Antes y después

A mi juicio debería haber un antes y un después de este artículo de Alberto Gómez Corona en Libertad Digital.

Germanico
Germanico

No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

Artículos: 465

18 comentarios

  1. Una cosa es el conflicto racional y otra la soberbia. Una cosa es confiar en la superioridad de tus argumentos y otra dejarte arrastrar por tu propia conciencia de superioridad hasta «La Frase». Cuanto más listo se sea, más cuidado hay que tener con «La Frase». Es cierto que algunos cristianos se han creído la miel de la tierra, y no es eso.
     

  2. Yo he enlazado también el articulo, porque me parece muy interesante. La gente no acaba de tomarse en serio que tenemos ciertas tendencias innatas que son erróneas en un mundo que ha cambiado mas en unos pocos cientos de años que en cinco millones de años de evolución. Si creemos que existe el sentido común y el libre albedrío, tenemos que aceptar que ambos proceden de instancias interiores a la persona y no de la cultura. Ahora bien,  ambas no vienen de la nada. Que cada uno a partir procure enterarse.
    Con respecto a lo del aparente insulto, quiero decir que es una pena que la derecha sea tan boba y tan pacata y parece mentira que no se aprenda nada. Si se sienten atacados por hacer un diagnóstico, eso es bueno y positivo,. primero porque al adversario ideológico hay que tenerlo a la defensiva, intentando justificarse a si mismo no atacando a su vez. Es necesario rebajarles en su hiperlegitimidad. Hay que demostrarles que no la tienen.
     
    Me parece lamentable el comentario del que habla de insultos. El perdón y la reconciliación no existen en la tradicion socialista.  Yo he sido socialista y lo se.  Nunca obtendreis la conciliación con los socialistas cuando los socialistas se sienten fuertes. Eso lo sabían perfectamente los que hicieron la transción y es lo que la bobaliconería derechista ha olvidado.
     
    Para los que presumen de cristianos conciliadores, les diré que ni el mas santo de los santos ha sido nunca un bobo. Un santo decía exactamente lo que pensaba, doliera lo que doliera. No nos inventemos ahora una bondad estúpida que nunca ha existido en el cristianismo. Para invenciones ya tenemos a la izquierda.  Espero haber hablado claro aunque duela.

  3. Germánico, no las cambian, pero las ratifican. Como dice (*) es volver a la testiculina. Mis últimas discusiones metafísicas con mis compis de trabajo, muy buena gente todos además, han sido a raíz de giliflautadas tales como por qué narices tiene que venir el Gallardón a gastarse mi dinero en hacer carriles bici en Madrid cuando no hay demanda. Por supuesto, yo era el único que pensaba así. Si intentas argumentarlo y razonarlo, llega un momento en que se quedan sin argumentos, y eso cabrea mucho, pero no reafirma en la postura. Esto otro sí, a pesar de que pueda tener una base.
     
    En cuanto a
     

    desterrarlo definitivamente del mundo de las ideas pretendidamente rigurosas

     
    eso es imposible per se… ¿Por qué? Porque el socialismo no es ciencia, no puede demostrarse, ni, por ende, demostrarse falso: son postulados arbitrarios acerca de los comportamientos humanos… Y al ser así de evanescentes e inaprensibles, imposibilita su defenestración. Otra cosa es que duramente mucho tiempo se presentase como otra cosa, pero su naturaleza es la que es, y no otra, y siempre habrá gente que se agarre a un (a este) clavo ardiendo…

  4. Zapatero es primitivo e ignorante, como todos los socialistas.

    Estas cosas cabrean mucho a la gente. lo último que necesitamos es más cojonudismo, más gente votando con los cojones y haciendo lo contrario de lo que diga la derecha, etc.
     

  5. Ni Alberto en su artículo ni yo ahora utilizamos el término primitivo como un insulto, (*). En la Psicología Evolucionista «primitivo» no es algo «no evolucionado» sino todo lo contrario. Porque todos venimos al mundo con ese primitivismo, que solo una esmerada educación puede trabajosamente contradecir en nuestro fuero interno. Picapiedras somos todos. 

  6. Hombre les estás negando la dignidad intelectual. Una cosa es que tengas razón o no y otra que les tomes por los picapiedra. Así, a todos.
     
     
     
     

  7. ¡Naturalmente que camino por terrenos poco asentados, Geralt! Y al hablar de «acabar con» me refiero a desterrarlo definitivamente del mundo de las ideas pretendidamente rigurosas, no a coartar la libertad de nadie. De esto último solo pueden hablar los que parten de presupuestos liberticidas, de presupuestos…socialistas.
    Vuelvo, (*), a lo que decía antes: la cuestión no es que sea tonto o no, eso es lo de menos, es que es primitivo e ignorante, y eso no es una enfermedad.
     

