Hace unos días publicaba mi amigo y compañero de bitácora AMDG un artículo caricaturizando las contradicciónes en las que caen los mal llamados antifranquistas a la hora de hacer su revisionismo particular de la historia. A todas luces hubo quien no entendió el artículo en su totalidad, pues sólo se quedó con lo que le interesaba. No creo queAMDG pretendiese defender el franquismo tanto como denostar al falaz movimiento antifranquista.
De todos modos he de reconocer que la idea no quedó del todo clara. Lo peor del franquismo fué el franquismo, cusa única de la pérdida de libertades de los españoles durante décadas. A eso no se le puede dar vueltas. Todo lo demás, incluído el antifranquismo, no es más que una manifestación fenotípica, una consecuencia del verdadero mal que asoló a la sociedad española: la dictadura de Francisco Franco. Nada, repito, nada, puede justificarla.
PS: pista para el lector despistado. En esta casa se discute, no hay mentes monolíticas que todo lo manejan y dominan… ni franquistas, ni antifranquistas.
Berlin, no es lo mismo el directo y hablar que escribir… y si lees Los nuestros verás que no es nada sectario.
Pero gracias en todo caso.
Pues sobre Federico, que les diga, todavia recuerdo cuando le pusieron a parir por decir que la Manjon estaba acabada en Prisa y luego vimos que tenia razon.
Sigo pensando que Hazaña tuvo mucha culpa de lo que paso. Ni el mismo creia en la republica.
Pues sobre Federico, que les diga, todavia recuerdo cuando le pusieron a parir por decir que la Manjon estaba acabada en el grapo Prisa
La comparación con FJL? Bueno, como quieras: sí creo que tu nivel de exposición es, en muchos temas, de una incisión extremadamente atinada y cuya réplica requiere un muy buen nivel de argumentación. La comparación con FJL la realizo en ese punto: creo que tiene demasiada tendencia al exabrupto y a las explicaciones demasiado simples sin que las tesis de partida sean, por sí mismas, malas. Vamos que suele perderse en el cómo y no en el qué. Sobre Los Nuestros seguí en su día una serie que hizo en Diario 16 o en El Mundo si no recuerdo mal. Me entretendré un rato con ello: tiene de interesante la desmitificación de los líderes izquierdistas pero creo que le iría mejor en general, para la promoción de sus ideas (más de una vez, hasta mías) y para el reconocimiento público si dejara a un lado el libelo, que creo que es a lo que tiende. Pero sólo es mi opinión.
BS, gracias por el elogio, pero la comparación es improcedente.
¿Has leído «Los nuestros»?
http://www.segundarepublica.com/index.php?pagina=6&opcion=2
En la página 7 tiene un conjunto de retratos de los personajes siniestros de la II Rep. Escribe de ellos valorando sus acciones, pero sin lanzar anatemas. Como debe ser, son historia.
Está entendido: discrepo en lo siguiente: el argumento de que «no puedo considerar “legalidad” un régimen cuyo presidente es consciente de eso y ni lo para ni dimite» es, exclusivamente una opinión personal. Razonable como actitud y valoración, pero opinión.
El hecho es que la legalidad vigente era la legalidad vigente, mala o buena. Yo puedo compartir que la segunda república no era el paraíso idílico que le gusta a la izquierda oficial. Comparto que no me interesa nada esa memoria como justificante de la política de hoy. Opino que la intención de la izquierda revolucionaria tenía como intención eso, la revolución, otro nombre para el golpe de estado. Pero tampoco acepto que los cuarteles decidan cuál debe ser la política del país. El hecho es que eso fue así, un alzamiento de generales, y eso no me vale a priori. De nuevo, es mi opinión, el hecho es que lo hicieron.
