Ninguna ideología ha podido establecerse en tantos países desde la Segunda Guerra Mundial como el ecofascismo. Ojo! confundir un ecofascista con un buen progre (ya saben, esos vendedores de unicornios de izquierdas y de derechas) es un gravisimo error. Quien piense que estos tiempos de postmodernismo carecen de grandes ideologías, que en los albores del siglo XXI asistimos al entierro definitivo de las grandes ideas como fenómeno epistemológico, moral y político, limitándose a dar tortas dialécticas al moribundo buenprogresismo socialdemócrataconservador residual se equivoca: el buenprogresismo unicornial no es una ideología, es apenas un defecto moral, caracterizado por el afán de sus afectados en negar la realidad a base de argumentos pseudomorales. El buenprogresista unicornial, al contrario que el ecofascista, en realidad carece de cualquier aspiración política, demasiado ocupado en reclamar al estado que niegue a otros aquello de lo que él carece.
Los ecoideólogos contemporáneos desarrollan una forma sublimada y adaptada de todas las arquitecturas de pensamiento antidemocráticas cuyo fin último es la idolatría del Líder por medio del sometimiento de la humanidad al bien TOTAL. Han sabido recoger el testigo de aquellos que en su día hicieron uso criminal del natural humano: la mayoría se pasa la vida buscando un substituto de la figura paterna que le proporcione protección, liderazgo moral y entrañable acogida. Obviamente, en concordancia con los tiempos, la figura paterna ha sido substituída por la figura materna, LA naturaleza, pero sin perder un ápice de su magnetismo enajenante: es lo que adoramos y al mismo tiempo tememos. El ecofascismo es un proceso de pensamiento cuya cumbre se alcanza en el momento en que el creyente acepta e interioriza LA Naturaleza (Gaia, según otros evangelistas) como instancia suprema moral, una especie de “supra-yo”.
Este proceso de conversión no sería posible únicamente desde la doctrina. La práctica cotidiana, convertir en habitual aquello en lo que se cree, hacerlo realidad en la propia existencia es parte insustituíble del cambio: el ecofascista consume sólo productos ecológicos, biológicos, sostenibles, sin huella de carbono, logrando así convertirse él mismo en parte integral (comunión perfecta) de LA Naturaleza que ama y teme. Se rompe la cáscara de la metafísica, nace el hombre nuevo.
Y es aquí donde el ecofascista se redescubre como buenprogre unicornial capaz del crimen, convirtiéndose en peligroso. En la relativización, permisión, realización, incluso justificación ad absolutum de cualquier acto de violencia contra otros. No son malvados, son dementes convencidos de que ellos son los buenos, y usted ha de serlo también.
Te lo preguntaré bien claro: ¿se puede presentar alguien a las elecciones con el programa de cerrar las centrales nucleares o no?
Te responderé bien claro: SI.
De hecho ya lo hacen, está en el programa de IU (comunistas nostálgicos de la Revolución de Octubre) y de Equo (ecologismo de guardería). Supongo que nos concederás el derecho a criticarlos, a señalar su dogmatismo y a denunciar el patente peligro que suponen para el progreso de cualquier país. ¿O tenemos que callarnos en aras de la Democracia?
Yo no he dicho que te tengas que callar, pero tú si dices que se tienen que callar (o algo peor) los demás. Estas son tus palabras:
«Lo que quisiera desterrar es a los que conjeturan que»
La libertad y el «destierro a los que conjeturan» son incompatibles. Un demócrata, aunque sea liberal, debería tenerlo bien claro.
Un hombre, un voto. Sea ingeniero o picapedrero.
Mira, Don Nadie. Ahórrate las lecciones de democracia, que ya somos mayorcitos. Si quieres ganarte un punto por una frase fuera de contexto, allá tú. Para ti el duro. Puedes sacar también todas las comas fuera de posición que quieras de nuestros textos, si te apetece.
Tal vez te apetezca sentirte superior… en serio, es que me da igual. Peor aún, me aburre. Y no soporto el aburrimiento. Dinos, Don Nadie, de dónde quiere desterrar Eclecticus a los que… ¿de dónde? ¿De su casa? ¿Del país? ¿Del derecho de la libertad de expresión? ¿O de un debate para el que no están preparados porque conjeturan?
Lo siento mucho, pero para discutir sobre ciertos temas hay que estar preparados. Yo no puedo debatir con un mínimo de seriedad sobre física cuántica porque no tengo ni puta idea de física cuántica. Otra cosa es que yo pueda decir que no, que lo de la física cuántica es una pseudociencia creada por empresas explotadoras para oprimir al proletariado. Claro, la libertad de expresión me ampara. Otra cosa es que quien sepa algo de física cuántica no me haga ni puñetero caso y que, con razón, se me saque de un debate serio sobre física cuántica. Bueno, pues esto es lo mismo.
Y no le des más vueltas, don Nadie, que no las hay. E insisto: ahórrate las lecciones de democracia, por favor, que (me) aburres.
Sigues confundiendo los términos y el hecho de que no termines la frase y olvides mi sentencia inicial (o sea, el contexto en que la digo: «Aquí de lo que se habla es de desterrar los dogmatismos de la acción política…») sugiere que eres consciente de ello, y no pretendes avanzar en el debate. En fin, supongo que tu prefieres vivir en un mundo en el que por ejemplo los chalados o los asesinos tengan capacidad legislativa… pues enhorabuena, aparentemente vais ganando.
«Aquí nadie confunde “democracia” con “tener razón”. Aquí de lo que se habla es de desterrar los dogmatismos de la acción política, especialmente en aquellos casos en los que la razón es (prácticamente) infalible como es el caso en los asuntos técnicos y científicos.»
¿Qué? ¿De verdad crees que el que un ciudadano no quiera ese mínimo riesgo de las centrales nucleares es un dogma que se debe «desterrar»? ¿Quieres prohibir que alguien se presente con ese programa? ¿Que solo se pueda presentar gente con el tuyo, que por supuesto es ciencia pura, cristalina e irrebatible por los siglos de los siglos?
¿Esta es tu idea de democracia y libertad?
Tú tienes un problema: a ti te sobra gente.
Supongo que te basaras en algún dato para evaluar los riesgos de las centrales nucleares (muertes, accidentes, contaminación…), y en alguna manera de evaluar por contra su aportación al bienestar general (avance tecnológico, hospitales, ciencia en general…). En fin, mal camino has elegido para defender tus tesis de «todos somos ingenieros, todos queremos elegir lo que interesa a la mayoría». La buena noticia es que estás en el mejor sitio para desmontar tus prejuicios porque en este blog escriben algunos de los mayores especialistas de este país sobre el asunto. Así que te sugiero que, con cierta tranquilidad, te des un paseo por la categoría de Energía.
