Niño Becerra es un economista muy conocido por soltar trallazos en sus apariciones televisivas, normalmente trallazos augurando un desplome total de la economía sin posibilidad alguna de salir del mismo. Siempre habla del «sistema», del «modelo» en términos esotéricos tangencialmente económicos. Asimismo se caracteriza por ofrecer predicciones con una seguridad pasmosa, concretas y a períodos de tiempo muy alejados. La última: España saldrá de la crisis en el 2022. Una de las máximas de la economía, que no del cantamañanas o del charlatán de feria, es que el futuro económico depende de las acciones de los individuos (el futuro en economía es un por hacer) y éstas acciones tienen un componente de incertidumbre bastante elevado, con lo cual predecir números concretos sobre el futuro y aún más sobre el futuro lejano es más arte que ciencia, o si se prefiere, ciencias esotéricas, de lo que también sabe mucho Becerra.
No hay duda que Becerra es un gran entendedor de la estructura económica española y mundial, razón por la cual ostenta una cátedra. Sin embargo, eso no le legitima para proclamar ex cathedra sobre otros temas donde su conocimiento se va desdibujando, disolviendo, a medida que se aleja de su tema predilecto. Esto es común en todos los seres humanos y los catedráticos no son inocuos a esta tentación, a saber, de postular sobre lo que no se sabe. Krugman, Premio Nobel de Economía por la teoría moderna del comercio internacional, es otro de ellos.
Niño Becerra comete la gran extendida falacia del que se centra a analizar la realidad económica tan sólo desde el punto de vista macroeconómico (números agregados) sin mirar los microfundamentos de esos números. Así habla del nivel de PIB, del dinero total que hay en la economía o del volumen total de deuda. A partir de esos números, sin mirar nada más, se dedica a razonar e interpretar. ¿Pero por qué no se para a pensar que la deuda total se divide entre deuda pública, deuda empresarial y deuda de las familias? ¿Por qué no se para a pensar que cada tipo de deuda tiene características muy diferentes? ¿Y qué hay de la deuda financiera y la deuda no financiera? Bueno, ni que decir tiene, esta falacia no es única en la economía: el que generaliza tiende a tirar más de ideología que de ciencia; el que concretiza no.
Ayer estuve viendo una ponencia reciente de Becerra en la que afirmaba con una seguridad envidiable lo siguiente:
Nadie en el mundo puede pagar la deuda. Al principio pensaba en que se hiciesen quitas, pero veo que no es plausible. Lo que deberían de hacer todos los países del mundo es reunirse juntos y hacer una compensación de deudas y plantear perpetuaciones de deudas.
Empecemos. Para empezar Niño Becerra debe especificar a qué tipo de deuda se refiere. Hay que diferenciar entre la deuda de una institución y la deuda de una persona física. Las personas son mortales mientras que las instituciones en teoría, mientras existen, se suponen que son perpetuas. Esto es esencial. Este hecho hace que las personas tiendan a ir eliminando sus deudas de su cartera y a utilizar el crédito de forma transitoria, mientras que las empresas y los estados siempre puede ir pagando su deuda emitiendo nueva deuda y así hasta el infinito y no hay ningún problema con ello. Cuando Niño Becerra afirma que un Estado nunca podrá devolver su deuda, está confundiendo el concepto de deuda de un individuo con el de una institución. Claro que un Estado nunca podrá devolver su deuda pública sin recurrir a la emisión de nueva deuda, ni la mayoría de los Estados del mundo, ni la mayoría de las empresas que recurren a la emisión de deuda, porque son empresas que, al contrario que un individuo, siempre podrán emitir nueva deuda para pagar la anterior.
Los Estados y las empresas podran emitir siempre deuda (venderla) siempre y cuando esta se pueda colocar (encuentren un comprador), es decir, cuando no se pueda -por el motivo de peso que sea- se acabó poderla emitir más: quiebra.
La verdadera «garantía» de que el Estado puede pagar sus deudas no es que en el futuro vaya a tener mayores ingresos, sino que es el Estado el que puede manejar para que haya estos mayores ingresos con los que cubrir el desfase actual: se llama INFLACIÓN.
