Absurda la deriva política de los últimos meses. Absurdo el buenismo a ultranza. Absurda la solidaridad fingida que camufla todo «y yo más» (que suele ser peor, no crean, que el «y tú más»). Y claro, de principios absurdos sólo pueden resultar finales, consecuencias absurdas:
El PP exigirá a Elena Salgado que tome medidas contra Zapatero por fumar en La Moncloa.
Sin embargo, fuentes cercanas a ambos confirmaron que el acuerdo se fraguó entre el humo de los cigarrillos que fumaron los dos en La Moncloa, es decir, en su lugar de trabajo. Ante este evidente incumplimiento de la Ley Antitabaco, el PP ha decidido preguntar a Elena Salgado en el Congreso por qué a ciertos miembros de la Administración se les permite vulnerar la norma.
Qué pena damos. Pena dan los que promovieron una ley tan paternalista como innnecesaria. Y pena dan los que se amparan en ella para sacar a relucir el denunciante que llevan dentro. Cuánto colaborador hubiese encontrado la Gestapo en nuestro país!
Nota aclaratoria: la noticia que sirve de disculpa es sólo eso: una disculpa. Esperen a que pasen los meses y vayan contando las denuncias presentadas por «buenos y honrados ciudadanos» que se sienten atacados en su derecho fundamental al aire limpio (qué disculpa hermosa para sacar el chivato que llevamos dentro!).
Los que fuman donde no deben, porque fuman donde no deben,y los denunciantes, porque por fin pueden denunciar a alguien que no les va a amenazar en un juicio con cuchillos a la salida de la cárcel. Pena de pais.
Hombre, si nos ponemos así, llegaríamos al caso de que, habiendo yo pagado mi precioso «vado permanente», sea un chivato por denunciar al cabrón que me aparca delante.
No tengo vado, pero el ejemplo es válido. Si hay una ley que impide fumar, y alguien la transgrede, ¿qué diferencia hay con el caso del garaje? Además, yo, como persona normal, estoy hasta los huevos de que los fumadores me obliguen a fumar y me impidan seguir teniendo una buena salud. Allá ellos si no quieren poder dar una carrera de aquí a la esquina.
La Inquisición en España se basó y creció, principalmente, en las ganas de los españoles por acusarse y hundirse unos a otros con gran crueldad. Cainitas que somos. ZP no sólo recupera la Guerra Civil para hacer política de confrontación, recupera, con todas las de la ley sectaria, las ganas de «jodernos» (con perdón) los unos a los otros que tenemos aquí. Quizá piensa eso de que en río revuelto, ganancia de pescadores.
Por una vez, 100% de acuerdo