Sencillo, sin florituras. Cuatro máximas programáticas y un modelo de estado. Sirve como respuesta a los comentarios aquí y al post de Stewie.
Máximas programáticas :
1. El mercado libre no es otra cosa que el conjunto de las personas en su calidad de sujetos económicos. Las relaciones de intercambio voluntarias entre ellos producen siempre mejores resultados que cualquier medida estatal o de gobierno.
2. Eliminación de cualquier forma de violación del derecho a la independencia individual: «The minimal state is the most extensive state that can be justified. Any state more extensive violates people’s rights.» Robert Nozick
3. Eliminación de la clase oligárquica privilegiada, políticos y funcionarios: «I think we have more machinery of government than is necessary, too many parasites living on the labor of the industrious.» Thomas Jefferson, 1824.
4. Eliminación de los sistemas de adoctrinamiento (libertad de enseñanza, educación, pensamiento): «Every function superadded to those already exercised by the government, causes its influence over hopes and fears to be more widely diffused, and converts, more and more, the active and ambitious part of the public into hangers-on of the government, or of some party which aims at becoming the government.» John Stuart Mill
Modelo de Estado:
El Estado Español se convierte en una República Liberal. El Presidente es elegido de forma directa. La adhesión a la República Liberal es voluntaria. Los Municipios son el marco referente de organización territorial. Estos se pueden unir en Federaciones de Municipios. La adhesión a la República puede ser formulada por un Municipio o por una Federación de Municipios.
El Gobierno de la República Liberal tiene las siguientes funciones (Ministerios):
- Asuntos exteriores. Representa a la República en los foros internacionales.
- Defensa. Ejército voluntario para la defensa ante agresiones directas.
- Interior. La Policía estatal es subsidiaria. Actúa allí donde las capacidades de los servicios privados de seguridad alcanzan su límite de acción.
- Justicia. Rule of Law (and not of men) exige leyes generales y abstractas. Órgano principal serán los tribunales arbitrales. Se privatizarán las cárceles.
- Economía. Para financiar un estado mínimo basta una cuota de estado de, como máximo, el 10% de los ingresos.
Existirá un Banco CentralIndependienteEl mercado será el encargado dela emisión dedelimitarmonedalos medios de cambio.
Matices… en comentarios. Si alguien comenta, claro.
Me vas a perdonar una maldad en mi comentario.
Lo que planteas es, esencialmente, una reforma completa de la Constitución y de los Tratados de la Unión Europea. En las últimas elecciones en España el P-LIB no superó los 8.000 votos. ¿Cómo diantres se consigue eso?
Es curioso. Siempre nos mofamos de que los podemitas (y los socialistas en general) defienden los unicornios económicos… Pero a la hora de la verdad los libertarios queremos el mismo unicornio, sólo que jurídico, en lugar de económico.
Hiciste lo adecuado. Yo estuve trabajando.
Los criados hablan de los señores y los señores hablan de cosas. No me interesaba el debate en sí mismo, ya que el tema eran los candidatos, sino aquello que pudiera ser tema de cachondeo. ¿El qué? Todo. Mi abuelo, además de pasar necesidad también jugaba al dominó. Fíjese cómo ayer, al hilo de la conversación iban empalmando unas cuestiones con otras por simple asociación de ideas, igual que las ficha de dominó, una llama a la otra. Pues bien, las fichas dobles representarían el momento de las risas enlatadas: nada más un cierto énfasis, una cierta insistencia, la gravedad extremada de Búster Keaton que intuíamos bajo la gravedad de los rostros; repetir dos veces esa enternecedora definición del hombre como homo sapiens sapiens. E igual que en dominó existe la blanca doble, el cuatro doble, el cinco doble, etc., todos los números tienen doble, todos los temas acabaron siendo humorísticos.
Basta orientar el foco sobre cualquier aspecto para que resulte asombroso. Basta detener la moviola en cualquier imagen de la cinta, una foto fija. Basta aislar una frase cualquiera y ponerla entre signos de interrogación: ¡Demagogo! ¡Convocas a la crisis! Sucede igual que en una representación de teatro clásico; de pronto nos sentimos estupefactos y estupefactas al darnos cuenta de que están hablando en verso. La política se revela como parodia de si misma en cuanto la miramos con un mínimo de atención.
