La Era de Putin (entrevista a Yuri Felshtinsky)

Gorbachov dimitiendo en la Navidad de 1991

El día 31 de Diciembre de 1991 la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) dejó de existir. Unos días antes, el 25 de Diciembre, en un discurso televisado, el entonces Presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, dimitió de forma irrevocable. Durante aquel año de 1991 habían pasado demasiadas cosas. Desde dentro del Partido Comunista, los muchos elementos descontentos con la gestión aperturista y renovadora de Gorbachov, habían tratado de usurpar el poder con un golpe de Estado encaminado a lograr darle marcha atrás a sus reformas. Pero aquel camino seguido por la URSS desde 1985, con la Glásnot (transparencia) y la Perestroika (reestructuración) era una autopista de cuatro carriles y un sentido, lo más parecido a un camino de no retorno.

Boris Yeltsin no dejó pasar aquella ocasión para alzarse como el protagonista político y líder de los Rusos, dando un discurso subido a uno de los tanques enviados a la Duma y abortando el golpe. Detrás de él, siempre en silencio, iban a estar desde entonces las fuerzas de inteligencia y de seguridad del estado de la Federación Rusa. El Servicio de Inteligencia Ruso, antes concentrado en el todopoderoso KGB, se había disgregado en numerosas organizaciones a lo largo de 1991 para que se perdiese mejor su pista. La KGB no quería ser otro de los edificios derrumbados por la demolición de la URSS. Así que siguió operando en la sombra bajo numerosas denominaciones y con una libertad de movimientos de la que no había gozado en el sistema soviético, en el que el Partido Único controlaba su actividad.

Yeltsin pronunciando el «discurso del tanque»

Pasaron casi diez años en los que, bajo el mandato de Yeltsin, Rusia apostó, sobre el papel, por la economía de mercado y por la democracia. Pero los poderes en la sombra, nada democráticos ni liberales, más amigos del soborno o del robo que del comercio, dentro de los cuales los principales actores eran mafiosos, ex agentes del KGB y miembros de una burocracia corrupta, no dejaron mucho espacio respirable para que se crease una sociedad abierta. Los que supieron arrimarse al poder político mientras especulaban en lo económico con las grandes empresas estatales, se convirtieron en personajes eminentes, un grupo muy reducido de personas a la que pronto se le pondría un nombre: «Oligarcas», y que resultaba además perfecto para buscar en él cabezas de turco a los que culpar de los males del país, llegado el caso.

Uno de aquellos Oligarcas, llamado Boris Berezovski, que se enriqueció con todo tipo de negocios en los márgenes de la legalidad, alcanzó cierta notoriedad e influencia en el Kremlin. Los servicios secretos quisieron eliminarlo, pero su plan fue desbaratado por el agente encargado de la misión, Alexandr Litvinenko, que no sólo se negó a cumplir las órdenes sino que además lo hizo público, poniendo de manifiesto la corruptela existente en el FSB, el servicio de inteligencia de la Federación Rusa, aunque su testimonio no sirvió para otra cosa que para señalarle para la muerte.

Boris Berezovski chochándosela a Boris Yeltsin

Fue Berezovski el que eligió un sucesor para Yeltsin, haciendo ese papel que tanto le gustaba de consejero imprescindible del Presidente para asuntos de envergadura. Un declinante Yeltsin, que había perdido gran parte de su credibilidad entre los rusos y que se encontraba además en franca decadencia física, sabiendo que sus días estaban contados y que una vez dejase la Presidencia tendría que rendir cuentas de más de un asunto incómodo, aceptó al candidato que Berezovski le ofreció como sucesor:  un oscuro agente del FSB, por entonces un perfecto desconocido para los rusos, llamado Vladimir Putin.

Se acercaba el fin del siglo, y del milenio. 1999 sería un año cargado de acontecimientos trascendentales para el futuro de Rusia. En Agosto Yeltsin nombró a Vladimir Putin Primer Ministro, destituyendo sorpresivamente a su predecesor. Las destituciones y nombramientos fulminantes eran una de las características del particular modo de gobernar de Yeltsin, así que en principio no parecía un cambio ncesariamente trascendental.

En Septiembre, un mes después, comenzó una terrorifica cadena de atentados contra edificios de viviendas en distintas ciudades rusas, una de ellas Moscú. Murieron casi 300 personas y hubo más de 600 heridos. Los atentados cesaron repentinamente tras un extraño incidente que se produjo en la ciudad de Riazan. Un vecino vio a unas personas, que luego fueron identificadas como miembros de FSB, saliendo de su edificio y descubrió una fuerte carga explosiva debajo de las escaleras. Los responsables del FSB dijeron con un cinismo verdaderamente delirante que se trataba de un ejercicio de entrenamiento. Y la pregunta es ¿Por qué el FSB estaba atentando contra civiles rusos? ¿Qué podían ganar con ello?