En cuánto a tus preguntas:
«¿De verdad crees que el que un ciudadano no quiera ese mínimo riesgo de las centrales nucleares es un dogma que se debe “desterrar”?» No. Ya lo he explicado. Lo que quisiera desterrar es a los que conjeturan que el riesgo es inmenso, que la Energía Nuclear es maligna y que estamos enfureciendo a la Pachamama. Los que tu dices no me preocupan, están en su derecho y es algo sobre lo que se puede (y se debe debatir).
«¿Quieres prohibir que alguien se presente con ese programa?» Yo no quiero prohibir nada, pero me gusta advertir de los problemas que supone dar cuerda larga a los lunáticos.
«¿Que solo se pueda presentar gente con el tuyo, que por supuesto es ciencia pura, cristalina e irrebatible por los siglos de los siglos?». Negativo, yo no me presento a nada ni tengo ningún programa. Además mi ideología ni es constante, ni es asimilable a ningún partido actual. Soy una especie de librepensador y por tanto totalmente irrelevante desde el punto de vista estadístico. Así están las cosas.
«¿Esta es tu idea de democracia y libertad?» Si, mi idea de democracia y libertad es poder criticar libremente las taras y las limitaciones de la democracia. Otros prefieren seguir pastando y balar de tanto en cuanto. Supongo que va por gustos.
Y el final, que es de traca:
Negativo. A mi me sobran los fontaneros cuando voy al dentista, los albañiles cuando voy a un restaurante, y los poetas cuando llevo el coche al taller. Y los fundamentalistas siempre. No creo que sea tan difícil de entender.
Dice “No Soy Nadie: ”Este artículo es un verdadero despropósito debido a su exceso verbal. Si lo leyera un marciano pensaría que en la Tierra los ecologistas han matado tanto y con tanta saña como el fascismo y el comunismo. “
El nazi-fascismo y el comunismo han matado varias decenas de millones de personas en el mundo. El ecologismo no le va en zaga. En 1972 los ecologistas consiguieron -a través del libro de Rachel Carson, «Primaver Silenciosa» y su ciencia basura y falsificación de pruebas y estudios- la prohibición del DDT en EEUU, y mediante presiones políticas de sus embajadas la prohibición del insecticida en el resto del mundo. En 1972, las muertes por malaria, fiebre amarilla, dengue, ceguera del río, enfermedad del sueño, leishmaniosis, y varias enfermedades más transmitidas por insectos, habían sido casi erradicadas de la faz de la Tierra, como lo fue la viruela. Pero desde la prohibición del DDT las muertes –sólo por malaria- estuvieron en el rango de los 2 a 3 millones de personas por año, principalmente niños y mujeres embarazadas, es decir 41 años de prohibición a razón de 2,5millones de muertes/año nos da 102,5 MILLONES de muertes…
Esa cifra supera con creces las muertes causadas por fascistas, nazis y comunistas… Y todas esas muertes hechas en nombre de una “mejor forma de vida, más natural”. Lo peligroso es cuando hay gente bien intencionada, pero profundamente equivocada, que se arrogan el derecho de “salvar al planeta” y además, el derecho de salvarnos a todos nosotros de nosotros mismos porque según ellos “no tenemos conciencia de “lo idiotas que somos.”…
Y siempre están proponiendo referendos como si las mayorías democráticas alguna vez hubiesen tenido razón en algo importante. La democracia no es más que la victoria de la fuerza bruta del número sobre la débil fuerza del raciocinio. El argumento de “las mayorías ganan y listo”, no es otra cosa que la tiranía de 51 fascistas ignorantes sobre 49 moderados y razonables que tienen que aceptar ser amordazados y privados de sus derechos sólo porque una “mayoría” así lo dice. Mi opinión: todo esto es un asco.
Por no hablar del genocidio silencioso debido a los biocarburantes: Greedy Africans are starving our cars.
Bueno, no sé, pero la Wikipedia cuenta una historia diferente de la que cuenta usted sobre la tal Carson y demás en la entrada dedicada al DDT (¡casi parece que habla de usted!):
Criticism of restrictions on DDT use
Critics claim that restricting DDT in vector control have caused unnecessary deaths due to malaria. Estimates range from hundreds of thousands, to millions. Robert Gwadz of the National Institutes of Health said in 2007, «The ban on DDT may have killed 20 million children.» In his novel, State of Fear, author Michael Crichton wrote «Banning DDT killed more people than Hitler.» These arguments have been dismissed as «outrageous» by former WHO scientist Socrates Litsios. May Berenbaum, University of Illinois entomologist, says, «to blame environmentalists who oppose DDT for more deaths than Hitler is worse than irresponsible.» Investigative journalist Adam Sarvana and others characterize this notion as a «myth» promoted principally by Roger Bate of the pro-DDT advocacy group Africa Fighting Malaria (AFM).
Criticisms of a DDT «ban» often specifically reference the 1972 US ban (with the erroneous implication that this constituted a worldwide ban and prohibited use of DDT in vector control). Reference is often made to Rachel Carson’s Silent Spring even though she never pushed for a ban on DDT. John Quiggin and Tim Lambert wrote, «the most striking feature of the claim against Carson is the ease with which it can be refuted.» Carson actually devoted a page of her book to considering the relationship between DDT and malaria, warning of the evolution of DDT resistance in mosquitoes and concluding:
«It is more sensible in some cases to take a small amount of damage in preference to having none for a time but paying for it in the long run by losing the very means of fighting [is the advice given in Holland by Dr Briejer in his capacity as director of the Plant Protection Service]. Practical advice should be «Spray as little as you possibly can» rather than «Spray to the limit of your capacity.»
Veo que usted también confunde tener democracia con tener razón. Esto empieza a ser preocupante: parece que el liberalismo «local» encaja mal la democracia. En eso también coincide con el izquierdismo extremista. Mmmm….
Aquí nadie confunde «democracia» con «tener razón». Aquí de lo que se habla es de desterrar los dogmatismos de la acción política, especialmente en aquellos casos en los que la razón es (prácticamente) infalible como es el caso en los asuntos técnicos y científicos. Si te van a operar de cáncer a nadie se le ocurre hacer un referéndum entre los celadores para determinar el tratamiento. De la misma manera, si por ejemplo hay que decidir el mix energético apropiado para un país, lo ideal sería eliminar del debate las posturas fanáticas e integristas, por mucho que sean mayoría, especialmente en estos tiempos donde las mayorías se basan casi exclusivamente en el poder propagandístico de los diferentes lobbies.
