No entiendo la euforia tras la sentencia del Tribunal Constitucional alemán. A estas horas nadie puede saber si el camino emprendido para salvar el Euro o para rescatar a los estados hiperendeudados nos llevará a la meta que nos prometemos. La mayoría parlamentaria alemana se enfrenta, por primera vez de forma contundente, a la mayoría en la calle. Y el Constitucional no puede –lo dicen en su sentencia- decidir sobre el MEDE, el pacto fiscal o la política Europea.
Lo que sí puede, y debe, es controlar –y en su caso limitar- si las bases por las que el patrimonio social alemán (no otra cosa son también los impuestos) se imbrica en el entramado financiero europeo se ajustan a los intereses y la ley de los que los alemanes tan celosos se muestran: alemania es el único país que aún no ha ratificado el contrato MEDE. Son unos picapleitos? No, simplemente están preocupados por SU dinero.
Los demás no tienen alternativa: deben aceptar que Alemania sólo puede participar en el MEDE bajo las reglas del Constitucional. Un MEDE sin Alemania es, simplemente, irrealizable. Quién iba a apoyar economías como la italiana o la española? Una estructura financiera paneuropea es inimaginable sin el concurso de Alemania. Lo saben sus socios en la Unión… y los jueces de Karlsruhe.
Lo que hoy todo el mundo se pregunta pero no se atreve a formular es qué va a pasar si la aportación germana de 190 mil millones no es suficiente. Es posible, no es decabellado pensar que el Parlamento germano aprobase aumentar esa cifra: la sentencia lo permite. Ocurre que los alemanes, los que votan, pondrían el grito en el cielo de llegar el caso. No se ha salvado la “democracia”, ni Europa, ni el Euro. Tampoco se asegura con la sentencia que avancemos en la austeridad presupuestaria. El Parlamento alemán, contrariando la voluntad de la mayoría de los alemanes, puede decidir aumentar su participación en el MEDE muy por encima de los ya famosos 190 mil millones de euros. Y, si miramos bien el contrato MEDE, deberá hacerlo si alguno de los países no pudiese realizar su aportación. La próxima denuncia ciudadana ya está en marcha.
Pero el Constitucional Alemán también ha preparado un mensaje para el BCE, y por ende, para Rajoy y otros manirrotos pedigüeños impertérritos. La sentencia deja claro qué no debe hacer el BCE y anuncian un documento al respecto para el próximo mes de Octubre. Parafraseo:
El MEDE no podrá usar bonos estatales como garantía en el BCE para nuevos créditos. La compra de bonos estatales por parte del BCE en el mercado secundario también es ilegal. En paladín: el BCE es independiente pero no está por encima de la ley. La ley europea deja claro que el BCE no puede inmiscuirse en la política presupuestaria de ningún pais, ni activa ni pasivamente. La fanfarronada de Draghi la pasada semana anunciando su intención de adquirir bonos por su cuenta recibe así contundente respuesta del Constitucional germano: así no.
Se presenta un otoño caliente. O frío, depende.