Un auténtico proceso de reestructuración

Vladimir Putin lo dejó claro. Como Primer Ministro se presentó a sí mismo como el adalid de la lucha contra el terrorismo:  «Perseguiremos a los terroristas por todas partes: si es en un aeropuerto, pues en un aeropuerto; y si los encontramos en el baño, discúlpenme, pues los liquidaremos en el mismo retrete. Ya está, así se acaba el tema«. Para Putin la opinión pública no tenía que albergar dudas sobre la autoría de los atentados: habían sido los chechenos, con los que se mantenían escaramuzas desde Agosto de ese mismo año. Putin iba a mostrarse como el hombre fuerte de Rusia y a pasar de ser un perfecto desconocido a la estrella más brillante del firmamento ruso yendo a visitar a las tropas destacadas en la frontera chechena y preparando la guerra.

Era día 31 de Diciembre del 1999, fin de siglo, fin de milenio, Yeltsin se dirigió a la nación en su último discurso como Presidente, doce horas antes del esperado discurso de fin de año del Jefe de Estado: «Llega una nueva generación, que podrá hacer más y hacerlo mejor». Y a medianoche Vladimir Putin apareció como nuevo Presidente y dio un breve discurso inane de unos pocos minutos. Era Presidente en funciones hasta que se celebrasen las elecciones de Marzo del 2000, en las que confirmaría su Presidencia democráticamente tras una campaña en la que los medios de Berezovski lo ensalzaron hasta la extenuación y se articuló toda una parafernalia política a su alrededor para darle apoyo. Había comenzado la Era de Putin.

Un libro que le costó la vida a más de uno

 

Podríamos seguir escribiendo páginas y más páginas de la historia de Rusia posterior al ascenso al poder de Vladimir Putin. Y muy probablemente en una próxima ocasión podamos contar algunas cosas más, para ponerles al corriente de la actualidad de Rusia. Pero nuestra intención en este post es dar la palabra a un héroe ruso discreto (nada que ver con el héroe que pretende representar el macho alfa Putin en sus continuadas apariciones televisivas practicando sambo, montando a caballo con el torso desnudo, nadando en un frío lago o matando tigres). Hace 10 años de la publicación de la obra de Yuri Felshtinsky (coescrita con el espía Alexandr Litvinenko) y creemos que es un buen momento para que nos haga un balance del tiempo pasado desde que Rusia fuera dinamitada para que llegara ésta la Nueva Era de Putin.

Agradecemos al Profesor Yuri Felshtinsky su amabilidad al responder a nuestras preguntas que, de no haber sido por Álvaro Cortina, no habría sido posible escribir de forma plenamente inteligible en la lengua de Shakespeare. Recuerden acudir a sus lecciones magistrales.

 

En inglés:

 

1.-In your historical work on the Russian revolution you pointed out that the Bolsheviks behaved like a mafia in all aspects. Is not that the prevailing trend in Vladimir Putin’s Russia, only that the Godfather has got rid of all his rivals? Does his ambiguous glorification of the figure of Stalin – while on the other hand he does not celebrate the revolution anniversary- have a special meaning?

 

If you ask Putin whom he considers his hero, it will not be Stalin. It will be Yuri Andropov instead. Specifically, starting in 1917 when the Bolsheviks took power in Russia and when the first Secret Police (the “VChKa”) was created, the struggle began between the Communist party and the VChKa for the control of the state. The Communist party was victorious in this struggle until 1982 when the Chairman of the KGB (a successor to VChKa), Yuri Andropov, managed to become the General Secretary of the Communist Party in 1982. He died in 1984, of course, but this was the first time when former KGB Chairman became the Leader of the Soviet State. The second time this happened was in 2000 when former Director of the FSB (a successor to KGB), Vladimir Putin, became the President of the Russian Federation. This is why the real hero of Putin is Andropov, not Stalin, or Lenin, or any other communist leader of the old times. Indeed, he is also not interested in having strong Communist party since it might start to compete with him for power again as was the case in the period between 1917 and 1991 (the year, in which the Soviet Union collapsed).

 

2.-The Process, by Franz Kafka, is a scary book that describes reality in which everything is distorted to an almost dreamlike unreality, and the protagonist, accused of false charges, goes through a painful process (hence the title of the book) in which he is judged and sentenced according to procedures unintelligible to him, a reasonable and honest person, who until the day before his arrest believed to be an exemplary citizen complying with the law. Kafkaesque processes have become Russia, it seems, in that through the usual judicial processes, the voices are silenced, uncomfortable adversaries are eliminated, legitimately obtained benefits are forfeited or a fear is instilled. What does Vladimir Putin’s «Dictatorship of the Law» represent for you?

Once again, we have to see contemporary Russia in a historical perspective. Russia was an absolute Monarchy prior to 1917. It became communist dictatorship in 1917 and existed as a dictatorship until 1991 when the Soviet Union collapsed. We may consider period between 1991 and 1999 a democratic period. These were years of chaos and anarchy, crime and lawlessness, economic reforms and frustration for the majority of the population. But politically, these were the only nine years when Russia existed as a country trying to create democracy.  It failed. Nine years was obviously not enough. In addition, Russia was an unhappy country. Price of oil, on which the Russian economy depended, was $9-$12 per barrel. It was around $50 per barrel in 2000 when Putin became the president and around $150 per barrel by 2008. Putin did not reform the economy; Putin never created anything or built anything. He just happened to be lucky. With surplus of money he had by 2008, he invaded Georgia. Oil prices went down due to the destabilization of the world economy as a result of the invasion. He waited several years until prices recovered and when the price for oil rose to more than $100 per  barrel again in 2014, Putin invaded Ukraine (resulting in both the drastic drop in the price for oil and Russian ruble losing half of its value).

