El portentoso encanto de la decadencia

Así titula Antonio Yuste su último artículo en Cazurrabit. Nos coloca delante del espejo que menos nos gusta. Ése que no hace ni gordo ni flaco, ni alto ni bajo. Simplemente nos devuelve lo que realmente somos. La nariz doblada, el gesto alelado y la mirada perdida, ensoñada en lo que tuvimos y probablemente jamás recuperemos.

LA DERECHA anhela hacer eterno lo que es fugaz, aspira a convertir cuestiones mundanas tal que una pésima constitución, en eterna. Una constitución pasteleada por los bares entre UCD, el PSOE, el Partido Comunista, PNV y CiU, recuerden, en el restaurante José Luis de Madrid en 1978, entre tapita y tapita.

Yuste me recuerda (nos recuerda) lo malo que es casarse con quien te quita la libertad de elegir, con quien te usurpa el orgullo de ser, con quien te retira la libertad de vivir fuera de las reglas y libre de deudas por prebendas. Venga la novia de la derecha:

Y si tenemos que descifrar como aman la decadencia los electores del PP, tenemos que remitirnos a su apuesta infatigable por la holganza, la pereza intelectual y el pasotismo vital, el mismo que se reproduce en el corazón de las siglas partidarias por las que se dejan representar. Su único afán es ir tirando e intentar con cierta desgana que nadie y nada cambie, consolidar y hacer eterno lo que es fugaz. Todo lo que se distancie de ir tirando y consolidar el ridículo, es táctica, interés inmediato y conveniencia a flor de piel. Eso es el PP, una máquina de poder inflacionada y engrasada por el dinero del Estado.

o de la izquierda:

Los electores del PSOE tienen su particular manera de hacer engastar la decadencia. Se sienten propietarios de todo el dolor de la Guerra Civil y además quieren venganza. Matarían, para seguir siendo progres, al marido o la mujer, al cónyuge descendiente del bando nacional, en los accesos emocionales que aún les alcanza cuando recrean las heridas de la guerra civil. Los electores de izquierda bruñen y acharolan los bandos y las bandas, las promocionan. La izquierda tiene bandos y las bandas, sus bandas, mundanas, autoconstituidas, autónomas y autárquicas, son principio y fin de las cosas, donde empieza la historia y donde termina. A la izquierda le duele que España sea anterior a su propia banda y su idea floripégica de la condición humana, hecha de autoafirmación, con jefes terrenales déspotas y habladores. La izquierda tiene su propia metafísica del poder y de la verdad, Una verdad ceñidita a la catadura personal de sus líderes. La izquierda cultiva sus propias apostasías, las que dudan de sus líderes verborreicos. Eso es el PSOE, una banda inflacionada engrasada por el dinero del Estado.

Después de mirarme en el espejo que tan generosamente Antonio ha colocado delante de mis narices, no puedo más que concluir con él:

La derecha habla de unidad para engañarse a sí misma y seguir engañando a los españoles. La izquierda y la derecha, para demostrar lo que son y a lo que están dispuestos, han pactado con los nacionalistas operaciones cervanticidas sucesivas. No han dudado en hacer ostentación de su arribismo, de su voluntad inquebrentable de que por si o por no, es por el poder y nada para el futuro, para la libertad y para preservar la continuidad histórica de España. Quieren un futuro que pase, aunque sea a martillazos, por sus siglas partidarias y no importa el precio. Los españoles hemos entregado la Libertad y nuestra prosperidad a cambio de un platito de lentejas precocinado. La política española se cocina en un microondas. ¿Quieren hacerme creer que no lo sabían, que no sabían que la constitución española se ajustó entre tapita y tapita?

Gracias Antonio por devolverme la memoria.

Quienes quieran debatir en directo el tema, se pasen si lo desean por la «Cafetería«. Hoy el Cardenal Mendoza a mitad de precio.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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Un comentario

  1. Ni un solo comentario?. Qué injusto! Espero al menos que lo hayan leído muchos. La inteligencia intratable de Yuste está muy por encima de la media de los plumillas de la prensa escrita (en mi opinion).

    Nada, que van a tener que ser los progres los que empiecen diciendo que la descentralizacion se ha ido de las manos. Ya empiezan de hecho… De Criterio

    http://www.e-dazibao.com/criterio/archivos/000521.html

    Y Rajoy, con el puro…

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