Puestos a hacer historia, no podemos simplificar la república diciendo que sólo se queman iglesias. En una sociedad extremadamente radicalizada los crímenes y los abusos se cuentan por docenas en todos los bandos. Decir que lo que se conocía como «las derechas» aceptaban el orden y la legalidad pues… es una parte de un proceso de retroalimentación: yo te mato, tú me mataste, yo te mato.
Al señor Zapatero (para su tranquilidad personal, espero que no sea pariente del ocupante de La Moncloa): Si es un sopor, no me lea. No es obligatorio. Si me pone usted a FJLS como ejemplo de rigor académico y de honestidad intelectual, mejor nos vamos a casa. Eso es independiente de lo que hiciera o dejase de hacer ERC en el 36. Por gritar más, no se tiene más razón. Puede tenerse y perderse en la deformación y la ofensa demagógica.
Debo decirle que, lo cortés no quita lo valiente, el caballero AMDG es bastante más preciso, enjundioso y riguroso que el señor Losantos. Aunque, como él bien sabe no solemos compartir mucha cosas y puede que hasta mi presencia le incomode, lo cual no es mi intención. Creo, además, que si me lee detenidamente no tenemos posturas tan alejadas y tan desargumentadas como quiere usted decir, pero por supuesto es libre de opinar. Tengo la sensación de que probablemente a usted le guste considerarse un hombre tolerante y dialogante, amigo del debate intelectual. Por eso mismo estoy seguro de que valorará encontrar opiniones diferentes a las suyas porque leernos sólo los que estamos de acuerdo siempre es un poco empobrecedor ¿no es cierto?.
Usted Berlin Smith es un tipo sin argumentos y un lastre para este blog. Que sopor leerle vaya que Usted no se ha leido todavia el articulo de FJLS sobre el golpe de ERC en el 36. Enhorabuena AMDG por su precision historica
BS, pues yo no digo que venga el franquismo, por lo mismo.
Por descontado que se puede debatir. Por ejemplo, imagínate que Aznar hubiera ganado unas elecciones dudosas, que la derecha se hubiera echado a la calle a celebrar la victoria el día de las elecciones antes de saber el resultado. Que en recuentos posteriores les robaran diputados a los socialistas. Que cada més asesinaran a x militantes del PSOE, PNV, CiU y que la Guardia Civil matara a Zapatero.
Eso eso la «legalidad» republicana.
Creo que ya lo discutimos aquí:
Pero, oigamos a Azaña, 19-3-36: «Hoy nos han quemado Yecla: 7 iglesias, 6 casas, todos los centros políticos de derechas y el Registro de la Propiedad. A media tarde, incendios en Albacete, en Almansa. Ayer, motín y asesinato en Jumilla. El sábado, Logroño, el viernes Madrid: tres iglesias. El jueves y el miércoles Vallecas. Han apaleado, en la calle de Caballero de Gracia, a un comandante para más INRI era de la UMRA [Unión Militar Republicana Antifascista], vestido de uniforme, que no hacía nada, en Ferrol, a dos oficiales de artillería; en Logroño, acorralaron y encerraron a un general y cuatro oficiales. Lo más oportuno. Creo que van más de doscientos muertos y heridos desde que se formó el Gobierno, y he perdido la cuenta de las poblaciones en que han quemado iglesias y conventos: ¡hasta en Alcalá! El gobierno está formado con los más adictos. Hacen todo lo que le digo y nada más… Amós (Ministro de Gobernación) acoquinado. He repartido cargos entre los más fieles. Habían comenzado los motines y los incendios. En las cárceles andaban a tiros. Aquella noche se escaparon tranquilamente de las de Gijón mil cien presos. En Oviedo los imitaron. Durante unos días he sido el ídolo de las derechas. ¡Lástima que me lo hayan estropeado! Los republicanos empezaron a enfadarse. Hasta los desórdenes me los perdonaban, y el que más y el que menos los encontraba. naturales. Ahora vamos cuesta abajo por la anarquía persistente de algunas provincias, por la taimada deslealtad de la política socialista. por las brutalidades de unos y otros, por la incapacidad de las autoridades, por los disparates que el «Frente Popular» está haciendo en casi todos los pueblos, por los despropósitos que empiezan a decir algunos diputados republicanos de la mayoría. No sé, en esta fecha cómo vamos a dominar esto». Carta de Azaña a Rivas Cherif, Retrato de un desconocido, Grijalbo, Barcelona 1979, págs. 665-668.
