Huerta de Soto sobre Friedman

Los neófitos en economía suelen identificar a la Escuela de Chicago de Economía con la Escuela Austríaca de Economía; sin embargo, tal identificación es bastante perniciosa.

En la obra «Socialismo, cálculo económico y función empresarial» el economista Huerta de Soto se refiere, en una extensa nota a pie de página, al economista Milton Friedman.

En ella se refiere, entre otras cosas. al acercamiento ideológico entre Friedman y los teóricos del «socialismo de mercado», que pretendían unificar el socialismo y el mercado, como Lange y otros

Como no es muy conocida tal crítica, considero oportuno publicarla hoy aquí, para todos vosotros. Ahí va.

Un caso curioso, por tratarse de un autor cuyo instrumental analítico es el típico de un economista del equilibrio perteneciente al moderno paradigma neoclásico y que, sin embargo, es un ardiente defensor de la economía capitalista frente a los sistemas socialistas, es el de Milton Friedman. Este hecho motiva que los estudios teóricos críticos del socialismo de Milton Friedman sean incapaces tanto de apreciar el corazón del desafío teórico planteado por Mises (al que prácticamente nunca cita y a menudo desdeña) como de explicar la esencia teórica de la imposibilidad del cálculo económico socialista.

En efecto, Friedman carece de una elaborada teoría de la función empresarial y, por tanto, del funcionamiento de los procesos dinámicos que se dan en el mercado y que siempre son movidos por ésta. Por ello, sus “análisis críticos” del socialismo no son sino una amalgama de anécdotas de tipo empírico, relativas a interpretaciones de lo que sucede en el mundo socialista real, o a vagas observaciones sobre el problema que plantea la ausencia de “incentivos” (entendidos en el sentido “estricto” que tanto criticamos al hablar de Dickinson) en las economías socialistas.

Prueba palpable de las carencias analíticas de Milton Friedman en este capo es su obra Market or Plan? , publicada por el Center for Research into Communist Economies, Londres 1984. En este breve panfleto, Friedman llega incluso a afirmar que los escritos de Lange, en general, y en particular, el libro de Lerner The Economics of Control es “an admirable book that has much to teach about the operation of a free market; indeed, much more, I believe, than about their actual objective, how to run a socialist state”.

Friedman no se da cuenta de que si los trabajos de Lerner y Lange son irrelevantes cara a fundamentar teóricamente un sistema socialista, ello es precisamente debido a su profunda incomprensión sobre cómo funciona realmente el sistema capitalista. O, dicho al revés, si Mises y Hayek fueron capaces de construir toda una teoría en torno a la imposibilidad de socialismo, ello se debió, precisamente, a su profundo conocimiento teórico sobre cómo en realidad funciona el sistema capitalista.

Mucho nos tememos, por tanto, que la alabanza que Friedman hace del libro de Lerner pone en evidencia la pobreza teórica del propio Friedman en cuanto a su concepción de los procesos dinámicos del mercado movidos por la función empresarial.

Friedman, además, innecesariamente objetiviza el sistema de precios, considerándolo como un maravilloso “transmisor” de información, aparentemente objetiva, junto con el “incentivo” necesario para utilizarla adecuadamente. No ha entendido que el problema no es ése. Que los precios ni “crean” ni “transmiten” información, sino que estas funciones sólo puede llevarlas a cabo la mente humana dentro del contexto de una acción empresarial.

Y que la maravilla del mercado no es que el sistema de precios actúe de manera “eficiente” transmitiendo información. La maravilla del mercado es que es un proceso que, movido por la fuerza innata en cada ser humano, constantemente crea nueva información, a la luz de los nuevos fines que cada uno se plantea y que, en interacción con otros seres humanos, da lugar a un proceso coordinador por el que todos aprendemos inconscientemente a ajustar nuestro comportamiento en función de los fines, deseos y circunstancias de los demás. Es decir, los precios, más que transmitir información, crean oportunidades de ganancia que son aprovechadas por la función empresarial, que es la que crea y transmite nueva información coordinando todo el proceso social.

