Vuelve Catón el viejo, feo y cascarrabias, qué se le va a hacer. Por que hay cosas que le tocan a uno la fibra moral. No hay realidad más dolorosa que la enfermedad y la muerte de un niño. Cualquier padre daría su vida y se entregaría a los mayores tormentos para que su hijo no pasara por ese trance de enfermar y morir prematuramente, muy prematuramente.
A mi el caso Urdangarín me resultó chocante desde el principio. Un tipo alto, delgado, guapo, elegante, casado con la más agraciada e inteligente de las infantas, pudiendo hacer buenas obras, o al menos limitarse a llevar una vida muelle con esporádicas apariciones públicas y moviéndose entre gente rica y poderosa, recibiendo en todo momento un trato exquisito, parece que se mete a robar cantidades exorbitantes que no necesita para nada por ¿el puro placer de robar? Se trataría, en caso de confirmarse todo este turbio asunto, de un cleptómano de luxe. Quizás incluso fuese un republicano infiltrado en la Casa Real cuyo cometido fuera el de desacreditarla definitivamente para que finalmente se instaurase la Tercera República y así alcanzásemos a la tercera (que va la vencida) el apocalipsis del que siempre hemos sido un poco acreedores, los cainítas españoles.
Siendo, si es que lo fuera, un ladronzuelo de guante blanco, y mando blanda, de esas que entrega la nobleza flácidamente para que besen en ella, lo que más me revienta de un revienta coronas semejante no sería la cara dura que acompaña a la mano blanda enguantada en blanco, ni siquiera que desacreditase a una institución que ha gozado de cierta credibilidad durante nuestra actual democracia. Lo que me repugnaría de veras de este (presunto) tipejo, más que su robo a mano enguantada, sería el que hubiera utilizado el reclamo de niños con cáncer. Robar se puede hacer en nombre de múltiples causas, aunque la causa última sea llevárselo crudo, pero la pantalla puesta delante del acto en sí perverso de llevarse lo que no es tuyo, y más cuando no lo necesitas en absoluto, tiene que ser algo que inspire la suficiente pena, no la mayor tragedia imaginable.
Escribo este post en nombre de todos los niños con cáncer de España y del mundo que no pueden defenderse de ser utilizados por un canalla, que se enriquezca fraudulentamente con su imagen. Si ese dinero hubiera sido realmente destinado a la investigación contra el cáncer, como todos desearíamos, quizás habría contribuido a desarrollar alguna nueva terapia, a descubrir un nuevo fármaco, o a encontrar algún proceso bioquímico no conocido hasta la fecha que tuviera relación con la enfermedad, por ejemplo. En cualquier caso hubiera pagado el trabajo de investigadores que, de no ser unos perfectos psicópatas, como aquel, el que fuera, que nunca llegó a suministrarles fondos, hubieran trabajado para intentar conseguir vencer o al menos paliar los peores efectos de ese mal devastador.
Nota aclaratoria: este post está escrito basado en la información publicada por Libertad Digital sobre el particular. He procurado en todo momento no decir que Urdangarín es culpable de lo que se le acusa, pues la cosa se está enjuiciando y yo soy uno de los últimos monos que podría tener algún tipo de pruebas. No quiero participar en el linchamiento público de nadie, pero sí denunciar el uso innoble , lo haga quien lo haga, del símbolo más elocuente del dolor en el mundo.
Prefiero ponerlo en cuarentena. Uno puede acabar conspiranoico perdido. Hay rumores que pueden acabar con todo. Veamos a ver cómo se desarrolla el juicio y los acontecimientos políticos paralelos. Tenemos que estar muy atentos y dar pasos muy cautos, seleccionar y contrastar muy bien la información y no afirmar o negar nada que no podamos respaldar de forma incontestable.
Tenemos que seguir siendo cautos.
Esto, de ser cierto, sería aún peor, si cabe. Lo de la pantalla me repugna, pero si lo que hay detrás es lo enlazado, o algo que se le parezca, entonces lo que estoy no es asqueado, únicamente, también estoy preocupado.
Eso que escribe Memetic no puede ser verdad!. De serlo, es peor aún de lo que el dice….. Estoy horrorizado
Sabes, Javier, que algunos no haríamos eso, nunca. Tenemos límites, los marcan nuestros principios. El relativismo ambiente fomenta las malas prácticas, y los genotipos psicópatas prosperan como las pulgas en un perro. Siento que esta bofetada se la lleve el Rey, porque creo que ha sido en todo momento -y ya son muchos años- correctísimo y simpatiquísimo, y ha procurado siempre desempeñar su papel equilibrador lo mejor posible, en este pais de locos.
Este caso demuestra que la avaricia y la codicia, tan humanas ellas, no tienen límites y mucho menos sentimientos.
Todo el asunto es muy turbio, pero me pareció oportuno señalar que en esas aguas fecales flotaba la foto de un niño con cáncer. Lo demás que lo procesen las bacterias.
Creo que no debería «pasar» el que el Jefe del Estado acoja en su casa (ya se que las cárceles también las pagamos todos), que además pagamos todos, a quien, presuntamente, ha realizado la acción que denuncias. Lo que podría suponer por parte del «Primero de los españoles», la guinda de una trama de encubrimiento (Envio a Washington, ) y tráfico de influencias (Telefónica), no delictivos según reza la constitución, con el fin de hurtar al conocimiento público tan, de nuevo presuntas, repugnantes actividades.
Supongo que se me pasará alguna cosa, Caribbeanomics, pero no veo que hay tan repugnante en que hubieran dormido ayer en la Zarzuela para que te lo parezca más que el uso de la imagen de niños con cáncer como pantalla para ocultar una apropiación indebida.
Efectivamente, de ser cierto, es repugnante, como lo es, sino mas, que anoche ( de nuevo hay que añadir el «de ser cierto») el individuo y su acongojada consorte hayan dormido anoche en el Palacio de la Zarzuela.
Como reflejo del «cachondeo» institucionalizado en la institución suprema es, en efecto, bueno, y hasta puede mover a la risa, a cachondearse del cachondeo (por no llorar). Pero que usen a niños con cáncer como «causa» para sacarse la pasta me parece que sólo puede inspirar el asco y el rechazo más solemnes. serios y carentes de sentido del humor, ni siquiera el negro.
Ponle humor. La monarquía moderna, sin poder, se supone que debe ser «ejemplar». El espejo donde se mira la sociedad, por así decir. Pues bien, ¿te atreves a decir que no tenemos una monarquía que hace de ejemplo perfecto del tinglado político que hemos montado?
Cuentan que en el primer desayuno después de la boda, la reina Victoria Eugenia, acostumbrada a Balmoral y Windsor, le recriminó a Alfonso XIII:
– ¡Afonso! ¡Estás untando las tostadas en el café con leche! Eso no lo hacen ni los cocheros.
– Monina, en España unta hasta el rey.
Solo parece que ahora «untar» ha ampliado de significado.