No deja de resultar tremendamente chocante el desparpajo con el que diputados, presidentes y secretarios de Estado de todo pelaje y condición hacen gala de la más absoluta de las ignorancias. Ahora que se nos viene encima el proceso electoral más largo y asfixiante que recuerdo, no está de más recordar lo poco leídos que son muchos de los que se presentan y la pereza mental que destilan cada vez que abren la boca. No dudo que el electorado responda mejor a ideas-fuerza, eslóganes y frases chocantes pero sencillas, y que con ello ganen más votos. Lo que no es en absoluto imprescindible es que el andamiaje intelectual que las sustenta sea tan pobre, tan carente de lógica y tan falaz.
Hoy (martes) tenemos un par de ejemplos que demuestran que el poder es una torre de marfil que cada vez está más alejada del suelo y que por ello los políticos cada vez pisan menos el barro.
Por un lado, el presidente de México pedía a Felipe VI que se disculpase por la conquista de México allá por el Siglo XVI, ignorando en primer lugar los hechos: los aztecas eran una cultural tremendamente sanguinaria y cruel con los pueblos de alrededor, por lo que Hernán Cortés solo necesitó de 400 españoles para someter a todo el Imperio, el resto de soldados eran mexicanos de la época que se unieron al español para derrotar a un poder que los tenía sometidos. Tampoco hubo ningún genocidio, como demuestra la abundancia de habitantes al sur del río Bravo con rasgos indígenas. En segundo lugar, ignora uno de los pilares fundamentales que sustentan el aprendizaje de la Historia: el contexto. No podemos juzgar hechos del siglo XI con los parámetros que regían en el XVI, ni con los nuestros actuales. Sin el contexto, la Historia carece de sentido. Finalmente, aunque desconozco completa la genealogía del personaje hasta el siglo XV, sé que es descendiente de emigrantes por vía materna y tiene dos apellidos netamente españoles, por Lo que según su obtuso, cínico e interesado llamamiento, debería pedir perdón él mismo, como descendiente de emigrantes, que en el peor de los casos también participaron el ese “genocidio” que solo existe en su cabeza alucinada. En cualquier caso, nadie es responsable de algo que hizo otra persona hace 500 años y nadie debe disculparse por ello. Esto también lo ignora el cacique.
Lo peor es que a este lado del charco no nos salvamos tampoco. Los diputados del Parlamento Europeo siguen empeñados en poner puertas al campo de internet, esta vez con una directiva sobre el copyright. Los diputados, como es habitual, ignoran que no se puede legislar lo que no existe y por lo tanto pronto todo quedará en agua de borrajas. Ignoran, interesadamente quizá, que las leyes no protegen de nada y no protegen a nadie, solo dificultan la tarea. Ignoran, por supuesto, que el ser humano es creativo y mucho más capaz de dar la vuelta a la tortilla que ellos de legislar. Y, como López Obrador, ignoran el contexto; el siglo XXI, el de la descentralización de internet y la globalización de las relaciones, no puede regularse al estilo del siglo XIX.