El estado es un okupa de la ley. Instrumentalizando el aparato legal por la vía de la intitucionalización. Las leyes se basan en principios y no en la defensa de los intereses particulares de las personas. Menos estado significa más justicia.
El estado es un okupa de la economía. Las vias son el monopolismo (del dinero, de la producción), el intervencionismo (superregulación de la economía, legislación laboral, subvenciones). El resultado es una economía dependiente del poder estatal y no de la iniciativa individual. Menos estado significa libre mercado.
El estado es un okupa de la educación. En su afán por generar ciudadanos sumisos, el estado no cejará jamás en su empeño por monopolizar el aparato educativo. Niños educados por y para el estado. Menos estado significa más hombres libres.
El estado es un okupa de la caridad. Para ello se sirve del invento de la justicia social, los impuestos proporcionales y los seguros de protección estatales. Menmos estado significa más respnsabilidad y solidaridad con el vecino.
El estado es un okupa de la propiedad privada. Y dicta leyes para privarnos de los frutos de nuestro trabajo.
El resultado es una sociedad dividida en seis clases:
1. La clase de los okupas. Es la clase dominante e improductiva de nuestra sociedad. Son los políticos y los altos funcionarios del estado. Antes eran los reyes, los nobles. En esta clase hemos de incluir también algunos intelectuales, empleados del estado y cuya misión es la de demostrarnos que el estado es necesario.
2. La clase de los capitalistas. Es la clase productiva y avasallada. Son las personas que generan el bienestar del que viven todos los demás. Son los empresarios y los trabajadores.
3. La clase de los ejecutantes. Es la clase improductiva, administrativa. Son todas aquellas personas que trabajan para el estado en sus actividades okupas. Por ejemplo los funcionarios de hacienda, de vivienda, de defensa, de interior, de administraciones públicas y sus secretarios, y los secretarios de los secretarios.
4. La clase de los administradores sociales. Es una clase productiva, que realiza funciones socialmente necesarias: policías, maestros, jueces… que ha sido incorporada al monopolio estatal. Están, como los empresarios y trabajadores, sometidos a vasallaje.
5. La clase de los capitalistas estatales. Son aquellos que producen riqueza, pero para ello necesitan de la ayuda del estado. El estado decide quienes son merecedores de esas ayudas y quienes no, generando desigualdad de oportunidades, favoritismos y proteccionismo (pesebrismo). En esta clase entran también la mayoría de los artistas.
6. La clase de los impedidos. Son aquellos que, bien por incapcidad personal real (enfermedad, minusvalía), bien por efecto de la acción estatal(cualquier intervención en el mercado laboral y/o libre comercio), no pueden ser productivos y dependen del estado para sobrevivir. El estado nos impide la caridad responsable con los primeros y genera el gran grupo de los segundos, asegurándose así un argumento más para justificar su existencia.
Y luego me preguntan por qué abomino del estado?
Pues la verdad que no me convence tu teoría, jeje. No digo que la creatividad del empleador no cuente, pero la fuerza de trabajo del obrero también es imprescindible. No me parece normal que se lleve todo el mérito el creativo.
Además, en muchísimos casos, el empleador, capitalista, dueño o empresario, como se quiera llamar, no aporta ni siquiera su creatividad, porque para eso ya ha contratado a otra persona que piensa por él, con lo que finalmente se lleva todo el beneficio únicamente por el trabajo y la creatividad de los demás.
Por otro lado, es cierto que firmas un contrato y nadie te pone una pistola en la cabeza para aceptarlo, pero si no es como asalariados, ¿cómo trabajaría la gente? Es cierto que hay otras opciones, pero ni hay suficiente información, ni se fomentan en absoluto otras vías. La gente de a pie, la que acaba el instituto, la que acaba su carrera o la que está en el paro, necesita vivir, y no todo el mundo se puede permitir montarse una empresa particular (o incluso ni siquiera sabe cómo hacerlo) así que recurren a la opción que está impuesta mayoritariamente, que es la de trabajar para alguien.
