Estudiar matemáticas e informática como «neo-pragmatismo». Parte 1

Como ya sabéis la mayor parte de mis lectores, hace un mes comencé a estudiar matemáticas y programación. Llevo años con el estudio de filosofía y arte, y, concretamente, la parte de lógica o la filosofía abstracta en general me apasionan profundamente. Estas ramas de la filosofía tienen en particular que están sumamente próximas a la matemática y a la informática, hasta el punto de que para entender ciertas cosas de tales campos en la profundidad debida (es decir, para comprender realmente) es necesario tocarlas.

Llevaba años queriendo estudiar matemáticas, pero siempre era terrible la metodología empleada para enseñarlas porque, realmente, no se enseñaban matemáticas sino simples mecanismos de resolución de problemas, en ningún caso fundamentos que permitieran decir al estudiante «entiendo lo que estoy haciendo». Después de eso, llegó la pequeñita y supuso otro retraso en el comienzo de este hermoso aprendizaje.

Entre tanto, yo continué leyendo, hasta que llegó el día en el que decidí que debía retomarlas definitivamente, y si la universidad era un disparate (o al menos esa fue mi experiencia) recursos y libros no me faltaban. Así fue como planifiqué mi primer año de estudio científico propiamente dicho. Concretamente este año estudiaré Python, JS, C, arquitectura de computadoras y el Calculus de Spivak. Estoy, en el poquísimo tiempo que llevo, aprendiendo a toda velocidad y de manera bien asentada, y subiendo cada semana artículos sobre lo que voy aprendiendo a fin de afianzar al máximo lo aprendido (método Feynmann pero con artículos en lugar de hacerlo a viva voz).

Lo que me movió fue una profunda pasión por la matemática, pero entonces quizá el lector se pregunte, ¿Por qué entonces programación también? Porque, sencillamente, es muy útil para ganar más dinero al mes, lo cual nunca está de más, y dado que programación es matemática aplicada… Pues ata cabos.

A continuación te dejo, estimado lector, el link para que puedas ir a la parte 2, en la que explico con mayor profundidad el por qué de escoger este conocimiento:

Learning math and computer science as “neo-pragmatism”

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Sofía Rincón
Sofía Rincón

Escritora y artista multidisciplinar. 1993. www.sofiarincon.org

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3 comentarios

  1. ¡ Vaya, Sofía !
    Yo , seguramente podría ser tu abuela. De joven, hice el bachillerato de ciencias, que quería hacer medicina, pero cuando me casé ( en el 65 ) dejé la carrera, en tercero, como se hacía entonces, y como prácticamente me obligaron las dos familias.
    Pero siempre me encantaron la geometría, los juegos de lógica. Y mi hijo menor , el genio de la informática, ( 43 añitos), me regaló los libros de Spivak hace unos años. Y lo intenté, pero al cabo de una página , las fórmulas se me volvían abstrusas, y se me olvidaba lo que representaba cada letra y cada signo.
    Mi chico me dice que soy una vaga de siete suelas, y que no me molesto, y que, cada vez que hay un problema de lógica, o de repartos de cosas aparentemente imposibles de dividir, soy la primera en dar la solución. Se ve que con las fórmulas tengo una reacción histérica de pánico.

    El caso es que me gustaría recomendarte un libro Calculus Made Easy, de Silvanus P. Thompson ( el original, no la actualización de Martin Gardner, que lo alarga y complica ). A mí me está pareciendo más asequible que el Spivak. Claro que avanzo a paso de tortuga de la 3ª edad.

    Pero si yo soy capaz de vencer al libro, con mis chorrocientos años, ¡ Como no ibas a poder tú con él !
    Un abrazo, y Gracias

  2. El «CALCULUS» de Spivak … y por vocación. Vayan dos toneladas de aplausos por mi parte junto con mi admiración. Yo lo sufrí en primero de Industriales en la Politécnica de Madrid, hace más de 40 años. Lo aprobé a la primera, en junio, pero me costó sudores; es un buen libro de cálculo infinitesimal, pero para abordarlo con una cierta base o de lo contrario se hace duro. Aún recuerdo de memoria el primer problema del primer capítulo; ha sido mi referencia durante muchos años para hacerle a cualquiera un test rápido de ideas claras sobre matemáticas.

    Me he dedicado a programar profesionalmente durante más de 30 años de mi vida; hice mis primeros pinitos en la universidad, en 1977, trabajando con un teletipo a guisa de terminal interactivo, cinta de papel y fichas perforadas; considero que es una de las cosas más intelectualmente retadoras y estimulantes en que te puedes embarcar. Está bien pagada, pero llegar a ser un buen programador profesional lleva, como tantas cosas, bastante tiempo de correcta y adecuada práctica.

    Muchísima suerte con ambas cosas y mis mejores deseos.

    • Pues entonces debemos ser de la misma edad y promoción. Lo que sí he de remarcar, en agradecimiento a mis profesores, fue que a mi me obligaron a «demostrar» toda la matemática que me enseñaron. Nunca me enseñaron a «resolver» nada. Y eso fue fundamental para que posteriormente la carrera de industriales fuera un paseo.

      También empecé con un digital PDP11 (de 32K, y cinco millones de pesetas de la época) de cinta perforada en un centro de cálculo donde me fragüé. Después también me he divertido mucho realizando programas profesionales (es apasionante cómo programar te puede volver reflexivo porque el menor error tiene consecuencias, y siempre es tuya la culpa).
      Las matemáticas son el idioma de la naturaleza. Sólo ellas te permiten comprenderla. Quien se sumerge en ellas es siempre recompensado. Pero lo que vale cuesta, claro.

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