Desde hace algunos años hay crecientes razones para preocuparse en nuestro país por la situación institucional de la lengua castellana, la única lengua juntamente oficial y común de todos los ciudadanos españoles. Desde luego, no se trata de una desazón meramente cultural –nuestro idioma goza de una pujanza envidiable y creciente en el mundo entero, sólo superada por el chino y el inglés- sino de una inquietud estrictamente política: se refiere a su papel como lengua principal de comunicación democrática en este país, así como de los derechos educativos y cívicos de quienes la tienen como lengua materna o la eligen con todo derecho como vehículo preferente de expresión, comprensión y comunicación.
Como punto de partida, establezcamos una serie de premisas:
1) Todas las lenguas oficiales en el Estado son igualmente españolas y merecedoras de protección institucional como patrimonio compartido, pero sólo una de ellas es común a todos, oficial en todo el territorio nacional y por tanto sólo una de ellas –el castellano- goza del deber constitucional de ser conocida y de la presunción consecuente de que todos la conocen. Es decir, hay una asimetría entre las lenguas españolas oficiales, lo cual no implica injusticia de ningún tipo porque en España hay diversas realidades culturales pero sólo una de ellas es universalmente oficial en nuestro Estado democrático. Y contar con una lengua política común es una enorme riqueza para la democracia, aún más si se trata de una lengua de tanto arraigo histórico en todo el país y de tanta vigencia en el mundo entero como el castellano.
2) Son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüisticos, no los territorios ni mucho menos las lenguas mismas. O sea: los ciudadanos que hablan cualquiera de las lenguas co-oficiales tienen derecho a recibir educación y ser atendidos por la administración en ella, pero las lenguas no tienen el derecho de conseguir coactivamente hablantes ni a imponerse como prioritarias en educación, información, rotulación, instituciones, etc… en detrimento del castellano (y mucho menos se puede llamar a semejante atropello “normalización lingüística”).
3) En las comunidades bilingües es un deseo encomiable aspirar a que todos los ciudadanos lleguen a conocer bien la lengua co-oficial, junto a la obligación de conocer la común del país (que también es la común dentro de esa comunidad, no lo olvidemos). Pero tal aspiración puede ser solamente estimulada, no impuesta. Es lógico suponer que siempre habrá muchos ciudadanos que prefieran desarrollar su vida cotidiana y profesional en castellano, conociendo sólo de la lengua autonómica lo suficiente para convivir cortésmente con los demás y disfrutar en lo posible de las manifestaciones culturales en ella. Que ciertas autoridades autonómicas anhelen como ideal lograr un máximo techo competencial bilingüe no justifica decretar la lengua autonómica como vehículo exclusivo ni primordial de educación o de relaciones con la administración pública. Conviene recordar que este tipo de imposiciones abusivas daña especialmente las posibilidades laborales o sociales de los más desfavorecidos, recortando sus alternativas y su movilidad.
4) Ciertamente, el artículo tercero, apartado 3, de la Constitución establece que “las distintas modalidades lingüísticas de España son un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”. Nada cabe objetar a esta disposición tan generosa como justa, proclamada para acabar con las prohibiciones y restricciones que padecían esas lenguas. Cumplido sobradamente hoy tal objetivo, sería un fraude constitucional y una auténtica felonía utilizar tal artículo para justificar la discriminación, marginación o minusvaloración de los ciudadanos monolingües en castellano en alguna de las formas antes indicadas.
Por consiguiente los abajo firmantes solicitamos del Parlamento español una normativa legal del rango adecuado (que en su caso puede exigir una modificación constitucional y de algunos estatutos autonómicos) para fijar inequívocamente los siguientes puntos:
1) La lengua castellana es común y oficial a todo el territorio nacional, siendo la única cuya comprensión puede serle supuesta a cualquier efecto a todos los ciudadanos españoles.
2) Todos los ciudadanos que lo deseen tienen derecho a ser educados en lengua castellana, sea cual fuere su lengua materna. Las lenguas cooficiales autonómicas deben figurar en los planes de estudio de sus respectivas comunidades en diversos grados de oferta, pero nunca como lengua vehicular exclusiva. En cualquier caso, siempre debe quedar garantizado a todos los alumnos el conocimiento final de la lengua común.
3) En las autonomías bilingües, cualquier ciudadano español tiene derecho a ser atendido institucionalmente en las dos lenguas oficiales. Lo cual implica que en los centros oficiales habrá siempre personal capacitado para ello, no que todo funcionario deba tener tal capacitación. En locales y negocios públicos no oficiales, la relación con la clientela en una o ambas lenguas será discrecional.