Finalmente, Friedman considera que el problema fundamental de un sistema socialista es el de controlar si los agentes económicos cumplen las “reglas” prestablecidas. Éste no es el problema; el problema básico, como sabemos, es que en un sistema en el que no exista libertad de ejercicio de la función empresarial, no es posible que se genere la información necesaria para permitir, a la hora de tomar decisiones, el cálculo económico racional y el proceso coordinador que acabamos de mencionar.

Sólo en dos lugares, y muy de pasada, Friedman hace referencia al problema económico fundamental que aquí explicamos, pero dándole una importancia secundaria y sin analizarlo con detalle ni estudiar todas sus implicaciones.

En un lugar, se refiere a la dificultad de que el órgano central de planificación se haga con la información necesaria para controlar a los gerentes, aunque no se da cuenta de que, ni siquiera a nivel de los gerentes, se crearía tal tipo de información.

Y, en la reseña que Milton Friedman publicó sobre el libro de Lerner , al estudiar los “mecanismos institucionales para conseguir un óptimo” Friedman vagamente critica a Lerner por no haber tenido en cuenta que los beneficios suponen “un criterio de actuación, y sirven para determinar la capacidad del empresario en el dominio de los recursos”; pero sin que Friedman, en estas ocasiones, ni en ninguna otra, haya sido capaz de explicar el porqué de la imposibilidad teórica de que el sistema propuesto por Lange y Lerner pudiera funcionar.

Ello explica que, a menudo, Friedman pretenda refugiarse en las implicaciones no económicas (sobre la libertad personal y de tipo político y ético) de las reformas institucionales propuestas por los sistemas socialistas, y que su crítica teórica al socialismo sea muy débil. Este largo comentario era preciso, puesto que, en muchas ocasiones, se identifica a Friedman con Hayek y Mises, como formando parte de la misma escuela, y ello precisamente ha dado lugar a una profunda confusión entre los economistas occidentales y de los países del Este que, no habiendo estudiado a fondo el problema, aún no se han dado cuenta de las profundas y radicales diferencias de paradigma teórico existentes entre uno y otros.

La crítica a Friedman es extensible, de forma general, al resto de los teóricos de la Escuela de Chicago, que, obsesionados por el empirismo y centrados en un fantasmagórico equilibrio objetivista (de origen ricardiano y marshalliano), no conciben que en el mercado haya más problema de información que el constituido por los “costes de transacción” para hacerse con la misma. Esto es un error, pues supone, implícitamente, que el actor sea capaz de evaluar a priori cuáles serán los costes y beneficios esperados de su proceso de búsqueda de información, es decir, supone, la absurda contradicción de que el actor sepa a priori lo que va a valer la información que todavía no se sabe y, por tanto, hace radicalmente imposible entender en qué consiste la función empresarial y cuáles son sus implicaciones teóricas para la economía.

Los errores de la Escuela de Chicago se remontan a Knight, para el cual “socialism is a political problem, to be discussed in terms of social and political psychology, and economic theory has relatively little to say about it”. Rothbard ha explicado cómo en la raíz de este error de concepción se encuentra no sólo la obsesión ya comentada por el equilibrio, sino también la ausencia de una verdadera teoría del capital, pues, siguiendo a Clark, la Escuela de Chicago siempre lo ha considerado como un mítico fondo carente de estructura temporal, y que se autorreproduce automáticamente al margen de cualquier tipo de decisiones humanas de tipo empresarial.

 

Antonio Vegas
Antonio Vegas

Economista, especializado en finanzas. Apasionado de la libertad.

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21 comentarios

  1. No creo que nadie niegue que los precios y el sistema al que pertenecen transmitan información.  El problema es que Friedman y los suyos consideran que es LA función que tienen los precios y que la información transmitida es objetiva y universal.  De ahí que luego tire de cabeza hacia el monetarismo como herramienta de ingeniería socio-económica.

    Sin embargo, el sistema de precios transmite una información enormemente subjetiva pero, es que además la función del sistema de precios es GENERAR información además de transmitirla.  Aceptar la subjetividad y la capacidad de generar nuevos datos es lo que hace incompatible el enfoque liberal con la línea de Chicago.  De hecho es uno de los motivos principales que hace que las soluciones propuestas por Friedman sean de corte socialista y acaben fracasando. 

