Nos anuncian desde el Gobierno que se van a tomar medidas para enfrentar la tendencia negativa que están experimentando las cifras de paro en los últimos meses. No dicen ni una palabra de abaratar los costes laborales, ni una palabra de reducir la carga impositiva sobre los combustibles, ni una palabra …. no. Invitan a más diálogo social. Vamos a sentarnos con sindicatos y patronal para solucionar el problema. Vamos a decirles a los sindicatos que deben renunciar a nuevos convenios colectivos, el estado no puede reducir tan sensiblemente la carga impositiva ni los gastos de administración. Vamos a decirles a los empresarios que si contratan de nuevo no se preocupen: la partida de gastos de personal en el balance final puede ser falseada con unas ayuditas estatales. Mantengan la rentabilidad en mínimos, que ya son bastante ricos.
Amén.
El paro sólo puede ser combatido de forma efectiva mediante:
– reduccción de los costes laborales por eliminación de cargas estatales
– ruptura del lobby sindicalista
– seguro privado de paro
En otras palabras: liberalización del mercado laboral. El paro no es un problema coyuntural, es un problema estructural. En una sociedad en la que el estado facilita situaciones de paro indefinido y el desinterés por la formación laboral (piensen que la mayor parte de los parados -excepto en el segmento juvenil- son personas sin apenas cualificación) subsidiando ambos grupos, en una sociedad en la que la retribución no se corresponde con la productividad (gracias a los sindicatos y la legislación laboral) es impensable un paro cero.
Liberalizar el mercado laboral supondría devolver al empleador la posibilidad de retribuir en función de la productividad. Flexibilizar los contratos laborales supondría mayor movilidad, agilidad empresarial también, lo que redundaría en una bajada de precios. Eliminar la carga impositiva sobre los combustibles también supondría una reducción de costes de producción que se vería reflejada también en la bajada de precios del producto.
El sistema de diálogo social está viciado por el intervencionismo estatal y sindical. Más diálogo y más ayudas sólo consolidan el problema, no lo resuelven.
Les pongo un ejemplo, basado en los datos alemanes de ahora mismo. Un padre de familia (la mujer trsabaja en casa, dos hijos menores) recibe (es la media para trabajos no cualificados) un sueldo de 8,70 € a la hora. Eso supone un sueldo de 1350 € al mes. Anádanle las ayudas sociales y el «Kindergeld» hasta 630 €, lo que nos da un bruto total de 1980€ al mes. No paga renta pero sí seguro de desempleo y enfermedad. El neto: 1696€. Si este señor se queda en el paro, sumado el subsidio de desempleo a las ayudas sociales, recibiría 1550€. La diferencia? 146€ más por trabajar! Y no olviden que un bruto de 1980€ le cuesta en realidad al empresario 2460€!
Luego no nos extrañe que haya quien se encuentre a gusto en el paro y no se forme. Y no olviden: la cantidad que este señor pagó en concepto de seguro de desempleo, no basta para pagarle su paro. Son los que trabajan quienes le proporcionan los 1550€ al mes. No es Papá Noel. El empresario, por otro lado, no puede aumentar la producción porque no se puede permitir otro empleado a ese precio. Luego tampoco puede abaratar su producto. El pez que se muerde la cola.
El «diálogo social»: grupos de presión repartiéndose el botín del latrocinio institucionalizado.