Así es. Seguramente, si no hubiese estudiado muchas de las leyes que se dan en la interrelación entre individuos, si no supiera cómo funcionan muchos de los procesos de mercado más sencillos que se pueden dar, seguramente en este momento estaría manifestándome por las plazas españolas enfurecidamente contra los recortes presupuestarios, no sólo de gobierno de Zapatero y Rajoy, sino de prácticamente todos los gobiernos del mundo.
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¿Cómo podría en ese caso aceptar una bajada del 5% del salario de mi madre en el año 2011, otro 5% en este año 2012, una subida del IRPF, dos subidas del IVA (la de Zapatero y la que probablemente vendrá este verano)? ¿Cómo voy a estar a favor de que me suban las tasas universitarias y me aumenten los niveles académicos para que me den beca? ¿Cómo voy a aceptar, tan defensor de la ciencia como yo soy, un recorte en la inversión en I+D+i del 25% en plena recesión? ¿Estoy tonto o qué!
La respuesta es muy sencilla. Empecemos por los orígenes. El sector público español ha sido el principal beneficiario de la burbuja inmobiliaria, de la exuberancia irracional, que se produjo desde el año 2001 hacia el año 2008, donde la recaudación crecía anualmente por encima del 10%. Esta exuberancia irracional permitió que el sector público se expandiese de forma inusitada, incrementando y creando nuevos derechos sociales, aumentando las becas, reduciendo tasas, bajando impuestos, aumentando subvenciones, etc. Y todo ello no porque el político fuese un buenazo, sino porque con ello captaría votos y accedería al poder.
Actualmente, la economía esta recobrando la racionalidad y estamos volviendo a tener los pies en la tierra. ¿Qué era eso de poderse comprar varias casas sin tener trabajo, ni ingresos, ni avales? Incluso he conocido casos extremísimos en los que una familia, al no tener dinero para comprarse una vivienda, optó por comprarse dos a crédito, vender la segunda casa a un precio mayor en el futuro, y con ese beneficio pagar la primera casa. Eso se acabó: el precio de la vivienda está bajando poco a poco a su valor real. El millón de casas que hay ociosas refleja que no es posible crecer construyendo más casas, pues es algo que no está demandado, y, por tanto, sobran trabajadores y empresas de la construcción y aledaños.
Por este motivo, el sector público ha experimentado una caída en los ingresos de enormes proporciones (las mismas proporciones a los que crecían durante la burbuja). Por ello, de la misma manera que el sector público se hipertrofió en la época de la abundancia, ahora debe de ajustarse a la realidad y atrofiarse: reducir y eliminar derechos sociales, reducir subvenciones, recortar en las partidas que antes crecían, etc.
Si no supiera nada de la burbuja, de la crisis, de los ingresos y gastos, ahora, en lugar de escribir esto, estaría manifestándome, enfudado en una camiseta verde.
Pero, además, ¿qué ocurriría si el sector público decide mantener el nivel que tenía durante la burbuja y decide no recortar y no ajustarse a la realidad de la actividad económica? Pues que ese Estado tendrá déficit, es decir, gastará más de lo que ingresa. Y eso es lo que muestran muchos Estados: no se han ajustado todavía a la realidad económica, presentando abultados déficits.
“Bueno, ¿y qué?” –podría preguntarme, si no supiera el efecto que tiene esto sobre las propias cuentas públicas.
Lo que ocurre es que, como es lógico, nadie puede gastar algo que no tiene. Si quiere gastar más de lo que ingresa, tendrá que pedirlo prestado. En el momento que alguien se convierte en deudor, pasa a estar sometido a su acreedor. El acreedor puede, en cualquier momento, decidir no prestar más dinero, si no le interesa, pues el dinero es suyo. Además, nadie es tan tonto de dar mil euros a un desconocido para que se los devuelva dentro de diez años. Obviamente, dentro de diez años quiere que le de, unos 1.300€, es decir, con un interés al no disponer del dinero durante todo ese tiempo. Y si, además, existe el riesgo de que no se devuelva el dinero que prestó, el interés subirá.
Y, en este sentido, no es extraño encontrar en las leyes, artículos como el siguiente, para evitar que el ahorrador deje de prestarle dinero al Estado:
El pago de los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones Públicas gozará de prioridad absoluta frente a cualquier otro gasto.
Artículo 14 de la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.