4) La rotulación de los edificios oficiales y de las vías públicas, las comunicaciones administrativas, la información a la ciudadanía, etc…en dichas comunidades (o en sus zonas calificadas de bilingües) es recomendable que sean bilingües pero en todo caso nunca podrán expresarse únicamente en la lengua autonómica.
5) Los representantes políticos, tanto de la administración central como de las autonómicas, utilizarán habitualmente en sus funciones institucionales de alcance estatal la lengua castellana lo mismo dentro de España que en el extranjero, salvo en determinadas ocasiones características. En los parlamentos autonómicos bilingües podrán emplear indistintamente, como es natural, cualquiera de las dos lenguas oficiales.
Yo ya he firmado. El punto 2) me parece fundamental. Si quieren unirse a la inciativa, acudan a la web del «Manifiesto por el derecho a usar el Español«, y por favor, no confundan esta iniciativa con un «Manifiesto para obligar a usar el Español», que no es lo mismo.
Un manifiesto necesario
Felicito a los impulsores del manifiesto en defensa de la lengua común. Quizá mi reciente experiencia sirva para ilustrar su necesidad.
Hace unos días acudí a una oficina del ayuntamiento de Barcelona para solicitar una ayuda para un familiar discapacitado. Al pedir a los funcionarios el formulario de solicitud en castellano, por cierto, la lengua mayoritaria de los barceloneses, me dijeron que nunca utilizaban el castellano en los impresos.
En un segundo intento, me dirigí a una oficina de la Generalitat y la escena se repitió: imposible obtener ni un solo impreso en castellano a pesar de ser lengua oficial. Al final desistí y me vi obligado a hacerlo en catalán, porque no tenía otra opción.
Es sólo un ejemplo: cada vez que tienes que realizar un trámite en la Generalitat o en el ayuntamiento, te encuentras con que tu lengua es ninguneada. Confío que manifiestos como éste sirvan para que los castellanohablantes dejemos de ser tratados como ciudadanos de segunda por algunas administraciones.
Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es
Cuando desarrollé sobre el escritor catalan escribiendo en castellano entre Gutenberg y Pompeu Fabra querai decir que la unica razon de no escribir en castllano (excepto quizas y digo quizas por la poesia que está muy ligada a la musicalidad de una lengua) era ideologica. O sea, en gran medida artificial.
La literatura catalana. Quieres decir Manuel Vasquez Montalban?
Sorry pero no hé podido resistirme. Mas seriamente Montalban ha sido el escritor «catalan» mas conocido allen de los pirineos.
Y tambein seriamente. Podrias citar una obra en catalan entre la invencion del imprenta (Ramon LLul no cuenta) y el momento en que Pompeu Fabra mas o menos reinventa el catalan al son de teorias a la «Catalaner uber alle in der Welt». No hé escogido la invencion de la imprenta al azar: antes de ella daba practicamente igual escribir en catalan o en castellano: no te va a leer casi nadie, después de ella un escritor catalan si escribe en castellano podrá ser leido no solo en el resto de Espańa sino en Suramerica y ademas la fama ganada ayudará a que sea traducido en otras lenguas europeas.. Por lo demas el hecho de que no haya una literatura no me parcece el critero par ser lengua o dialecto (mira esta bonita defincion: «Una lengua es un dialecto con un ejercito y una armada»
Sin embargo el hecho de que le catalan sea o no lengua y el Sajon sea on no dialecto es irrelevante a proposito del usar o no la lengua comun cuando no se est&accute; seguro que el otro habla la lengua o dialecto regional. Es una cuestion de buena educacion y es una cuestion practica.
Bueno, la confusión es grande y, dependiendo del autor que consultes, la historia cambia. Lo que sí parece ser denominador común es que el «Hochdeutsch» nace, en contraposición al «Niederdeutsch» en las regiones gemanas del norte-este allá por los siglos V – VI. Más tarde, efectivamente, se produce una «pseudocolonización» y reagrupación, entre ellas el sajón, pues el habla de Lutero (procedente de la región de Meißen) fué determinante a la hora de adaptar una regla común. Ocurre que estas cosas sucedían en los siglos XVII y XVIII, y que más adelante, con la asunción del «habla» en la región de Hannover, ya dejó de considerarse la denominación «Hoch» como geográfica, para pasar a ser la que determinase el alemán común.
La diferencia del sajón con el catalán (o el plattduutsch) radica en que no existe una literatura sajona. Los textos son «alt-deutsch», en su determinada forma dialectal. Los lingüistas parece que están de acuerdo en ello. Los mismos lingüistas que sí hablan de literatura catalana. A eso me refiero.