  8. No me parece que patologizar el socialismo sea el camino, Germánico. Hay militantes socialistas interesados, sectarios, cerriles e incluso amorales pero la idea en cuanto tal no deja de parecerme una página arrancada del cristianismo; una página falsa, sí, pero que no se puede descartar como si fuera propia de cromagones fumados de crack. Tampoco el liberalismo de Adam Smith deja de ser una idea tan respetable como inaplicable, con su génesis histórica y sus determinantes psicológicos.
     
     

  9. Germánico, me da que estás entrando en terrenos poco asentados cuando dices:
     
    ¿Qué mayor bien podría proporcionarnos la ciencia que acabar con esa lacra que genera tantos despropósitos y, desgraciadamente, miseria y muerte?
     
    Eso mismo es lo que probablemente dijesen los socialistas en el germen de su experimento. La ciencia como tal, no puede ni debe siquiera intentar enajenar el libre albedrío a las personas. Que cada uno se rompa la cabeza como quiera. Ése es el meollo del asunto. Por lo tanto, si algunos deciden elegir un modelo de sociedad socialista, allá ellos… Lo importante sería que las decisiones de esas personas no cercenasen la posibilidad de que el resto que no comparten esa opinión, aún siendo una minoría, pudiesen organizar su vida de acuerdo a como decidiesen mejor. Y ésta es, a mi juicio, la cuestión que va posiblemente a provocar una fractura en la sociedad a no mucho tardar…

  10. Más o menos tonto, amigos, lo que resalta Alberto es que lo que le convierte en una máquina de generación perpetua de despropósitos no es su estulticia, sino su pensamiento primitivo no debidamente eliminado con una ilustración sobre la realidad psicológica, social, política y económica humana.
    Creo que este artículo marca un antes y un después porque pone sobre el tapete algunas de las cuestiones fundamentales que deberían servir de cimiento a una ciencia económica evolucionista, o que contemple el peso de la evolución sobre nuestro comportamiento (psicología evolucionista) en cuestiones económicas (economía). Esta ciencia, combinada con la neuroeconomía, podría servir al loable y deseable fin de acabar con el socialismo. ¿Qué mayor bien podría proporcionarnos la ciencia que acabar con esa lacra que genera tantos despropósitos y, desgraciadamente, miseria y muerte? 

    No nos engañemos por la sencillez y claridad de la exposición. Esto sucede muchas veces con las ideas evolucionistas, desde la original expuesta por Darwin de la selección natural.

     
     

  11. El artículo está muy bien, es relevante, es una interesante y original aportación desde el punto de vista de la ciencia evolucionista, pero no hay que exagerar. Ni que fuera la teoría de la relatividad de Einstein.
    En cuanto al ya trillado debate sobre si el niñato es tonto o no lo es, yo suelo decir siempre que el niñato ha demostrado ser astuto para la politiquería casera, buen maniobrero cortoplacista, buen manipulador en plan flautista de Hamelin, pero intelectualmente nulo, naif y sectario. Eso, al final, acaba pasando factura. Su astucia es de corto recorrido. Las graves deficiencias intelectuales de este personaje se han puesto de manifiesto en muchas ocasiones. Me remito, por ejemplo, al inefable prólogo que escribió para un libro de Jordi Sevilla (De Nuevo Socialismo).
    Recordemos sus propias palabras:

    “Ideología significa “idea lógica” y en política no hay ideas lógicas. Hay ideas sujetas a debate que se aceptan en un proceso deliberativo, pero nunca por la evidencia de una deducción lógica. En política no sirve la lógica, es decir, en el dominio de la organización de la convivencia no resultan válidos ni el método inductivo ni el método deductivo, sino tan sólo la discusión sobre diferentes opciones sin hilo conductor alguno que oriente las premisas y los objetivos; entonces todo es posible y aceptable, dado que carecemos de principios, de valores y de argumentos racionales que nos guíen en la resolución de los problemas.”

     

    Por otro lado, hay quien dice que un idiota es más peligroso que un malvado. Al fin y al cabo, los malvados descansan de vez en cuando; los idiotas, en cambio, no descansan jamás.

  12. A mí sí me parece tonto, o más tonto que malo. Un sujeto fallido, que tiene una cabeza sobre los hombros, como podía tener un anuncio de Mahou o un molinillo. Y como él es como es, lo demás sale como sale. Gracias a Dios, no ha intentado ser de derechas.
     
     

  13. Es verdaderamente de agradecer la claridad meridiana con la que Alberto explica el fundamento natural del socialismo.

  14. Como no lo puedo decir en LD (los residentes en el extranjero no podemos darnos de alta allí) lo hago aquí:

    magnífico artículo, Don Alberto.

Los comentarios están cerrados.