No es que se obligue a trabajar para otras personas, es que en muchos casos la gente no tiene otra opción, con lo cual la libertad para elegir es sólo aparente.
¡Al contrario! Siguiendo la misma teoría del valor, el trabajador recibe siempre más de lo que produce; si no, trabajaría para sí mismo, quiero decir, no firmaría un contrato con otra persona.
Si un empresario adquiere unas materias primas por 1000 euros, y vende sillas resultantes, por recurrir a un típico ejemplo de los libros de Economía, por un total de 3000 euros, la ganancia de valor no se debe al autor del trabajo material, que no produce más valor que el que consume en ese trabajo, sino a que el empresario le ha facilitado los medios para el acrecentamiento en el proceso de producción. Esto es, la ganancia de valor no se debe a la fuerza del trabajo del empleado sino a la creatividad del empleador.
De todas formas, esta teoría no me convence, así que si me dices «no te la crees ni tú», pues tendrás razón. Eso sí, creo que dentro de lo que es la teoría del valor (objetivo), es más sensata que atribuir el acrecentamiento de la producción al esfuerzo del trabajador, cuando tal ganancia habría sifo imposible sin la creatividad del empresario. Los liberales solemos preferir teorías tales que el valor es subjetivo y no debido a los «procesos de producción», con lo que la cosa es tan sencilla como que empleador y empleado firman un contrato, contrato libremente acordado por ambas partes, de manera que existe beneficio mutuo. ¿Acaso piensas que me están robando cuando acepto un contrato libremente? ¿Qué imposición hay allí donde el acuerdo es mutuo, libre, pacífico?
keiso, en primer lugar no creo que eso lo diga sólo la progresía, sino más bien los anticapitalistas, a no ser que ahora a todos los que no piensan como tú los metas en el saco de la progresía.
El empresario le alquila al trabajador su mano de obra, pero lo que el trabajador produce, el fruto de su trabajo (que debería ser suyo), es del empresario de principio a fin. Vamos, que se lo roba. Si justificas eso estás justificando las expropiaciones del Estado, es decir, que el Estado se quede con algo tuyo (sirve para el caso de un terreno y para el caso de un producto hecho por ti) a cambio de una limosna.
Es un poco ingenuo creerse el cuento de que el empresario paga en relación al esfuerzo, porque el mismo trabajo, con el mismo esfuerzo, no se paga igual a un trabajador en España que a un trabajador en la India. Cosas del famoso y omnisciente mercado, supongo…
El capitalismo da prioridad a quien pone su dinero (a quien lo arriesga, si te gusta más…) que a quien trabaja y produce realmente. Totalmente equivocado, en mi opinión.
La opción que propuse antes, las cooperativas y demás tipos de empresas de economía social que la mayoría de gente ni siquiera conoce (quizá, y repito, quizá, a algunos defensores del capitalismo tampoco les interesara que se fomenten en exceso, por si acaso), serían una buena opción para todos esos trabajadores que no quieren que el empresario se siga quedando con el fruto de su trabajo, por eso está bien animar a los trabajadores a unirse en esos otros tipos de empresas mejor que trabajar para que otra persona se quede con lo que produces a cambio de un sueldo que normalmente está por debajo de lo que merece (aunque esto es difícil de medir) tu esfuerzo y los productos producidos con él.
¿Qué mayor libertad hay que ser dueño de lo que produces?
eigen: creo que mezclas ética y moral. Tal vez la indigencia no sea un problema ético, pero «mi moral» me obliga (es una opción personal) a abogar por la solidaridad desde el principio de responsabilidad con mis vecinos.
Mónica: comparto tus argumentos pero olvidas una cosa: el principio de libre competencia. En tu concejo la mayoría se decanta por un sistema mixto en el que conviven modelos privados y comunales. Hay tres vías: la cosa funciona, no pasa nada. Los modelos privados funcionan mejor: se cerrarán los comunales. A tí no te gusta: te vas al concejo done sólo hay modelos privados que funcionan. Es la acción y son los resultados los que determinan el modelo a seguir. Por eso le dejo un hueco a que existan instancias comunes. Después de todo no se trata de un modelo de estado para mí, sino para todos.
keiso:
Ese es justamente mi argumento.
