Cuba: un testimonio

Gracias a Pablo, un lector activo de esta bitácora, recibo un testimonio estremecedor sobre la política de «libertad y democracia» imperante en la Cuba de Fidel. No me cansaré de denunciar cualquier régimen liberticida. La tiranía castrista ha de terminar. Ruego a los lectores votantes de Zapatero, tomen conciencia de los errores de sus representantes y pongan en conocimiento de sus políticos locales éste y otros hechos irrefutables que, una vez más, demuestran lo equivocadas que son las políticas de connivencia y minimalización con el gobierno de Cuba. Tal vez, ejerciendo presión desde la base, logremos un cambio en la actitud de los máximos responsables de la política exterior española.

Aprovecho para repetir mi invitación a todos los lectores para intervenir activamente en el blog. La blogosfera sólo tiene sentido si somos capaces de movilizar y hacer pública la información de que disponemos, por banal que ésta nos parezca.

Les dejo con la carta de la Dra. Hilda Molina, quien apoyó la Revolución Cubana, ocupó altos cargos políticos dentro del gobierno cubano, fue directora del Centro de Neurocirugía y distinguida a nivel internacional.

Simplemente en el año 1994 hizo denuncias en contra de su “amado presidente” y fue separada. (para más datos buscar en Google Hilda Molina).

Su caso salió a la luz cuando le prohibieron salir de Cuba para ver a sus nietos radicados en Argentina. Hubo un follón en Argentina entre el presidente, su ministro de Relaciones Exteriores y Fidel.

Carta de Hilda Molina a las organizaciones de DDHH

Ciudad de La Habana, Cuba
8 de marzo de 2005

A:
– Comisión de Derechos Humanos de la ONU
– Comisión Interamericana de Derechos Humanos (OEA)
– Human Rights Watch
– Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL)
– Organizaciones y Personalidades que luchan por el respeto de los derechos humanos

Excelentísimos Señores:

Me dirijo a ustedes con el propósito de denunciar una vez más, las múltiples violaciones de los Derechos Humanos, especialmente los relativos a los Derechos de las Familias, en que sistemática e impunemente, incurre el gobierno cubano:

Primero: En el año 1994, al considerar inaceptables entre otras cosas, la política oficial dirigida a dolarizar la institución médica-neurocientífica fundada por mí; y la consiguiente discriminación de mis compatriotas afectados por enfermedades neurológicas graves e invalidantes, renuncié a todo lo que me vinculaba al régimen y a esta sociedad, incluida mi condición de Diputada al Parlamento.

Desde el preciso momento de la renuncia, mi familia y yo hemos sido víctimas de una interminable cadena de infamias, y como crueldad suprema, me prohíben viajar al exterior. Durante más de 10 años, he solicitado sin descanso, el absurdo permiso de viaje requerido por los cubanos en general; el gobierno me niega este permiso, argumentando mi condición de científica destacada, y “que mi cerebro es patrimonio del país” como consecuencia de esta variante de cautiverio a que me encuentro sometida, lo que implica una pública violación del Artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos:

– El gobierno cubano me impide visitar temporalmente Argentina, para re-encontrarme, después de 11 años de separación forzada, con mi único hijo, nacionalizado argentino; y con su esposa, ciudadana argentina.

– El Gobierno cubano me niega la posibilidad de conocer a mis nietos, nacidos en Argentina. Ellos, que próximamente cumplirán 10 y 11 años de edad, están en peligro de desequilibrios psicológicos graves, al crecer despojados de su familia paterna.

– El gobierno cubano me impide asistir a cientos de eventos científico-académicos que se efectúan en diversos países, a los que soy consistentemente invitada.

– El gobierno cubano permanece insensible ante la última voluntad de mi anciana madre, la que gravemente enferma, clama por la normal reunificación de nuestra familia.

En resumen, y basada en los argumentos previamente expuestos, reitero que el gobierno cubano:

1. Viola los sagrados derechos de mis nietos a vivir y crecer felizmente en el seno de toda su familia, reconocidos en la Convención sobre los Derechos del Niño.

2. Viola mis más sensibles derechos como mujer, madre y abuela. Actualmente, con 62 años de edad, me encuentro indefensa, enferma y discapacitada.

3. Viola los derechos de mi familia; y tortura psicológicamente a mi anciana madre moribunda, y a mis inocentes nietecitos.

4. Viola mis derechos como profesional, al impedirme entrar y salir libremente de Cuba, para cumplir compromisos científico-académicos.

Segundo: La trágica situación de mi familia, no constituye una excepción en la Cuba de los últimos 46 años. Es precisamente la familia, una de las instituciones más destrozadas en estas casi cinco décadas de gobierno comunista:

1. Los cubanos no sólo dependemos de permisos gubernamentales para viajar al exterior y regresar al país, sin que constantemente se viole el derecho de libre movimiento pues los permisos se otorgan arbitrariamente, se demoran o se niegan, provocando el desgarramiento de miles de familias inocentes, las que sumergidas en un miedo paralizante, son incapaces de reclamar el respeto de sus derechos más elementales.

2. Miles de familias han padecido y padecen la lejanía de sus seres queridos, sometidos a injusta prisión por motivos de conciencia.

3. Desde 1959, cientos de miles de cubanos han sido humillados, repudiados, calumniados y hasta encarcelados, solamente por su decisión, materializada o no, de residir en el exterior. Y durante muchos años, cientos de miles de familias fueron condenadas a la incomunicación con sus seres queridos, si éstos lograban abandonar el país.

4. Miles de familias han sufrido y sufren la ausencia habitual de algunos de sus miembros, involucrados por el gobierno, en disímiles y muchas veces ilógicas misiones.

La familia, institución medular de la sociedad, está gravemente enferma en Cuba, pues los que gobiernan cuentan con la potestad absoluta de administrar caprichosamente los derechos de todos, sin importarles las vidas que destruyen.

Es cierto que en las diferentes latitudes del planeta, se violan diariamente los derechos de los más débiles y desvalidos. Pero esta realidad censurable e injusta, no se combate defendiendo y respaldando otras injusticias. La existencia de esta injusta realidad en el mundo, no justifica que personalidades y organizaciones responsabilizadas con la defensa de los derechos humanos, asuman actitudes de aceptación, apoyo o complicidad hacia un gobierno que ha cimentado su poder sobre el llanto de padres, hijos, nietos y abuelos inocentes; y sobre la violación sistemática y pública de los sagrados derechos de los cubanos y de sus familias.

Que Dios los bendiga.

Dra. Hilda Molina

Gracias, Pablo, por tu colaboración.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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2 comentarios

  1. Gracias a tí por darnos un espacio de discusión e intercambio de ideas y opiniones.

  2. ¿Por que ha de terminar?
    El Mundo necesita un fabrica inmunda donde no haya libertad de expresion y de asociacion y ahi esta China.Parece que tambien necesita un lugar donde se puedan follar niñas a cambio de unas gafas de sol y ahi esta Cuba.

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