El otro día hablamos del dr. Bengtsson. Sin duda alguna uno de los muy principales [–>]meteorólogos / climatólogos de Europa.
La noticia es que se acaba de unir a la Global Warming Policy Foundation. Un “think tank” nacido en Inglaterra en 2009, cuya idea es proporcionar al público, prensa y gobiernos, una información sobre la discusión del clima con mayor perspectiva que la que emite el IPCC. Tanto sobre la ciencia del clima como sobre la economía de la “lucha contra el calentamiento global”. Y ciertamente la GWPF ha conseguido ocupar un lugar muy destacado, provocando el inevitable odio y ataque de nervios entre el rebaño alarmista. [–>]
El problema es que un cafre salvaje con un ataque de nervios es un fenómeno un poco especial. La idea exactamente opuesta que el vulgo (y la gente sensata, en general) tiene de un científico. Pero nadie mejor que Bengtsson mismo para explicarlo. Traduzco. La carta viene del blog del dr. von Storch [–>], y Bengtsson le ha dado permiso para publicarla. Intervienen Richard Tol, Roger Pielke jr., Hans von Storch, Eduardo Zorita, Pat Michaels, entre otros,
Me han puesto estos días ante tan enorme presión de grupo, de todas partes del mundo, que se hace virtualmente insufrible. Si esto continua, no voy a poder seguir haciendo mi trabajo normal, e incluso tendré que preocuparme por mi salud y seguridad. Así que no veo otra salida que renunciar a seguir en el GWPF. No esperaba esta tremenda presión global desde una comunidad con la que he sido próximo durante toda mi vida productiva. Los colegas me quitan su apoyo, otros renuncian a la coautoría, etc.
No veo límite ni final a lo que puede ocurrir. Esta situación me recuerda a los tiempos de McCarthy. Jamás hubiera esperado algo similar en una comunidad tan pacífica como la de la meteorología. Aparentemente, ha cambiado en losúltimos años.
En esta circunstancia, no seré capaz de contribuir positivamente al trabajo de la GWPF, y consecuentemente creo que es mejor cambiar mi decisión de unirme a su Junta a la mayor brevedad posible.
¿Cuál sería el proceso mental para imaginar que una «ciencia establecida» necesita llevar a cabo un McCarthismo feroz para que la gente y otros científicos se la crean? ¿Y cuál sería la gimnasia intelectual necesaria para soñar que el que se mueve con los parámetros de un vándalo islámico -y sus «fatwas»- es en realidad un «científico»?
El Climategate demostró que mienten y manipulan (y conspiran) sin el menor rubor. Bengtsson -y tantos otros- demuestran que son bestias salvajes indignas de participar en una sociedad civilizada. El asunto (el cuento) del «cambio climático» puede tener más o menos chicha detrás. Nadie ha demostrado que tenga importancia, si entendemos «demostrado» a la antigua usanza. O sea, a la usanza que produjo la ciencia que va de Galileo a Feynman. A efectos prácticos, la ciencia entera. Pero podría no ser irrelevante; no lo sabemos. Lo que sí sabemos que ha producido es que lo que llaman «científicos», en los periódicos y en la política, se comportan como perfectos cafres McCarthianos. Que viene a querer decir que hemos perdido el oremus.
Ustedes verán. Les están planteando creer un cuento tan viejo como el mundo. El apocalipsis por culpa del hombre pecador. Sin prueba alguna, y sobre la base de un argumento de autoridad. Pero resulta que esa autoridad es una banda de cabras locas y asilvestradas, a las que nadie en su sano juicio permitiría entrar en un club de gente con educación. Yo no lo veo muy normal, la verdad. Mucha autoridad, y ninguna auctoritas.
Pues el Bengtsson este debe vivir en su mundo o ser un poco pánfilo, porque todo eso que cuenta era más que esperable.
De hecho, estoy convencido de que hay cientos de científicos que les apetecería hacer lo que a Bengtsson y buscar un medio real de hacer ciencia, ya que el oficial lo imposibilita, pero se cortan por no buscarse problemas de todo tipo. Y es lógico y comprensible, hay que comer y el heroismo no es obligatorio.
Sin llegar a las alturas científicas, en universidades, empresas y no digamos organismos públicos hay científicos no especialistas en climatología, pero que a diario ven cosas que no les cuadran con el método que practican en otras disciplinas y tienen que callarse para evitar ser marcados y represaliados. Supongo que muchos conocemos algún caso.
Ijon, puedo estar equivocado, porque Bengtsson no era hasta ahora un personaje conocido en esta guerra. Por algún comentario de von Storch y de Curry, y por su propio CV, deduzco que es (era) un tío muy respetado y querido, que ha sufrido un shock ante la reacción de gente que imaginaba próxima, y de amistad leal. Vaya, que me da la impresión de que pensaba que a él no le podía pasar eso (estaba por encima). Obviamente sí se iban a enfadar los Mann, Trenberth etc. Los gallitos mamporreros del IPCC. Seguro que contaba con eso. Y se sentía con el peso suficiente como para arrostrarlo. Pero creo que le ha impresionado la «traición» de los supuestamente cercanos.
Ya digo, esto es solo la composición que me hago, sin ninguna seguridad ni base firme.
Por favor le importaria utilizar otro ejemplo que McCarthy? El McCarthismo fueron dos (2) condenas mauerte por haber entregado informaciones ultra-secretas sobre la bomba atomica (que no es moco de pavo), media docena (6) condandos a penas de prision y unos ciento cincuenta (150) empleados federales que perdieron su empleo. Anyadales unoun ciertpo numero de actores y esceraristas despedidos por, entre otras razones, haber intentado crear un sindicato unico y obligatorio de afilacoion comunista a golpe de barra de hierro (Kirk Doglas participo en las peleas del laddo de los anti) y de amenazas de tirar acido a la cara.
No debemos olvidar que los angelitos despedidos se proponina implantar en America un regimen que encarcelaba a unos dos mil personas al dia. Por ello me parece lago indecente hablar de McCarthy como del malo de la pelicula.