«….mucho más justa que el capitalismo, en el cual se roba (aunque no sea en todos los casos) a los currantes el fruto de su trabajo.»
Esta es la mentira mas grande jamas contada por la progresia.
El empresario no roba a nadie el fruto de su trabajo sino que evalua el esfuerzo y paga en consonancia. Ademas existe la ley de la oferta y la demanda aplicada al mercado laboral, que dicta cual es el sueldo que debe cobrar cada profesional.
Si un empresario paga sueldos por debajo de esa media, el empleado tiene el derecho y la obligacion de cambiar de empresa para mejorar su situacion laboral.
Ademas de poner el dinero (que no es poner, sino arriesgar, concepto importantisimo que no se suele entender en mentes de izquierdas, que implica que aunque el empresario no mueva un dedo, esta infinitamente mas implicado en la empresa que el empleaso, pues ARRIESGA SU dinero), como dices, el empresario pone las infraestructuras, organiza y administra, cosa que no hace el empleado, por lo que es mas que normal que el beneficio de la explotacion de la empresa repercuta en el empresario, no en el empleado.
Ademas, existe, aunque en Espania se ha olvidado por parte de los «currantes» el derecho constitucional a reclamar tus derechos laborales mediante el derecho huelga. Si no se ejerce es un problema del empleado, no del empresario. Si tu no reclamas TUS derechos, QUIEN lo va a hacer, el empresario?
Luis, “educación, asistencia médica y social, enseñanza (…) en manos de los ciudadanos”. Eso sólo es posible si son totalmente privados tanto en su financiación (salvo concesiones como el cheque escolar, en principio universales, luego restringidos y finalmente, cuando hayan bajado suficientemente los impuestos, con tendencia a desaparecer) como, sobre todo, en cuanto a la ausencia de regulaciones coercitivamente establecidas ni por el concejo ni por el sursum corda.
Almería no necesita una ley de costas ni León una de bosques. Lo que se necesita es que los bosques y las playas tengan dueños y que esos dueños dejen de encontrarse constantes restricciones legales a la hora de poder explotarlos, gestonarlos y hasta defenderlos. Vamos, que no se encuentren ninguna porque la propiedad privada sea efectivamente inviolable.
El otro día hablabas de León. Y dime, ¿qué leches hace la gente allí en medio del campo, viéndolas venir? Pues parece ser que los han convencido a base de esto de la cohesión territorial, del fomento de las zonas rurales y demás milongas, de que es un gran bien para la Humanidad de que se queden allí. Quieren fijarlos artificialmente a lugares donde no puedan hacer nada eficiente, precisamente para atarlos a la subvención. Aquí en Andalucía en las zonas rurales es igual. Así que esto de “compensación entre concejos”, En definitiva, que yo llego a justicia, seguridad y defensa, y ni un paso más. Vamos que impuestos del 10% son ya excesivos.
Además, para mí eso de tener el poder más cerca no me parece ninguna ventaja. Yo, el juez y el recaudador de impuestos, a poder ser, que no me conozca de nada, que vengan de lo más lejos posible. Además, mira que llevamos ya años del sistema autonómico… pues todavía no sen dado bajadas de impuestos. ¿Anuncios? Sí ¿Subidas y eurotasas, céntios sanitarios y demás? Cada dos por tres.
Conclusión: a mi juicio lo que hay que hacer es limitar contitucionalmente tanto el gato del estado la capacidad tanto del gobierno como del parlamento para poder inmiscuirse (para poder legislar) en las libertades de los ciudadanos, que alguien antes llamó NEGATIVAS, ES DECIR, FRENTE AL ESTADO; prohibir explícitamente el que el estado pueda entrometerse en todos los asuntos que no sean proteger vida, libertad y propiedad (seguridad, justicia, defensa) y liquidar todas y cada uno de los ministerios, consejería y demás.
