Las Aseguradoras de Enfermedad alemanas han presentado unas cuentas para el 2004 que marean. Beneficios de 3.8 mil millones de Euros.
Cualquiera con un mínimo se sentido común pensaría : « que alegría, nos van a bajar las cuotas” o también “fabuloso, mejorará la etnción primaria”. Pues va a ser que no (por utilizar la coletilla de moda).
Resulta que los “ejecutivos agresivos” de las cajas (en Alemania hay muchas aseguradoras estatales, no sólo una) de seguros pensaron que ya era hora de subirse el sueldo. Después de todo sólo venían cobrando unos 100.000 Euros al año de media. Una miseria. Las “remuneraciones” de estos señores han aumentado de media durante el 2004 en 16.667 Euros al año. Así, por ejemplo, el sueldo del señor Wolfgan Schmeink, director de la BKK, fué de 215.000 Euros mas dietas.
Si además pensamos que TODAS las aseguradoras alemanas están endeudadas hasta las cejas (aprox. 5.1 mil millones de Euros) y que los costes de la medicina intensiva aumentaron en un 12,4%, tenemos un panorama próximo a la malversación.
La Ministra de Asuntos Sociales, Ulla Schmidt, acaba de amenazar con denunciar el concierto por el cual las cajas aseguradoras mantienen su independencia respecto del Estado. Motivo: “parece ser que no son capaces de administrarse por sí mismos”.
Y yo digo: si son cajas privadas pueden hacer con su dinero lo que quieran, pues el asegurado siempre puede irse a otra aseguradora. Pero es que en realidad no son privadas y, además, el trabajador medio alemán no puede cambiar su caja aseguradora de la noche a la mañana. En realidad el sistema alemán no es más que un sistema estatal muy descentralizado, pero nada ágil y que no puede adaptarse a las condiciones de mercado.
Es lo de siempre, las medias tintas no suelen funcionar.