Al manejar el flujo de dinero y poder hacer que haya mayor inflación garantizan que en el futuro, nominalmente, haya mayor riqueza.
En el nivel de un individuo lo más parecido sería que se endeudase en 1.000 euros, a un cambio de 1 euro:1 dólar:1 pound… y con la cláusula de que se devolverán 1.000 euros,, 1.000 dólares o 1.000 libras o sus sumas, según quieras… así según esté el cambio podrías ir pagando en una u en otra…
Aparte de que en el nivel individuo también funciona lo de la infalción ¿Porqué la gente pillaba un piso? Aparte de lo de «siempre suben» porque te decían: «ahora pagarás 1.000 euros, pero dentro de 10/15/20 años 1.000 euros es una mierda».
Si el Estado Español tiene un 100% de deuda, el PIB se mantiene en términos reales y una inflación del 3%, el capital del 100% de hoy será un 74’4% en 10 años (en terminos reales)…
El segundo comentario de «Juan» no es del mismo Juan que el primer Juan (que soy yo).
Niño Becerra utiliza la astrología para explicar las tendencias económicas. Y no lo hace como un divertimento sino que parece que se lo cree.
Que un catedrático de una universidad haga esto es para echarle de la cátedra y de la profesión. Una cosa es la especulación científica y otra la imbecilidad manifiesta. La astrología, homeopatía y la magia en general no es ciencia. Que grandes hombres del pasado creyeran en tales cosas no las valida. Sus contribuciones científicas no se basan en estas creencias mágicas sino en otra cosa.
SI Niño Becerra de verdad explica los ciclos económicos mediante en ciclos astrológicos, el resto de sus contribuciones sobre economía como pretendido científico social habrá que ponerlas en cuarentena.
Cuaderno de Isaac Newton revela que descubrió cómo circula la savia por las plantas hace 350 años. (latercera.com) Por cierto, también estudió astrología, como tantos otros grandes a los que les debemos mucho, incluidos los títulos universitarios autoconcedidos por estudiar lo que ellos alumbraron. Platón, Sócrates…no obtuvieron ningún título de ningún tipo. Los conocimientos ocultistas, mancias, etc, precisamente están ocultos ya que se precisa de una gran inteligencia para comprenderlos. Se han dado y se dan en todas las culturas desde el principio. El ser categórico sin estar dentro del círculo, es demostrar ignorancia. Como dijo Jesús, no se deben dar perlas a los cerdos, es decir, solo los iniciados conocen.
Podría continuar, pero lo dejo por el momento.
Desde mi ignorancia en el mundo de las finanzas, yo entiendo que cuando se habla de «deuda que nunca se paga» en realidad lo que se refiere es a un volumen de endeudamiento del cual no bajamos.
Por ejemplo, supongamos que yo le pido prestados 100€ a Fulano, y quedo
con él que pasado un año le pagaré 105€. Cuando acaba el año, yo he
ingresado lo mismo que he gastado, pero sin contar con esos 105€ que le
debía a Fulano, así que busco a alguien que me preste 105€ para pagar a
Fulano a cambio de devolverle 110€ a final de año, y esto se repite
indefinidamente.
Supongo que esos 100€ son la deuda que «nunca se devuelve». Pero en
realidad sí que se devuelve, pero se hace sustituyéndolo por deuda
nueva. Viene a ser lo que Clemente decía «patapúm p’alante».
Claro que según la deuda va creciendo, irá costando más encontrar gente
que te la refinancie para cumplir los compromisos, y existe el riesgo de
que un día no encuentres suficientes Menganitos y Fulanitos que te
presten lo que necesitas para devolver a los primeros, y tengas que
declararte insolvente.
Por lo que he entendido, el famoso Varufakis pretende decirle a
Fulanito: déjame 100€ y cuando empiece a irme bien ya hablaremos de
devolvértelo.