Ni que decir tiene que las consideraciones ecológicas son esenciales para muchos temas, y eso no se puede discutir, aquí al menos no se hace. Lo que en estás páginas se discute y se critica abiertamente desde siempre, es la ecología degenerada, pseudocientífica y fundamentalista, la cual además no es mayoritaria entre los profesionales de los diferentes gremios involucrados, digamos que entre el público informado lo único que producen es pena, vergüenza ajena, risa y miedo, dependiendo del tema y del momento. Es decir si hablamos de una presunta mayoría a favor del catecismo del fundamentalismo ecologista, estaríamos en todo caso hablando de una mayoría que a todas luces está totalmente desinformada, y por tanto es muy peligrosa precisamente por perjudicar los intereses generales (de la mayoría).
La Democracia como dogma tampoco funciona, nunca lo ha hecho y probablemente nunca lo hará. Una Democracia ideal funcionaría en una sociedad ideal con unos votantes formados y capaces de distinguir el polvo de la paja. Supongo que por eso está tan restringido el voto en las sociedades modernas: el ganado sólo votamos cada cierto número de años y nunca sobre temas delicados, a no ser que haya un pastoreo previo que asegure que el resultado va a ser el indicado.
Así que, en mi opinión, si todos los integrismos son malos (islamista, ecológico, político, nacionalista…), el integrismo democrático sufre de los mismos defectos. Lo cual no quiere decir que rechacemos la Democracia, ojo, lo mismo que no despreciamos a los musulmanes, ecologistas, socialistas, nacionalistas… Criticamos, o al menos yo, a sus formas tumorales. Entiendo que DonNadie si que defiende esas posturas integristas, y lo hace en base a consideraciones meramente cuantitativas. Sinceramente una postura muy difícil de mantener sin caer en populismos y falacias lógicas.
Ejem.
Denialism at its best: “Greenpeace was never opposed to the use of DDT for malaria control.”
Reversing its policy, UN agency promotes DDT to combat the scourge of malaria
Malaria: Greenpeace’s tough dilemmas
Pero no sé por qué me molesto en discutir. Ya tengo 45 años, y sé, porque lo he visto, lo he leído y lo he oído, que el DDT era uno de los caballos de batalla del ecologismo. Pero en fin, llegará el día en que Greenpeace diga que ellos nunca se opusieron a los productos transgénicos, sino que sólo pedían que se demostrara su total inocuidad. De chiste.
Mark Lynas: «he now felt that several of his previous strongly held beliefs were wrong. For example, he suggested (…) that proscription of DDT had led to millions of deaths».
Uso actual del DDT en España: El caso de Montecinca, Greenpeace y Ecologistas en Acción, noviembre de 2003: «El DDT es un compuesto muy persistente en el medio ambiente, al igual que sus productos de degradación. Tienen todos ellos, además, alta tendencia a la bioacumulación en los seres vivos y la exposición a estas sustancias se ha relacionado con efectos sobre el feto, con la disrupción hormonal, con efectos a largo plazo en el sistema nervioso y con disfunciones hepáticas. El DDT es además muy tóxico para los organismos acuáticos y las aves».
Sobre el Dicloro-Difenil-Tricloroetano (DDT).- Me encanta esta parte: «Pese a no haber sido prohibido en la India, la malaria continúa presente en el país, pese a haber descendido de 100 millones de casos en 1935 a brotes aislados en la actualidad». O sea, que el DDT debe ser prohibido porque no ha erradicado TOTALMENTE la malaria de la India. Olvidando de paso que la malaria sí ha sido erradicada TOTALMENTE de Europa y los EEUU gracias al DDT.
Científicos, ecologistas, consumidores y sindicatos celebran la ratificación del Convenio de Estocolmo por parte de España: «La ratificación del Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes (COP´s) por parte del Gobierno español ha sido acogida con satisfacción por científicos ecologistas, consumidores y sindicatos (…) En opinión de estas organizaciones [incluida Greenpeace], el Convenio de Estocolmo es «la única herramienta legal global capaz de proteger, tanto al medio ambiente como a los ciudadanos, frente a la amenaza de unos compuestos [incluido el DDT] que se caracterizan por su elevada toxicidad y por su capacidad de perdurar en el tiempo sin degradarse».
Perdón. Me doy cuenta ahora de que me he centrado en un punto equivocado: que Greenpeace sí se opuso (y se opone) al uso de DDT.
Los propios ecologistas destacan la importancia del libro de Rachel Carson. Tomo de http://www.greenpeace.org:
– Rachel Carson – And the birth of modern environmentalism, Rex Wyler:
«Carson’s book examined thirty-five birds species threatened with extinction due to chemical biocides, including organo-chlorines such as DDT».
«In Silent Spring, Carson recounts laboratory animal tests in which «DDT has produced suspicious liver tumors. Scientists of the Food and Drug Administration who reported the discovery of these tumors were uncertain how to classify them, but felt there was some ‘justification for considering them low grade hepatic cell carcinomas.’ Dr. Hueper now gives DDT the definite rating of a ‘chemical carcinogen.'»».
«The book inspired a congressional review, a US President’s Science Advisory Committee report that backed Carson’s scientific claims, and inspired the US Environmental Protection Agency. US Supreme Court Justice William O. Douglas called Silent Spring «the most important chronicle of this century for the human race.»»
– Thank you, Rachel Carson, brianfit: «The book Rachel Carson wrote so profoundly awoke a complacent public, it changed the world. The EPA, Greenpeace, the Endangered Species Act, and the Clean Air and Clean Water Acts in the US are arguably all direct decedents of Silent Spring, along with bans on dozens of chemicals she targeted in her pages».
Lo mismo hace Eduardo Ferreyra. Responder con que Rachel Carson (la persona, no el libro) no tuvo nada que ver con la prohibición de 1972 es, como mínimo, desviar la atención. Además, Rachel Carson falleció en 1964.
Pasemos al segundo punto, la prohibición del DDT. Afirma Eduardo Ferreyra: «la prohibición del DDT en EEUU, y mediante presiones políticas de sus embajadas la prohibición del insecticida en el resto del mundo», a lo que yo añadiría las presiones de las Naciones Unidas (véase la nota de prensa que he dejado enlazada antes) y las organizaciones de ayuda al desarrollo, negándose a financiar campañas contra la malaria que incluyesen DDT. Como respuesta, tú citas la wikipedia: «Criticisms of a DDT “ban” often specifically reference the 1972 US ban (with the erroneous implication that this constituted a worldwide ban and prohibited use of DDT in vector control)».
