Cuando Alfonso Guerra dijo aquello de que Montesquieu había muerto no exageraba ni decía ninguna tontería. La separación de poderes es algo que, para la izquierda, carece de interés, e incluso de sentido.
En un sistema como el español, carente por completo de otros “checks and balances”, una judicatura compuesta por jueces independientes y profesionales es la única esperanza de quienes creemos que Montesquieu está algo añoso, incluso ajado, pero vive y es robusto. Que ha de ser redefinido, probablemente, pero no eliminado. La izquierda no cree en ello, porque su dichoso estado social no es sino un estado totalitario con derechos (perdóneseme el oxímoron). Un estado-herramienta al servicio de una determinada cosmovisión, no un estado-marco.
Lo escribía mi admirado Fernando Mínguez en Septiembre de 2005
Leo hoy:
El Consejo de Ministros aprobó ayer un acuerdo que faculta al Abogado General del Estado para realizar actuaciones ante el Tribunal Constitucional en relación con el recurso de inconstitucionalidad del Partido Popular contra la reforma que prorroga el mandato de la presidenta y el vicepresidente del tribunal hasta su renovación. El acuerdo aprobado ayer abre la vía a plantear en su momento, ante el Pleno del Constitucional, una eventual recusación de los magistrados Roberto García-Calvo y Jorge Rodríguez Zapata, con la finalidad de que no puedan juzgar una reforma contra la que se han pronunciado públicamente.
Si una eventual recusación de García-Calvo y Rodríguez Zapata fuese aceptada, devolvería el control del Pleno al sector progresista, que quedaría integrado por cinco magistrados progresistas y tres conservadores.
Qué triste este 12 de Octubre de 2007!
No hay base legal para recusar a los dos magistrados a quienes el gobierno acusa de… ¡haber escrito una carta manifestando una opinión! Es un un intento a la desesperada que quedará en pataleta filototalitaria.
La norma legal a aplicar al caso (el art. 219 de la Ley Orgánica del Poder Judicial) en ningún momento cita como causa de abstención o recusación la simple opinión manifestada de forma privada o al margen de un cargo oficial o jurisdiccional anterior.
Lo del Constitucional no tiene nombre, menos mal que son jueces y dentro de lo que cabe.
Había empate conservadores y progresistas. El voto de calidad era de la presidenta, en teoria progresista pero votada por conservadores, dado que los proPP presentaron a un impresentable algunos conservadores la votaron a ella. El Consejo lleva sin renovarse desde taitanos, siempre por culpa del PP. Como no se llegaba acuerdo se prorrogaban los mandatos, tácitamente. Ahora al PSOE le interesa que se prorroguen, por que en teoría la presidenta es progresista. Así que ahora sí que le interesa al PP renovar. Entonces el PSOE quiere hacer norma el acuerdo tácito que había de prórroga. Con buen argumento jurídico el PP recurre tal norma ante el propio TC, puesto que el presidente y vicepresidente tendrían que votar sobre su prórroga pues resulta que pierden la presidencia, que pasa al magistrado más viejo, que al parecer es conservador, pero éste al parecer es buen magistrado, no un hombre de partido del PP.
Pero ahora la balanza está decantada hacia conservadores…
Es para cargárselos a todos, los políticos. Pues todos estos jueces de partido han sido votados por las Cámaras, con consenso. Por las cuotas. Yo PSOE o IU o CIU o PNV no me meto con los jueces que el PP ponga y yo PP no me meto con los jueces que los otros pongan. Y claro, qué mierda de independencia es esa… Fue Alfonso Guerra el que ideó tal sistema, pero todos son culpables de aceptarlo. Saludos