Me imagino que no habrá sido necesario nada más: una firma, un golpe de pluma de Benedicto y ya está, el Limbo ya no existe.
Generaciones y generaciones de católicos han vivido en la desesperación y el miedo por sus hijos muertos antes de que fuese posible un bautismo. Los inquilinos del Limbo esperaban su «ascenso» al cielo por mediación de las oraciones y misas de sus creyentes familiares, supervivientes en este valle de lágrimas. Si leemos con atención «La Divina Comedia» de Dante, vemos como cientos de mentes preclaras , algunas de las más grandes que ha dado la humanidad, habrían recalado en el Limbo, pues si bien no creyentes, no había tampoco pruebas de que hubiesen sido pecadores.
Benedicto y sus funcionarios vaticanos han decidido cerrar el chiringuito. Demasiado altos los costes de mantenimiento. Bromas aparte. Espero que no deje la pluma de nuevo en el tintero. Habría tantas necedades que eliminar!
Yo empezaría por negar de forma oficial (y pedir perdón por los siglos que hemos vivido bajo semejante yugo) que la doctrina de la Iglesia sea doctrina «divina». La Iglesia es humana pues de hombres se nutre. Y lo que ayer era indiscutible (el Limbo, por ejemplo) mañana ya no lo es. El segundo tachón, mejor un goterón enorme de tinta, lo dejaría caer sobre la cosa esa por la cual el Papa es «infalible». Lo único infalible en esta tierra es que el sol sale por las mañanas y se pone por las tardes. De momento.
El Sargento Hartman, en la «Chaqueta Metalica»,ya sabia eso sin que lo dijera el Papa:
«A Dios se le pone dura con los marines, porque matamos a todo bicho vivente. Él juega a lo suyo, nosotros a lo nuestro. Y para mostrarle nuestra gratitud por su inmenso Poder, le llenamos el cielo de almas hasta los topes. Dios ya existía antes que el Cuerpo de Marines, así que el corazón se lo podeis dar a Cristo, ¡pero el culo pertenece al Cuerpo! ¿Habéis entendido, nenas?»
¿A que no hay ninguna referencia al Limbo en este bello pasaje teologico?
Pues eso…
Me lo quedo, gracias H.:
«Los inconvenientes que hoy existen para que haya fe no están en los contenidos auténticos y esenciales de la fe, ni en la figura de Cristo, sino en los lenguajes y aspectos externos que se frecuentan y en las ideologías, discutibles mas puramente humanas, que colateralmente y con un cierto “olor a tigre” clasista y sectorial presionan y se hacen sentir en las palabras y actitudes de ciertos representantes de la Iglesia: sean estos del nivel que sean, ojo, en la medida en que no vivan el espíritu genuino del Evangelio, sino que sientan y piensen como el más mundano, sensual y comodón de los bichos humanos.»
La verdad es inabarcable desde un tiempo y una situación histórica determinada. Por eso exige reformulaciones en lenguajes y categorías diferentes conforme éstos cambian (o sea).
En cambio, se consideran como absolutamente irreformables fórmulas oficiales redactadas en épocas diferentes, en lenguajes diferentes y en función de cuestiones dogmáticas o morales que ya no nos llegan tan de cerca, o que ya hemos olvidado, mientras que otras cuestiones candentes y actualísimas no reciben respuesta ni son urgidas, o se insiste más en la no naturalidad de una concepción de laboratorio que en la total inadmisibilidad del terrorismo y de la pena de muerte, entre cristianos…
Esas fórmulas en la medida en que son tenidas por irreformables parecen superar las limitaciones de los enfoques de época y de etnia (también los occidentales europeos y americanos somos una serie de grupos étnicos con sus grandes virtudes y sus deformaciones idiosincrásicas y emocionales de la percepción y de la conceptuación…), sus oscilaciones (esenciales a la comprensión y planteamiento filosófico y teológico de las cuestiones) y los lenguajes históricamente condicionados en los que los contenidos de fe y de creencia van siendo formulados y reformulados en el transcurso de los siglos y de los variables ambientes culturales.
Eso no significa relativismo en cuanto a los contenidos y los mensajes, sino sólo mutabilidad sustancial del envoltorio instrumental en que los mensajes se transmiten y traducen. Sostener otra cosa sería como afirmar que el “tetrabrik” debe emplearse siempre para que la leche o el vino se conserven tales y no se desvirtúen…
No es verdad, últimamente, que el mensaje sea el medio, sino para quien, como Mac Luhan, la cultura y el pensamiento son sólo superficialidad icónica.
Los inconvenientes que hoy existen para que haya fe no están en los contenidos auténticos y esenciales de la fe, ni en la figura de Cristo, sino en los lenguajes y aspectos externos que se frecuentan y en las ideologías, discutibles mas puramente humanas, que colateralmente y con un cierto “olor a tigre” clasista y sectorial presionan y se hacen sentir en las palabras y actitudes de ciertos representantes de la Iglesia: sean estos del nivel que sean, ojo, en la medida en que no vivan el espíritu genuino del Evangelio, sino que sientan y piensen como el más mundano, sensual y comodón de los bichos humanos.