By that time, by 2014, he firmly controlled the press in Russia. He practically liquidated the Russian parliament as an independent political institution, he organized killings of several major political opponents, and he usurped both central and local elections, thereby effectively taking control of the state by promoting to major government and political positions thousands of former and active FSB officers. By now Kremlin is completely isolated from people, like it was in the old USSR. But there are some differences as well. Russia today is a market economy. We may call it a corrupt market economy, but nevertheless it is a market economy. Russia also has open borders, which means that everybody who is sick of living under Putin may choose between fighting him or emigrating abroad.  The USSR had neither market economy nor open borders.

The rules of the game which he introduced are very simple. You may enrich yourself, you may be corrupt, you may even steal from the budget. But you cannot compete for power with Kremlin. If you compete for power you will be ruined, destroyed or even killed. As soon as several major “oligarchs” like Boris Berezovsky, Vladimir Gusinsky and Mikhail Khodorkovsky were ruined financially and ended up either in jail or abroad, the new rules of the land were accepted by the rest of the Russian business community. And those political opponents who could not be ruined financially and who refused to be silenced were either killed like Anna Politkovskaya and Boris Nemtsov, or were forced to emigrate like Garry Kasparov.

 

3.- Putin proclaims that he wants to give Russia back its greatness. Many Russians support him because they believe that stability has finally returned and that now Russia is stronger. Putin presents himself as a strong leader who does not tremble, as a genuine statesman. How do you see that supposed greatness, that supposed stability and that supposed strength?

Boris Yeltsyn was never perfect. He made many mistakes and committed some crimes. It was under Yeltsyn that two Chechen wars were started by the Russian government against Chechen republic. Hundreds of thousands of people were killed or wounded. Many more were forced into exile. But strategically Yeltsyn was trying to make a European state out of Russia. He always wanted Russia to be part of Europe. That is why he never saw Europe and the United States as Russia’s enemy.

Putin dramatically changed his strategy for Russia. He is dreaming about Russia being a superpower again, like in the old Soviet years. He wants Russia to be opposed to both the USA and Europe. He claims that the collapse of the USSR is both a major geopolitical catastrophe and his greatest personal tragedy.  He introduced the old Soviet hymn again. He renamed the Russian News agency as TASS (Telegraph Agency of the Soviet Union). He dramatically increased military budget. He gave more power to the FSB. He grabs neighbors’ territory every time he has a chance to do so. The greatness of his country he understands in old Soviet format only. Since he controls the press and television he is using these media as a major propagandistic tools, the way it was done in the USSR only in a much more aggressive and clever manner. Every time he is committing a crime, even if this happens outside Russia (like the murder of Litvinenko in London in 2006, or the invasion of Georgia in 2008, or the invasion of Ukraine in 2014, or intervention into US elections in 2016), he remains unpunished since those crimes are so serious that in a contemporary world of pragmatism it is very difficult to punish a country or a leader in accordance with the committed crimes.

He looks strong because he suppressed opposition inside Russia and does not care what the rest of the world thinks about him outside Russia. Somehow he lived according to the Russian saying «боишься – значит уважаешь» (boishsia – znachit uvazhaesh) — “if you are afraid of me this means you respect me.” Ironically, in Russia many people think this way.

 

4.- Chechnya, despite being a small Republic, was the epicenter (much to Putin’s  dismay) of the political earthquakes that elevated Vladimir Putin to the Presidency of Russia. You wrote a book, together with Alexander Litvinenko, in which you explained how the FSB led Putin to lead Russia. The book was never published in Russia and Litvinenko himself and many of those who had something to do with the publication of the book were killed. Could you tell our readers in a few paragraphs the truth that the Kremlin has tried to conceal for all these years, and could you please tell us about Alexander Litvinenko?

This story is long and dramatic. Yes, it took us a book to explain what was going on in Russia in 1999-2000 when Vladimir Putin just transitioned from being Director of the FSB to the position of Prime Minister, then acting president of Russia and finally became President. It all started with major terrorist acts in several Russian cities, including Moscow, in September of 1999. 300 people were killed. We wrote a book about it and demonstrated that this was done by the Russian Secret Services. The government banned the publication and distribution of the book claiming that we revealed “state secrets.” The book was published abroad only. In 2007 soon after the murder of Alexander Litvinenko in November of 2006 in London with radioactive poisoning polonium-210, the book became a bestseller and was published in more than 20 countries, including Spain. But it is still banned in Russia.

The last time I talked with Alexander Litvinenko was by phone on November 8, 2006. Around 5 a.m. Boston time, I received a call from the Moscow newspaper Novaya Gazeta with the request to comment on the incoming information that Alexander had been poisoned. I asked them to call me back later, and dialed Alexander’s mobile. At that time he was already in a London hospital. He told me that he had lost around 15 kilograms of weight, that his body was rejecting all food and liquids. But his voice was very strong, and we talked for at least 15-20 minutes, maybe even longer.