¿Qué pretendo decir con esto? Pues que no ajustarse a la realidad, no reducir el tamaño del sector público, tiene un precio: dedicar en el futuro más fondos a pagar la deuda y sus intereses, quedando cada vez menos dinero para prestaciones sociales y otros conceptos. Es decir, no recortar es comprar tiempo presente, pagándolo con nuestro futuro. Dicho de otro modo: es mantener nuestro nivel de gasto actual, a costa de reducirlo mucho más en el futuro. En definitiva: no recortar es recortar mucho más en el futuro.
Pero, además, sabemos que los recursos que van al Estado, dejan de ir a otros lugares. Si el estado requiere más fondos para su funcionamiento, el resto de la sociedad los perderá en incremento del sector público. Por este motivo, recortar en el Estado, también equivale a canalizar más recursos hacia el sector privado.
Por ejemplo, el gasto en I+D+i estatal no presenta una clara correlación con los resultados en investigación. Por mucho que el Estado gaste, esto no va a asegurar que se obtengan mejores resultados. Además, ¿qué sabe un político en qué y en qué no debe de destinar el dinero en un país? Es imposible que su decisión sea acertada, pues no conoce las circunstancias particulares de cada necesidad de desarrollo tecnológico, ni de cada investigador, ni de cada laboratorio, etc.
Todos los estudios sobre el tema demuestran que la mejor innovación es la que se produce en el seno empresarial, en la parte privada de la economía, donde se inicia una investigación tras el descubrimiento de un problema o una necesidad latente y no al revés como ocurre en el Estado: buscar necesidades latentes para justificar una innovación previa.
Por tanto, que el Estado recorte en I+D+i supone abrir paso al sector privado, más eficiente en este capo, en el desarrollo.
¿Qué producto revolucionario conocen que se haya desarrollado en un Estado? A mí no me viene a la mente ninguno. ¿Y en el sector privado? Tengo la mente llena de ejemplos: el automóvil, el ordenador, el libro electrónico, etc.
En definitiva, estoy seguro que si no hubiese estudiado economía, si no viera todo lo que existe en el mercado más allá de la provisión pública, desearía justamente lo contrario de lo que deseo actualmente: aumentar el gasto en todas las partidas, las subvenciones, dar más becas, aumentar el número de funcionarios para absorber parados, incrementar el salario mínimo, etc.
Como sentenció Mario Vargas Llosa en su último artículo:
Intentar lo imposible sólo da excelentes resultados en el mundo del arte y de la literatura; en el de la economía y la política sólo trae desastres. Y la prueba es la crisis que ahora vive Europa, y, en ella, principalmente, los países que gastaron más de lo que tenían, que construyeron Estados benefactores ejemplarmente generosos pero incapaces de financiar, que se endeudaron más allá de sus posibilidades sin imaginar que también la prosperidad tiene límites, que inflaron sus burocracias a extremos delirantes y ocultaron la verdad de la deudas y la inminencia de la crisis hasta el borde mismo del abismo por temor a la impopularidad. Todo eso tarde o temprano se paga y no hay manera de evitarlo.
Mario Vargas Llosa
1.-Sobre la escasez: la economía nace de la gestión que hacemos de los bienes escasos, pues tenemos que decidir en qué invertir nuestro tiempo, esfuerzo y riqueza, amén de establecer un sistema para que los que más rendimiento puedan obtener de esos bienes escasos tengan acceso preferente. Así, mediante el sistema de precios pagará más por algo el que más rendimiento espere obtener. Negar la escasez es como negar la ley de la gravedad. Si la disponibilidad de todo fuera absoluta no habría necesidad ninguna de ningún tipo de economía, pues cada uno cogería lo que quisiera para lo que le diera la gana y nadie podría decir nada, pues en nada le perjudicaría. Negar que en una ciudad el territorio es limitado es absurdo, de lo contrario toda la población de Madrid viviría en palacios individuales con canchas deportivas, piscinas y pista de F1, y todos en La Moraleja. Eso sólo ocurre en sueños profundos y con ayuda de alguna pastillita…
2.-De la investigación: ¿Y si el estado después de gastar ochocientos mil millones en los años que quieras descubre el sexo de los neutrinos y no sirve para nada útil? ¿Y si gasta el doble en enfermedades raras y no llega a ninguna cura? Alguno será capaz de decir que el problema es que la inversión ha sido insuficiente…
El caso es que el estado no tiene ningún derecho a quitarnos dinero por la fuerza para gastarlo en algo cuyo resultado es absolutamente desconocido e imprevisible. Justificar tal acción dando por sentado el éxito es engañarse.