Otras veces se dan escenas de una cierta intensidad que nos sirven para entender mejor otras escenas afines, menos intensas o habituales. Imaginemos a un invitado o invitada en casa ajena preguntando por el cuarto de baño; va hacia donde le han dicho, pero se confunde y abre la puerta del armario; en ese momento oye unos pasos y, temiendo que alguna persona note su equivocación, se mete dentro del armario; tras unos instantes de silencio, cuando cree que la persona ya ha desaparecido, sale y se encuentra a la anfitriona esperándole para conducirlo de nuevo al comedor. Otro ejemplo, “Hija mía esta tarde iremos a visitar a la tía Petra; no se te ocurra decirle que está gorda”. Esta vez la intensificación no consistirá en que la niña exagere y le diga a la tía que es un cetáceo, sino en que obedezca más allá de lo previsible y diga, “Mamá me ha dicho que no te diga que estas gorda”.
Ciertamente hay algunas cosas que parecen más grotescas que otras, las condecoraciones, los celos, las objeciones metodológicas a los principios metodológicos, el fanatismo, las carreras de caracoles, pero esto no quiere decir que su ridiculez sea mayor, sino únicamente más explícita. No sólo son ridículos los hipócritas o los pedantes, lo son también todos los políticos, todas la políticas y algunos periodistas.
Hay que reírse contemplando al político que piensa, porque la verdad ha huído de él, mucho antes de que acabe su turno, a la velocidad del pensamiento; porque cuanto más piensan dos políticos, más discrepan entre sí, por que el político no es jamás lo que piensa ser. Me fui a estudiar.
Hombre, muchas gracias.
Ajá, ya estamos presuponiendo que el único idiota generoso soy yo. No es el pago uno de los límites de acción de un servicio privado de seguridad? Superado ese límite (por incapacidad financiera), no entra en juego la policía del estado? (lo digo arriba del todo, no me lo invento ahora)
Panaceas no hay, pero infiernos sí, y unos son más infiernos que otros. Creo que el que yo propongo es mucho menos infierno que lo que la mayoría cree. Después de todo, no hay tantos demonios como nos gusta pensar.
«¿lo dejamos en que el aumento de oferta reduce el precio también en la oferta de seguridad y que si te devolvieran los impuestos correspondientes tendrías más capacidad para contratar esos servicios?»
Si yo te contara a cuánto asciende ese montante devuelto, te caes de espaldas… Cifra mensual, claro. Algunos de tus «amigos», los agoristas, ven lo suyo como la panacea; lástima que los que lo vivimos desde dentro no lo encontremos tan divertido.
A riesgo de parecer grosero, me alegro de vivir en un pueblo pequeñito y apartado: me permite mantener el contacto con la realidad, y encontrar ejemplos reales en donde la puesta en práctica de ciertas teorías simplemente sería desastrosa.
«Judas, aparte de otras consideraciones, si yo puedo permitirme pagarte a tí la seguridad privada, qué me impediría hacerlo?»
Pues seguramente mi negativa a tener tal cosa sin que la disfruten los de al lado. Pero gracias por el interés.
Bueno, vale. Borro lo del Banco Central. De todos modos he de leer (o habeis de contarme) algo más sobre medios de cambio, que estoy pez.
Judas, aparte de otras consideraciones, si yo puedo permitirme pagarte a tí la seguridad privada, qué me impediría hacerlo?
Don Luis, ¿y si es el mercado el que espontaneamente decide qué medio de cambio es el mejor y cuáles son los activos con la calidad adecuada para atesorar?
Judas, el tema de la seguridad privada es muy dificil de imaginar, el de la justicia más, y con la defensa tengo serios problemas… pero ¿lo dejamos en que el aumento de oferta reduce el precio también en la oferta de seguridad y que si te devolvieran los impuestos correspondientes tendrías más capacidad para contratar esos servicios?
Si eres consumidor de cannabis, según tu ppropia información… tienes reservas de aspirinas 😉
«Judas, por? Te hubieses gastado todo tu sueldo de yuppie en drogas? 😉 Te hubieses liado a tiros con los batiburrillos? No creo. Cuéntanos las razones.»
Mmmmm… Digamos que cuando uno no tiene recursos para proporcionarse seguridad privada y tiene que pedir ayuda para que no le maten varias veces, el que le propongan privatizar seguridad y justicia… como que sé cuál hubiera sido mi final.
