Vinos ecológicos, o vinos orgánicos, o vinos biodinámicos, … o como quiera llamarlos. Mucha gente piensa que en la agricultura ecológica no se utilizan pesticidas. No es cierto. Se pueden utilizar «ciertos» pesticidas. Las sustancias prohibidas en la agricultira «bio» son aquellas producidas artificialmente, pero nada impide utilizar aquellas que la naturaleza pone a nuestro alcance. El criterio decisivo es que la acción «perniciosa» del ser humano y su ciencia quede fuera de la ecuación. El uso de «productos fitosanitarios» está permitido en la lucha artístico/alquemística contra las plagas. Digo esto porque, si prescindimos de la ciencia, la acción humana se convierte en arte … o en alquimia esotérica de consecuencias imprevisibles.
Por cierto, llamar a un pesticida, ya sea bio o no, «producto fitosanitario» tiene su aquél. Salvemos (sanemos) a las plantas de las lombrices y los escarabajos pero…. quién salva a los escarabajos y las lombrices?
A lo que íbamos. Para los guerreros de Gaia, el hecho de que las sustancias naturales puedan acarrear idénticas consecuencias negativas para los seres humanos y el medio ambiente que las sustancias producidas artificialmente es descartado como irrelevante. Después de todo, la Madre Naturaleza no puede producir nada MALO. Error. La naturaleza, sabia ella, produce sin necesidad de la mano destructora del hombre infinidad de sustancias tóxicas y peligrosísimas (nota para lectores con limitación cerebral antropocéntrica: tóxicas y peligrosísimas para otros seres vivos, no sólo para los humanos)
Pensemos en el cobre. El cobre, tal y como venimos utilizándolo tradicionalmente es, sin duda, una sustancia útil para muchas aplicaciones. Los humanos pueden, por ejemplo, hacer con dicho metal líneas telefónicas o eléctricas, pero también pueden hacer con él «productos fitosanitarios», es decir, pesticidas.
Cuando este metal pesado se acumula en los suelos de las zonas agrícolas (y lo hace, ciertamente, porque no es biodegradable), nos encontramos ante la sorpresa de que su uso, en términos ecológicos, no es sólo ventajoso. Un estudio del Ministerio alemán de Medio Ambiente que me cae en las manos deja las cosas muy claras:
- El cobre es tóxico para los organismos del suelo, especialmente las lombrices de tierra
- El enriquecimiento de cobre se produce en los suelos (especialmente cultivos permanentes) debido al uso de pesticidas orgánicos con cobre.
- El enriquecimiento conduce a efectos adversos / daño a los organismos del suelo, tales como la reducción en su número y en su biomasa total, así como cambios en la composición de las especies y una disminución en la biodiversidad.
- El tiempo de aplicación de pesticidas con cobre que transcurre hasta que se producen daños identificables es multifactorial, dependiendo de la dosis de aplicación, las propiedades del suelo, la forma de administración, etc., y por lo tanto no suele ser predecible. En última instancia, se requiere un análisis específico del sitio.
- Según los estudios de seguimiento analizados, debido a las conocidas aplicaciones prácticas a largo plazo de pesticidas con cobre (viticultura biologica, por ejemplo) podemos hablar ya de daños irreparables en la biocomposición de la mayoría de los suelos observados.
- Continuar con la acumulación de cobre en estos suelos debe ser evitado.
Sin embargo, los «agricultores ecológcos» pueden usar 6 kg de cobre por hectárea y año, de acuerdo con en Reglamento de la Unión Europea. En Alemania, para una bodega convencional, están permitidos sólo 3 kg por hectárea y año (desconozco el dato para España, tal vez algún lector lo tenga). Resulta que la viticultura ecológica sin cobre presentaría reducciones de rendimiento y calidad media del 50 al 100%, por lo que es prácticamente imposible prescindir del metal en cuestión (o de los pesticidas que lo incluyen)
Los Ecoactivistas mantienen el mito: los fertilizantes, la ingeniería genética y los pesticidas modernos son peligrosos e innecesarios. Pero ya vemos que la agricultura orgánica no está libre de peligros «innecesarios». Entonces, por qué una sí y la otra no? No se lo digan anadie: las subvenciones! Gracias a las subvenciones de la UE, los gobiernos y las regiones, se ha creado un mercado espectacular entorno a los llamados productos bio de la mano de la buena fe del consumidor medio quien, preocupado por su salud y por el medio ambiente, decide comprar un producto con el sello «BIO», ignorante de que no es oro todo lo que reluce. El cliente normal de este mercadillo suele ser adinerado, puede permitirse los elevados costes de los alimentos. Para la agricultura convencional queda la tarea de alimentar al gran resto de la humanidad.
Los agricultores orgánicos pueden trabajar sin fertilizantes artificiales, pero no sin fertilizantes. Pero para obtener el mismo rendimiento de una plantación «normal», necesitan una superficie de cultivo considerablemente mayor, reduciendo así el paisaje natural y la biodiversidad. Después de todo, lo sabemos, la alquimia tiene sus límites. Menos mál que tenemos la química.
El mundo de la agricultura «ecológica» es uno de los menos conocidos que se puede uno encontrar.
Existen materias acivas «naturales» que son mucho mas nocivas que las «artificiales» y hay poca gente que lo entienda.
Yo, personalmente, estoy involucrado en un proyecto para la Agricultura en general, en el que ayudamos a cualquier nutriente o materia activa a «funcionar» mas eficientemente y por lo tanto a reducir significativamente el aporte de materias que son a la larga contaminantes y con efectos adversos para el medio ambiente.
Hemos conseguido que un viñedo «ecológico», solo tratado con azufre, tenga un rendimiento un 60% superior al no tratado con nuestro producto
La aportación de cobre por hectarea en España, en viñedos, está sujeta a la normativa de las denominaciones de orígen, aunque hay un máximo determinado por el Ministerio de Agricultura.
El cobre es un magnífico fungicida y para eso se aplica masivamente.
Existen multitud de productos con certificación ecológica y de características absolutamente inócuas para cultivos, humanos y animales.
Sólo una cosa… se escribe «espectacular», no «expectacular»
Corregido. Vaya errata más boba. Gracias!!