That day, Alexander believed that he had survived the assassination attempt. He understood that he had been poisoned; he knew that this was done by Russia’s Federal Security Service (FSB), and he was sure that the order had come from the President of Russia, Vladimir Putin. But he was also sure that he had survived, and that the worst was over. I did not ask him many questions, thinking that he was too weak to analyze the situation and to answer my inquiries. “In a few days,” he told me, “I will be home. We will have time to talk later.”

On November 23, 2006, Alexander Litvinenko died. He was a former Lieutenant Colonel of the Federal Security Service’s special anti-organized crime unit. This was his profession. This was his life.

I had known him since 1998. That was a very difficult time for him. He had received an order from his superiors, and for the first time in his life, he did not know what to do. The order was to kill a very rich Jewish Russian who had accumulated a lot of money during the Yeltsin era in Russia. The name of that person was Boris Berezovsky, who at the time was a government official—the Executive Secretary of the Commonwealth of the Independent States.

Alexander made his choice. He came to Berezovsky and told him about the order. He went public with his story at a press conference, declaring that some top generals of the FSB were definitely breaking the law and giving their junior officers illegal orders. This was the end of Alexander’s career with the FSB. He was fired.

Alexander knew that, sooner or later, he would be punished for his “betrayal” at that press conference, and that even the rich and influential Boris Berezovsky would not be able to help him. He was right. In March of 1999, Alexander was arrested and imprisoned for a fictitious “crime” that the government claimed he had committed some years earlier.  He was released from prison in December of 1999. By that time I was involved in my new research project, investigating the apartment building explosions of September 1999. There were many things that I could not know or understand. I needed Alexander’s help and explanations. I needed information. He was the only former FSB officer whom I could trust. So, I went to see him and asked for his help.

We talked through the night. He told me that something very similar to the explosions of 1999 had taken place in Moscow in 1994, prior to the first Chechen War and the previous presidential elections.

I left Moscow the next morning, on September 24, 2000. With me, I brought the notes that became the skeleton of our book “Blowing Up Russia: Terror from Within”. This was my last trip to Russia.

That same night in Moscow, we also discussed Alexander’s escape. He had been released from prison, but was under 24-hour surveillance by the FSB. Two cars with three persons in each followed him during the day. One car was always on duty during the night. I saw this with my own eyes when I came to see him. He had no future in Russia, and his next arrest was only a matter of time. It took us a night to plan the escape. One week later, he crossed the border.

In August 2001, several chapters from our future book were published in Russian in Moscow’s Novaya Gazeta. Since then, several people who had been assisting us were killed. Vladimir Golovlyov and Sergei Yushenkov, members of the Russian Parliament (the State Duma), were helping us to transport the forbidden tapes of the banned documentary Blowing up Russia (Assassination of Russia), based on the book. They were both gunned down. Golovlyov was killed on August 21, 2002, and Yushenkov on April 17, 2003. Yuri Schekochikhin, a member of the Russian Parliament and the deputy Editor-In-Chief of Novaya Gazeta, was poisoned. He was in a coma for some time and died on July 3, 2003. I had met Schekochikhin in Zagreb, Croatia in June 2001 and had given him the manuscript of “Blowing Up Russia” for publication in his newspaper.

 

5.- Trump and Putin have shaken hands and praised each other at the Asia-Pacific Summit. Apart from agreeing on the Syria issue, which we do not know that new tragedies will lead to the conflict zone, what could these two presumably most powerful leaders in the world come up with? What role can China, the other great power, play in the secret agreements of Russians and Americans?

The conflict in Syria is very complicated. The American policy towards Syria is contradictory. But Americans entered the war with a goal to take Assad down and to end the war. Russia intervened in Syria with a goad to support Assad and to be sure that civil war in Syria will never end. Quietly and slowly Trump gave in to all Russian demands. We do not hear from Trump that we need to change the regime in Syria. All we hear now is that US needs Putin and his support to end conflict in that country.

By now Syria is a lost territory. Nothing good will happen there for a long, long time. What is also important that Iranian involvement and influence in Syria is constantly increasing and this poses a danger for two US allies in the region: Israel and Saudi Arabia. Both of them are nervously following the developments in Syria and the rise of the new regional superpower: Iran. This is happening, of course, with an open support of Russia, the only ally Iran has in the world.

If we talk about China, we probably should look into potential US – North Korea conflict. Here, many things depend on China, which is one of the major supporters of North Korean regime. This does not mean that China wants North Korea to develop nuclear weapons. But this means that China does not what to see North Korea to be united with the South Korea and become one united South Korea. At the same time, there are certain limits of influence which China exerts over North Korea and we should not think that it is totally up to China to pacify the North Korean regime.

Russian position is very different. I would not be surprised if sooner or later we find out that Putin actually supports North Korean leadership and by doing so, is provoking a conflict between the United States and North Korea. The only regional country which will gain in case of this military conflict is Russia since the war between US and North Korea will open new opportunities for Putin to offer himself as a partner for peace negotiations the way he is offering himself as a partner to negotiate peace in Syria and even in Ukraine where he himself created the conflict.

We can only guess what Putin will want in return for his not involvement into US-North Korean war on the side of North Korea.