Ojalá, Luis fuera de sobredosis, jejejeje, pero no soy politoxicómano, sino consumidor habitual de cannabis y eso, querido amigo, no produce de eso.
Y lo de los tiros y los batiburrillos es otra razón para oponerme: soy pacifista, recuerda.
Está escrito a matacaballo, antes de ocuparme de una doncella de 88 años. Su virtud sigue intacta, pero el comentario se presta a malentendidos. O quizá haya quedado mejor así. En lugar de abarcar ideológicamente la realidad, dejar que la realidad abarque la ideología.
El programa de mi partido sería «Un diez por ciento de lucidez para percatarnos de otro noventa por ciento de impotencia».
El joven piensa, la vieja ríe. Desde luego no le pide al joven que deje de pensar, sólo quiere que esté dispuesto a escuchar esa risa y que luego deje constancia de ella.
Judas, por? Te hubieses gastado todo tu sueldo de yuppie en drogas? 😉 Te hubieses liado a tiros con los batiburrillos? No creo. Cuéntanos las razones.
Retlaw, eso va implícito, de algún modo, en lo que apunta Mary en su comentario. El que no cumple a la calle, y si fuese menster, a la cárcel. A mí me parece imprescindible esa medida que nos traes.
Una idea: ¿y si los programas electorales constituyesen obligaciones contractuales?, es decir,que en caso de no ser cumplidos los programas electorales se pudiese demandar al politico de turno por su incumplimiento. Quizas asi se podria limitar el poder de los politicos.
Bueno, es un modelo interesante. Pero seguramente yo no habría llegado a los 27 en él.
Don Pablo, esa es justamente la magia de la historia: sabemos que desde la perspectiva del futuro nuestras ideas y pasiones (la mayoría, no todas) parecerán absurdas, pero ignoramos cómo evitarlo. Unos lo perciben con terror, y no se mueven, ocupados en mantener aquello del pasado que creen les permite vivir hoy sin reírse de sí mismos. Otros optan por escapar hacia mañanas inexistentes, negándose a sí mismos y los demás la posibilidad de percibirse hoy tal y como son/somos.
Yo les cuento lo que pienso, pero no les digo que sería lo mejor.
De ahí que digo, Libertarian, que
de manera que srá la dinámica de mercado la que acabe por «elegir» una u otra forma de pago (o varias)
Dado que no tengo ni la más remota idea de economía (llevar una casa o una pequeña empresa no te convierte en economista. Haber leído tres libros tampoco) les agradecería que, además de la crítica, propusieran sus alternativas. Así, intento quedarme con algo de su sapiencia sin que se note mucho 😉
¿De dónde se deduce que la libertad monetaria devenga en 300 tipos de monedas? Es una idea antiintuitiva, el interés del mercado es uniformar en cierto grado los medios de pago para extender los círculos transaccionales.
Existe una manera complaciente, ingenua, trivial de reírse del pasado para halagar el presente, que se ríe de los viajes en burro para divertir a quienes viajan en avión. Ahora no faltará algún elegante con fama de erudito que haga chistes sobre los aviones, extraños aparatos que cubrían el puente aéreo Madrid – Barcelona después de que se necesitara casi un arqueólogo para hablar del ferrocarril, un medio de transporte antiquísimo que solían usar algunos viajeros subdesarrollados económica o biológicamente, algunos animales terrestres, todavía inadaptados al vuelo.
Pero espero que surja también otra manera, más clarividente, más adulta, más objetiva y deflacionista, apta para rebajar las ínfulas de quienes viajen en veleros solares, homologándolos masivamente con sus padres y abuelos: les dará a conocer su irremediable condición humana, su arraigada tendencia a la vanidad, su irrisoria pasión por lo que siempre se llamó, y se seguirá llamando, bastante impropiamente, er progreso, quillo.
Hay quien afirma que cada avance supone un retroceso y que cada conquista significa una decepción, pero dicho así parece más bien la tesis de un milenarista exhortando a sus oyentes a que abandonen el mundo. Yo me refiero a otra cosa. Y no pienso tampoco en eso que constituiría el reverso inevitable, propio de toda situación nueva; no pienso en as hambrunas previstas por la reforma agraria ni en las inundaciones causadas para evitar las inundaciones; ni en el aburrimiento de la vida laboral soñada para resarcirnos del aburrimiento de la soledad estudiantil, ni en las enfermedades que origina una terapéutica destinada a vencer otras enf….