No puedo considerar «legalidad» un régimen cuyo presidente es consciente de eso y ni lo para ni dimite.
Yo no digo que vuelva esa república. Esa es historia. Me basta con que vuelva la República… pero necesito los votos probablemente, al menos, de doce o catorce millones de electores. Que son unos cuántos. Y legalidad republicana en 1936 era el gobierno legítimo… en medio del caos. El diagnóstico de que «era necesario» estoy seguro de que requiere más debate. Quizá fuera necesario cambiar (más bien, seguro) pero no puedo aceptar que lo necesario es que la legión cruzara el Estrecho. El hecho es que cruzó; opinión, que fuera necesario. No obstante es historia, y la historia a saberla y en los libros.
Luis, señores, para empezar hay que leer el artículo.
La frase esa es una paradoja, que se aplica como habéis dicho. En efecto, no defiendo el franquismo. Pero tampoco lo condeno, como sucede con este post tuyo, Luis. Creo que la primavera/verano del 36 un crescendo de terror rematado con el asesinato del «jefe de la oposición» por la guardia civil sí la justifican.
Señores, ya es tarde para esas condenas. El franquismo es historia, así que a estudiarla, como propone el artículo del Catoblepas.
Procurad, eso sí, que no sea necesario que vuelva algo parecido. Y me refiero quienes están intentado que vuelva esa república en la que se asesinaban 200 derechistas en un mes y en que la guardia civil asesinaba al jefe de la oposición. Me refiero también a quienes insisten en llamar a eso «legalidad republicana».
Ah!, querido Luis, ahí está: que siempre hay quien no se quiere enterar.
Incluso los hay que no se quieren dar por enterados.
elharlan, por supuesto, pero ya digo que hay quien no se quiso enterar.
«Es una suerte no haber sido franquista, ni tener que ser antifranquista!»
Pues creo que esta última frase resumía perfectamente la forma y el fondo del artículo.
KAleA ObAbA – V
Los Floridos andaban inquietos. La piedra pegó en la ventana y Cumazuri bajó a la calle. Lo esperaba Piteco con su motoreta. Se dirigieron a las afueras de Obaba, a una cueva natural que había en la ladera de los Remitentes, allí donde los Baldorras tenían su txoko. Estaban espiándoles sus últimas recetas culinarias. Los Baldorras tenían fama de gamberros y de juerguistas, y además eran los mejores cocineros de Obaba. Habían ganado los últimos diez concursos de calderete, todos ellos con recetas creativas e innovadoras que hacían las delicias del jurado. Los Floridos estaban dispuestos a mejorar su línea de calderetes que muy a su pesar nunca había llegado a ser seleccionada para la fase final. Este año querían romper ese maleficio. No se les ocurrió mejor idea que vigilar las pruebas que los Baldorras solían hacer en los días previos al concurso. A través del ventanuco de la ladera que daba justo encima de la cocina última generación del txoko, Cumazuri pudo observar los detalles que los Baldorras pretendían añadir a su calderete. Tomó buena nota de esas pequeñas pizcas de ingenio que hacen pasar un plato de estar simplemente bueno a ser delicioso. De repente, hubo un ruido inesperado entre la vegetación y el susto le hizo golpear el cristal del ventanuco. Pablo Panzabai, cocinero mayor de los Baldorras, salió del txoko a indagar qué sudecía. Pudo ver, y reconoció a lo lejos, la tenue luz de la motoreta de Piteco perdiéndose en el camino hacia Obaba. Algo volvió a moverse entre los arbustos, y Pablo lanzó con fuerza la estaca que llevaba en la mano. Un maullido seco se escuchó en la noche cerrada. Panzabai agarró el gato desnucado y lo metió