12 de Octubre. Yo también me apropio de la bandera

 

 

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Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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5 comentarios

  1. Feliz día 12 de Octubre. Yo he decidido pasarlo bajo los cálidos soles sevillanos y gaditanos y desayunando una buena tostada con jamón y tomate. No hay mejor forma de celebrar el día :p

  2. Doce de octubre. Henos, vascos y bascas, españoles todos, sin armas ni bagajes en el común mercado eurabiano, donde nuestra codicia de oca compradora ha redondeado su engorde; lejos quedan el Spain es díferent y el compañero Quijote: El País se subtitula diario global, a nuestros socialcomunistas les sobra el sujeto de soberanía “estepáis”, reivindican a los suevos y anhelan sobre todo la unidad de mercado en lo burocrático; ¿No avisaba Felipe “X” Glez. en el prólogo a la edición española de “Manifiesto por una Nueva Izquierda Europea” de Peter Glotz hace 20 años de que el socialismo sólo es posible a escala Europa..? Pues vean como la farsa hace su entrada en el final de la Historia sustituyendo el comunismo de los comuneros, que nos costó una guerra civil vesánica y obras como “La enfermera de Brunete”, por el consumismo de los eurosocialistas. ¿Libertad, para qué? ¿No es mejor el Döner Kebab? Henos, en definitiva, metidos en la cueva de Ali “El Químico” Rubalcaba y los Diecisiete Ladrones. Y así las cosas, ¿continúan siendo los españolitos de Machado, o ya no son no more?

    No estaría de más responder gallegamente preguntando: ¿existe o ha existido alguna vez espejo estadístico presto para portar un país tan variopinto como el nuestro? ¿O habríamos de dejar desierto el posible premio a la españolidad por antonomasia en un país de submileuristas donde tanto se apuesta? Probablemente y sin ánimo de molestar, sólo una minoría folclórica aspira a encarnar todas las Españas en su patrio pecho. Desde fuera, desde Bruselas, Rabat o Matignon, las cosas se verán, quizá, de otra forma, pero a los indígenas no se nos ocurre amanecer con la peregrina pretensión de pasar por exhaustiva conciencia patria retomando el luiscatorcesco, “el epañol, se muá”, quizá porque, irreductibles, conservamos aún y en lucha contra la tele, cierta genealogía unamunesca: ¿será que el cambio climatérico nos vuelve más termocéfalos?

  3. Happy, en el fondo es ventajoso que nos metan en cajones de sastre. No hay peor daño que el que te puede producir aquel al que ignoras. Y los cajones de sastre están entre otras cosas para eso: para ignorar lo que desagrada.
    Me encanta que nos sigan ignorando. Me encanta que nos sigan creyendo fascistas, derechuzos, y qué se yo cuantas cosas más. Lo que veo son cada vez más jóvenes que, a la chita callando, se van dando cuenta de que las propuestas «zapaterianas», «delaveganas» y «blancopepiñas» no son más que humo. Y que encima apesta. Ya ves, soy un optimista patológico.
    Crispal, nada es tan absurdo como la izquierda en estepaís. Ni siquiera Die Linken en Alemania alcanzan semejantes cotas de desprecio por el sentido común de las personas. Lo que ocurre es que hay un montón de españoles (ojo, de uno y otro lado) que han delegado el sentido común, renunciando a hacer uso del mismo. Y así nos va.

  4. Viva España. Ojalá la izquierda aprendiera de una vez que TODOS podemos usar la bandera de España porque es de TODOS, como ocurre con todos los partidos de izquierda del mundo menos el PSOE.

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