Arreglando a «El Roto» (I)

Esta Semana Santa tuve la oportunidad de acudir a la exposición «Apocalipsis» en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga de «El Roto», el famoso viñetista que publica en El País.

Este artículo pretende efectuar una crítica parcial sobre las viñetas de El Roto. Me explico. El viñetista al que me refiero me parece buenísimo y tiene viñetas que personalmente me encantan, pero debo de admitir que muchas de ellas, fundamentalmente las que se refieren a la economía de mercado adolecen de importantes errores de teoría económica, que a la luz de un neófito en la materia parecería impecables, pero que alguien con cierto bagaje económico, no puede sostener de ninguna de las maneras. Y es que el que de todo habla, corre el peligro de equivocarse en algo.

He decido por tanto, crear una serie de artículos que se dediquen a criticar cada una de las viñetas que desde mi punto de vista encierren una falacia económica, a fin de aportar algo de luz económica a su magnífico trabajo artístico.

 

En esta viñeta el autor emite una crítica contra nuestra sociedad actual (a la que acusa de que el dinero es el centro de su pensamiento) y al dinero.

En primer lugar el dinero es un producto que no tiene valor en sí mismo, sino que tiene valor porque con él se pueden hacer multitud de cosas, por lo tanto el dinero tiene un valor representativo, pues representa todas las cosas con las que se puede hacer con él: comer, donar dinero a una ONG, construir carreteras, pagar un médico, publicar en un periódico, etc.

En segundo lugar, el dinero es una institución que, entre otras muchas cosas, permite librarnos del trueque y permite que haciendo un sólo tipo de trabajo podamos comprar multitud de cosas (y podamos especializarnos). En definitiva, el dinero es una institución importantísima para una vida en sociedad y sin el dinero ningún pueblo podría desarrollarse ni socialmente ni culturalmente. El dinero es igual que el lenguaje: es un instrumento que utilizan los seres humanos para coordinar sus acciones en la sociedad. De hecho, la crítica que el autor hace es equivalente a la que podría hacerse a la población española por utilizar el lenguaje. Todas las civilizaciones, incluso grupos pequeños, han utilizado multitud de tipos de dinero.

En tercer lugar, uno es libre de no utilizar el dinero. Nadie está obligado a utilizarlo. Del mismo modo uno es libre de no hablar ningún idioma o hablar alemán en España y español en Alemania. El problema es que hacer eso acarreará un coste muy grande para el sujeto porque estará realizando acciones que desaprovechan todas las oportunidades que el mundo les ofrece. Si El Roto no le gusta el dinero, que deje de usarlo y dé ejemplo a los demás, pero parece que cuando al sacar a la venta su nuevo libro Apocalipsis no parece precisamente que el dinero le dé igual.

En cuarto lugar, y ya poniéndonos un poco empáticos con el autor, no es verdad que la gente no pare de pensar en el dinero en sí, puesto que el dinero no significa nada en sí mismo, sino que la gente piensa en la miles de cosas, ideas, servicios, proyectos, etc. que el dinero representa, y mediante el cual las personas desarrollan su vida.

En definitiva, hacen ustedes muy bien, ciudadanos, en utilizar el dinero para su vida, de la misma forma que todas las sociedades lo han hecho a lo largo de la historia, y de hecho una de las razones por las que vivimos en un mundo desarrollado es porque utilizamos dinero.

En la próxima, más.

Antonio Vegas
Antonio Vegas

Economista, especializado en finanzas. Apasionado de la libertad.

Artículos: 82

9 comentarios

  1. «por eso Twitter casi dobló su cotización al poco de salir a Bolsa a pesar de tener pérdidas de 79 millones de dólares» me temo que twitter creció por tener un negocio que la gente consideraba bueno, único y con futuro….

    La gente invierte en bolsa pensando que subirá… ¿y porqué va a subir? porque creo que la empresa tiene algo, gana mucho o pierde ahora, pero en el futuro ganará o ganará más… en Bolsa se pagan las espectativas futuras… Caso de «manual»: Arcelor Mittal, pierde un pastizal pero cada año peirde menos y se espera que entre en ganancias en 2.014-2.015, por lo tanto subirá…

    Por otra parte la gente invierte (en todo, también en bolsa) esperando que suba no por el dinero (dile a uno que le vas a dar mucho dinero…. pero del monopoly) sino por lo que podrá hacer con este dinero.

  2. En mi opinión el autor de la viñeta no trata de expresar la inutilidad del dinero o su falta de valor sino que lo pongamos como centro de todo.

    Así se piensa en el dinero no como medio de trueque o forma de conseguir bienes o servicios sino como un fin en sí mismo.