 

6.- War, espionage and propaganda have been carried out for generations by land, sea and air, and with physical and human means, and very recently, since the Cold War, also from outer space, with satellites; however, in recent years, cyber warfare, cyber-espionage and cyber-propaganda have become an economic, fast and effective way of stealing, destroying and deceiving opponents in the struggle for power. In this type of war, Russia may not have been behind. It is said that Russian hackers could be behind the electoral debacle of Hillary Clinton and the agitprop in Europe in favor of right-wing or secessionist groups (e.g., the Catalan nationalists in Spain). What role do you think Russia is playing in the new ways of waging war on the net?

The USSR was always trying to catch up to the United States. In this struggle for equality the Soviet Union collapsed. Putin understands from this historical experience that Russia is not able to compete with the US or EU economically, that it cannot offer its citizens the comfort of life accepted as standard in both the USA and Europe. What Putin is trying to do instead is to create various problems for the developed world to destabilize situation there, and by lowering the level of stability and prosperity in those countries, to decrease inequality distance between Russia and both US and EU. Destabilization of political stability through Russian intervention into election process in democratic countries where elections are the major tool of stability is actually the cheapest way of waging a war in a contemporary world.  We see how much damage was done in the United States by Russia’s intervention on behalf of Trump who is now paying back to Putin by trying to change US foreign policy into pro-Russian direction everywhere possible, including in Syria and Ukraine. We witnessed how Trump was attempting to dissolve NATO stating that this organization is “obsolete,” how he is trying to push the United States towards “isolationism,” which in reality means that he is trying to push Europe, especially Eastern Europe, and, first of all, former Soviet Republics, under Russian control. This probably will not work at the end since Putin-Trump conspiracy was discovered and it is very difficult for Trump to fulfill obligations which he undertook in relation to Putin. Nevertheless, we see that Trump is still stubbornly refusing to criticize Putin, or the Russian government, or the Russian politics for whatever Russia is doing. Publicly, he emphasizes every time that he is absolutely happy with Putin, even when he is expelling hundreds of the US diplomates from Russia.

So, Putin has his man in the White house. This may not be enough to fulfill major strategic goals which Putin has: the liquidation of NATO and dissolution of the European Union. But this creates opportunities for both. That is why Putin is supporting the right-wing European political parties, which support their respective countries leaving the EU. And that is why he is supporting any separatist movements, including Catalonian movement for independence from Spain. After two bloody wars against the Chechen republic, this support looks especially cynical. We probably will witness in the future Russia’s support for the creation of independent Kurdistan since this is the easiest way to blow up Turkey and through this to weaken NATO. Although two major Russia’s allies – Syria and Iran – are not interested in the creation of Kurdistan, of course, since part of the Kurdish nation lives in Syria and Iran.

Cyberwar, in a broad meaning of this word, including Facebook, Twitter and even TV (especially Russian TV propagandistic channel Russia Today), is the main tool of this subversive activity of the Russian government. In this war, Russia not only competes with the developed world but has many advantages in that competition. The main advantage is that Russia is waging this war, while the rest of the world just watching and doing nothing. We hear from time to time that Europe and the US are allocating some resources to confront the Russian propaganda. But these resources are good enough just to start studying the problem and not to resist a major war which is conducted by Russia against the West for several years now.

 

7.- As far as the conventional war is concerned … how far do you think Putin is willing to go to enlarge his empire? Will it continue to bite bordering states such as Ukraine?

In 2008, for the first time since the collapse of the USSR, Russia was using its army outside its borders to take control of the two regions of Georgia. The world did nothing. In 2014, Russia annexed part of Ukraine called Crimea. The world was critical but did nothing. Then Russia invaded Eastern Ukraine with the apparent goal to occupy whole Ukraine or Eastern part of the country. The Free World introduced very limited sanctions and Putin stopped the aggression in Europe.  Instead, he moved into Syria and started to be active in Europe with the apparent goal to assist friendly political forces. He succeeded in promoting pro-Moscow governments in Czech Republic and Hungary. He failed in France and Montenegro, where Russian special forces tried to organize a coup d’état. He tried, and will continue to try, to destabilize situation in Germany and to undermine or weaken Angela Merkel.

There is also a possibility that the FSB is playing an active role in supporting terrorism in Europe. Suspiciously large number of terrorists is coming from former Soviet territories, including Russia, and this might be an indication that the FSB, especially the Chechen FSB controlled by current President of the Chechen Republic Kadyrov, are involved. A Chechen terrorist, of course, was involved in major terrorist act in Boston in 2013.  This connection between Tamerlan Tsarnaev and Russian/Chechen Special Forces is actually a proven fact.

Yet, destabilization of the West is just a tactic, not a goal in itself. The strategic political and geopolitical goal is recreation of a sort of Empire, something similar to the Soviet Union, at least with respect to its European portion. The instability in Europe assisted by Trump in the White House and instability in the US if the Second Korean war becomes a factor, creates new opportunities for Putin which he will definitely use. For Putin, this is just a “wait-and-see” approach. There are two gun barrels which may explode any time: North Korea backed by Russia, and Syria backed by Russia and Iran. Like in the case of rising oil prices in 2000th, Putin still believes in his star. He is always ready to advance in Europe when the opportunity presents itself. But this cascade of small permanent blitzkriegs may end with the full scale World War III suddenly, when it is not expected by all sides involved, exactly like it happened in 1914 or in 1939.

