Nadie antes en la breve historia de la democracia en este país ha hecho tanto tan mal como este gobierno de Rodríguez Zapatero. Errores en las políticas sociales, desastres en política internacional, ceguera absoluta en su trato con la oposición, abuso del legislativo y dejación de funciones en los asuntos de cohesión del sistema de autonomías.
Nunca antes la oposición había estado tan desacertada en su trabajo opositor como en esta legislatura que llega a su fin. Una cosa es hacer oposición diciendo no y otra bien distinta dicendo "no, esto se uede hacer así", cosa que pocas veces le he visto articular al PP. Cierto es que Rajoy y su equipo empiezan a proponer alternativas. Pero no me negarán que han esperado más de lo debido.
El caso es que según las encuestas nos encontramos ante una situación de empate técnico (y miren que no me fío para nada de las encuestas electorales) de difícil explicación. La única que se me ocurre es la del hooliganismo. Pues sólo un hooligan -en este caso quien enarbola una bandera de un club al grito de "semos los mejors"- puede perdonar que su 9 lance tres pelotas fuera de cada cuatro si de lo que se trata es de defenderlo de las críticas de los de las otras banderas. Sólo un hooligan terminaría una discusión con aquello de "yo del ********* hasta la muerte! El hooligan político no piensa, se considera incapaz de comprender los entresijos de la acción política y delega ciego y voluntarioso ese apartado de su vida en los del partido: ellos saben qué hacer. Y el partido es del "alma", el de "los nuestros". No importa ya que los partidos no tengan alma y que hayan dejado de ser , hace ya mucho tiempo, de los de nadie. "Los nuestros", esto es, los pobres, los proletarios, los curas, los señoritos, ya no existen como argumento político. Si acaso, los únicos "los nuestros" que existen hoy sean los de nuevo cuño educados en el sectarismo nacionalista. Y poco más. Ni el PP es un partido catóico o liberal, ni el PSOE un partido socialista u obrero. Ambos son máquinas de acumular poder en y por sí mismos.
Y los hooligans, ebrios de pequeñas victorias y nublada la vista de tanta bandera enarbolada, prefieren ignorar lo que realmente les afecta. No importa que la ley haya caído en manos del ejecutivo (abandonándose así uno de los pilares básicos de toda democracia) No importa que la crispación e la calle (al fin y al cabo, caldo de cultivo perfecto de todo holiganismo) vaya en aumento, sea de quien sea la culpa. El caso es sacar pecho i enarbolar la bandera de "los nuestros".
El español ha renunciado a ser protagonista de su presente y forjador de su futuro. Y todo eso por un puñado de dólares.
Es que no caben disculpas Wininu. La situación por la que estamos pasando nos la hemos ganado a pulso. De cabeza al hooliganismo por la vía del pesebrismo. y así nos va.
Lo peor es que es un círculo vicioso del q es difícil salir, para ellos claro. Unos hacen algo malo, los otros lo amplifican enormemente y tiran de todos sus resortes de poder para que nadie le fastidie sus argumentos, a la vez los primeros hacen lo mismo, y cada vez son peores cosas las que tienen que hacer para «guardarse el trasero». Pero nadie rectifica, pq quedaría tan mal decir «nos hemos equivocado» «quizá en algunos aspectos tenían uds razón». Pero ojo pq a veces se llegan a poner de acuerdo, para perpertuarse, y a veces es casi peor, porque lo hacen precisamente para eso, para aumentar su poder, jodiendo el sistema. Como los sistemas de cuotas para consensos de 3/5 en las asambleas «democráticas».
Y como ni siquiera el poder judicial está a salvo, y los medios de comunicación son menos de la mitad de lo que su propio nombre indica… Dios salve a la internet, de verdad, que seríamos sin la red. La verdad es q nos merecemos un período constituyente, por dejar a estos personajes campar a sus anchas.