Eduardo Ferreyra no afirma en ningún momento que la prohibición de 1972 fuese mundial. Por lo que respecta a EE. UU., la prohibición de que los agricultores usaran el DDT, permitiendo el uso para el control de la malaria, equivalía de hecho a una prohibición total dado que la malaria fue declarada erradicada de EE. UU. en 1951. Pero lo relevante al caso es la prohibición virtual en el resto del mundo (con excepciones como la India), sobre la que nada dice la wikipedia: nuevamente se desvía la atención.
Si Ferreyra dice que «La democracia no es más que la victoria de la fuerza bruta del número sobre la débil fuerza del raciocinio», usted no puede responder con «Veo que usted también confunde tener democracia con tener razón», aunque sea irónicamente.
«Parece que el liberalismo “local” encaja mal la democracia». Desconozco si Ferreyra es liberal o no, pero sí puedo decirle que no es español sino argentino. Pero aunque fuera liberal y español, ¿desde cuándo es portavoz del liberalismo local?
Oscar84, mi postura es bastante controversial y absurda: tener un pie apoyado sobre la libertad (y un uso sensato de ella), y el otro pie sobre el anarquismo sensato, (o constitucional?) donde una persona inteligente se avergüenza del gobierno bajo el cual está obligado a vivir. Eso me haría liberal o más bien libertario. De modo que le dejaré a DonNadie una serie de pensamientos para que vaya escandalizándose y se rasgue las vestiduras al más puro estilo “progre”.
Son pensamientos y perogrulladas que nos dejaron 1) el gran filósofo español, José Ortega y Gasset (que podría ser el referente liberal local) y, 2) el notable periodista y ensayista americano H.L. Mencken, allá por la década de 1920. Les dejo el trabajo a ustedes de identificar quien dijo qué…
La actitud del hombre frente a la libertad nos da la pauta del liberalismo. Ya decía Ortega en El Espectador: “Ahora, por lo visto, vuelven muchos hombres a sentir la nostalgia del rebaño. Se entregan con pasión a lo que en ellos había aún de ovejas. Quieren marchar por la vida bien juntos, en ruta colectiva, lana contra lana y la cabeza caída. Por eso, en muchos pueblos de Europa andan buscando un pastor y un mastín. El odio al liberalismo no procede de otra fuente. Porque el liberalismo, antes que una cuestión de más o menos en política, es una idea radical sobre la vida: es creer que cada ser humano debe quedar franco para henchir su individual e intransferible destino.
“A esto lleva el intervencionismo del Estado: el pueblo se convierte en carne y pasta que alimentan el mero artefacto y máquina que es el Estado. El esqueleto se come la carne en torno a él. El andamio se hace propietario e inquilino de la casa. Cuando se sabe esto, azora un poco oír que Mussolini pregona con ejemplar petulancia, como un prodigioso descubrimiento hecho ahora en Italia, la fórmula: todo por el Estado; nada fuera del Estado; nada contra el Estado. Bastaría esto para descubrir en el fascismo un típico movimiento de hombres masa. Mussolini se encontró con un Estado admirablemente construido no por él, sino precisamente por las fuerzas e ideas que él combate: por la democracia liberal.
Pero sólo creo en una sola cosa: la libertad. Pero no creo en la libertad lo suficiente como para querer forzarla sobre alguna otra persona. Creo que es mejor decir la verdad que mentir. Creo que es mejor ser libre que ser esclavo. Y creo que es mejor saber que ser ignorante.
Todos los gobiernos, por supuesto, son contra la libertad. El hombre más peligroso para cualquier gobierno es el hombre que es capaz de pensar las cosas sin consideración a las supersticiones existentes y los tabúes. Casi de manera inevitable llega a la conclusión de que el gobierno bajo el cual vive es deshonesto, insano, intolerable.
El demagogo es el que predica doctrinas que sabe son falsas, a hombres que sabe son idiotas. La mayoría quiere seguridad en este mundo, no libertad. Debemos estar dispuestos a pagar un precio por la libertad, pero nunca sale barato. Todo el propósito de la política práctica es mantener al populacho alarmado (y por ello clamoroso de ser conducido a la seguridad) amenazándolo con una interminable serie de sandeces y dislates, todos ellos imaginarias. Creer en dislates políticos y/o científicos sale carísimo. Generalmente nos va costando grandes cuotas de libertades que tenemos que ir pagando todos los días hasta nuestra muerte.
La democracia es la patética creencia en la sabiduría colectiva de la ignorancia individual. La democracia es la teoría que propone que la gente común sabe lo que quiere, y merece tenerlo todo, ya, y sin discusión. Confieso que me gusta la democracia inmensamente. Es incomparablemente idiota, y por ello incomparablemente divertida.
Toda elección es una especie de remate adelantado de bienes robados. Todo hombre normal debe sentirse tentado, alguna vez en su vida, a escupir en sus manos, izar la bandera negra con calaveras, y comenzar a cortar gargantas. Diría que es un mecanismo que usa la sociedad para depurarse.
Darle a cada hombre un voto no hizo a los hombres más sabios y libres, lo mismo que la Cristiandad los ha hecho buenos. La injusticia es relativamente fácil de soportar; lo que pica es la Justicia.
No es correcto decir que odio todo. Estoy fuertemente a favor del sentido común, la honestidad común, y la decencia común. Esto me hace para siempre no elegible para un puesto en el gobierno. La mayoría están incapacitados para escribir porque no son capaces de pensar, y son incapaces de pensar porque carecen congénitamente del equipo para hacerlo, de la misma forma que carecen congénitamente del equipo para volar hasta la luna.
¡Muy bueno Eduardo! E incomprensible para los progres, que todavía no han sido capaces de detectar que beben de las mismas fuentes que los fascistas. De hecho una buena parte del socialismo que nos ha (des)gobernado en España proviene de las mismas entrañas de la Falange. Paradojas de la Historia que en realidad son menos paradojas de lo que parecen.
Igual que los comunistas: creéis a ciegas (pura fe) en un mundo imaginario, os incomoda la democracia porque no conseguís votos, llamáis “fascista” una y otra vez a todo aquel que no comparta vuestras ideas y le acusáis de ser responsable de toda clase de inexistentes “genocidios”.