Pienso simplemente que después de todos los males que ha eliminado el progreso, nuestra vulnerabilidad ante la canalla sigue siendo la misma, y que después de todos los descubrimientos científicos que ha traído el progreso, la estupidez no ha disminuido un ápice. Es de temer que tanta insensatez acabe algún día con la especie; sin embargo, como estúpidos que somos, encaramos el desenlace con optimismo: acabando con la humanidad, la insensatez acabaría también consigo misma, un resultado altamente deseable que las ciencias nunca pudieron conseguir. Demasiado optimismo…
En lo venidero, ocurrirá como ha venido ocurriendo hasta hoy, si no peor. Sólo crece el número de eufemismos para nombrar viejos males y la sofisticación de los argumentos para negar el fuste torcido de la inanidad. El hombre sigue siendo un ser que piensa.
¿Será verdad que a medida que la sociedad se perfecciona, el individuo se degrada? Juegos de palabras, una monótona operación de suma y resta. El progreso ha consistido en añadir cada legislatura una nueva planta a la torre de Babel. O en agregar un nuevo vagón al tren, hasta obtener el tren perfecto, es decir, el viaje instantáneo. La locomotora de este tren estará en el lugar de destino y el último vagón en el punto de partida, con lo cual se habrá conseguido que los viajeros lleguen instantáneamente a Barcelona en el mismo momento de subir al vagón de cola en Madrid; lo único que deberán hacer luego es andar con sus maletas hasta el vagón por el interior del tren detenido por falta de suministro eléctrico.
Mi abuelo era empleado de ferretería y como buen plutócrata leía el ABC. Quizá alguien recuerde aquella famosa serie de dibujos que publicó Mingote, cuyos protagonistas eran hombres ¡hombres y mujeres! pertenecientes al Paleolítico. No se traba de ilustraciones a lo “Érase una vez el hombre ¡y la mujer!”, sino de comentarios gráficos a nuestra historia más actual. Mañana sucederá otro tanto. Los elegantes del mañana utilizarán monigotes centristas, liberales, socialdemócratas, o progresistas para denunciar la estupidez de nuestro tiempo.
Ah! se me olvidaba! Libertad de armas, por supuesto!
Lo de los sistemas de elección, efectivamente Mary, merece otro post. De todos modos, soy partidario de la elección directa, unipersonal, nada de listas y si el elegido no cumple su labor, se le larga y se pone a otro ipsofacto.
Tus dos añadidos me parecen perfectos. Sobre lo del Banco Central… altenativas?
Ufff… sería un paso, aunque yo eliminaba el banco central. Tampoco hablas de sistemas de elección (que igual merece otro post). Yo añadiría algo más:
– los gobernantes cederán la gestión de todo aquello que pueda ser realizado por la iniciativa privada en la medida que ésta sea demandada por los individuos (y ahi caben estas funciones que pareces dejar en exclusiva para el Estado).
– la mala gestión de un gobernante (partido o similar) repercutira directamente en su bolsillo, propiedades y lo que haga falta.
Una pregunta ¿libertad de armas?
Bueno Jorge, supongo que la mayor parte de las «Federaciones de Municipios» terminarían siendo casi eso: provincias.
Si reduzco el tema al municipio es porque es más fácil la democracia directa cuanto menor sea el número de habitantes. Incluso si hablamos de municipios con 3 ó 4 millones de habitantes. La participación en las decisiones que afecten a todos (que serán pocas, como ves) ha de poder ser generalizada.
Tradicionalmente en España las libertades han avanzado a través de los municipios, pero de ahí a construir España a través de los cantones (que es lo que propones sin citarlo) media un abismo. Ya existe una nación o empecemos a reinventarla que acabamos mal.
PD: como canovista que soy mi base para organizar el territorio sería la provincia.
Un saludo.
Supongo que es mucho más ágil usar una moneda que 30 millones de ellas o que andar siempre con el carrito del oro de aquí para allá. De todos modos, en unn sistema de mercado libre, la forma de pago la deciden el proveedor de servicios y el adquiriente.
¿Banco Central? El dinero de España, que lo elijan los españoles. Individualmente.