3.-De derecha e izquierda: En cuanto a la filosofía de estado no hay ninguna diferencia, ambas corrientes en la inmensa mayoría de los países son de corte socialista. Ambos hacen crecer el gasto público, la intervención de la economía, el recorte de libertades… Que ante la misma acción si es hecha por un partido de izquierda se califica de necesaria y si la hace uno de derechas es tachada de ultraliberal no quita que sea la misma acción, y nunca es -ojalá- ultraliberal, ni liberal, ni -por norma- correcta…
En las crisis al final el reajuste obliga a tomar decisiones a la fuerza. Por ahora el corsé del euro está obligando a los políticos a los recortes, pero eso no les hace ni de lejos liberales, ni de derechas, ni nada. Ahí están intentando aflojar la faja para seguir con sus chutes populistas.
Me gusta el artículo, es muy riguroso excepto en afinar más en el origen: la derecha fue la que tomó el camino de la expansión inmobiliaria y los socialistas la continuaron. La «racionalidad» que ahora vuelve es llevada a cabo nuevamente por la derecha que fue la que nos llevó al precipicio: éste es el bucle que hay que romper y por que la gente se manifiesta. Lo de la camiseta verde tiene ahora más sentido que nunca.
Perdón pero no se ha publicado el comentario al Sr. Edy. Aquí lo dejo:
La pregunta en negrito yo la cambiaría por la siguiente: ¿la gente, realmente demanda saber el sexo de los neutrinos, porque si no lo demanda para qué invertir millones de euros en un acelerador de partículas? ¿y cómo sabe se sabe si a la gente le interesa el sexo de los neutrinos para poner en marcha la inversión?
El tema de las enfermedades raras en medicina es un claro ejemplo de inversiones que realiza el Estado y que presumiblemente no realizaría la inversión privada. ¿Es eso justo?
Tras las lectura del artículo y sus comentarios me quedo con dos puntos:
1.- El Sr Kiko dice:
«Si hubieses estudiado antropología económica como hizo mi pareja, no sólo contemplarías mil opciones más para administrar la economía que sobrepasan el conocimiento de los estudiosos de economía política, sino que te darías cuenta de que la mera idea de que hay escasez de algo es una falacia sobre la que se sustenta este sistema.
Por favor alguien me puede explicar estas palabras.
2.- El Sr. Edy escribe:
[…]Estoy de acuerdo en que hay una parte importantísima de I+D+i que debe surgir de la iniciativa privada. Sin embargo hay otras actividades de investigación de base que me resulta difícil imaginar ninguna empresa privada que espere obtener algún beneficio de ella.
Por ejemplo, muchas investigaciones en física cuántica tal vez nos permitan en un futuro resolver algún problema, pero a día de hoy nadie sabe qué utilidad puede tener y qué beneficios pueden dar. ¿Qué empresa privada gastaría millones de euros en conocer el sexo de los neutrinos si tal vez no se le encuentre utilidad hasta dentro de 30 años?
En el campo de la medicina y la biología, también hay numerosas investigaciones que a largo plazo podrían llegar a proporcionar numerosas ventajas, pero que desde el punto de vista de un inversor privado (un laboratorio farmacéutico, por ejemplo) es difícil preveer unos beneficios que puedan rentabilizar la inversión.»
Yo también he estudiado economía. No se si más, menos o lo mismo que tú. La que se estudia en ingeniería industrial en la UPM vamos. Eso, y unos cuantos libros que me he leido. En cualquier caso, pensar que los que estamos en contra de los recortes no sabemos de economía es, cuanto menos, prepotente. Pero, además, no demostrar ningún conocimiento avanzado de economía a la hora de justificar esa afirmación, es temerario.