 

8.- Michel Eltchaninoff has written a book, in which he intends to introduce himself in Putin’s mind, in his vision of Russia, of the Slavs, of the Orthodox, of the Eurasian Empire, Putin presented himself as a candidate without any ideology at all. In case of having some it is not easy to glimpse it. What do you think Putin has in mind?

Without great success, Putin tries to create his own ideology for Russia. He tries to appeal to the “Russian World,” or “Russian Spirit,” or even just patriotism. This is actually a direct ultra-nationalist ideology. Nothing new.  With the help of Russia’s TV, which he controls, this serves simple propagandistic goals in critical period of wars against Georgians or Ukrainians, or in everyday propaganda against the West, particularly against the United States. We have to understand, of course, that in today’s Russia, “anti- Western propaganda” is much more aggressive than during the worst years of the Cold War under the Soviet regime. It does work for domestic purposes. It does partially attract millions of Russians living abroad and watching Russian TV. It probably will never become a deeply-rooted national ideology the way in infiltrated minds of Germans under Hitler. This is mainly because Russia is not a Russian State in the real meaning of this word. It is easy to force Russians to believe that the rest of the world hates Russia and wants it to go down. It is more difficult to force Russians to believe that they are super nation which should rule the world. Russians live with the deep understanding buried inside them for generations that the rest of the world is actually better. With this belief, they would easier agree to destroy the Western world, so that it does not impose its values on them.  But they do not believe that they possess their own values which might be imposed on Europe or the United States. Russian imperialism of Putin’s Russia at the end leads to territorial expansion of the “Russian World” the way it was done by continental Empires in 18th and 19th centuries.

 

9.- And finally, what are you now working on?

Like a good half of my country, the United States, where I have lived since 1978, I am now studying the history of Putin’s involvement into US 2016 presidential elections on behalf of Trump, trying to understand how it was done and who personally was involved in this most successful FSB operation since 2000 when the FSB managed to make former FSB director Vladimir Putin president of Russia.

 

 

Putin entrando al Poder por la Puerta Grande

En Castellano:

 

1.-En su trabajo histórico sobre la revolución rusa, usted observó que los bolcheviques se comportaron en todos los aspectos como una mafia. ¿No es ésa la tónica imperante en la Rusia de Vladimir Putin, sólo que el Padrino se ha deshecho de todos sus rivales? ¿Tiene su ambigua glorificación de la figura de Stalin -mientras por otra parte no celebra el aniversario de la revolución- un significado especial?

Si preguntases a Putin quién es su héroe, no te diría que es Stalin, sino Yuri Andropov. Lo explico brevemente: desde que los bolcheviques tomaran el poder en 1917 y se creara la primera Policía Secreta (la VChKa), dio comienzo una lucha entre el Partido Comunista y la VChKa por el control del Estado, de la que el Partido salió siempre victorioso. Pero el Presidente del KGB Yuri Andropov logró convertirse en el Secretario General del Partido Comunista en 1982. Aunque murió en 1984 fue el primer ex Presidente del KGB en convertirse en líder del Estado Soviético. La segunda vez que esto sucedió fue ya en 2000, cuando el exdirector del FSB (antiguo KGB) Vladimir Putin llegó a la Presidencia de la Federación Rusa. Y esta es la razón por la cual el verdadero héroe de Putin es Andropov, no Stalin o Lenin o cualquier otro líder comunista de los viejos tiempos. Putin tampoco está interesado en lo más mínimo en que haya un partido comunista fuerte, pues  podría comenzar a competir con él por un poder que ya tuvo entre 1917 y 1991.

2.-El Proceso, de Franz Kafka, es un libro aterrador que describe una realidad en la que todo está distorsionado hasta una irrealidad casi onírica, y el protagonista, acusado de falsos cargos, entra en un penoso proceso (de ahí el título del libro) en el que es juzgado y sentenciado conforme a unos procedimientos ininteligibles para él, persona cabal y honrada que hasta el día anterior a su detención creía ser un ciudadano ejemplar cumplidor de la ley. Los procesos kafkianos se han convertido en Rusia, al parecer, en los procesos judiciales habituales, a través de los cuales se acallan voces, se eliminan adversarios incómodos, se roban beneficios legítimamente obtenidos en negocios o se trata, simplemente, de infundir miedo. ¿Qué representa para usted la denominada «Dictadura de la Ley» de Vladimir Putin?

Una vez más debemos mirar a la Rusia contemporánea desde una perspectiva histórica. Antes de 1917 Rusia era una monarquía absoluta. Se convirtió en una dictadura comunista en 1917 y así se mantuvo hasta 1991, cuando colapsó la Unión Soviética. Podríamos considerar el período que va de 1991 a 1999 como un período de democracia.  Aunque fueron años de caos y anarquía, crimen y ausencia de legalidad y reformas económicas para frustración de la mayoría de la población, políticamente hablando fueron los únicos nueve años en que Rusia fue un país en el que se intentaba instaurar una democracia. Rusia fracasó en el empeño. Obviamente nueve años no fueron suficientes. Y para colmo en Rusia reinaba la infelicidad. El precio del petróleo, del que dependía la economía rusa, era de 9 a 12 dólares el barril. Cuando Putin llegó a la Presidencia estaba alrededor de 50 dólares el barril y de 150 dólares el barril en el año 2008. Putin no hizo ninguna reforma económica; de hecho Putin jamás creó ni construyó nada. Simplemente le acompañó la suerte. Con el excedente de dinero del que disponía en el 2008 invadió Georgia. La invasión generó una inestabilidad en la economía mundial que hizo caer los precios del petróleo. Así que esperó unos años hasta que los precios se recuperaran y, cuando superaron los 100 dólares por barril en 2014 volvió a la carga e invadió Ucrania (haciendo caer de nuevo los precios del petróleo y el valor del rublo ruso, que cayó a la mitad).