órganos burocráticos.
Y luego, poner una cantidad impresionante de trabas a los partidos y a los gobernantes (listas abiertas, liitaciones de mandato y de estadías en cargos públicos, restricciones especiales para políticos, etcétera.
Vivimos en un sistema de maldad, saqueo y sacrificio, donde el producto de los capitalistas, los que producen y que sostienen el bienestar y la paz de las sociedades, es redistribuido a los no productivos. El gobierno que redistribuye -todos, actualmente- no es sino una panda de saqueadores. No es legítimo beneficiarse de lo producido por los demás. Y lo producido en un trabajo no es producto de un empleado, sino del propietario de los medios por los que se ha producido, con la salvedad de aquel salario acordado egoístamente entre ambos -si alguno se sacrifica altruistamente, tal es inmoral, puesto que sacrificio es sinónimo de vicio -su definición: daño a uno mismo. Otorgar al empleado lo producido mediante los medios de otro -por ejemplo, mediante la fijación de un salario por parte del Estado- es redistribución salvaje del productor al no productor, es decir, saqueo.
Creo que usted y yo defendemos el mismo modelo de Estado, pero que es opuesta la argumentación que utilizamos y diferente nuestra concepción de la realidad. Defiendo el Estado Mínimo porque es el único sistema moral ideado, el único -moralmente o éticamente, dije que sostengo que no hay diferencia- bueno.
Sobre el problema de discapacitados y demás, que preocupa a algunos:
Si en un Estado Mínimo hay gente que muere de hambre, eso no es un problema ético. Nadie está obligado a mantener la vida de los demás, y tal obligación es, obviamente, contraria a la libertad. No hay un problema ético porque la Ética no es una invención artificial, construida por los hombres para obtener una convivencia donde todos persigan un fin común, sino un dato metafísico, objetivo de la acción de los hombres. Si fuera al contrario, la virtud o vicio de los actos humanos no dependería de los actos sino de las convenciones, de lo externo a los actos. ¿Los actos no son ni virtuosos ni viciosos, sino que depende de lo que digan los demás? La ubicación de la pauta de la conducta del hombre fuera del propio hombre es la peor perversión. La conducta del hombre sólo puede estar regida por el hombre. Cualquier «ética artificial» o inventada -capricho- que invente obligaciones de sacrificarse por los demás no es más que la pretensión de imponerse sobre la naturaleza de los hombres. Por esto, no hay inmoralidad previa a la acción del hombre, ergo no hay imperativos morales con el fin de evitar una desgracia espontánea, natural. Para que haya inmoralidad es necesario un agente perpetrador de la misma, humano. Sólo entonces hablaremos de un problema ético y de que existe el imperativo moral de emplear la fuerza contra ese agente delictivo.
Si alguien se ahoga naturalmente, nadie tiene naturalmente la obligación moral de salvarle, aunque la tiene si valora la vida del ahogado por encima del sacrificio -posibles efectos perjudiciales sobre la salud, el peinado, la ropa o el gasto calórico que implica la natación- que le supone el acto de salvarle. Salvarle es un acto vicioso si llevo ropa de lavar en seco y valoro mi ropa por encima de su vida. Y es un acto virtuoso si valoro su vida por encima de su ropa. Los ejercicios de valor sólo pueden ser libres y racionales.
De ahí que un impuesto que me obligue a ayudar a los indigentes o a los discapacitados sea inmoral. Es inmoral porque atenta contra mi libertad y porque me obliga a cometer un vicio, en caso de que valore el dinero que me quitan por encima de la vida de los beneficiados. Una vez que reconocemos que es inmoral -otra opción es evadirse de la realidad-, la algunos se preguntarán: pero, aunque sea inmoral, ¿no puede aceptarse por la desgracia que puede causar lo contrario? Esto es «moral gris». ¿Podemos aceptar el Mal? No, si defendemos el Bien. A es A. El Bien es el Bien y no el Mal; el Mal es el Mal y nunca el Bien. Ambos se excluyen. Porque no podemos aceptar el Mal, también me opongo al anarcocapitalismo y al Estado Ultramínimo de Nozick, puesto que un delito puede quedar impune. El Estado Mínimo, sin redistribución y sólo con protección, es el único sistema moral posible.