Temerario por que tomas por tontos a quienes no lo somos. Está muy bien hacer la afirmación, innegable, de que en época de crisis, con menos ingresos, el Estado ha de recortar su gasto. Pero lo que es discutible es cuánto recortar. ¿Cuántos eran los ingresos del Estado antes?¿Cuántos ahora?¿Cuánto se ha recortado?¿Dónde? x=y+z+w+s+t+r y etc. etc. Hay partidas como las del Ejército, el Senado, la Casa Real, la duplicidad de administraciones públicas (diputaciones!), por no hablar de la Iglesia (y que pague el IBI) o recuperar el impuesto de sucesiones… etc etc que ni siquiera mencionas. Esas partidas significan DINERO. Y es de DINERO de lo que estamos hablando, por tanto omitirlas y hacer un juicio en contra de los recortes, es un gravísimo error. Yo no sé si no hay más remedio que recortar en Educación y Sanidad. Ni siquiera sé si se podría recortar algo menos o si incluso, dada la situación, se debería recortar algo más. Pero de lo que no me cabe duda es que estos recortes se hacen, principalmente, POR MOTIVOS IDEOLÓGICOS. Ya que se ha decidido recortar ahí y no en los otros sitios que he mencionado antes. El PP (y parte del PSOE) consideran que el modelo a seguir es el neoliberal anglosajón. Yo, y mucha gente, consideramos que es el modelo social nórdico.
El problema no es que de repente el dinero haya desaparecido, es que el estado ha crecido tanto que 1º todo lo que le des se le hace poco, y 2º está tan inmensamente gordo que impide a la empresa privada trabajar y producir. Por lo tanto abogar por más impuestos (comida) para mantener a la bestia y asfixiar más a los que sí producen…, no lleva a nada bueno.
Si te refieres al modelo nórdico que el año pasado tuvo superavit presupuestario, podemos llegar a un acuerdo de mínimos. Pero en el norte sólo Noruega tiene un modelo socialista sostenible gracias al petróleo y la baja densidad poblacional. Todos los demás están también con las tijeras y las privatizaciones, con las devaluaciones y, en el fondo, con la misma enfermedad, menos grave, pero la misma.
Hola, Koke. Bienvenido a Desde El Exilio.
Nadie ha tomado a nadie por tonto. Tampoco a usted.
No obstante, cuando usted afirma que «lo que es discutible es cuánto recortar», tendrá que reconocerme que el artículo no pretende entrar con precisión de cirujano a todas las cuestiones que, sí, son importantes. Y que sí, no se mencionan, pero ese no era el objetivo. Para ver qué se puede recortar del presupuesto, le invito a que lea el resto del blog.
Lo que no me cabe la menor duda es que estos recortes en sanidad y educación NO se hacen por motivos ideológicos. El PP es un partido socialdemócrata. Sí, por mucho que vaya contra lo que piensa la mayoría, lo es. Creo que, simplemente, se mantiene lo que se puede. O dicho de otra forma, me gustaría saber, en realidad y según su opinión, en qué se diferencian el PP del PSOE (¿por qué no los privatizaron los 8 años de Aznar?). Eso por no hablar de «los modelos sociales anglosajón y nórdico». Yo me estoy comiendo el maravilloso estado social alemán y aquí sanidad y pensiones son obligatorias, luego elige uno si va por lo público o lo privado (aquí lo privado es más barato, esas cosas que pasan).
En fin. Temerario es decir, sin un dato serio en la mano, que buena parte de los políticos tienen el presunto «modelo neoliberal anglosajón». Vamos, que no.
En realidad el saber o no saber de economía es algo muy discutible. La economía no es una ciencia exacta. Mientras que cuando uno estudia ingeniería se le enseñan diferentes leyes de la física que no se prestan a discuisón y que son válidos prácticamente en cualquier campo, muchos principios que se enseñan en las escuelas de economía son discutibles.
Existen grandes pensadores de economía cuyas teorías son tremendamente consistentes pero son ignoradas en las escuelas de economía. Ocurre igual que en ciertas facultades de ingeniería, en las que terminas sabiendo utilizar AutoCAD y poco más.
Tengo trabajando conmigo dos estudiantes de ingeniería, uno de industriales y otro de informática. No saben hacer una regla de tres ni la equivalencia entre centímetros y milímetros… Cierto que hablo de Africa, pero no dejarán de ser ingenieros en un par de años… En las facultades de economía hay menos diferencias entre continentes.
Sobre los recortes, hay un asunto que me tiene indignado y es el siguiente: por si alguien no está enterado el PP se ha opuesto a suprimir las traducciones simultáneas en el Senado que había solicitado UPyD. Pues bien, me parece absolutamente impresentable que el PP trate de recortar los gastos en Educación y Sanidad, por mucho que esté de acuerdo en que es imprescindible hacerlo, sin que previamente se plantee el acabar con el insultante e injustificable despilfarro de las traducciones del Senado. Como con su mayoría absoluta (que el PP tiene , entre otras cosas gracias a mi voto), no necesita de los votos de los nacionalistas, no acabo de comprender cual es el motivo por el que el PP se niega a acabar con semejante gilipollez.