El parecido es tan asombroso que da risa que no os deis cuenta. En fin, como decía mi abuela: “los extremos se tocan”.
DonNadie, no tienes ni el más mínimo sentido del humor, por eso eres progre. Si no tienes humor ¿cómo harás para conocerte? Si no eres capaz de reírte de ti mismo o de tus ideas, nunca aprenderás nada. Y eso se está notando mucho en lo que escribes. Ironía o sarcasmo no es humor. Es envidia y frustración. No me preocupan los votos porque no los necesito. No busco un puesto electivo en el gobierno porque soy honrado y además inteligente, y esas son cualidades que me hacen inelegible para ser político.
No quiero imponer ni hacer propaganda a una ideología porque no tengo ideologías para proponer. Es más, me molestan profundamente las ideologías. Como puedo comprobar, los pensamientos de Mencken, de Ortega y varios míos (que también puse algunos de contrabando) sirvieron para hacerte subir a la moto y salir a descabezar mensajeros. Primero lee el mensaje… luego trata de comprenderlo, y recién entonces entrégate a la diatriba. Pero creo que no tienes el equipo necesario para volar a la luna…
Cuídate, el bobero anda suelto y en busca de material para llenar su bolsa… 🙂
Que va DonNadie, nada de creer a ciegas, a qui se te ha argumentado cada sentencia… otra cosa es que tu, cegado por tu propia fe, no llegues a entender los argumentos.
Sobre el fascismo sólo señalo las semejanzas y las mismas procedencias (Mussolini proviene del Partido Socialista italiano, sin ir más lejos). ¿Sois lo mismo? No, vosotros sois la adaptación darwiniana del fascismo a los nuevos tiempos, pero manteniendo los tics (estatismo compulsivo, amor por la propaganda, criminalización del adversario…) y sustituyendo el cristianismo por ecologismo , y el patriotismo por un internacionalismo de pacotilla (por indigenista). Así que si te molesta que te señalen estas cosas, imagínate lo que jode que te llamen fascista precisamente por criticar el fascismo («fascista» es una de esas palabras que a base de mal uso, los progres la habéis vaciado de contenido y en vuestro mundo simplemente significa «aquel que se desvía un milímetro del pensamiento único»).
“los extremos se tocan”, si, pero aquí no hay ningún extremo, ni una masa homogénea que piensa lo mismo sobre cada tema. Lo único que se puede ver extremo en este hilo, es tu estulticia y ausencia de argumentos. Y aquí queda todo escrito para tu propio escarnio, para cuando vengas a leerlo cuando crezcas, si es que creces.
Sobre el Dicloro-Difenil-Tricloroetano (DDT)
http://etrusk.blogspot.com.es/2009/06/algunas-sectas-socialistas.html
Interesante artículo sobre los parecidos entre las «sectas socialistas». Espero ansioso el artículo sobre las diferencias…
Quisiera hacerle una pequeña corrección sin verdadera importancia en el tema pero que a lo mejor a alguno le parecerá curiosa: el saludo fascista, lo que usted llama «La salutación levantando la mano (una copia del gesto imperial romano)», no es en absoluto un gesto romano. No hay ni un solo documento escrito o gráfico de éopca romana que haga pensar que esa salutación se usara en la antigua Roma. ¡Ni uno! No sé quién se lo inventó, pero romano seguro que no era. Ni siquiera sabemos cómo saludaban los soldados romanos a sus superiores (esos «taconazos», esos puños golpeando en el pecho, etc, tan cinematográficos ellos, también son pura invención).
«Me importa un bledo lo que los ecologistas crean o piensen. U opinen. Me importa, y mucho, lo que puedan demostrar.»
Si, bueno, a todos nos importa un bledo todo y bla bla, pero democracia no es el sistema de gobierno del que tiene razón (que, curiosamente, seguro que piensa que siempre es usted). Es el sistema de gobierno de la mayoría CON RAZON O SIN ELLA. Usted da sus argumentos pruebas y opiniones. Sus oponentes dan sus argumentos, pruebas y opiniones. Y luego se vota. Y ya está. Lo demás, cuénteselo a los que están en contra de las centrales e intente convencerlos para cuendo voten… no a mí, que yo estoy a favor.
Exactamente: si la mayoría manyana decide matar judíos (o fumadores, o discapacitados, o antiecológicos, o bajos, o gordos) se les mata y punto. La democracia no se equivoca nunca!
La misión de la democracia no es decidir quién tiene razón, sino quién gobierna (o en caso de referendums, qué decisión se toma sobre un asunto). Es un método para que los cambios de gobierno no sean sangrientos (como solían serlo en el pasado), y los decida la mayoría de la población y no unos pocos (como en el pasado). Para no matarnos, vaya. Nada más (y nada menos). Aún así, la gente es como es, y puede haber problemas: si una mayoría decide matar a una minoría… usted decide si se apunta a vencer contra la ley (y seguramente con el uso de la violencia) a la mayoría. O si una mayoría decide que los yogures caduquen en menos tiempo, pues lo mismo: usted decide si utiliza la violencia para impedir la decisión de la mayoría. Usted sabrá lo que hace, y en qué caso vale la pena hacerlo…
Pero la democracia no va de quién tiene razón.
Pues en ello estamos, Don Nadie. En explicar las cosas, en la medida de lo posible, tal y como son.
«democracia no es el sistema de gobierno del que tiene razón (que, curiosamente, seguro que piensa que siempre es usted).»
Por suerte, los ecologistas piensan que están equivocados [/modo sardónico]… Oiga… todo el mundo cree que tiene razón en su postura; si no fuera así, no la defenderían. Lo importante es no estar ciego/cegarse uno mismo y basarse en criterios objetivos y racionales para defender las posturas. Y en base a eso, debatir.
De todas formas, se equivoca en una cosa. Yo no tengo que convencer a una masa social de nada. La energía nuclear no se vota por referéndum. Tenemos un sistema de representación, de modo que «tengo» que convencer a unos políticos para que tomen una decisión racional. Sí, ya sabemos que lo llevamos crudo si queremos que hagan algo racional.
El ecologismo no defiende que le den libertad de no enchufar la panificadora a una nuclear. Lo que defiende es que no haya nucleares porque cree que son peligroasas, no solo para usted, sino para él y el mundo entero y piensa que su existencia le afecta. Por lo tanto el Laissez-Faire le impone a él tanto (la aceptación de convivir con centrales nucleares) como a usted le impone él a convivir con los efectos de su desaparición total. Para ambos, el contrario significa «imposición».