Por entonces, en 2014, ya había tomado firmemente el control de la prensa en Rusia, liquidado prácticamente al parlamento ruso como institución política independiente, organizado el asesinato de varios opositores políticos importantes, cometido fraude electoral tanto en las elecciones generales como en las locales y tomado el control efectivo del Estado promoviendo para los principales puestos gubernamentales y políticos a miles de oficiales retirados y activos del FSB (ex KGB). Ahora el Kremlin está completamente aislado del pueblo, como lo estuvo en la antigua URSS. Aunque también cabe resaltar algunas diferencias. Rusia es hoy una economía de mercado. Podríamos decir que una economía de mercado corrupta, si, pero economía de mercado a fin de cuentas. La Rusia de hoy tiene también abiertas sus fronteras, de forma tal que todo aquel que esté harto de vivir bajo el yugo de Putin puede optar entre luchar contra él o emigrar al extranjero.  La URSS no tenía ni una economía de mercado ni las fronteras abiertas.

Las reglas del juego que ha introducido son muy simples. Puedes enriquecerte, puedes ser un corrupto, incluso puede sobrepasar el presupuesto. Pero nunca compitas por el poder con el Kremlin. Si lo haces te arruinarán, te destruirán o incluso te matarán. Tan pronto como arruinaron financieramente, encarcelaron o expatriaron a varios «oligarcas» importantes como Boris Berezovsky, Vladimir Gusinsky o Mikhail Khodorkovsky, el resto de la comunidad empresarial aceptó las nuevas reglas del país.

En cuanto a aquellos oponentes políticos a los que no pudieron arruinar y que no aceptaron ser silenciados se les asesinó, como a Anna Politkovskaya y a Boris Nemtsov, o se vieron obligados a emigrar, como Garry Kasparov.

 

3.-Putin proclama que quiere devolver a Rusia su grandeza. Muchos rusos le apoyan porque creen que con él ha vuelto la estabilidad y Rusia es más fuerte. Putin se presenta a sí mismo como un líder fuerte al que no le tiembla el pulso, como un genuino hombre de Estado. ¿Usted cómo ve esa supuesta grandeza, esa supuesta estabilidad y esa supuesta fuerza?

Boris Yeltsyn distaba mucho de ser perfecto. Cometió numerosos errores y también algunos crímenes. Fue bajo su mandato que el gobierno ruso inició dos guerras contra la República de Chechenia. Hubo cientos de miles de muertos y heridos. Muchos más aún fueron deportados. Pero la estrategia de Yeltsyn pasaba por convertir a Rusia en un Estado Europeo. Siempre quiso una Rusia que fuera parte de Europa. Por eso nunca vio como a enemigos de Rusia ni a Europa ni a Estados Unidos.

Putin cambió drásticamente la estrategia para Rusia. Soñando con que Rusia vuelva a ser una superpotencia, como en los viejos tiempos soviéticos, quería una Rusia confrontada tanto con Estados Unidos como con Europa. No dudaba en afirma que el colapso de la URSS fue a la vez una inmensa catástrofe geopolítica y su mayor tragedia personal. Volvió a hacer oficial el viejo himno soviético. Cambió el nombre de la agencia de noticias rusa a TASS (Agencia Telegráfica de la Unión Soviética). Incrementó drásticamente el presupuesto militar. Otorgó más poder al FSB. Ahora araña pedazos de los territorios vecinos cada vez que tiene una oportunidad de hacerlo. Solo entiende la grandeza de su país en el antiguo formato soviético. Puesto que controla la prensa y la televisión, los está utilizando como una de sus principales herramientas de propaganda, del modo que se hizo en la URSS pero mucho más agresiva e inteligentemente. Cada vez que comete un crimen, incluso si este sucede fuera de Rusia (como el asesinato de Litvinenko en 2006, o la invasión de Georgia en 2008, o la invasión de Ucrania en 2014, o la intervención en elecciones estadounidenses en 2016) sale impune porque en nuestro mundo contemporáneo, tan pragmático, es muy difícil castigar a un país o a un líder por unos crímenes tan graves de forma acorde con su gravedad.

Se ve fuerte porque tras suprimir la oposición dentro de Rusia no le importa lo que el resto del mundo piense de él fuera de Rusia. De algún modo ha vivido de acuerdo con el dicho ruso «боишься – значит уважаешь» (boishsia – znachit uvazhaesh) – «si me temes significa que me respetas». Irónicamente en Rusia muchas personas piensan de forma similar.