Sé que esto es una simple gota de agua en el oceáno de recortes que hay que hacer, pero ¿como coño le dices a un padre, agricultor, votante del PP, que tiene a sus dos hijos en un pequeño pueblo de Castilla, que vas a cerrar el colegio de sus hijos porque no cumple el ratio mínimo de alumnos, o que le vas a quitar la subvención a la leche que produce currando como un cabrón 20 horas al día, pero que no vas a quitar las traducciones en el Senado?. ¿Qué coño les pasa a estos del PP?. ¿No comprenden que con cosas así, si ya les voté tapándome la nariz la vez anterior, básicamente para echar al subnormal profundo del ZP, la próxima vez les va a votar su p.m.? ¿No comprenden que tienen que empezar por recortar lo que a todas luces es un puñetero despilfarro, por insignificante que sea, para que luego aceptemos y apoyemos que recorten lo demás?
Buenos días, creo que hay mucha más gente de la que pensáis que sabe que los recortes son necesarios, como el comentario de más arriba, el problema es que se está empezando a recortar por abajo: educación, sanidad… En vez de empezar por cosas superfluas (asesores, subvenciones…) no se pueden recortar todas las partidas pongamos un 30% sin pararse a pensar que algunas igual se podrían recortar un 100% y así otras sólo deberían tener un ajuste del 10%. Además de que los políticos no se han bajado el sueldo ni los complementos ni ninguno de sus privilegios, es decir, recortamos derechos por abajo.
Ejemplos de porqué la gente está tan cabreada:
– Ministro Wert diciendo que la gente que no puede pagarse la educación es porque no puede deshacerse de otros lujos. Creo que al estado le pasa lo mismo, como no quieren deshacerse de otros lujos, recortan en educación.
– De Guindos exigiendo a Asturias un segundo plan de recorte porque el primero no valía y poniendo como condición «recortes en sanidad y educación», espera, es decir que si consiguen bajar el déficit sin recortar en educación y sanidad ¿no vale? Eso es un escándalo que lo diga un ministro.
– Amnistía de Botín por sus cuentas en Suiza, indulto a un subordinado suyo del Santander condenado a cárcel e inhabilitación no hace mucho «porque es razonable y punto» Zapatero dixit.
– Falta de voluntad para investigar los cientos de miles de millones de euros de españoles en cuentas suizas opacas. Con que simplemente paguen el 45% para regulalizarlo se podría reducir la deuda muchísimo. Pero visto el caso de Botín está claro que los pringados siempre son los que pagan los impuestos.
Y dejo la lista porque hay muchos más motivos para estar en contra de estos recortes, que es muy distinto a que se esté en contra de cualquier recorte.
Estoy de acuerdo en que cuando es necesario un ajuste, se ajusta en todo. Pero la prioridad, en el caso de un ajuste gordo, no es necesariamente los pequeños gastos supérfluos, sino precisamente en los gastos gordos, que es de donde hay más capacidad para reducir gasto.
Si tu salario baja a ser de 1000€, vives en una casa de alquiler que te cuesta 800€ al mes, gastas 300€ al mes en comida, 100€ en ropa, 50 en teléfono, 20 en productos de cosmética, 30€ en el Digital +, etc. y te ves en la urgencia de reducir tus gastos porque el banco te está cerrando el grifo, lo primero que vas a hacer es mudarte a una casa mucho más barata si te puedes ahorrar 200 o 300€ de una tacada.
¿A caso son más importantes los productos de cosmética, el digital + y demás que tu vivienda? Pues es evidente que no, pero no puedes ponerte a perder tiempo en ver de dónde puedes ahorrarte 20€, y necesitas un plan de choque para respirar. Luego ya vendrán los ajustes en los gastos pequeños.