De todas formas, si Vds. quieren ayudarles porque valoran la vida de esos discapacitados por encima de su dinero, nadie se lo prohibirá. Pero no metan la mano en mi bolsillo si yo valoro mi dinero por encima de sus vidas.
Salud y Capitalismo
Eso ya lo había entendido, creo 🙂
Casi. Como este estado (no sólo el nuestro, todos los demás tampoco) no permite la democracia, la vía es ir poco a poco obligándole a que nos devuelva lo que nos pertence: la soberanía y la responsabilidad sobre nosotros mismos.
Si la capacidad administrativa de los ayuntamientos de hoy se pareciese mínimamente a la de los concejos de antaño, yo me daría casi por satisfecho. Piensa en ello: leyes, educación, asistencia médica y social, enseñanza, seguridad en manos de los ciudadanos y del concejo, que además ejerce de órgano de control. Se decide, además, contribuir con un (es un ejemplo) 10% de cada particular a una caja común para sufragar los gastos comunes. De esa caja se deriva de nuevo un 10% (no al Rey, como antes) a un estado que se encarga de la defensa, compensación entre concejos (similar a como funciona en Alemania entre estado federados) y asuntos exteriores. Yo tan feliz.
Más saludos!
Bueno, veo que teneis las ideas muy claras y no es mi intención trastocaros los esquemas. Pero añadiré:
Luis: Los concejos eran un aparato del estado (personificado en el Rey), a través del cuál se gobernaban las personas. Por lo tanto, sigo pensando que se confunde gobierno con estado.
Cuando digo que el estado tiene que ser todo lo grande que sea necesario, me refiero precisamente a eso, SOLO, lo necesario. Pero no más, leñe.
Pero tranquilos, son cosas mias.
Framling: siento decirlo, pero me parece que estás completamente equivocado:
el gobierno en manos del pueblo que le permite (al pueblo) dirigir la acción del estado, asimilándolo así al estado fascista que no necesitaba control pues estaba dirigido por la nación o al estado comunista que no necesitaba control pues estaba dirigido por el proletariado.
La verdad, esa analogía que has establecido no la entiendo en absoluto. ¿que tiene que ver la nación con el pueblo, y desde cuando el estado comunista estaba dirigido por el proletariado?
Estoy de acuerdo en que hay mucho cinísmo, sobre todo en prenteder dar a entender y hacernos creer que esto en lo que vivimos es democracia. Esto es una perversión de la democracia, desde luego, pero no es democracia. Por lo tanto al resto de perorata no le encuentro sentido, sinceramente.
Parece que como no se consigue la democracia, la solución que se propone es mandarlo todo (el estado) al carajo. ¡buf!
Saludos
Pues eso, framling Hace falta un cambio radical.
Es decir, no necesitamos políticos, sino gestores que contrataremos y despediremos. De acuerdo con framling: la Constitución debe establecer los servicios mínimos necesarios y los impuestos en consecuencia.
¿Monarquía o república?. Niguna de las dos; sociedad anónima gestionada en términos de eficacia.
Totalmente de acuerdo
Creo que el problema viene de la perversión de la democracia, del buenismo que predica que la democracia es un sistema utópico, el gobierno en manos del pueblo que le permite (al pueblo) dirigir la acción del estado, asimilándolo así al estado fascista que no necesitaba control pues estaba dirigido por la nación o al estado comunista que no necesitaba control pues estaba dirigido por el proletariado. La realidad es que la democracia es el sistema más cínico que existe, se parte de la base del estado como mal necesario como depositario del control de la violencia humana preexistente (esto es lo que no llegan a captar los ancap) y que por su misma naturaleza es indomesticable, las elecciones no son más que una válvula de seguridad que permite el cambio de gobierno sin necesitar una revolución. Partiendo de esta base toda la obsesión del sistema democrático consiste en limitar, en fragmentar ese poder y sobre todo en establecer unos límites a su poder mediante los derechos fundamentales, que son derechos FRENTE al estado, son los límites que el estado no puede traspasar.