Exactamente, así es más o menos el funcionamiento. Con la salvedad de que los Estados cuentan con el monopolio legítimo de la fuerza y pueden «obligar» a su población a pagar la deuda, con lo cual los Estados en teoría (que no en la práctica) deben ser las instituciones más solventes.
Entiéndase la seriedad del personaje (catedrático por más señas, pobres alumnos):
El economista catalán ya intervino en el Congreso de Astrología Barcelona 2005 con una ponencia, firmada al alimón con la astróloga Inma Fernández, titulada “Las grandes crisis socioeconómicas en la era de Piscis”. Fernández y Niño Becerra son también los autores del artículo“La realidad astrológica del sistema capitalista”, publicado en 2002 y en el que afirman cosas del estilo de:
“La fase de recuperación con el tránsito de Plutón en Sagitario principia en 1995 y finaliza en el 2009; la de expansión, con Plutón en Capricornio, se extiende desde este año al 2023; la de declive mientras Plutón transita por Acuario, media entre el 2023 y el 2043; y la de contracción y muerte tiene lugar entre el 2043 y el 2067 con su tránsito por el signo de Piscis. Es precisamente en esta fase cuando se produce una cuadratura entre Neptuno en Sagitario y Plutón en Piscis, un aspecto del Gran Ciclo.”
No hay mucho que añadir sobre la precisión científica de Niño Becerra. Fuente:
http://magonia.com/2012/10/01/el-economista-santiago-nino-becerra-ponente-en-un-congreso-de-ufologos-y-conspiranoicos/
Vamos a analizar detenidamente que significan estas tres afirmaciones del art.:
1º Las deudas Estados y empresas tienen una «naturaleza» distinta a la deuda de los individuos y por tanto ambos tipos de deuda «funcionan» de manera distinta..
2º Los Estados y las empresas no pueden pagar su deuda.
3º Las deudas de Estados y empresas solo pueden pagar su deuda emitiendo más deuda.
Analicemos esas tres afirmaciones con un ejemplo concreto:
Supongamos, para simplificar, que soy un individuo que tengo alquilada una propiedad (un piso, un local o lo que sea) por la que recibo 1000 euros mensuales de forma fija para siempre que se me abonan puntualmente a final de mes y que esos son mis únicos ingresos.
Es evidente que en el mejor de los casos mis gastos solo pueden ser de 1000 euros al mes so pena de entrar en números rojos. La pregunta fundamental es: ¿puedo endeudarme sin quebrar y en caso afirmativo cuanto puedo endeudarme?.
No hace falta ser economista para llegar a la conclusión evidente de que en esas condiciones yo puedo pedir prestado al mes una cantidad que sumada a sus intereses sea de 1000 euros. Pongamos que puedo pedir prestado 900 euros mensuales que me suponen 100 euros mensuales de intereses. Y eso de manera continuada y perfectamente sostenible:
El día 1 de Enero pido prestados 900 euros con los que vivo el mes de enero. El día 31 de enero, me pagan los 1000 euros del alquiler de mi propiedad y con esos 1.000 euros pago mi deuda mensual y al mes siguiente vuelta a empezar.
Tres consecuencias evidentes:
1º Aunque mis ingresos son de 1000 euros, el hecho de que me los paguen a final de mes me obliga a endeudarme para vivir durante el «primer» mes y eso implica pagar 100 euros de intereses, por lo que si quiero que mi deuda sea sostenible, mis gastos mensuales solo pueden ascender como máximo a 900 euros. Es decir, endeudarme me empobrece en 100 euros al mes.
2º Si los intereses mensuales subieran, debería recortar mis gastos en la misma cantidad y si bajaran podría aumentar mis gastos en esa misma cantidad.
3º Si por lo que sea mis gastos mensuales, incluyendo el pago de los intereses, son superiores a los 1000 euros de renta antes o después me arruino, por la sencilla razón de que mi deuda y por tanto los intereses de la misma se irán incrementando hasta que llegue un momento en que los intereses sean igual a los 1000 euros de mis ingresos, con lo que ya no podré pedir prestado nada. (En realidad me habré arruinado mucho antes, pero eso es indiferente a los efectos del razonamiento).
