NOAA de alto nivel, y precisamente de la sección encargada del cumplimiento de los estándares, que acusa a la agencia de incumplir sus propios estándares para alcanzar los objetivos políticos del gobierno de Obama. El impulso de la alarma del clima. Esencialmente, usar en un estudio de alto impacto una serie de temperatura más experimental que operativa, y no publicada. En contra de las normas de la propia NOAA. Y el único motivo que se ve para hacerlo así, en lugar de esperar a tener los datos en un estado de calidad operativa, es la prisa por producir un impacto político ante el acuerdo de París. Objetivo que consiguieron.
Los resultados parece que no hubieran cambiado gran cosa si lo hubieran hecho cumpliendo sus estándares. Está en discusión, y algo si parece que cambian, aunque probablemente no sea muy sustancial. Pero lo que se discute no es el resultado, sino la calidad y la seriedad de una agencia federal, y su politización o independencia.
Eso es preocupante, pero hasta cierto punto. La gente lo tiene descontado. Es toda una especialidad científica funcionando en “modo consenso” y agarrada a una alarma, y no van a cambiar así como así. Esta acusación sí puede producir que el nuevo gobierno de Trump sea más vigilante con lo que hacen los chicos del clima con el dinero público. Pero eso es bueno; no puede ser malo. Es jodido protestar por la vigilancia.
Y como no podían protestar por la vigilancia, los chicos del clima han metido la pata. Hasta el fondo. Por ejemplo, en Popular Science sacaron este titular ayer. El subtítulo, destacado en amarillo, ya lo han cambiado. Imagina la coña:
Incluso si la NOAA fabricó los datos … ¿Mande? Y nadie niega el cambio climático, que siempre hay; se discute la cuantía y el motivo.
En el mismo artículo, en el que entrevistan a los defensores de ese estudio de la NASA, le dan la razón al que acusa a la NASA de no seguir sus propios estándares. Están admitiendo la acusación al completo.
Resultado. La acusación queda demostrada. La NOAA no tiene una fiabilidad como por ejemplo la de un buen proyecto de ingeniería, sino la fiabilidad de cuando te aseguran que “la ciencia” dice que comer huevos y carne es malo para tu salud … y resulta ser completamente falso.
Bueno, esto es clave. Es *la* clave. Porque en el discurso público el argumento principal es el argumento de autoridad. Lo dicen las academias científicas y los organismos oficiales. Estupendo, porque los organismos oficiales se saltan sus estándares de calidad para lograr un objetivo político. Y lo de “político” es algo que la gente entiende perfectamente.
Poplural Science ha cambiado el título y el subtítulo de su artículo. Pero el título original, que se puede ver por la URL [–>], tiene guasa:
Regardless House Science Committee claims, NOAA scientists probably didnt manipulate climate records
Probablemente no manipularon los datos (pero está sujeto a opinión). Esto es lo que hay. Y eso es lo que dice exactamente la acusación de John Bates, tras una carrera de 20 años como científico de alto nivel de la NOAA. Que los datos del clima no son como imaginas, sino de aquella manera. Probablemente no manipulados, pero, ¿quién sabe? Y hablamos de una discusión de décima arriba, décima abajo, de grado por década.
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Fuentes:
Judith Curry / John Bates:
Popular Science:
@shubclimate
Que los datos de la NOAA estaban más o menos «obamizados» era sospechable. Que lo hayan reconocido por escrito es ya de traca. Supongo que a estas horas ya habrán echado a los responsables de la chapuza.
Por cierto, creo que si Trump es capaz de seguir en el cargo unos años, estos de la NOAA y otros vividores del Calentamiento Global Acojonante van a tener que ir buscándose un curro.
Saludos