En la actual concepción de la democracia los derechos individuales han pasado de ser un límite al estado a estar garantizados por el estado, como ejemplo los múltiples CAC que han florecido y que han transformado el derecho a la información no es un derecho frente al estado a informar y ser informado, sino la obligación del estado de garantizar la veracidad de esa información. Y con cada nuevo derecho que pretende «garantizar» aumenta la «okupación» de la que hablas.
Lino:
Eso, en el León de no hace mucho tiempo por ejemplo, lo hacían a la perfección los concejos. No hacía falta un estado.
Y no, no confundo Gobierno con Estado. El estado ha de ser todo lo pequeño que sea posible (no me refiero al territorio, me refiero a sus funciones),de lo contrario su control vía democracia directa, o representativa directa, es imposible. Necesita León una ley de playas? Y Almería una de bosques? Por qué no van a poder los araneses reducior los impuestos al 10% y eliminar el IVA? Porque no lo hacen los de Sanabria? A lo mejor resulta que los de Sanabria se enteran de lo bien que va la cosa en Arán y deciden hacer lo mismo.
No Lino, un estado grande, con un aparato grande es incontrolable y coarta la libertad. La cohesión social, o nacional si se prefiere, ha de lograrse por el acuerdo de pequeñas administaciones, ha de ser un proceso federal, de abajo arriba y nunca al revés. Es utópico lo se. Alguno dirá que descabellado. Pero es lo que pienso.
Me vais a perdonar que insista en lo de la confusión, pero me parece que también se está confundiendo gobierno con estado
El estado tendrá que ser todo lo grande que sea para que pueda acometer su tarea. El gobierno es el que debe ser el mínimo posible, ya que este estará efectivo a nivel local. Es decir, los ciudadanos gobernaremos, a través del estado. Los representantes políticos serán los justos, para las funciones justas.
Saludos
Luis, con todos mis respetos, pero estás hablando en el artículo, del «estado», sin más. Por lo tanto, todas las características que mencionas las atribuyes al estado genericamente hablando y en mi opnión, estas cualidades lo son de un estado no democrático en donde las decisiones no responden a una demanda social. Como decía, no de cualquier estado.
LuisEn respuesta a Javi: Javi, para eso no hace falta un estado, basta con gente como tú y como yo
Un estado «está» (o debe estar), para representar precisamente a esos Javies y Luises y el resto del colectivo que decide democráticamente como utilizar los recursos colectivos en favor de los que lo necesiten.
Saludos
Amén. Es un deseo absolutamente asumible
La frase me gusta desde siempre, pero no acabo de entender por qué me la dices. No pretendo imponer nada, simplemente digo que me parece una opción mejor y mucho más justa que el capitalismo, en el cual se roba (aunque no sea en todos los casos) a los currantes el fruto de su trabajo. Un sistema que permite eso no puede ser válido aunque tenga otras ventajas, al igual que el comunismo no me parece válido aunque pueda tener alguna cosa que no esté del todo mal.
Simplemente me gustaría, y para ello confío en la educación y no en la imposición, que la gente conociera y se decantara más por la opción de las cooperativas, etc. y no crea que sólo pueden existir empresas capitalistas, como me sucedía a mi hace un tiempo. O también que pensaran sobre ello y encontraran alguna otra forma más de hacer las cosas, que seguro que la hay, sin que prime el dinero sobre las personas como ocurre en el capitalismo.