Si nos atenemos a la biblia (el libro sagrado de los cristianos), en ningún lado se menciona el Limbo y además se deja en claro que solo se accede al cielo creyendo que Jesucristo es Dios y que pagó el precio por los pecados de la humanidad muriendo en la cruz (y luego resucitando). No creo que sea necesario que el Papa diga que es lo que existe o no, si la biblia ya se encarga de eso. Pero en fin, nada es sencillo.
Precisamente por eso que dices creo que quedarse sólo en lo que dice o no dice la Iglesia es, de alguna manera, limitar el mensaje evangélico. La Iglesia es una institución humana de origen divino y como tal a ella pertenecemos todos, santos y no santos, gente buena y gente mala, ángeles y demonios. Comete errores y tropieza, pero gracias a que no es perfecta los que somos imperfectos podemos ser miembros de ella. Si fuera perfecta no nos admitiría en ella, y créeme, la Iglesia acepta a todos los que de corazón se acercan a ella. Cada vez tengo más claro que hay cuatro o cinco cosas importantes y que lo demás es perderse en discusiones con palabras para no entender lo importante: el mensaje evangélico que, curiosamente, se entiende con el corazón. Las discusiones teológicas, los dogmas, los preceptos, etc., no deben hacernos olvidar el mensaje evangélico. No pretendo dar lecciones, sólo me gustaría que todos nos acercáramos al mensaje evangélico sin pre-juicios, procurando entenderlo con el corazón.
(Pero tampoco es que yo sea misionero, no te creas). 😉
Un abrazo.
Querido Crispal: gracias por el enlace.
Y si mi problema radica en que me gustaría volver a ser católico practicante? en que mi agnosticismo es sólo una disculpa para no tener que enfrentarme dia si y dia no a una doctrina que, en su parte humana, no coincide para nada con los valores que yo creo debería representar? No soy de los que van por ahí ejerciendo de anticlerical, ni riéndose de quienes practicais vuestra fe. Al contrario. Pero gestos como este me dan pie para renovar el debate de dónde empieza lo humano y donde acaba lo divino en esta Iglesia que nos ha tocado vivir.
Un ejemplo (ya sé que es una herejía lo que voy a escribir): para admirar la figura de María, la madre de Jesús, no necesito en absoluto que sea Virgen, ni inmaculada; al contrario: una mujer joven, probablemente casi una niña, embarazada fuera del matrimonio (pena de morir lapidada por aquella época entre los judíos), decide llevar adelante su embarazo (abortos en la época, por las mismas causas, miles) y su responsabilidad. No sé a ti. Pero a mi me basta. Lo demás: barroco.
Un abrazo, Crispal 🙂
Admirado Luis I.:
Quizás este enlace pueda aclarar las cosas: http://www.corazones.org/diccionario/limbo.htm
A veces hablamos de conceptos religiosos sin tener clara la doctrina oficial de la Iglesia, sólo repitiendo lo que dicen ciertos medios no eclesiásticos.
Por otra parte sería bueno que aceptáramos que la Iglesia y el Papa sólo hablan para los católicos. ¿Por qué le dan tanta importancia a sus palabras los no católicos? ¿Acaso criticamos lo que dice el Dalai Lama los que no le seguimos?
Un abrazo desde la más respetuosa discrepancia.
El limbo solamente existió como solución de compromiso ¿qué hacer con los niños que morían sin recibir el bautismo? Desde que Agustín de Hipona se sacó de la manga el pecado original, se convirtió en un tema muy importante que sustituyó por completo el sentido de conversión personal y unión a la comunidad cristiana que tenía originalmente el bautismo.
Respecto al tema de la infabilidad papal, está claro que es un dogma que requiere un ejercicio de bootstrapping. El Papa declara que el Papa no se equivoca. Pero pudo equivocarse al declarar el dogma dado que todavía no era infalible. Una comedura de tarro, vamos
# Estimado Rojobilbao, no he pretendido banalizar. Al contrario, creo que es un tema muy serio. Apuntas al valor del sacramento del bautismo… y yo insinúo que ningún dogma de fe, ningún sacramento salidos de un concilio de humanos, es intocable. O tus creencias y fe, tu forma de vida, se verían definitivamente alteradas por considerar (por ejemplo) al bautismo como un simple acto de entrada en una comunidad? Serías menos justo? Menos bueno? menos generoso? menos cristiano?
1º El Papa es infalible sólo en dogma de fé.
2º El Limbo, nunca ha sido un dogma, por loq ue su creencia no era obligatoria. Pese a ello, yo sigo creyendo en que realmente existe, porque si no no queda claro el valor del sacramento del bautismo.
El tema no es algo tan banal como se presenta.