  2. Otra visión sobre Friedman en un artículo publicado hoy. La ‘deuda’ monetaria de Milton Friedman, de José Luis Malo de Molina en El Mundo .http://tinyurl.com/d34xpdf Malo de Molina es director general del Banco de España. Uno de los pocos profesores de los que aprendí cosas en la universidad, y digno del mayor de mis respetos. Alguien que pensaba estaba ya jubilado (por lo visto no lo está) y que habría sido un magnífico gobernador no político del B de E.

  3. Soy Angel Fernandez del IJM. Mi mas sincera felicitación por los POST que estas escribiendo este verano. Me parecen muy interesantes. Un saludo, 

  4. Sefuela:
    Ese señor,el profesor Huerta de Soto sabe mucho y cuando habla yo escucho………cuando grita lo escucho más atentamente.

    Y si es un apasionado (parece)….pero no veo donde esta el problema.

    Gracias. 

    • Hombre, yo procuro escuchar a cualquiera que me hable. Si considero que sabe de lo que habla, le procuro escuchar con mas atención.

      Eso sí, cuando alguien grita, automáticamente dejo de escuchar. Considero que tiene un mal día.

      Claro, que eso puede que sea mi problema, o de mi educación.
      Gracias a tí y saludos.     

  5. Disculpas por el off-topic, pero es donde más pega.
    ¿Sabe alguien por qué este señor (H de S) grita en twitter?

    Ayer intenté mantener una conversación con él sobre un supuesto banco respaldado por oro y contestó gritando varias veces.

    ¿Alguien le puede decir que escribir en mayúsculas una frase completa equivale a gritar?
    Gracias
         

    • Me acaba de avisar Esopra de que quien yo creía que era Huerta de Soto era un suplantador. Así que mis disculpas. Todo sigue siendo aplicable a su suplantador.

      Problemas de mi novatez en twitter.   🙁

  6. Huerta DE  Soto puede decir lo que quiera de Friedman.Pero no olvidemos que este señor fué el inventor de las retenciones a cuenta.Osea legitimó el robo preventivo a los trabajadores para que los políticos los tengan cogidos por los h…….
    Si el caudillo hubiera dispuesto de esas armas de destrucción masiva como la retención a cuenta,el IVA,el IRPF……….España sería hoy una potencia mundial con superavit y sin necesidad de los casi medio millon de políticos chupando del bote…..je,je. 

  7. De Gabriela Calderón.

    Pues yo estoy de acuerdo con HdS y con Sef, qué dilema. 

  8. ¿Cómo que los precios no transmiten información?

    ¿Acaso al gente cuando compra algo, sea lo que sea, no pregunta el precio?

    Todo el mundo pregunta el precio de lo que compra ¿Por qué lo hacen si no transmite información?

    ¡¡Pues claro que cada persona interpreta el precio de una manera diferente, toda información es susceptible de ser interpretada de diversas maneras!!

    Imaginemos un mundo en el que no hubiera precios ¿Cómo se tomarían las decisiones? 
    El socialismo fracasa porque los precios no son fijados por el mercado sino por burócratas. Al final como los integrantes del sistema socialista  no tienen un sistema de precios correcto, un sistema de transmisión de información correcto,  el sistema se vuelve ineficiente, caótico, absurdo y al final colapsa.

    A mi este tipo de análisis tan puntillosos  me parecen contraproducentes. La economía es muy sencilla como para complicarla así.

    Saludos.
     

    • Tienes razón, son análisis puntillosos que no llevan a nada. Son problemas de definición de conceptos, de palabras, pero básicamente JHS y Friedman, en ese caso, están diciendo lo mismo.

  9. Pues esta vez voy a discrepar, Antonio, de lo que decís. Yo he aprendido mucho más de economía con la práctica que con la teoría. Quizás por eso respeto mucho mas a Friedman y Chicago que a cualquier otra teoría económica, austriacos incluídos.

    Antonio, no me parecen sólidos esta vez los argumentos contra Friedman. Su empirismo aporta un punto de vista importantísimo, complementario con la pura teoría, que se suele perder en sí misma, dejando de lado la realidad.

