El chiste aún siendo antiguo, sigue vigente. Un grupo de palurdos con la individualidad camuflada en la masa pretende lapidar a un vecino que se encuentra acorralado contra la verja de la iglesia. El cura sale corriendo para evitar la atrocidad.
– Hijos míos, si alguno de vosotros nunca ha errado que lance la primera piedra
La masa se detiene, impuesta por la gravedad del sacerdote. Salvo un vecino que agarrando un pedrusco lo lanza contra el infeliz acurrucado en los escalones parroquiales. Lo mata.
– Hijo mío – dice el páter horrorizado – ¿nunca erraste?
– ¿A esta distancia?, ¡jamás! – contesta el patán satisfecho
En clave ideológica ilustra lo que ocurre con los mensajes que el ciudadano recibe de cierto sector de la Ciencia, y también la política, fervorosos propagandistas del alarmismo climático. Como escribía Luis hace unos días ahora se ha retrasado la fecha del apocalipsis climático porque ciertos fenómenos – perfectamente naturales -que causan una tendencia de enfriamiento enmascaran y ocultan el maligno calentamiento inducido – según sus teorías – por la acción humana. Y de forma similar al chiste anterior, podría decirse del IPCC y otros organismos con una agenda política oculta bajo el manto de la Ciencia
– ¿Acertaste?
– ¿A esta distancia?, ¡jamás!
Nótese la explicación para los fenómenos naturales que provocan una tendencia de enfriamiento. Se dice, con un fuerte sesgo ideológico, que «enmascaran» el calentamiento global del planeta. Se introduce así un recurso retórico que deja inerme a toda persona que manifieste una actitud escéptica ante el alarmismo climático.
Si toda predicción incumplida de calentamiento del planeta, si todo pronóstico fallido de subida de temperaturas, toda profecía apocalíptica no realizada, es resuelta y zanjada con el argumento de que cierto fenómeno de enfriamiento «enmascara» el calentamiento predicho, pronosticado o profetizado, entonces nunca podrá refutarse la teoría del calentamiento global. Porque dicha teoría ya no es Ciencia, por su capacidad para autoconfirmarse siempre aún en presencia de un fallo predictivo. Basta apelar a fenómenos que «enmascaran» las predicciones. Es cierto que no todo fallo en el pronóstico invalida una teoría. Puedo esperar mayor acidez en la sopa si añado vinagre. Quizá la acidez no se revela porque a mis espaldas alguien espolvorea bicarbonato sódico en la sopera para no fastidiar su estómago. Pero habría otros indicios que me harían confiar en mi predicción y sospechar que alguien con úlcera estomacal sabotea mis condimentos.
El IPCC ahora, y los científicos que acuden a socorrerse del «enmascaramiento», no puede justificarse en sus fallos predictivos. Porque si uno acude a sus informes se puede leer que el calentamiento observado es producto de la acción humana porque los modelos no pueden explicar el calentamiento sin el CO2 y ningún otro efecto físicamente plausible existe. Esto, que ninguna causa plausible existe, se decía hace tan poco como el año pasado por estas fechas cuando se publicó el informe técnico del IPCC. ¿Qué tendrían que decir ahora estos apólogos de la buena conducta climática?. ¿No afirmaban que la Ciencia se ha pronunciado?. Ahora, en cambio, se descubre que fenómenos de circulación poco comprendidos ( ENSO, PDO, AMO, etc) tienen, y por tanto han tenido que ver en el pasado también, una influencia no contabilizada con precisión aún en las variaciones climáticas. ¿Qué hace la comunidad de apólogos?, ¿recupera la cordura y se manifiesta con prudencia?. Desde luego que no. Firmes en el dogma no cambia una coma y sostiene que todo efecto de enfriamiento «enmascara» el calentamiento y lo único que hay que hacer es «retrasar» el día del Juicio. De esta forma blindan su teoría contra cualquier intento de refutación.