Completamente de acuerdo con el fondo del artículo, no así con su forma. En primer lugar, recortar por recortar, sin in mínimo criterio ni plan, esto es: sin compromiso alguno por parte de los gobiernos en cuanto a la duración del sacrificio que tiene que padecer la gente, sin establecer previsiones ni «penalizaciones» en caso de no cumplir plazos (como se hace en cualquier proyecto o contrato) es una auténtica tomadura de pelo. En segundo lugar, la huelga en el sector educativo es más una protesta de todos los «colectivos» que pululan alrededor de los centros, como las ampas, que de los maestros. Tengo tres hijos, repartidos en colegios públicos y concertados, y el cabreo no lo he visto en los profesores, sino en esas asociaciones politizadas de las camisetas verdes. Las últimas convocatorias de los sindicatos (y vivo en lo que antes se llamaba un «barrio obrero» y peleón) han pasado sin pena ni gloria en mi distrito. En tercer lugar, traer como autoridad a una persona por la que, hace años, profesaba verdadera admiración (Mario Vargas Llosa), enorme como narrador, pero cobrando un Potosí por los artículos que publica(ba) en uno de los periódicos más antiliberales que en el mundo ha habido («El País») es, por lo menos, discutible. Y, por último, no debemos caer en la tentación de pensar que los enemigos de nuestros enemigos se convierten automáticamente en amigos nuestros; quiero decir que todas las políticas dirigidas contra los usos socialistas, no son buenas porque sí, si no están bien fundamentadas, pues corren el riesgo de hacer lo mismo que practican aquellos a los que criticasn. Un saludo
Es un artículo muy interesante con el que estaría de acuerdo si no fuera por algunos detalles:
– Los recortes son necesarios, de acuerdo, pero al parecer no equitativos. No nos meremos un estado del bienestar hipertrófico pero sí unos bancos rescatados, fortunas en paraísos fiscales y una iglesia subvencionada.
– Tampoco veo la relación recortes presupuestarios – recortes de derechos. ¿Puede indicarme en que ley de las que usted conoce y yo no, figura tal relación?
– Mis escasos conocimientos económicos me impiden comprender los recortes, pero son suficientes para administrar mi subsidio de desempleo y dedicarlo a mis necesidades médicas suprimiendo por ejemplo la cuota del gimnasio.
En definitiva recortes sí, pero para todos y con consciencia de lo verdaderamente necesario, y por desgracia los protestantes de verde y yo no lo apreciamos de momento.
Aunque cada día son más defensor del liberalismo económico (aunque mis conocimientos de economía son muy limitados, y probablemente estén sesgados precisamente porque lo que más leo procede de esta web o está relacionado), tengo mis dudas también en determinados campos de la I+D.
Estoy de acuerdo en que hay una parte importantísima de I+D+i que debe surgir de la iniciativa privada. Sin embargo hay otras actividades de investigación de base que me resulta difícil imaginar ninguna empresa privada que espere obtener algún beneficio de ella.
Por ejemplo, muchas investigaciones en física cuántica tal vez nos permitan en un futuro resolver algún problema, pero a día de hoy nadie sabe qué utilidad puede tener y qué beneficios pueden dar. ¿Qué empresa privada gastaría millones de euros en conocer el sexo de los neutrinos si tal vez no se le encuentre utilidad hasta dentro de 30 años?
En el campo de la medicina y la biología, también hay numerosas investigaciones que a largo plazo podrían llegar a proporcionar numerosas ventajas, pero que desde el punto de vista de un inversor privado (un laboratorio farmacéutico, por ejemplo) es difícil preveer unos beneficios que puedan rentabilizar la inversión.
No sé si me he explicado bien… Quiero decir que sobre epistemología se le puede leer, pero en otros temas se complica.
«Yo también he estudiado», el dinero que tú te gastabas en tu barrio había salido de los bolsillos de otro ciudadano, que habría sido gastado de una mejor manera si el sistema fuera privado, por lo tanto gracias a que existe la sanidad pública, se malgasta el dinero. Así que de efecto multiplicador nada, lo vuestro es efecto divisor si acaso.
Por favor, ¿podrías profundizar en esa idea tuya de que «no hay escasez de nada»? ¿Quieres decir que los humanos no tenemos que competir por medios para conseguir nuestros fines? ¿Todo lo que necesitamos existe en plena abundancia, como el aire?