    No veo que suponga un problema que sus críticas al socialismo no sean muyu fundamentadas teóricamente, sino más mostradas que demostradas.

    En cuanto a la discusión sobre si los precios transmiten informacíón, si que la transmiten. Como todo indicador ecléctico, la informaci`´on transmitida no es perfecta, puesto que agrupa numerosas informaciones diferentes e incluso contradictorias, pero sí que aportan.  Si al precio le añades la evolución histórica del mismo, obtienes muchísima información de como funciona cada mercado.

    Saludos      

    • Cómo puedes observar, el artículo no está escrito por mí es por Huerta de Soto; y por lo tanto, discreparás con él, y no conmigo. Yo aquí no defiendo nada, ni argumento nada, sólo quiero reflejar el comentario de JHS, dejando en evidencia que la Escuela de Chicago no es la Austríaca. 

      Por otra parte, todo lo que dice JHS lo tienes argumentado y demostrado en el libro «Socialismo, cálculo económico y función empresarial».

      Los precios no transmiten información; no son como las señales de tráfico. Intentaré explicártelo. Una señal de prohibido el paso trasmite la información (es objetiva, o, mejor dicho, intersubjetiva) de que no podemos entrar por esa calle, pero que una entrada a tal concierto valga 2o€ está indicado a «X» persona «a», por ejemplo, que le interesa y le sale muy bien ir al concierto a ese precio; a «Y» persona «b», por ejemplo, que no le interesa y es muy caso así; a «Z» persona «c», por ejemplo, que se lo pensará; etc. Y lo mismo vale para los oferentes. En resumen, no transmiten una información unívoca y objetiva, sino que generan incentivos subjetivos a los integrantes de una economía.

      Vale que la opinión de Friedman valga para entender el sistema de precios, pero no es perfectamente correcta.

      Y con respecto a lo de la teoría versus práctica, te diré que la teoría es necesaria para poder observar la realidad: sin la mente, los ojos son ciegos. Además, la economía no es una ciencia empírica, sino «apriorístico-deductiva». Aquí tienes la explicación:

      http://www.youtube.com/watch?v=7nQ0gkefkBs&feature=plcp 

       

      Saludos Sefuela!! Tus discrepancias siempre son bienvenidas!

      • Hola otra vez, Antonio.

        Ahora sí me toca discrepar de lo que dices. Antes de nada confieso que hace mucho que no leo libros de teoría económica, que me aburren profundamente. Uno de los mejores manuales sobre economía y mercados que conozco es, en mi opinión, el capítulo que Groucho Marx dedica a la crisis del 29 en su libro Groucho y yo.  Añadiría El día en que se hundió la bolsa de Thomas y Morgan Watts.

        Cierto que tengo debilidad por los mercados, y mientras siguen en el estante libros de Hicks, Samuelson, Hayek, Marx, etc, desde que terminé la  carrera, los dos que he mencionado, y algunos otros, tiene bastante gastadas las páginas. 

        Confieso mi escaso bagaje teórico en cuanto a modelización de la economía, que compenso con una abundante práctica en la interpretación de datos macro y de entorno, aplicados o no a situaciones particulares.  

        Una vez que te he contado mi vida 😉 bajo al ring de la discrepancia.   No discuto que una señal de tráfico transmite información, sobre determinadas normas vigentes. Diría que esa información es escasa, ya que dice (por ejemplo) si está prohibído circular, pero casi nunca por qué. En miuchas ocasiones, hemos pensado todos en lo absurda que es determinada señal, tras verla de forma repetida sin encontrar ninguna razón para su existencia.

        Vamos a los precios. Defiendes que no transmiten información,. y creo que te equivocas. Supones que un precio es algo estático, pero normalmente esa asunción es incorrecta. Normalmente no existe un precio aislado, sino un sistema de precios, en el que interactúan unos con otros, y además lo hacen de forma dinámica a lo largo del tiempo.