Yo creo que esto es un cambio de las reglas de juego en mitad del partido. Si alguien, como hizo el IPCC, afirma con vehemencia, con el seguidismo oportunista de los políticos (e.g. ZP), que tiene una completa comprensión de una serie de fenómenos (la Ciencia se ha pronunciado) tiene que manifestar con toda la precisión posible cuáles son esos fenómenos y cuáles sus predicciones. Y respecto a las áreas que no se comprenden bien decir: No las comprendemos bien. La labor del IPCC fue mezclar y confundir ambas zonas, las de alta y baja comprensión, al servicio de un criterio ideológico.
Y lo hicieron de tal manera que se atrevieron a defender que con su grado de comprensión del clima eran capaces de predecir una crisis mundial causada por el calentamiento global. Y dar predicciones que ahora aúllan no eran tales. Y en lugar de reevaluar la situación, en lugar de comportarse de forma ética y reconocer que ni los fenómenos todos eran conocidos en detalle y que ni las predicciones, ni las recomendaciones estaban construídas sobre un sólido armazón, ¿qué hacen?,
– Retrasan la fecha de sus catastrofistas predicciones
Y se alejan de la responsabilidad y eluden las consecuencias de sus actos. Y también se alejan de la Ciencia. Porque si es posible reformular las teorías, los números, las causas, los efectos, etc – Ciencia en evolución – lo que no es posible es negarse a modificar una coma de las consecuencias sociales que de sus fallidas predicciones anteriores se derivaban. Negarse a modificar las lunáticas medidas políticas que propugnaban basadas en un conocimiento imperfecto. De ahí lo apropiado aún del chiste, porque el palurdo seguirá arrojando la piedra, aunque la realidad sea
– ¿acertaste?
– ¿a esta distancia?, ¡jamás!
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balsero
Tienes un premio en nuestro blog, felicidades!
Bueno, es que a Keenlyside ya sólo les falta cambiarle las palabras o llamarle directamente «polaco». Es de pena lo de los medios germanos, Balsero.
Jorge, terminaremos quemando un año y ahorrando al siguiente, según la predicción de moda 🙁
La posición de estos del IPCC empieza a resultar ridícula, tal parece que no existen causas naturales para el calentamiento, solo antropogénicas, sin embargo cada día aparecen causas naturales de enfriamiento. Por este camino van a empezar a solicitar el consumo desaforado de petroleo con el fin de evitar una glaciación.
Me refería a gente como la que mencionas en tu post , allí, cerca de tu exilio, en Kiel, por ejemplo Noel Keenlyside. Forma parte del IPCC que dijo hace un año (Resumen para Políticos, p.12):
» En las próximas dos décadas aparecerá un calentamiento de 0,2º C por década. Incluso si las concentraciones de todos los gases invernadero se mantienen en los niveles del año 2000«.
Para zafarse Noel hizo unas declaraciones vagas sobre el asunto a la BBC diciendo
«One message from our study is that in the short term, you can see changes in the global mean temperature that you might not expect given the reports of the Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC).»
que traducido en lenguaje sin rodeos quiere decir
«Nuestras proyecciones, las del IPCC, para los próximos 20 años son incorrectas». Temerosos de caer en la incorrección política se suaviza el asunto recurriendo al «enmascaramiento» o, peor aún, se oculta.
Me recuerda a los 3 científicos españoles del CSIC el año pasado. La nota de prensa del CSIC sobre su artículo decía «el 40% de las platas desaparecerán debido al calentamiento global». Leído el artículo, los autores dicen en el mismo: No observamos correlación entre la mortalidad y la temperatura.
Ninguno de los 3 autores protestó por la redacción de la nota de prensa. Curioso, ¿no?
Bienvenido, Balsero.
El colmo de lo que apuntas se está dando en Alemania. Son, precisamente, investigadores alemanes quienes han publicado estas últimas semanas sus trabajos sobre temperaturas de aguas marinas, masas de hielo, etc… La prensa mundial se hace eco de ello en primeras planas. La alemana lo ignora o titula, como el BILD: el calentamiento hace una pausa.
Vergonzoso.