De todos modos estoy convencido de que el capitalismo sin Estados no funcionaría (o aunque funcionara, sería a costa de muchas barbaridades), ya que es evidente que no todo lo que NECESITA la gente es rentable, y si no es rentable nadie lo ofertaría. Si hablamos de coches de lujo, no es preocupante, pero si hablamos de cosas como medicamentos…
polaino, hmmm… cooperativas …
Lo dijo un tal von Hayek. También dijo cosas sobre el egoísmo y tal. Imponer un sistema sólo cooperativista sería más justo? Creo que habrá personas que encajen perfectamente en una cooperativa, otras no. Así como estoy seguro de que habrá cooperativistas que, tras años de ver como se parten el culo a currar mientras tres no dan palo al agua y cobran igual, mandarán la cooperativa al carajo. El tema no es qué nos gustaría hacer (cómo nos gustaría que fuese) sino qué vamos a hacer (como será en función de lo que hagamos)
Pero defender el capitalismo es defender también al 30% de tiburones del que no has hablado. Sé de capitalistas que curran y sé de capitalistas que no mueven un dedo y que explotan a sus currantes. El problema es que si existen unos, también pueden existir otros.
Hay formas mejores y más justas de hacer las cosas, como las cooperativas, por ejemplo.
No sé qué ventaja obtendríamos si le quitáramos el poder a los Estados y automáticamente lo fueran ganando las grandes corporaciones (y más concretamente sus dueños capitalistas cuyo interés prioritario es el dinero y no las personas, cosa que a mi al menos no me da en absoluto buenas vibraciones).
Polaino 😀
Eso de los capitalistas malos, malos lo sabes de oídas o conoces a muchos? Yo conozco a muchos más que curran 12 y 14 horas todos los días, mantienen una empresa con 10 ó 50 empleados, tal vez cobren 1000 euros más que su empleado mejor pagado y se duermen meditando sobre cómo convencer al banquero de turno para que le baje los intereses de los cientos de miles de euros que pidió como crédito para montar la empresa. Vivo en alemania y esta descripción sirve para el 70% de pequeñas y medianas empresas aquí. No creo que en España sea muy diferente.
Qué malos somos los «capitalistas» 🙂
– El estado es un okupa de la propiedad privada. Y dicta leyes para privarnos de los frutos de nuestro trabajo. –
Sin embargo defiendes el capitalismo, donde el fruto del trabajo del currante se lo lleva el capitalista que no da un palo al agua o que simplemente pone la pasta, en la mayoría de los casos.
El Estado roba al empresario y el empresario roba al trabajador. Siempre tengo la sensación de que los liberales sólo pretendéis que el Estado no robe al empresario (lo cual está bien) pero que el empresario pueda seguir robando al trabajador (lo cual no es justo).
Con todo lo demás estoy prácticamente de acuerdo, aunque si menos Estado implica todas esas cosas buenas, imagínate ningún Estado 🙂
Bueno, pues ya vuelto. El Estado será todo lo imperfecto que queramos, como un cadaver que engendrando los mismo gusanos que lo devorarán, pero es tb una condición del progeso de los pueblos. Te puede envilecer hasta cierto punto, claro que sí – recordemos las naciones esteeuropeas tras la caída del Muro, felaquizadas y sin formar en conciencia ciudadana alguna -, pero admitiendo eso apuntamos al problema real. Perogrullo: lo que la gente lleva en las entrañas, los valores, los símbolos internos y demás.
si creo que hay gente egoista, si no porque hay gente que especula y que engaña para lucrarse?
A mi no me importa pagar impuestos, llamarme idiota si queréis, lo que si me gustaría es poder influir con algun mecanismo participativo en el destino de los impuestos, por ejemplo no me gustaría dar ni un solo euro a los «profesionales de la cultura» ni al sostenimiento de las federaciones deportivas y las selecciones nacionales, y me gustaría dar mas dinero a la sanidad y a la educacion
estoy de acuerdo con la puesta en marcha de la ley de dependencia, pero no quiero que se use mi dinero para reflotar empresas deficitarias
quiero que se mantenga el sistema de pensiones, pero no quiero que se le page el paro a cualquier persona que rechace varios trabajos
y bueno, podria seguir aburriéndoos pero por esta vez os perdono 🙂
(*)
Pues eso: pequeñito, democracia directa, fomento de la responsabilidad individual, separación absoluta de poderes, coexistencia de formas públicas y privadas de enseñanza, sanidad, justicia, solidaridad, defensa … vamos, un estado minarquista al servicio de todos y no todos al servicio del estado. Si es lo que yo digo 🙂
Que les asusta que pueda escribir algo tan radical? Es que si no lo digo por las bravas no se escandaliza nadie. Y sin escándalo ya no hay forma de sacarnos de los brazos de este morfeo estatalista que nos acuna.