        Voy a tu ejemplo. un concierto vale 20€. si es un fracaso, el siguiente se pondrá a un precio de 15, el siguiente a 10, y para empezar ya tenemos la información de que :
        a) es un cantante en declive o
        b) hay un cantante mejor en un concierto cercano en el espacio o el tiempo

        Si descartamos b, buscando información al respecto, ya podemos concluir a.

        Vuelvo a mi experiencia.  Hace algunos años, vino a España el presidente de la asociación mundial de analistas técnicos. Un famoso gurú llamado Ralph Acampora, a cuya conferencia asistieron todos los presidentes y altos ejecutivos del sistema financiero español. Tuve el privilegio de mantener una larga conversación privada con él, en la que le cuestioné cuál, de los muchos indicadores sintéticos desarrollados para explicar (e intentar predecir) el comportamiento de los mercados, era su favorito. Su respuesta coincidía con mi propia opinión: el precio. 

        Termino de nuevo con tu argumento: dices que los precios generan estímulos e incentivos a los integrantes de una economía, y estoy de acuerdo. Pero si vas un paso mas allá, te darás cuenta de que la reacción de dichos integrantes genera a su vez estímulos sobre el propio sistema de precios, que cambian, en un eternamente fracasado intento por llegar  a un equilibrio que nunca se alcanza.
        Saludos          

      • Yo no veo muy claro lo de la inter-subjetividad del semáforo, y no de los precios. Por ejemplo, el semáforo le dice a una persona de carácter muy cumplidor de las normas, y temeroso de Dios: no pases. Pero a uno más acratoide y arriesgado le puede decir: pasa, pero mirando bien. Finalmente, a un tercero, etc.

        La información real es: pueden pasar coches, y hay riesgo de multa. En el precio, que hay que aflojar 20 pavos (más la evolución de Sefuela). Pero cada subjetividad se lo toma de forma diferente en ambos casos. 

  10. La verdad es que Friedman, a pesar de tener un libro que es un lujo, Libertad de elegir. Ni siquiera ese libro se salva, porque el capítulo que habla del dinero vaya, pura basura monetarista.

    Hay que quedarse con lo bueno de Milton que es como dice Esopra Montaraz, su capacidad divulgadora. Aunque es cierto que en la Escuela Austriaca también hay buenos ejemplos, como Hayek o el propio Huerta de Soto.

    Pero éste último, es buen divulgador en sus clases, sus libros que son más académicos sabes lo que hay, no hay que perder el rigor si no caeríamos en pura palabrería.

    Un saludo. 

  11. Más Razón que un santo Huerta de Soto sobre Friedman.

    Aún así, Friedman ha hecho más bien que mal con sus aportaciones y con su labor divulgadora. Pese a los errores, su Free to choose y sus documentales están muy por encima de la basura económica promedio. 

    Y ahora, al capón a Huerta de Soto. Hay que hacerse más inteligibles, hamijos. Escuela Austriaca para torpes, Mises para dummies, y así. No digo que la tarea no sea enorme ni que haya que copiar la demagogia de los hotros, pero un material con algo menos de espesura…

    • De acuerdo con la segunda parte de Montaraz. Y el asunto es interesante. Uno intuye que es falso el saco común que hace la gente de izquierdas al meter todo bajo el epíteto de «neoliberalismo». E intuye que en realidad se refieren a a ejemplos que más bien vienen de la escuela de Chicago, y que hay diferencias sustanciales con la de Austria. El problema es que se queda en intuición.

      Vale, pueden contestarte: estudia economía, estudia esas escuelas, y lo entenderás. Pero dado que es un problema que nos afecta a todos, no sería malo que se divulgue de modo que el común de los mortales pueda adquirir cierto barniz. 

      • Estoy de acuerdo con vosotros, pero intuyo que Huerta de Soto está cumpliendo su papel de académico y que él entiende que los divulgadores serán otros.

    • Estoy de acuerdo con lo de la necesidad de divulgación de la economía real (es decir la de Mises y Rothbard). En inglés creo que si que hay un par de libros que casi cumplen esta función, disponibles, como no, en el mises institute .
      Economics for Real People de Gene Callahan
      Lessons for the Young Economists de Robert Murphy 
      Yo al final compré copias en papel y se las regalé a varios amigos con lo que discuto sobre economía.  

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