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Tan «imposición» es obligar a alguien a vivir con centrales nucleares como a vivir sin ellas ya que ambas opciones afectan a todos. Eso solo tiene una solución, pero no sé si le gusta: convocatoria a las urnas y que decida la mayoría. Punto.
A eso te respondo yo más abajo.
¿Las centrales nucleares son peligrosas? ¿Podría ser más específico o dar algún dato? ¿O se refiere a peligrosas para los unicornios? En este último caso no es cuestión de ideología es cuestión de pragmatismo, el ser humano debe aprender a vivir en un mundo con el menor número de unicornios, es ley de vida.
Yo no he dicho que sean peligrosas, Sr Eclektikus. He dicho que el el ecologista así lo cree. El ecologista piensa que es muy difícil que haya un accidente grave, pero que si lo hubiera sería tan extraordinariamente perjudicial que no vale la pena arriesgarse ni siquiera ese poquito. Yo opino que sí vale la pena, pero otros ellos no ¿qué le vamos a hacer? El ecologista tiene tanto derecho como yo a opinar sobre el nivel de riesgo que debemos aceptar todos ¿o ellos no tienen dercho, Sr Eclektikus?
Lo siento, pero no puedo aceptar ese argumento DonNadie. O mejor dicho, el ser humano como especie no puede aceptar lo que piensen grupos de personas patentemente chifladas, entendiendo por chiflado cualquiera de las dos acepciones descritas por la RAE.
Creo que la legitimad, especialmente en los planteamientos que afectan a terceros, y máxime si son de índole científico (contrastables y verificables según el Método Científico), proviene de una fundamentación que se basa en la razón (hechos) y no en dogmas, por mucho que estos dogmas vengan envueltos en corrección política. No hay ni el menor indicio de que las centrales de fisión sean problemáticas, o de que en una escala relativa sus riesgos sea mayores que sus evidentes beneficios.
Hacer caso a estos lunáticos significaría retrotraer a TODA la humanidad a la Edad de Piedra, algo que podrían hacer perfecta y aisladamente desde el lunes, dado que este planeta tiene espacio suficiente para que ellos vivan de acuerdo a su religión (un conjunto de valores basados en humo, prejuicios, confusiones y falta de rigor intelectual), sin quedar apestados por este «antinatural» mundo tecnológico. Por tanto nosotros (Homo sapiens) no estamos impidiendo de ninguna manera su vuelta a los orígenes (Homo antecessor), de hecho a mi particularmente me gustará visitarles de vez en cuando y verles subidos a los árboles tirando cocos, estoy seguro que entonces si simpatizaré con ellos.
Muy estimado señor don Nadie. Con el debido respeto, su argumento no se sostiene ni con papel de fumar.
«El ecologismo no defiende que le den libertad de no enchufar la panificadora a una nuclear.»
Eso ya lo sabemos. Concretamente, lo que defiende el ecologismo (algunos, los que usan la cabeza, están a favor porque no emite CO2) es que nadie tenga libertad para enchufar la panificadora a una nuclear.
«Lo que defiende es que no haya nucleares porque cree que son peligroasas, no solo para usted, sino para él y el mundo entero y piensa que su existencia le afecta.»
Las negritas son mías. Me importa un bledo lo que los ecologistas crean o piensen. U opinen. Me importa, y mucho, lo que puedan demostrar. Y cuando hablamos e energía nuclear no es que estemos hablando del espíritu, estamos hablando de circunstancias conocidas que tienen consecuencias conocidas, observables, medibles y controlables. Aquí en Alemania se cerraron las nucleares tras el maremoto de Fukushima, que está en Japón y ya me contarás en que se parecen Japón y Alemania.
«Por lo tanto el Laissez-Faire le impone a él tanto (la aceptación de convivir con centrales nucleares) como a usted le impone él a convivir con los efectos de su desaparición total.»
En realidad la frase debería de ser (corrección en mayúscula):
«Por lo tanto el Laissez-Faire le impone a él tanto (la aceptación de convivir con centrales nucleares) como a usted EL ESTADO le impone él a convivir con los efectos de su desaparición total.»
El «Laissez-Faire» es una idea. Un constructo que no sale del mundo de la mente. Las ideas no imponen nada. No tienen superpoderes. No actúan por sí mismas. Sólo las personas, ya sea individualmente o a través de instituciones sociales (por ejemplo el Estado), lo hacen (lo que usted plantea tiene el mismo sentido que explicar la Segunda Guerra Mundial en términos de electrones, es una falacia). Es decir, el laissez faire no pinta nada aquí. En todo caso, pintarán los señores que decidan montar una central nuclear. Pero es que a mí no me imponen nada… en tanto que no me afecte. Y para que me afecte, al menos tendré que demostrar que me afecta. ¿En qué me afecta? ¿Qué me han impuesto) A juzgar por mi última revisión médica, en nada. En mi cartera, para muy bien (y ahora que no está, para muy mal). ¿Existe riesgo de que me afecte? Desde luego. Como lo existe también de caerme por las escaleras, quedarme bloqueado en el ascensor, caerme de la bici o ser atropellado por un coche y a nadie se le ocurre prohibir esas cosas porque existe un riesgo. Y no, joder el paisaje porque una central nuclear es fea de ver en un entorno semidesértico no cuenta. También podemos llevar el argumento al absurdo diciendo que a mí me imponen vivir con edificios de 12 pisos que pueden caerse… aunque no se caigan en 200 años…
Lo que sí tienes consecuencias, es esa institución llamada Estado. Estado que ya no se limita a las cuatro funciones hobessianas sino que funciona bajo el principio de «si no obedeces en todo lo que diga multa y/o cárcel», independientemente de la naturaleza de los hechos.
Es decir, que mientras la gente normal, hasta que no se demuestre lo contrario, no afecta a los demás a través de sus actos mediante el uso de su inteligencia, conocimiento y propiedad, el Estado sí que lo hace.
«El Laissez-Faire es por definición lo contrario al sometimiento.»
Eso no es así. Usted defiende un modelo de sociedad y el ecologista otro. Y para imponer uno, el que sea, hay que someter al otro. Pregúntele al ecologista, si no me cree, y verá que se queja de lo mismo que usted: para él, el liberalismo es un sistema que somete a los pobres y los pone al servicio de los ricos. Para Vd, él es un esclavista. Para él, el esclavista es usted.
Error: yo jamás le diré a un ecologista que conecte su panificadora a una central nuclear. Nadie que defienda el Laissez-Faire lo hará. El ecologista podrá vivir su ecologismo con sus comilitones como mejor le parezca, nadie se lo va a impedir, nadie le obligará a vivr de otra forma.