    Por ejemplo, ya no se invierte en bolsa mirando los beneficios o futuros beneficios que tendrá esa empresa en particular, sino cuanto «crecerán» sus acciones para revenderlas al cabo de unos días (o incluso segundos)

    • No soy un experto en bolsa, pero por un lado me resulta casi una obviedad que el interés principal (por no decir casi único) del que invierte en bolsa es ganar dinero, exactamente igual que cualquiera que viva de su trabajo (salvo los progres que como todo el mundo sabe trabajan gratis por amor al prójimo y al proletariado). Lógicamente al inversor, mientras gane dinero con su inversión, se la trae al pairo la «solidez» de la empresa en la que ha invertido. Recalco lo de «mientras gane dinero», porque exactamente lo mismo se puede decir de cualquier trabajador: mientras la empresa para la que trabajo me pague mi sueldo a final de mes, me la pela su robusted.
      Por otro lado apostaría que a largo plazo la única manera de ganar dinero en bolsa es invertir en empresas «robustas» que generen beneficios de manera más o menos previsible, porque que te toque la lotería una vez (es decir dar un pelotazo en bolsa jugando limpio) es muy muy muy difícil, pero que te toque la lotería muchas veces ( es decir dar sucesivos pelotazos en bolsa jugando limpio) lo es muchísimo más.
      Lo cual también es cierto para un trabajador: dado que es tanto más probable que tu empresa te pague a final de mes de manera constante en el tiempo cuanto más «robusta» sea, cualquiera con dos dedos de frente prefiere trabajar para una empresa robusta que en una empresa de tres al cuarto.
      Conclusión: ni al inversor ni al trabajador le importa un carajo la robusted en si misma de la empresa de donde obtienen sus rentas, pero dado que «robusted» suele ser sinónimo de garantía de generación de beneficios empresariales regulares en el tiempo, resulta que inversores y trabajadores coinciden en invertir y trabajar preferentemente en empresas robustas, sencillamente porque es la manera de maximizar sus posibildades de ganar dinero, frente a la opción contraria.

      • pero dado que “robusted” suele ser sinónimo de garantía de generación de beneficios empresariales regulares en el tiempo, resulta que inversores y trabajadores coinciden en invertir y trabajar preferentemente en empresas robustas

        Naturalmente, por eso Twitter casi dobló su cotización al poco de salir a Bolsa a pesar de tener pérdidas de 79 millones de dólares.

        Es como cuando se compraba una casa sin ninguna intención de alquilarla o habitarla, aún sabiendo que había que pagar gastos como comunidad e impuestos. En ambos casos se trata de comprar, y vender luego esperando la revalorización.

      • Jejeje supongo que en tu caso, cuando compras algo o inviertes en algo prefieres que su valor se pierda lo más rápidamente posible: así evitas la tentación de ganar dinero con tus compras o inversiones, y en vez de en tu beneficio actúas en beneficio de los demás.
        Yo por el contrario, como soy un egoísta, ojalá pudiera comprar o invertir siempre barato y vender siempre caro, para ganar el máximo posible en cada ocasión. Desgraciadamente raramente lo consigo, básicamente pq los demás se parecen mucho más a mí que a tí, al menos en sus acciones reales y no simplemente de boquilla.

    • Estoy de acuerdo con Pedro, me parece que la intención de la viñeta es precisamente la crítica a que la vida de mucha gente sólo se mueva en torno al dinero, el dinero en sí mismo y el llegar a ser «el más rico del cementerio», no creo que esté haciendo una crítica al dinero en sí sino a la gente que sólo mueve su vida por el dinero.

  3. Hombre, ya puestos a criticar, más llamativa me resulta a mí la ignorancia que revela en materia de neurociencia. ¿Tiene este hombre alguna noción, aunque sea aproximada, de cuántas neuronas y conexiones sinápticas son necesarias para generar una sola idea?

    A mí me parece que El Roto está muy sobrevalorado. Desde un punto de vista artístico, cualquier estudiante de Bellas Artes puede estar a su altura; desde el punto de vista intelectual y conceptual, no es más brillante ni más lúcido que cualquier lector habitual de El País. De hecho, por eso les gusta, porque refleja bien su cosmovisión.

  4. La colección de 5 libros de H.E. Bates ( The darling buds of may… etc ) sobre la familia Larkin, que no pagaba impuestos, porque no usaba dinero, y toda su actividad era a base de trueque, frente a Charlie, el jovencito inspector de Hacienda que pretendía meterles en cintura, es un ejemplo estupendo de lo complicado que es lo de no utilizar el dinero.
    Y en el caso de los Larkin, la complicación les venía de fuera, de la administración, que estaba furiosa porque no les quitaba nada….

  5. Es que los progres son, aunque lo ignoren, el arquetipo del hidalgo español, al que los ingleses dedicaron, allá por nuestro siglo de oro, uno de sus refranes más certeros: «más orgulloso que un miserable hidalgo español». Los actuales hidalgos progres, al igual que sus ilustres pares del XVI, desprecian, (de boquilla), el dinero, aunque a la hora de la verdad hacen todo lo habido y por haber, exactamente igual que hacemos el resto de plebeyos, por conseguirlo, ya que una cosa es ser hidalgo o progre y otra ser gilipollas.

Los comentarios están cerrados.