Luis
El Plattduutch (Plattdeutsch en Hochdeutsch) que es el aleman del Norte se separó del Aleman del Sur antes de separase del Holandés. Lo (poco) que hé visto de él se parce mas al holandés que al aleman y IMHO si un bavaro lo entiende seria como tu y yo entendemos el Portugués. Por lo demas si mi memoria no me falla a proposito de un libro que ojeé la ultima vez que fui a Berlin el sajon fué la base del Hochdeutsch.
Ijon, no, lo del lïones … yo le doy al bable :P, que para eso nací «n’el puertu»
JFM, no se puede comparar una lengua (el catalán, por ejemplo) con un dialecto, como el sajón, por ejemplo. el sajón es alemán, el catalán no es castellano. Y no he dicho en la lengua regional. He dicho en la lengua española que yo conozco. 😉
Espero que este manifiesto sea un éxito y consiga traer un poco de «sentidiño» a España, porque lo que está ocurriendo en comunidades como la mía, Galicia, ya es de locos.
Permiteme discreapar en eso del derecho a ser atendidos en su lengua regional. Por lo menos en lo que se refiiere a las administraciones nacionales y no regionales.
No solo por el coste de traducciones (y el problema de los errores de traduccion) sino porque que la afectacion de los funcionarios no se haria en terminos de necesidad de la administracion o de competencia del funcionario sino linguisticos. Considermos el caso del ejercito imperial austriaco donde los destinos de los oficiales se hacian por criterios linguisticos en vez de profesionales. Pues se pasó le siglo XIX llendo de derrota en derrota: fué el punching ball favorito de Napoleon que se pasó mas tiempo ocupando Viena que en Paris y fué derrotado por la miniuscula e insignifaicante Serbia al principio de la Primera Guerra Mundial y tuvo que pedir ayduda a Alemania. Multilinguismo en accion.
En las administraciones regionales si que deberia haber bilinguismo ya que no todos el mundo habkla la lengua regional.
Y en cuanto a las empresas privadas deben poder hacer lo que les venga en gana o mas bprecisamente lo que mas beneficioso les resulte en funcion de su clientela: en la era en que en Cataluña te multan por no rotular en catalan (y no te multan si roitulas en catalan solo) hay un barrio de Paris (la capital de ese pais jacobino y en lo que se refiere a la lengua, ultranacionalista) donde no hay una sola tienda rotulada en francés. Estan todas rotuladas en chino o vietnamita incluso las surcusales de los bancos franceses. Porque su clientela es china o vietnamita.
Otra cosa: considero una aberracion que, por ejemplo, las matematicas, se enseñen en catalan o euskera. El resultado es esos niños cuando sean adultos tendran dificultades en comunicar profesionalmente con los habitantes de otras regiones y nos encontraremos con que el ingeniero gallego no podrá trabajar en Cataluñ ni el catalan en Galicia. Y en el fondo eso es lo que quieren los nacionalistas.
Pra terminar no podriamos adoptar una solucion a la alemana donde la gente habla el dialecto con los amigos y el Hochdeutsch con los extrańos ?
Ataques al castellano
El Gobierno catalán ha dado una nueva muestra de su intolerancia lingüística al ordenar el cierre de un medio de comunicación catalán por emitir en castellano, concretamente de Radio Unión Cataluña.
Es una actuación inaudita en una sociedad democrática que pone en peligro la libertad lingüística y de información. Además debe tenerse en cuenta que el 85% de las emisoras de radio con sede en Cataluña emiten mayoritariamente en catalán y tan sólo un escaso 15% emiten mayoritariamente en castellano.
¿Qué se pretende cerrando las pocas emisoras que todavía emiten en castellano en Cataluña? ¿Eliminar totalmente las emisiones en castellano en nuestra comunidad autónoma? ¿Dónde queda tras este cierre la libertad de uso de las lenguas en el espacio radiofónico catalán? ¿Es lícito cerrar una radio en España por utilizar el español?
Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es
¿Todavía no has aprendido llïones? (Atención a la diéresis, mola cantidad)
Por cierto, firmado.
Hombre, yo el manifiesto lo hubiera hecho más corto: que cada uno hable y aprenda en el idioma que quiera. Los políticos no son quienes para decirnos a nosotros en qué idioma vendemos, compramos, declaramos nuestro amor y denunciamos al ladrón.
Esto solventaría muchos problemas.
Por otro lado, mientras esté en vigor la presente constitución y las fronteras administrativas de España sean las que son, lo lógico es que yo pueda ejercer mis derechos en León o en Barcelona en la lengua de los españoles que yo conozco. No en la que los polítcos leoneses o los barceloneses antojen.
Si, es importante la distinción, puesto que una de las cosas que suelen hacer los de la izquierda y los nacionalistas es confundir derechos de unos con obligaciones de los demás.