Angela Merkel es la anfitriona de la próxima cumbre del G-8 que se celebrará en Heiligendam. Lo que parecía iba a convertirse en el acto definitivo de consagración de la canciller alemana como figura política referente, amenaza con devenir su mayor fracaso en la escena internacional. En Alemania, los esfuerzos absolutamente antidemocráticos de su Ministerio de Interior (Schäuble deja entrever la camiseta marrón cada vez que se mueve) para impedir de forma profiláctica los supuestos actos vandálicos de los antiglobalizadores – construcción de una valla, suspensión temporal del derecho de manifestación – el ambiente anda claramente dividido entre quienes la critican abiertamente y los que observan cautos esperando que la presa expire definitivamente. Los magníficos números económicos de la renovada «locomotora europea» no sirven de antídoto frente a las erráticas políticas en materia social, familiar, medioambiental y fiscal.
El cambio climático será uno de los temas centrales de esta reunión del G-8 que «sufriremos» el próximo fin de semana. Merkel acude con una agenda llena de propuestas y borrones. Del maniqueísmo verde-ecológico que plagaba su libro de notas tras la última cumbre de la Unión Europea no queda prácticamente nada. La postura decididamente enfrentada de China y la India ante lo que se dió en conocer como «europeización de la política medioabiental mundial» arrancó de cuajo dos o tres hojas de la libreta de Merkel. Lo que quedaba ha ido siendo matizado en las últimas semanas por los gobiernos de Canadá y Japón (que ya han señalizado claramente no estar disuestos a asumir propuestas tipo «café para todos»)
Y ahora?
The question is whether the US can force a split between the Kyoto countries, encouraging some to abandon the UN process in favour of separate US talks.
José Manuel Barroso, president of the European Commission, made clear yesterday that the EU sees the UN process as final: “I believe this has to remain the basis for setting – and achieving – binding, measurable and enforceable targets.”
Mr Bush’s detractors must also ponder whether a Democratic president would have attempted to forge a process that could be differentiated from the Kyoto protocol. Nancy Pelosi, Speaker of the House, told the Financial Times that even a Democratic president would have difficulty persuading the US Congress and public to agree to Kyoto, which has become a dirty word. She said the process would have to be called something else.
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Conseguirá el Presidente Bush dividir las huestes de Kyoto? La respuesta ya la adelantaron precisamente Japón y Canadá.
Pero la estrategia de Bush para la cumbre del G-8 generará previsiblemente no pocos cambios severos también en el mismo corazón de europa. Su plan climático ya ha puesto al descubierto profundas grietas en el seno de la UE, permitiéndonos atisbar un grupo de naciones (con Alemania al frente) «verdes» y otro grupo emergente (con Francia de abanderada) mucho más pragmático.
No creo que vayamos a asistir a un consenso climático de marcado carácter europeísta. El fortalecimiento de las potencias asiáticas no permite a los cada vez menos influyentes europeos la construcción de castillos verdes en el aire que no son viables ni política- ni económicamente.
A quien crea que esto que escribo no tiene ni pies ni cabeza, le recomiendo la lectura de las declaraciones de Nancy Pelosi (por quien no profeso una especial admiración pero que esta vez da en el clavo) hoy en el Financial Times (el enlace superior). Europa, amonesta Pelosi, debería aparcar cuanto antes cualquier fantasía sobre la asunción de un plan climático adoptado unilateralmente. El presidente USA jamás lo aceptará.
Y los ingleses? con un simple cambio de nombre del -entretanto – sospechoso proceso de Kyoto no basta. Tony Blair ha diagnosticado la situación a la perfección: no es posible un acuerdo global sobre clima sin tener en cuenta la posición y los intereses de China:
Mr Blair believes that China’s position is central to changing America’s stance on climate change. Speaking at the University of South Africa outside Johannesburg, the Prime Minister said: “Whoever [US President] is in office they will not agree to a climate change deal which doesn’t have China part of it.”
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Olvídense de Kyoto. El próximo fin de semana empieza algo nuevo.
Chesco, la cosa se está comlicando por momentos. Ando lejos del PC, así que os pido paciencia. Os informaré de lo ocurrido en Rostock, pero también en Schwerin.
Lo de León… anecdótico 🙂
Luis,
un día después, la camiseta marrón de Schäuble parece más hábito con babero y toquilla.
Las hordas de indeseables apalean a los policías, y estos otros se dejan. La policía como ejecutor del monopolio de la violencia ha dimitido de sus funciones en Alemania durante estos días por lo que parece.
Un saludo
PD. Esperamos comentario tuyo sobre el desfile de las FFAA en la muy noble ciudad de León.
Luis,
concluyo que estos del G8 son tontos. Con lo bien que se hace un encuentro de estos en Febrero en mi Laponia amada sin que la chusma constituida en hordas moleste tanto.
Además la clausura obligada y las sesiones de sauna ayudan a cerrar los negocios como bien se sabe por aquí.
Con respecto a Kioto…joer ya huele mal y hace calor. Toca que lo manden a criar malvas.
Un saludo