al txoko…Los Floridos eran la cuadrilla pija de Obaba. Suele pasar que dios los cría y ellos se juntan, y en este caso, todos los Floridos se habían meado en las alfombras de pequeñitos y ahora de mayores se lo pasaban genial cocinando unos días asados de cordero y otros lubina a la plancha. Eran sus platos preferidos. Cumazuri había llegado desde un pueblecito lejano, que nadie sabía situarlo en el mapa, decían que se llamaba Cumabuey. Tampoco nadie tenía claro el porqué del zuri, así que muchos obabenses le apodaron el Cumanito. Piteco era hijo de un rico hacendado que había hecho fortuna comerciando con la grasa de cerdo en tiempos en los que el jabón se hacía con esta materia prima. No había progresado mucho en la vida y en las reuniones familiares sus hermanos y cuñados le gastaban bromas sobre su situación económica. Aunque parezca lo contrario todo en Obaba es objeto de risa. Los Floridos querían también parte de la gloria culinaria amasada por los Baldorras. El día del concurso todas las cuadrillas y peñas se concentraron en la plaza de Obaba. El ambiente era festivo y familiar pero al mismo tiempo había una competencia contenida. El calderete de los Floridos tenía una pinta inmejorable. Cuando llegó el jurado a analizarlo y puntuarlo se quedó gratamente impresionado. Uno de los jueces pinchó con un tenedor uno de los trozos de carne y lo sacó del calderete para probarlo. Le resultó raro su sabor. Se lo pasó a otro de los jueces y le confirmó sus sospechas. Aquello no era conejo ni liebre, componentes básicos obligatorios del plato en cuestión. Se armó un gran revuelo entre los Floridos ante la sorpresa del jurado. Piteco se giró rápidamente hacia Cumazuri y le preguntó dónde había comprado aquellos conejos. El Cumanito le respondió que dónde los iba a comprar, en la única carnicería de Obaba, en la carnicería de Panzabai… Pablo les había metido una pata y un trozo de hígado de gato entre los 4 kgs. de conejo, con tan mala suerte que el jurado fue a parar justamente sobre ese bocado de carne. De nuevo el azar hacía acto de presencia y decidía una importante cuestión. Los Floridos tendrían que esperar otro año más para hacer historia en la cocina obabense, y los Baldorras volvieron a celebrar su nuevo título a panza abierta. Todos ellos no pararon de reírse durante varios días. No era la primera vez que se narraba una historia así en Obaba. Tal como reza el antiguo dicho popular, los Baldorras habían metido gato por liebre a los Floridos.
Luis, déjame decirte que yo entendí perfectamente a AMDG, y que por tanto me quedó claro que caricaturizaba a un antifranquismo de a perra gorda que hoy, paradójicamente, concentra a miles y miles de activistas que confiesan que lo fueron. Claro que lo confiesan con el mayor desahogo y a saber porqué.
Yo tampoco lo creí, pero la aclaración es pertinente. La frase «Lo peor del franquismo fué el franquismo» deja las cosas en su sitio. Especialmente porque una cosa es que el antifranquismo, sobre todo el creado a la muerte de Franco, sea en muchos aspectos irreal y legendario y otra cosa es que no haya existido y no haya sufrido.
La recreación del antifranquismo y la alteración de la percepción de lo que fueron realmente las cosas durante los famosos cuarenta años tiene, sin embargo, una importancia tremenda: no se puede entender la situación del problema vasco actual sin esa deformación, incluído el relato de la guerra civil. Sobre esos años, el reciente libro de memorias Jon Juaristi es un relato interesante y creo que desmonta algunos mitos. Pero él es un apestado.