Está muy feo autocitarse, pero esta vez no me queda más remedio. Escribía en este blog hace unas semanas:
La relación entre consumo de energía y bienestar es más que evidente. Reducir el bienestar a la salud es pura demagogia (justamente la demagogia que podemos leer aquí). Una reducción significante de las emisiones de CO2 es sólamente posible, en el mejor de los casos, en las sociedades postindustriales. En las demás, la pérdida masiva de calidad de vida (díganle a un argentino medio que sólo puede calefactar con un sistema de energía solar, o a un hindú que no puede comprar un coche) supondría incluso rupturas y enfrentamientos sociales de difícil pronóstico. Y no olviden: el mercado sostenible es un mercado dirigido, jamás un mercado libre!
Sociedades postindustriales, en los umbrales del siglo XXI, son Europa, USA, Canada y Japón. Los dos gigantes India y China, están a la cabeza de una larga lista de países en plena expansión industrial. Lo lógico sería pensar que en esos países las emisiones totales aumentarán de forma expectacular en los próximos años. Sólo para compensar el aumento de emisiones en el sureste asiático, Europa debería reducir las suyas a niveles medievales. Algo que se me antoja absolutamente imposible!
La conferencia sobre Protección del Clima, que lleva trabajando dos semanas bajo la amenaza apocalíptica de los informes del IPCC (recuerden: «no nos queda tiempo apenas, hempos de reaccionar ya para evitar la CATASTROFE») ha terminado como el rosario de la aurora. Reventada y con los participantes discutiendo a voz en grito. Los motivos? Los que yo ya había previsto:
Die Europäer waren unter anderem mit der Initiative gescheitert, alle Länder zur Abgabe eines langfristigen Energieplanes bis 2010 zu verpflichten. Die gut 130 Entwicklungs- und Schwellenländer in der Gruppe der 77 (G77) und China lehnten den Vorschlag ab, weil er ihre Energiepolitik der Kontrolle durch Industriestaaten unterstellt hätte.
Traduzco: Los europeos fracasaron, entre otras cosas, con la iniciativa por la cual TODOS los países debían comprometerse a realizar un Plan energético hasta el 2010. Los 130 países en vías de desarrollo, los pertenecientes al llamado G77 y China rechazaron el proyecto, pues éste hubiese supuesto poner en manos de los pises industrializados sus propias políticas energéticas.
Fuente.
Pues eso, la lógica se impone. El consenso igualitarista, pseudoneocolonialista muere. Hay que buscar nuevas soluciones. En el artículo del que me autocito (perdón de nuevo) propongo algunas alternativas.
Prepárense: la demagogia del miedo, lejos de desaparecer, se tornará aún más virulenta.
creo que el camvio climatico hay que pararlo por que no vamos a morirtodos
Creo sinceramente que esto del cambio climático es un camelo de primera.
Pero si son incapaces de predecir con seguridad el tiempo que va a hacer dentro de tres días, ¿cómo van a acertar lo que va a hacer dentro de treinta años? ¡Por favor!
La espectacularidad… Sí, es aquello de ¡sexo! y «ahora que he llamado tu atención» que siempre se cuenta en las escuelas de negocio.
Yo he llegado a la conclusión de que hay que escribir lo que te dé la gana y que te lea el que quiera. Pretender que lo que a ti te place más o te gusta atrae a más es ingenuo y sólo te hace infeliz.
Si se escribe para generar atención y subir tráfico, requiere una forma. Si se quiere uno centrar en su tema, su pasión o lo que sea, entonces todo se vuelve selectivo. La gente que te visita se vuelve más interesante y más regular. Pero son menos.
Llevo dos días un tanto inmovilizado, así que estoy lanzando posts de todo lo que se me ocurre. Y bueno, me entretengo.
Luis,
yo parafraseando al clásico, » cuando oigo la palabra consenso, me echo la mano a la cartera».
¿Que narices es el consenso en ciencia?.Es o no es. Puede haber indicios de que posiblemente….. Pero joer, consenso.
Estas gentes van a por la pasta.
La próxima vez que envíe un artículo en la carta al editor diré que hay consenso sobre mis resultados, a ver si traga 😛
Un saludo
Exacto, Berlín. No hay evidencias, sólo una voluntad obediente a la «conciencia» de moda.
No me cansaré de denunciarlo. A veces con titulares y post provocativos (que parece ser son los más leídos, curiosamente). Me encoleriza el hecho de que, cada vez que escribo algo «seriamente», no parece interesarle a nadie. Pones un título «espectacular» y haces un post provocativo, y todo el mundo lee.
Curioso.
«mentalizar» y «concienciar» son los dos verbos que se utilizan cuando no consigo «convencer». O sea, cuando no tengo evidencia ni argumento para decir «esto es bueno, esto es malo», «esto es rentable, esto no lo es». Concienciar y mentalizar es apelar al corazón y no a la razón.
Se ha perdido «el centro». Anoche, charlando con una persona, me di cuenta de que, para muchos los propios argumentos no existen, sólo queda la demagogia. Cito a mi interlocutor:
«sólo gracias al catastrofismo es posible mentalizar al individuo medio»
Lo malo es que tiene razón. Yo seguiré, sin embargo, denunciando la ilógica del miedo, el vacío de valores y la decadencia a que nos ha llevado esta impostura igualitarista a la que estamos sometidos.
Desgraciadamente, se ha venido dando una coincidencia asombrosa de estilos de actitud y de modos de proceder, que delata una incapacidad generalizada en los apasionados grupos ideológicos y de comunicación para apreciar con serenidad las necesidades de las gentes, establecer las prioridades adecuadas, expresarse sensatamente, sin alarmismos ni satanización, y dirigir el quehacer común con moderación y objetividad…
…pero no; en pleno siglo XXI se ve explotar el ciego apasionamiento romántico – en ambos campos – como si la razón hubiese abdicado de su poder rector y del puesto dominante que se le había atribuido en el siglo XVIII…
¿Regresión, o imposibilidad endémica a las masas, que viven de televisores, suplementos dominicales, «plagas» emocionales, modas y vigencias sociales, para ser ilustradas por la razón…?
Es desconcertante que el siglo de las ciencias y de la tecnología – posibilitado por unos dispendios de energía fósil sin precedentes, ojo… – haya sido el más intencionadamente mortífero y masivamente cruel de la edad “modelna” y termine en la pérdida de identidad occidental, en el desencanto, la flaccidez mental, la incapacidad para aprender por desinterés en muchos jóvenes y el vaciamiento generalizado de valores, para quedar todo su secreto ideal existencial en lucro, sexo y hasta violencia…
Unos años que tendrían que haber sido los mejores, además.