A Antonio Vegas: Respecto a tu pregunta sobre los productos revolucionarios que ha inventado el estado, el otro día leí este artículo de un profesor que recomendaba Miguel Angel Fernández Ordónez. La verdad es que lo recomendaba para temas de epistemología, y hacía bien, porque tiene una opinión sobre el Estado y del empresario bastante antiliberal. Habla precisamente sobre los productos que solo se podrían haber conseguido gracias al estado (alguno ya se ha dicho): http://www.madrimasd.org/blogs/universo/2012/03/11/141424
Si el sistema financiero no hubiese chupado miles de millones del erario público, estaría de acuerdo con lo que dices. Desgraciadamente, el déficit público español se explica no solo por mucho gasto y poco ingreso, sino por haberse tragado con patatas la inmensa deuda (privada) cultivada por los bancos, los verdaderos héroes de la burbuja inmobiliaria. Y si no, explíquenme por favor eso de recortar en sanidad, educación e I+D+i y por otro lado prestar a fondo perdido dinero a bancos arruinados y mal gestionados.
Y sobre productos revolucionarios originados por un estado, léanse ustedes mismos: Internet.
Una página muy interesante, saludos…
¿Qué producto revolucionario conocen que se haya desarrollado en un Estado?
La bomba atómica.
Estoy seguro de que si lo que hubieses estudiado hubiese sido medicina,como hice yo, serías consciente de la cantidad de avances que en ese campo se dan gracias a la financiación pública. Avances que, en ocasiones, permiten paliar sufrimientos que no interesa paliar a instituciones privadas porque, o bien les genera más beneficios el propio sufrimiento o bien los sufridores son pocos y no compensa invertir en ellos.
Si hubieses estudiado antropología económica como hizo mi pareja, no sólo contemplarías mil opciones más para administrar la economía que sobrepasan el conocimiento de los estudiosos de economía política, sino que te darías cuenta de que la mera idea de que hay escasez de algo es una falacia sobre la que se sustenta este sistema. Que el problema sea que se gasta más de lo que se ingresa no quiere decir que sea porque se gaste demasiado en sectores como sanidad o educación, sino simplemente eso, que se gasta demasiado. Dejando de lado el efecto multiplicador de la inversión pública (yo como recortado te aseguro que ya no gasto nada cuando antes me daba una buena vida muy maja invirtiendo en las iniciativas de los emprendedores de mi alrededor), el hecho es que hay dinero de sobra y el problema está en quiénes se están enriqueciendo (siempre los mismos) con ese dinero. Aquí mucho neófito en economía te mueve un poco los presupuestos y te saca unos cuantos miles de millones escondidos en cajas privadas como las de los miles y miles de altos cargos innecesarios que hay en nuestro país (por encima mía había 4 soplapichas que no hacían nada llevándose más de 300.000 € anuales y así en todos los centros), los miles de millones que se dan a la Iglesia, la cantidad de altos cargos en el ejército (más que en el resto de países juntos), de altos cargos políticos, etc. Por no hablar de lo fácil que es coger a todos los administradores del país, prohibirles la salida del mismo y hacer una buena auditoría sobre sus bienes antes y después del cargo. El problema nunca ha sido que falte, sino que se distribuye mal. Así que menos cuentos de recortes, que hay varias cabezas que recortar antes que la sanidad y la educación.
Podría alguno explicar esto de manera comprensible:
ECONOMÍA | El problema de JP Morgan
¿Qué hacer cuando a uno le sobran 280.000 millones de euros?
http://www.elmundo.es/america/2012/05/22/estados_unidos/1337684685.html
Hola pvl. Si, pero lleva tiempo. Ahora mismo ando pilladín. Si nadie te contesta antes de forma satisfactoria, me lo apunto para una entrada cunado quede un poco más libre. Tenía otra entrada a medio hacer sobre el pufo del propio Iksil. Puedo combinar a mabas, o penerlas seguidas, según la longitud. Ya veremos.
Disculpas. La próxima vez encenderé la luz antes de ponerme a escribir.
