Ya está: la ciencia ha descubierto que fumar porros mata. El número total de muertes anuales indiscutiblemente atribuíbles al consumo de cannabis arroja un alarmante cómputo: 2. Dado que toda muerte es una muerte innecesaria, y que sólo el estado puede – debe- protegernos frente a nuesta propia estulticia suicida, los liberales, derrotados por la ciencia una vez más, debemos cambiar el discurso inmediatamente:
es probable que la prohibición del consumo de cannabis sea buena.
En lugar de luchar por la legalización de esta droga asesina, deberíamos trabajar para asegurar la inmediata prohibición de la nicotina. Después de todo, en España mueren 146 personas cada día víctimas del tabaquismo. Y también la del amigo alcohol, a quien no debemos ignorar por más tiempo. Las «copas» se llevan más de 8.000 españoles al cementerio por año – por así decirlo, un pueblo grande cada 365 días. Prohibición ya!
Y ya que nos ponemos a prohibir, no olvidemos nuestras carreteras asesinas: más de 1.100 muertes al año, que, aún siendo menos que los asesinados por la nicotina y el alcohol, no dejan de ser 1.000 veces más que los asesinados por el cannabis en todo el planeta.
Tenemos que prohibir por completo los porros, la cerveza y el vino, los cigarrillos y las pipas y el transporte por carretera. Realicemos un ejercicio de coherencia salvífica. El hecho de que nadie se someterá a tales prohibiciones jamás podrá aminorar la sensación de haber contribuído socialmente a la mejor de las causas: salvar vidas, sobre todo las de aquellos que eligieron el camino equivocado. Habríamos hecho de este mundo plagado de amenazas asesinas… un mundo algo mejor.
Y usted, querido lector: qué prohibiría?
Primero: prohibido prohibir
Si eso fallara, entonces:
Segundo (plagiando a Popper): prohibir legislar para imponer el bien
Tercero: prohibir ocupar cualquier cargo público a quien no conozca de memoria y jure fidelísimo cumplimiento a la Carta de Derechos de Virginia, especialmente a las secciones 1, 2, 7 y 12.
Yo prohibiría respirar porque al hacerlo expulsamos CO2, que como todo el mundo sabe es el gas que causa el calentamiento global.
A mí los porros me llegaron tarde, cuando ya era una madre de familia hecha y derecha. Y ni los llegué a probar.
En cambio, mi madre fumaba tres cajetillas de Camel diarias, y todos los días, en casa se tomaba el aperitivo, con queso en taquitos, o chorizo, y almendras, y con La Ina y Río Viejo, y se tomaba vino en la mesa, y cuba libre a la tarde… Y yo de pequeñísima, era un fenómeno preparando Bloody Marys, y esas cosas. Nunca tuvimos ninguna presión en contra del tabaco ni del alcohol.
El resultado, ninguno de los hermanos fuma, ni fuma ninguno de los hijos de los hermanos. Y nos gusta el alcohol, desde bien jóvenes, pero sin que haya sido nunca un problema para ninguno…
Me parece que lo de prohibir es contraproducente.
Yo le tengo mucho más miedo a las siete y media, como peligro para los jóvenes.
Pero tampoco se me ocurriría prohibirlo.
Hablando en serio ahora. No fumo porque dejé de hacerlo hace 43 años, apenas si bebo unas dos o tres copas de vino al año, unas dos o tres de cerveza a la semana, y así por delante con todos los vicios más o menos conocidos. Pero sobre marihuana y cannabis estudié un poco y por ello no la uso. Las propiedades del THC de afectar fuertemente a la memoria cercana se demostró sin dudas en los estudiantes que fumaban marihuana de manera crónica, por su incapacidad de recordar lo estudiado en las últimas horas o días.
Si los adultos quieren fumar tabaco, marihuana, cáscara de banana, sogas, o papel de diario, allá ellos y su salud. Pero prohibiría que los estudiantes fumasen marihuana (o hashís) mientras estén en el bachillerato y la universidad para permitirles aprender más y mejor. Y como me parece que el consumo crónico del cannabis en los jóvenes agrava algunas psicosis y desarrolla tendencias a la esquizofrenia, también echaría un ojo sobre ese aspecto de la cuestión. Me parece bien que se haya prohibido la venta de alcohol a menores (aunque no creo que haya servido para evitar que los menores se alcen borracheras homéricas).
En realidad prohibiría que se emitan leyes prohibiendo algo que la gente ya se acostumbró a hacerlo desde hace siglos. Prohibiría que los políticos insistan en protegernos de nosotros mismos.
El comentario de Sefuela es asombroso. Porque, si no me equivoco, es totalmente imposible demostrar que algo es inocuo. Qué mundo, ¡qué mundo!
Yo prohibiría el ardor de estomago, es super-molesto 😆
Yo prohibiría a los políticos ineptos y corruptos que nos gobernaran, porque eso también mata.
-Ahhhh!…, entonces…, ¿quién nos gobernaría?…-
Prohibiría vivir. Acaba en muerte siempre.
No os perdáis las razones que dan en EEUU para regular y restringir el uso de los cigarrillos electrónicos http://t.co/u4BAlwyeB2 . Resumiendo, dicen que no está demostrado que sean inocuos.
Leñe, ni tampoco estaba demostrado que montar en bicicleta fuera inocuo, ni salir de la cueva, ni la luz artificial. Esta panda de membrillos habrían impedido el progreso si hubiesen tenido el poder hace unos siglos o decenios. De hecho, van camino de ello ahora.
Lo de las incineradoras clama al cielo! que no estén prohibidas aún me resulta incomprensible.
Yo prohibiría…. ¡la muerte natural!
A raiz del fallecimiento de un familiar hace unos dias de «muerte natural», me he enterado que es la mayor causa de fallecimientos en España.
Además, la «muerte natural» genera condiciones para el desempleo sanitario, bomberos, protección civil, mass media, etc. Es profundamente insolidaria y asocial.
El B.O.E. puede obrar maravillas en este campo. Sustituir la «muerte natural» por la «desclasificación registral» o algún otro eructo burocrático.
Incluyendo, claro está, alguna tasa por recuperación ecológica de cementerios, emisión de CO2 de incineradoras, etc.
Tiene su gracia, porque estos son «los buenos», después de todo. Los de la moralina de la misa de Julia y así. Pero lo que proponen, sumado, es …
1) Salvar vidas, contra la voluntad (libertad) de esas vidas.
2) Anular vidas, vía presión para abortar.
3) Anular vidas, vía presión para disminuir la pobalción … en los países mentalmente lejanos (subdesarrollados, vaya).
4) Empobrecernos (anular vidas), vía la coña del cambio climático y el encarecimiento de la energía.
5) Empobrecernos (anular vidas), vía odio a todo lo que sea desarrollo económico.
También quieren disminuir vidas y riqueza, para que quepan más animalitos beatíficos. Pero resulta que de donde desaparece la naturaleza y los animalitos es, fundamentalmente, en los países más pobres.
Julia debería de ponerse de acuerdo con Julia. O así.