En resumen: como individuo puedo vivir permanente endeudado de manera «sostenible» siempre y cuando me las apañe para que mis gastos, incluyendo intereses, sean iguales a mis ingresos.
Pues bien, todo lo dicho anteriormente es perfectamente válido si en vez de «individuo» ponemos «Estado» o «empresa» con la siguiente salvedad:
Si el Estado que se endeuda por encima de sus ingresos puede imprimir su propia moneda, su quiebra que llegará inexorablemente antes o después, implicará que todo el dinero que haya emitido pierda totalmente su valor, exactamente igual que pierde todo su valor la deuda de individuos o empresas que quiebran. La única diferencia por tanto es de alcance o repercusiones sobre terceros.
Por lo tanto:
1º La deuda de individuos, Estados y empresas es esencialmente lo mismo con la salvedad antes indicada y que es de perogrullo: lo usual es que un individuo se pueda endeudar menos que una empresa y esta a su vez menos que un Estado y en consecuencia sus respectivas quiebras implicarán gravedad creciente.
2º El plazo en el que llega la quiebra para aquel que gasta mas de lo que ingresa, solo depende de la diferencia entre ingresos y gastos y de la cantidad de prestamistas a los que pueda convencer u obligar a que le presten y a la postre estafar.
Lo que yo quería transmitir era lo que ya han comentado en este post. Que el concepto en un Estado de «pagar la deuda» (o lo que es lo mismo ir reduciendo el nivel de deuda hasta cero) no tiene sentido práctico, porque los Estados no tienen por naturaleza una fecha de caducidad como si la tienen las personas.
Este hecho hace que los Estados puedan ir recurriendo a sus ingresos futuros recurrentemente, de forma continua hasta el infinito, lo que no hace necesario que el Estado tenga que reducir su deuda a nivel cero en algún momento de su historia (es decir, «pagar la deuda»), sino que por el contrario el Estado va emitiendo nueva deuda para saldar la anterior y lo que verdaderamente importa no es el volumen total de deuda (como indica Niño Becerra) sino el cambio en los tipos de interés de la misma (por ejemplo, al sustituir nueva deuda con mayor interés por anterior de bajo interés) o los cambios en el volumen (emitir más de la que se sustituye, lo que hace aumentar el volumen). Evidentemente siempre los ingresos deben ser igual que los gastos, pero los Estados (o las grandes empresas) en teoría son perpetuas (es decir, van a durar un tiempo relativamente dilatado en comparación a lo que lo hacen las personas) y tienen capacidad de recurrir a sus ingresos futuros para aumentar su gasto presente.
Muchas gracias por tus comentarios.
A pesar de ser «carca», tengo hijos «progres». Uno de ellos forofo convencido de Krugman y Stieglitz, que cada vez que le hablo de Huerta de Soto, de Rallo, de Taibo, etc, poco menos que me manda callar…
Así que me he comprado «Debt Updated & expanded, the firs 5000 years » de David Graeber, que, por lo visto es una fuente de inspiración para los nuevos milenaristas anti- deuda,y anti sistema, a ver si me entero bien, para rebatirlo con sus propios argumentos.
Por el momento, sólo llevo un 20% leído, y voy a estar muy callada frente a mis hijos , pero me ha hecho gracia, porque, uno de los primeros capítulos habla de » La deuda Primordial» . O sea, la deuda imposible de saldar, que tenemos todos y cada uno de los humanos, con «los dioses», con el universo, con la tierra, con nuestros ancestros, etc etc. Y que no podemos saldar mientras estemos vivos.
Pero este hilo de hoy, y más aún si hay comentarios que lo amplíen, me lo voy a guardar en mis marcadores, para cuando me sienta mejor preparada, y se lo mandaré a «mis progres»
Muchas Gracias
Acabo de descargarme ese libro también en el Kindle, lo leeré con mucho interés. A ver si puedo escribirles algo a «tus progres». Un saludo, muchas gracias por tu comentario.