Cierro el banco, cancelo la cuenta. «El País» deberá pagarme desde hoy en metálico. Se acabó el crédito.
Lo que en las manifestaciones del PP distingue a las banderas constitucionales de las preconstitucionales es que las primeras son falsas. Y aunque es cierto que ni el mejor catador de símbolos patrios sería capaz de detectar la adulteración, la prueba del asco por fortuna, en cuestiones sentimentales, es como la del algodón en el alicatado del cuarto de baño: no engaña. Si frente a las imágenes del telediario siente usted sensación de mareo, vómitos y un impulso irrefrenable de apagar el aparato, no lo dude: le están dando preconstitucional por constitucional.
Escrito por un tal Juan José Millás y publicado en «El País» de hoy.
Si leen el artículo a la luz de la exégesis de las charlas goebbelianas, notarán que aparecen TODAS las armas retóricas del nacionalsocialismo:
– llamamiento a la población
– interpelación emocional
– distorsión de la realidad
– difamación
Sólo le falta terminar con un «Wollt Ihr den totalen Krieg?», para rematarlo con el ya famoso «Nun, Volk, steh auf und Sturm brich los!»
Lo malo de todo esto es que en otros medios, los métodos son tremendamente parecidos, si no los mismos. Y al final, me quedo con cara de bobo, apelando a mi sentido común (si es que algo me queda) para no tener que sospechar que me estoy dejando manipular.
Añadido: acabo de leer esto (magnífico Antaltu) y me siento algo más aliviado.
Cuánto tendrían que aprender en la actualidad los nazis acerca de como gestionar la propaganda a la P$o€.