Napoleón fué coronado, o mejor aún, él mismo se autocoronó, en el año 1804, en la catedral de «Nuestra Señora» en París. Aquél fue sin duda un acto de poder máximo desde la prepotencia de quien se sabe regidor de los destinos de un pueblo.
Berlín, un jueves del año 2005. Una nueva puesta en escena de los regidores de un pueblo, un acto de fuerza primigenia del poder. Y de nuevo habrá fotos. No obstante, seguro que caerá en el olvido en dos años, como mucho – tal vez en dos semanas. Ya que no es necesario esperar una coronación, sino sólamente una cumbre, sobre el paro que no para. La leña que alimenta las estufas en los mentideros políticos y sociales del país. Y lo sequirá haciendo. «No es ya tiempo de reyes», como diría el Zarathustra de Nietzsche, y por otra parte nadie espera realmente un acto verdaderamente eficaz de los dirigentes actuales.
Sabemos que de la reunión entre la Sra. Merkel y el Sr. Fischer, Stoiber y el Sr. Schroeder, las decisiones adoptadas volverán a estar a años luz de la realidad. A años luz de la efectividad.
Aquí, la política se celebra como la coronación de Napoleón, plena de poder expresivo, amplificada por los medios, pero ahogada totalmente en el gesto y en la acción. Basta con demostrar la voluntad por conseguir acuerdos.
Muchas han sido las cumbres celebradas y escenificadas. En Alemania seguimos sufriendo alquileres impagables, inflacción encubierta, cargas sociales insoportables. Vivimos observando una tasa de desempleo en aumento, una pobreza creciente. Se reúnen y nos proponen, nos prometen. Luego donde dije pasta digo pesto y todo se vuelve más costoso.
El canciller, quien impunemente se autoproclama “el canciller de la información”, se encontraba de gira por los países del Golfo, cuando le llegó por telegrama la noticia de los 5,2 millones de parados y rápidamente convocó una “cumbre por el empleo”. Dinámicas imágenes televisadas nos muestran el accionismo de los políticos, escondidos tras su sonrisa Colgate, pero vacíos de contenidos en sus declaraciones. Nos lo repiten: “tenemos que aunar fuerzas”. Fuerzas para qué ? Ni el más mínimo gesto de liberalización del mercado laboral. Promesas infundadas de recortes impositivos. No se podía esperar otra cosa de un gobierno socialdemócrata atado de pies y manos por los caprichos neoecologistas de Los Verdes. Pero y Stoiber? Y Merkel ? No son ellos los liberales ? No, los liberales, los pequeños empresarios en este país (en esta Europa) estamos más solos que la una.
Mientras, 5,2 Millones de parados y un cada vez mayor número de pequeños y medianos empresarios al borde de la bancarrota seguimos esperando.