Este artículo es un verdadero despropósito debido a su exceso verbal. Si lo leyera un marciano pensaría que en la Tierra los ecologistas han matado tanto y con tanta saña como el fascismo y el comunismo. Roza el ridículo. Que algunos ecologistas se pasan 3 pueblos es obvio. Que eso no es ser un nazi, debería también ser obvio, pero parece que para el autor no lo es.
El integrismo, o sea, el extremismo ideológico y/o religioso, no es exclusivo de la ecología, o del izquierdismo, como no es exclusivo de una sola religión. Es un fenómeno humano que se puede observar en cualquier zona del espectro ideológico. Eso significa que también también el liberalismo sufre de lo mismo. Y este artículo es un magnífico ejemplo: tiene numerosos párrafos en los que simplemente sustituyendo términos que impliquen una ideología por otra se le podría aplicar a cualquiera. Yo lo he hecho en parte con la ideología de ustedes, y verán que el resultado es divertido (¡solo he cambiado las palabras en mayúscula!):
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(…) El buen LIBERAL unicornial no es peligroso, hasta que descubre el ULTRALIBERALISMO
«el LIBERALISMO unicornial no es una ideología, es apenas un defecto moral, caracterizado por el afán de sus afectados en negar la realidad a base de argumentos pseudomorales. El LIBERAL unicornial , al contrario que el ULTRALIBERAL, en realidad carece de cualquier aspiración política, demasiado ocupado en reclamar al estado que niegue a otros aquello de lo que él POSEE.
Los ULTRALIBERALES contemporáneos desarrollan una forma sublimada y adaptada de todas las arquitecturas de pensamiento antidemocráticas cuyo fin último es la idolatría del MERCADO por medio del sometimiento de la humanidad al LAISSEZ-FAIRE total. Han sabido recoger el testigo de aquellos que en su día hicieron uso criminal del natural humano: la mayoría se pasa la vida buscando un substituto de la figura paterna que le proporcione protección, liderazgo moral y entrañable acogida. Obviamente, en concordancia con los tiempos, la figura paterna ha sido substituída por la figura materna, LA MANO MAGICA, pero sin perder un ápice de su magnetismo enajenante: es lo que adoramos y al mismo tiempo tememos.
El ULTRALIBERALISMO es un proceso de pensamiento cuya cumbre se alcanza en el momento en que el creyente acepta e interioriza EL MERCADO (LA MANO MAGICA, según otros evangelistas) como instancia suprema moral, una especie de “supra-yo”.
(..)
No son malvados, son dementes convencidos de que ellos son los buenos, y usted ha de serlo también.»
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Muy divertido DonNadie, pero no pega ni con cola. Invéntese otro juego, a ser posible para adultos.
Claro que a Vd no le «pega ni con cola». Como al ecologista no le «pega» el original…
Si, al ecologista a que Luis se refiere, el ecofascista, el que ha convertido una Ciencia como la ecología en una Religión con sus correspondientes dogmas, Iglesias, variantes doctrinales, pecados, santos y demonios.
Y en lo que a mi respecta no me siento aludido por su visión de tebeo del liberalismo, solo creo en el liberalismo hasta cierto punto. El quid de la cuestión está en la búsqueda de ese punto, obviando los rebuznos socialdemócratas y los fundamentalismos liberales, qué también los hay, en eso estaremos de acuerdo. En cualquier caso aquí no encontrará ningún tipo de fundamentalismo, ni de censura, el debate está abierto.
Bueno, está claro que no he sido capaz de explicar lo que a mi modo de entender las cosas, me pareció obvio:
el buenismo no es una ideología, es apenas una patología incapaz de generar por sí misma acción política. Y me da igual si el adjetivo que le ponemos es el de progresista, conservador o nepostmodernlibertario.
El buenista, el progre bueno necesita una herramienta que genere miedo o culpa, entorno a la que construir un andamio politico. El ecofascismo dispone de todos los elementos necesarios para cumplir tal cometido. Siento mucho herir sensibilidades cuando distingo ecología de ecologismo y ecofascismo. Nadie puede, repito: nadie puede prohibirme a mí matar a mi perro en nombre de Gaia o del perro. O comer morcillas, o cortar todos los arbustos de mi jarcdín. Me podrán llamar salvaje, carnívoro, antinatural, idiota incluso. Pero nadie dispone de elementos objetivos que me impidan a mí hacer lo que me de la gana con mi propiedad. Lueg está lo de contaminar el aire con CO2, que es como decir que ahogamos a los peces echando agua al Ebro. O lo de salvemos al planeta, todo el mundo a comprar las bombillas que a mí me salen de la ingle. Fascismo, en pocas palabras.
La próxima vez seré menos críptico.
Más:
es imposible sustituir los conceptos cmo lo has hecho, pues ningún liberal, menos un ULTRALIBERAL, pretendera jamás que tú vivas como él, compres lo que él o respires su mismo aire. El Laissez-Faire es por definición lo contrario al sometimiento.
Lo siento, pero no vale. En una sociedad liberal el vegetariano es tan persona, y tan libre, como el comedor de hamburguesas. En una sociedad vegetariana las hamburguesas están prohibidas.
Lo del «exceso verbal» me ha llegado al alma. Escuetamente: el ecologismo mlitante es el fascismo del siglo XXI. Así, sin excesos verbales.
«Lo del “exceso verbal” me ha llegado al alma. Escuetamente: el ecologismo mlitante es el fascismo del siglo XXI. Así, sin excesos verbales.»
Siento herirle de nuevo, pero vuelve al exceso: el fascismo que afrontamos en el siglo XXI es el islamismo. Y este sí que mata de verdad, con sangre y todo…
Que extranyo, hacía tiempo que no me encontraba un antiislamista por este blog, del que fueron arrojados hace tiempo sin piedad. Por cierto, en una sociedad liberal, el islamismo tiene el mismo sitio que el ecologismo, el comnismo o el chamanismo. Cada uno su cosa, sin obligar a los otros a ser de la cuerda.
Esto no es una carrera de fascismos DonNadie, lo cortés no quita lo valiente, y el empobrecimiento que genera el fundamentalismo ecologista es tan peligroso o más que el islamismo. Sustituye las bombas por el hambre y verás que en crímenes de lesa humanidad no están tan lejos.
