Cómo es posible que un partido con los mayores casos de corrupción imaginables (quizás con la excepción del aeropuerto de Berlín, con un sobrecoste de 5.000 millones de euros), que ha logrado la segunda mayor del planeta Tierra, y con tantos y tantos otros problemas, y tras 35 años de Gobierno, pueda volver a ganar las elecciones, tal y como indican las encuestas?
Se me ocurren varias razones:
– Yo estoy garrafalmente equivocado y la gestión del PSOE de Andalucía es excelente. Así, puede creerse la eficacia de sus «ayudas» a los emprendedores del país de las gominolas (no se trata de que puedas abrir un negocio, sino que puedas empezar a funcionar, y eso ya está resuelto) o sus impulsos a la construcción sostenible sin dinero. Una tesis como ésta puede ser defendida por gente como, por poner algunos ejemplos al azar, Ricardo Domínguez, Eva Suárez, María Esperanza Sánchez, los trabajadores de Canal Sur y otros periodistas y tuiteros afiliados al PSOE de gran prestigio e independencia. Igual tienen razón, la prensa andaluza es tan independiente como la anglosajona o la alemana y yo estoy haciendo abiertamente el ridículo.
– El andaluz medio es imbécil. A pesar de nuestros lamentables resultados en los Informes Pisa, no lo creo. Pero sí creo que es muy sectaria. No comparto la tesis de Ignacio Urquizu de que la gente vota a la izquierda (es decir, al PSOE) por ser «desigual». Se puede ser de izquierdas y votar a otros partidos como IU, Podemos, Ciudadanos, Partido Andalucista, UPyD e incluso al PP (que a fin de cuentas son socialdemócratas con camiseta azul). El PSOE conecta con la gente, especialmente en el campo, de alguna forma.
– Subvenciones y subsidios y corrupcion de todo tipo con el que se compra a todo el mundo. En cualquier otro lugar del mundo, esto es una razón para echar a los gobernantes, no para que ganen por mayoría. Es cierto que con ello se pueden comprar todo tipo de favores. Hay una frase en este documental sobre la corrupción en Andalucía muy descriptiva: «La Junta colabora con quien colabora». Y quien no colabora, de cabeza a la economía sumergida. Pero no se preocupe, que para usted, que tampoco es gran cosa, haremos bastante la vista gorda con el tema de las inspecciones. Siempre y cuando sea autónomo o se trate de una «microempresa».
– Mentalidad económica andaluza. El andaluz tiene la mentalidad de (con todo lo que implica generalizar), primero, recibir toda ayuda posible de las Administraciones Públicas; segundo, trabajar, preferiblemente en negro o combinándolo con un salario oficial ; y, tercero, abusar de victimismo para defender el sistema de recibir todo lo posible cobrando en negro.
– Carácter andaluz. La gente se confunde cuando nos tildan a los andaluces de vagos. Es mentira que seamos vagos. Nuestro pecado capital no es la pereza, sino la soberbia. La capacidad de autocrítica de los andaluces es cercana al CERO absoluto. Si hay algo que no soportamos los andaluces es, además de que nos llamen vagos, que se rían de nosotros. Luego los catalanes se quejan de que los andaluces nos los estamos llevando crudo, y tienen razón, pero al soberbio andaluz no le hace ninguna gracia, y el resultado es que se enroca en su posición y no reconoce ninguno de los problemas reales, con todo lo malo que eso conlleva.
Bajo mi punto de vista, estamos hablando de una población excesivamente orgullosa (en el mal sentido), que no tiene una formación excelente (ya sea porque no lo han conseguido o porque los que sí la tienen han acabado emigrando), que acaban trabajando en sectores o haciendo empresas que no requieren de grandes inversiones y difíciles de controlar, o de gente que simplemente curra en negro mientras se aprovecha de un subsidio estatal, y que «derechos» (es decir, servicios que preferiblemente paguen otros porque él no puede llegar mediante su esfuerzo). Ahí creo que el PSOE tiene una forma de actuar que encaja perfectamente. El PSOE, con mensajes basados en aprovecharse de nuestra soberbia, por un lado, promete derechos y prebendas a empresarios sin considerar la realidad contable, y por el otro tiene un nivel de inspección y de control laxo para según qué cosas.
Con estos mimbres, los resultados son unos altos niveles de economía sumergida (del 29% de la economía total el año pasado, unos 40.500 millones según los técnicos de Hacienda), unos altos niveles de corrupción e ineficacia administrativa y unos altos niveles de desempleo. Es decir, lo mismo que Grecia. Y nadie quiere tocar este sistema, bien porque tiene miedo a legalizarse y ser crujido a multas e impuestos, bien porque tiene miedo a perder «derechos sociales». Tristemente, el paternalismo funciona. Para ganar votos.
Soluciones políticas? A mí se me ocurren las siguientes:
– Reducción significativa del gasto público y de las obligaciones estatales legales, previa a cualquier otra medida.
– Reducción significativa de los impuestos.
– Reducción significa de los trámites administrativos relacionados con cualquier actividad empresarial.
– Simplificación de los requisitos para transformar una Sociedad Limitada a una Sociedad Anónima.
– Permitir la legalización de negocios previamente existentes sin pagos de multas.
Conocen ustedes algún partido con el coraje de defender abiertamente estas medidas?
Yo creo que si se puede decir que los Andaluces son tontos. No en el sentido de que lo son como individuos. Estoy seguro que un Andaluz medio tiene la misma inteligencia que cualquier Europeo. Pero si creo que la cultura de Andalucia les hace actuar de una forma menos inteligente. Creo que es una sociedad que no ve soluciones (por razones de historia e ideologia) que para gente de fuera son obvias.
Pues a mi se me ocurre otra solucion; puestop quie el problema fundamental es el clientelismo alljar el poder para que este dependa menos de los que cobran y mas de los que pagan osea redicir lmas intribuciones e incluso eliminar la(s) autonomia(s).