El Ministro de Cultura danés, Mikkelsen, ha tenido la osadía de llamar a las cosas por su nombre y, claro, los sumisos al islam se le han echado encima:
… Mikkelsen’s statements at the Conservative Party’s national congress.
‘In the middle of our country a parallel society is developing in which minorities practice their Middle Age norms and undemocratic mindset. We cannot and will not accept this,’ Mikkelsen said.
Members of the committee felt that Mikkelsen’s comments gave the cultural canon project a political slant.
‘I am simply so outraged,’ said author and professor of literature Mette Winge. ‘Danish culture should not be used to stigmatise an entire population group.’
The chairman of the committee, Professor Jørn Lund, backed her up.
‘I see the canon project as an attempt to point to a number of valuable works of art, but not as an instruction manual in Danish values. The project should be considered as a tour of good artistic experiences, not as a pointed finger,’ he said.
Mikkelsen said that his comments had been ‘misunderstood’.
‘A number of discussions have been mixed together. One of them is about a cultural struggle to protect against fundamentalist values. It’s about democracy, equality, and tolerance,’ said Mikkelsen. ‘The other discussion deals with the cultural canon, which is a gift to the people.’
Son las cosas de la corrección política mal entendida.
Teresa, de acuerdo contigo. Con los tolerantes, tolerancia, con los intolerantes, tolerancia cero.
Tolerancia TODA con las costumbres que no sean anti-democráticas, que no vayan contra los derechos humanos de una parte de la población (de las mujeres, por ejemplo) o que no sean un delito tipificado en el código penal (como la apología de la violencia para imponernos sus ideas, o la apología del terrorismo).
Nos ha costado muchos siglos y muchos muertos, a los occidentales, conseguir generalizar en nuestra sociedad estos valores como para permitir que ahora venga gente de fuera y no los respete. Si respetan nuestros valores occidentales nosotros no tendremos ningún inconveniente en respetar su religión (vease el ejemplo de los bosnios). Y si a pesar de nuestros esfuerzos para que se integren en nuestras sociedades hay algunos de ellos que siguen despreciándonos e intentando imponernos unos valores inaceptables, pues habrá que deportarlos de vuelta a sus países. No podemos ceder en nuestra defensa de algo que es fundamental para nuestra supervivencia. Y no hay que perder de vista que son esos valores anti-democráticos y anti-derechos humanos los que impiden que sus países progresen , obligándoles en consecuencia a emigrar.
No hay que confundir «Tolerancia» con «Debilidad» en la defensa de nuestra civilización que, hoy por hoy, es la más avanzada del mundo, no sólo en tecnología sino, sobre todo, en valores morales y sociales.