Gracias Sefuela: espero tu art. Hasta entonces solo un comentario. No termino de entender esa obsesión con el crecimiento. Por un lado, cuando son los políticos los que pronuncian la palabreja, me suena a lo mismo que casi todo lo que hablan: meras palabras vacías, que repiten como loros como antes se repetía el rosario por los feligreses. Pero lo realmente preocupante, por lo que se pone de manifiesto en el art. es que en las empresas existe esa misma obsesión por el crecimiento. Y lo que el sentido común me dice es que el crecimiento debe ser el producto de una buena inversión, y si por las razones que sean, no se dan las condiciones para hacer buenas inversiones (que por cierto creo que es lo que está en el fondo de las grandes crisis como la actual) lo más sensato es dejar quietecito tu dinero a la espera de tiempos mejores. El tener que invertir por narices, esperando que con esa simple decisión, se acierte en la inversión y se crezca, me parece una soberana estupidez, que por cierto es la misma estupidez que mantienen los keynesianos. Para darse cuenta de lo difícil que es acertar a la hora de invertir, no hay más que ver la cantidad de negocios que cierran a los pocos meses de abrirse: bastantes más de los que consiguen mantenerse y prosperar. Y eso presuponiendo la ilusión, el esfuerzo y el interés del que monta el negocio en su propio beneficio. Así que ni te quiero contar si se dispara con pólvora del rey sin tener que cargar con los perjuicios de las malas decisiones de inversión, como ocurre con todas las inversiones públicas y por lo que veo también con algunas macroentidades privadas como JP morgan que parecen superministerios.
De acuerdo contigo Felipe, está obsesión por tachar de neoliberal aquello que no nos gusta es peligroso porque impide hablar de nuevas ideas y proponer nuevas fórmulas. Aún así creo que la reflexión es simplista. Por supuesto se tiene que ajustar las dimensiones del estado pero en lo que se refiere a inversión en investigación y desarrollo no puedo estar más en desacuerdo. Ahora muchos proyectos científicos de primera están saliendo adelante en EEUU gracias a los fondo públicos no gracias a la inversión privada. La inversión privada se está desplazando a proyectos del estilo de Facebook que acaparan mucha atención pero que no resuelven problemas de gran calado. La inversión en ciencia del estado funciona y ahora justo cuando España está viendo los frutos de ese trabajo recortamos. Me parece un grave error. Otra cosa es hacer una previsión para disminuir la inversión en los próximos años pero hacerlo de una forma tan brusca dejas a mucha gente en pañales. Estos son proyectos además de larga cocción que requieren mucho tiempo de paciencia que la mayor parte de los inversores privados no están dispuestos a hacer. Lo de qué producto revolucionario se ha producido dentro del estado es la mayor tontería que he escuchado en mucho tiempo. Internet se inventó por el científicos a sueldo del estado estadounidense. Muchas de las grande innovaciones en medicina también ha salido de fondos públicos. El concorde salió de dinero del estado. Muchos proyectos de aeronáutica..la lista es larga… El problema que veo es que es muy facil echarle la culpa a lo público cuando en realidad ni una ni otra es perfecta. Tienen que trabajar en más armonía..
Luego está también como se acometen estos recortes. El mayor peso se dirige hacia sanidad y educación y no se toca los privilegios y trabajos inecesarios de la clase política. Por eso creo que tu reflexión es interesante pero simplista…
Hay ciertas reglas que cualquier persona con sentido común entendería, como que no es lógico gastar más dinero del que ingresas, que es mejor no deber dinero, que quien gestiona con cabeza su dinero y ahorra rara vez sufre grandes calamidades, etc. Por eso soy incapaz de comprender esta postura de pensamiento único actual que sostiene que lo acabo de decir es basura neoliberal. Y de conocimientos en economía ando muy justito, que conste.
El problema que tenemos es que hay mucha gente no dispuesta a permitir que la realidad les arruine una bonita teoría.
Completamente de acuerdo con lo expuesto. Por cierto, para comprender los fundamentos básicos que se exponen el art. no hace falta estudiar Economía con un altísimo grado de «especialización». Basta con estudiar y comprender los mecanismos básicos que a menudo intuimos por puro sentido común (por ejemplo que rompiendo ventanas no se genera riqueza, en contra de lo que opinan los keynesianos o que no se puede vivir del crédito indefinidamente) pero que sin la lectura adecuada no somos capaces de «argumentar» de tal manera que podamos «cerrar el círculo de pensamiento» y todo el aparente caos de los acontecimientos económicos empiecen a cuadrar: desde la respuesta a porqué se hundió la URSS hasta los acontecimientos más cercanos que se exponen en el art. Y esa búsqueda, es una labor individual, basada en la honradez y en la curiosidad intelectual de cada cual que implica no conformarse con las consignas de turno por muy populares que sean. Sin esa labor, el que más y el que menos, como bien dice el autor andaríamos por ahí manifestándonos indignados contra los efectos de la crisis, ignorantes por completo de que la crisis está generada en parte por el desconocimiento que la mayoría de la población tiene sobre sus causas reales.