«Calla niño! y duerme, que yo me encargo», decía uno mientras le robaba el caramelo al peque.
Javi, para eso no hace falta un estado, basta con gente como tú y como yo.
Señores! No se dan cuenta de que nos estamos convirtiendo en egoístas crónicos y que sólo logramos conciliar el sueño pensando que «el estado lo solucionará»? Por qué negarme a mí la posibilidad de mostrarme solidario con el parado de enfrente en lugar de con el director de cine de más allá? Somos realmente todos tan malos, malos, malos que sin un estado recaudador seríamos incapaces de ayudar a nadie? En nombre de que bien supremo este estado que conocemos administra mejor los bienes comunes que cualquier otro que se proponga? No se dan cuenta que con cada nueva línea de una ley, una normativa, con cada nuevo organismo oficial, institución, secretaría de estado asistimos a un recorte de nuestra libertad y al ninguneo de nuestra capacidad de actuar responsablemente?
Si yo les digo que son unos irresponsables, me mandan a ese sitio. Si el Estado lo hace, a callar y pagar. Estamos buenos…
El problema recíproco lo enunciaría asín:
Ya me he ido.
Sería lo más triste del mundo que la defensa de las personas con minusvalia o enfermedad grave tuviera que venir de parte de una supuesta ¿caridad? que pueda llegar o no llegar nunca.
Por eso abomino del No Estado
No, el Estado no es ningún Okupa de nada. Los Okupas son las personas, esos «individuos» enfatuados en su «autopropiedazzzz» y «racionalidazzzzzz» que en nombre de ideologías abstractas intentan prescindir de valores como patriotismo, lealtad o responsabilidad para organizar el saqueo DEL Estado, política por mal nombre. Me voy a autocitar, cosa que me entusiasma:
Un saludo y ya lo sé, ya lo sé.
No Lino, no confundo nada. Yo no hablo del estado español en mi entrada (utilizo un par de enlaces de despropósitos nacionales, pero bien podrían habere sido enlaces a noticias de Francia, Alemania, USA…), hablo del ESTADO, de cualquier estado. Una cosa es que los ciudadanos se pongan de acuerdo en unos órganos administrativos, INCAPACES de retroalimentarse (por ley), COMPLETAMENTE controlables por los soberanos (nosotros), privados unos (los pagan los que quieren y se controlan vía mercado y leyes), públicos otros (los pagamos todos porque así lo decidimos todos y se controlan por ley y ciudadanos),ambos modelos en perfecta convivencia y OTRA cosa es un ESTADO que dicta leyes para la propia conveniencia y propia perpetuación, que nos dice lo que hemos de comer, fumar, pincharnos, cómo hablar, cómo tener relaciones sexuales, cuándo, dónde, por qué.
A eso me refiero. No existe ninguna forma «buena» de estado más allá de la administración pequeña y la defensa de los intereses comunes (fíjate que no uso la palabra «generales») de quienes deciden conformarse en sociedad.
De acuerdo con Jorge. Se está confundiendo una parte con en todo, en este caso, el Estado Español, con el concepto genérico de estado.
Un Estado no democrático, con poder no controlado por los ciudadanos, se convierte en una máquina perfecta de tiranía. Pero no cualquier estado.
Saludos
De momento, Jorge, el estado son ellos. Y este estado que sufrimos ya sólo es renovable por la vía de su desaparición casi total (ya ves que pongo «casi»)
El problema no es el Estado, sino quienes manejan dicho Estado y fines que buscan. El Estado debe ser un instrumento de los ciudadanos para su conviviencia y su defensa.