No sé si dicho comportamiento se repetirá en España, pero aquí en Alemania existe la «moda» de no comprar productos que vengan de demasiado lejos porque hace daño al planeta. Sí, ya sé que es una gilipollez, un prejuicio irracional y una decisión que afecta para mal a gente que vive en países pobres. Pero es real. Es uno de esos hábitos de los que Luis habla.
Son pequeñas tonterías de las que no nos damos cuenta. Pequeños hábitos. Intereses nobles para proteger nuestro medio ambiente. El problema es que no nos damos cuenta de cómo evolucionamos, de las consecuencias que tienen para nosotros mismos y la gente de nuestro alrededor nuestras buenas intenciones. Y así, sutilmente y sin darnos cuenta, podemos llegar a defender auténticas barbaridades. Y por barbaridades, hablo de medidas propias de gobiernos y Estados totalitarios. Es decir, fascistas.
El otro día, discutiendo sobre la extensión de los libros, me dijo que era imposible que todo el mundo tuviese un libro electrónico. Yo le pregunté porqué, si hasta ahora la humanidad ha conseguido cosas extraordinarias y puede aún con más si tiene suficiente tiempo y se le deja en paz, y su respuesta fue: «Porque no». Le repregunté «¿por qué no?», y me dijo simplemente «porque no». Le dije que aquello no era un argumento racional y se quedó sin respuesta. A mí conseguir fabricar 7.000 millones de libros electrónicos no me parece tan difícil (luego podemos hablar de las consecuencias, pero a mí me parece que se puede perfectamente… si en el mundo hay 2.000 millones de ordenadores, a poco que se desarrollen Asia y África… coño, claro que se puede).
A esto usted puede llamarlo o calificarlo como quiera. A mí me parece un estéril debate nominal. Pero a mí esos comportamientos de sustituir el prejuicio por la razón y basar en ello nuestra legislación, me da miedo. ¿Seguimos con el debate nominal?
Eliminado a petición de la autora
Al hilo de lo que apunta Angel, ya va siendo hora, de una puñetera vez, que todas las ONGs y demás parásitos de la sociedad (también partidos políticos, sindicatos, asociaciones culturales, etc…) se financien de su propio bolsillo y no con el mío. Seguro que si fuera así se les quitarían las ganas de andar incordiando tanto al personal…
Disiento «el progre» -en su aceptado significado actual es siempre peligroso o muy peligroso; sólo depende da la cantidad del radical OH, o de anfetas, éxtasis y multitud de otras especies existentes en el mercado de los ‘culturetas’. Si está limpio: uno más; si no lo está: a saber, puede serte el más peligroso enemigo que te hayas encontrado en toda tu vida.
Los progres ecologistas que he conocido demasiado me educaron para comprarles (¡tiene guasa el corolario!). Tengo demasiadas experiencias personales -que no puedo descubrir-, en las que el ‘eco’ se ha impuesto por cuota mediática. Si era adecuada ponían bien al ‘sursuncorda’ que justificaba lo que ellos no hacían. Si no había acuerdo: campaña mediática venal con intereses ocultos, pero muy eficaces para quien querría SÓLO “HACER ALGO” y ser “Constructivos para la Sociedad” con su antagónico “Destructivo para la Sociedad”.
Por experiencia conozco muy bien ese espurio manejo de la sociedad; pero su eficacia es indiscutible desde Green Peace a Birth Live (SEO en España) y multitud de vividores que han surgido en las ubres del que fue Ministerio de Medio Ambiente. (¡Qué mayor desdicha que cuando crees tener un proyecto -que cumple todos los requisitos – es tu propia Administración quién te lo desnuda gracias a las querellas que te plantean ONGs o similares que están subvencionadas por tu propio Ministerio!)
Así no hay quien progrese; me parece recordar que en algunos juicios de mayor cuantía, el demandante debe avalar una fianza por los perjuicios que pudiese irrogar la demanda fraudulenta (si así se considerara posteriormente).
Como español algo enterado en la materia, pero sobre TODO COMO CONTRIBUYENTE, solicito una ley por la que cualquier grupo ecofascista o no, o simplemente que hagan uso de esa ideología: Que se les obligue a depositar un aval por la cuantía de los daños que se puedan irrogar en caso de ser denegada su demanda.
Con algo tan simple, muchos grupos que nos retardan obras – que al final se hacen cual estaban proyectadas- con ocho o diez e incluso más años de demora….si lo es por esa causa: que se responsabilicen de los muertos en carretera en su caso y los costes adicionales de transporte, que indemnicen a los regantes que no han podido hacerlo por su actuación, que reparen las consecuencias de no dragar y limpiar márgenes de los ríos –cualquiera- sólo para proteger un árbol y los peces que han soportado la riada (es para reír por no llorar) y no sigo porqué me irrita.
Saludos. Ángel
Miedo, a mí me producen directamente miedo
Lo acabo de comentar en Facebook y lo repito aquí. Ojo con el asunto que es mucho más grave de lo que parece. No se debe confundir progres con progresistas (o socialdemócratas) ni ecología con ecologitis (inflamación de la ecología). No es un asunto político pues todo el mundo tiene derecho a tener una ideología, incluso aunque sea patentemente equivocada; ni es un problema ecológico, más nos vale a todos respetar el Medioambiente. El integrismo progresista y el fundamentalismo ecologista son patologías diferentes de la misma enfermedad, una especie de aberración intelectual que rechaza o directamente ataca a todos los grandes éxitos que el ser humano ha conquistado a lo largo de su evolución.
Y no podemos bajar la guardia, ya están aquí, se han ido haciendo cada vez más fuertes camuflados entre la corrección política, y los objetivos, buscados o no, son desmantelar a lomos de unicornios violetas todo el edificio científico e intelectual que hemos ido construyendo durante siglos. Las analogías con los totalitarismos medio superados del siglo XX (Fascismo y Comunismo) son tan evidentes, que producen casi más miedo que vergüenza ajena.
Magnífica frase Luis:
“Han sabido recoger el testigo de aquellos que en su día hicieron uso criminal del natural humano: la mayoría se pasa la vida buscando un substituto de la figura paterna que le proporcione protección, liderazgo moral y entrañable acogida. Obviamente, en concordancia con los tiempos, la figura paterna ha sido substituída por la figura materna LA naturaleza,…”
Magnífica frase Eclecticus:
“….desmantelar a lomos de unicornios violetas todo el edificio científico e intelectual que hemos ido construyendo durante siglos”.
Unicornios violetas (fasciofeminismos) versus ecofascismos.
Distintos caminos constructivistas, mismo objetivo contra la especie humana y sus instituciones sociales evolutivas.
Pablo el herrero