4.- Chechenia, pese a ser una pequeña República, fue el epicentro (muy a su pesar) de los terremotos políticos que encumbraron a Vladimir Putin a la Presidencia de Rusia. Usted escribió un libro, junto con Alexandr Litvinenko, en el que expuso el modo en que el FSB llevó a Putin a dirigir Rusia. El libro nunca llegó a publicarse en la propia Rusia y Litvinenko y muchos de los que tuvieron algo que ver con la edición del libro fueron asesinados. ¿Podría contar en unos pocos párrafos a nuestros lectores la verdad que el Kremlin ha tratado de mantener oculta durante todos estos años, y hablarnos de Alexandr Litvinenko?    

Esta es una historia larga y dramática. Si, fue necesario un libro para explicar lo que estaba sucediendo en Rusia entre 1999-2000, cuando Vladimir Putin pasó de Director del FSB a Primer Ministro, luego a Presidente en funciones de Rusia para finalmente alcanzar la Presidencia. Todo comenzó con una cadena de grandes actos terroristas en varias ciudades rusas, incluida Moscú, en septiembre de 1999. 300 personas fueron asesinadas. Escribimos un libro al respecto en el que demostrábamos que todo fue perpetrado por los Servicios Secretos Rusos. El gobierno prohibió la publicación y distribución del libro alegando que revelábamos  «secretos de estado». Así que el libro fue publicado solamente en el extranjero. En el 2007, poco después del asesinato de Alexander Litvinenko, en noviembre de 2006, en Londres, donde fue envenenado con el radiactivo Polonio-210, el libro se convirtió en un éxito de ventas y fue publicado en más de 20 países, entre ellos España. Pero todavía sigue prohibido en Rusia.

Hablé por última vez con Alexander Litvinenko el 8 de noviembre de 2006, por teléfono. Alrededor de las 5 a.m. hora de Boston, recibí una llamada del Novaya Gazeta, un periódico de Moscú, en la que me pedían que comentase algo sobre la información que habían recibido del envenenamiento de Alexander. Pedí que me volvieran a llamar más tarde, y marqué el móvil de Alexander. En ese momento ya estaba en un hospital de Londres. Me dijo que había perdido alrededor de 15 kilos de peso y que su cuerpo rechazaba todos los alimentos y líquidos. Pero su voz era muy fuerte y hablamos durante al menos 15 o 20 minutos, tal vez incluso más.

Aquel día, Alexander creía haber sobrevivido a un intento de asesinato. Entendía que había sido envenenado; sabía que el envenenamiento era obra del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), y estaba seguro de que la orden había venido del Presidente de Rusia, Vladimir Putin. Pero también estaba seguro de haber sobrevivido y de que lo peor había pasado. No le hice demasiadas preguntas, pensando que estaría demasiado débil para analizar la situación y responderlas correctamente. «En unos días», me dijo, «estaré en casa». Tendremos tiempo de hablar más tarde «. El 23 de noviembre, Alexander Litvinenko murió. Era un ex Teniente Coronel de la unidad especial contra el crimen organizado del Servicio de Seguridad Federal. Esa había sido su profesión. Esa había sido su vida.

Yo le conocía desde 1998. Entonces era un momento muy difícil para él. Había recibido una orden de sus superiores y, por primera vez en su vida, no sabía qué hacer. La orden era la de asesinar a un ruso judío muy rico que había acumulado una gran cantidad de dinero durante la era de Yeltsin en Rusia. El nombre de ese judío ruso era Boris Berezovsky, que por aquel entonces era un funcionario del gobierno, el Secretario Ejecutivo de la Comunidad de Estados Independientes.

Alexander tomó su decisión. Fue a ver a Berezovsky para contarle la orden que había recibido. Hizo pública su historia en una conferencia de prensa,  en la que declaró que algunos altos generales del FSB estaban definitivamente violando las leyes y dando órdenes ilegales a sus oficiales subalternos. Y esto supuso el final de la carrera de Alexander con el FSB, del que fue despedido.

Alexander sabía que, tarde o temprano, sería castigado por su «traición» en aquella conferencia de prensa, y que incluso el rico e influyente Boris Berezovsky no podría ayudarle. Y estaba en lo cierto. En marzo de 1999, Alexander fue arrestado y encarcelado por un «delito» ficticio que el gobierno afirmó que había cometido unos años antes. Fue liberado de prisión en diciembre de 1999. Por aquel entonces yo estaba centrado en un nuevo trabajo: la investigación de las explosiones en edificios de apartamentos que se habían producido a lo largo de septiembre de 1999. Había muchas cosas que yo no podía comprender ni saber. Necesitaba que Alexander me ayudase y me proporcionara explicaciones. Necesitaba información.  Y él era el único ex oficial de FSB en quien podía confiar, así que fui a verlo y le pedí ayuda.

Hablamos toda la noche. Me contó que había sucedido algo similar a las explosiones de 1999 en el año 1994 en Moscú, antes de la Primera Guerra de Chechenia y las anteriores elecciones presidenciales.

Salí de Moscú a la mañana siguiente, el 24 de septiembre de 2000. Conmigo, llevaba las notas que se convirtieron en el esqueleto de nuestro libro «Rusia Dinamitada: Tramas secretas y terrorismo de Estado en la Federación Rusa”. Aquel fue mi último viaje a Rusia.

Esa misma noche en Moscú, también hablamos sobre la fuga de Alexander. Aunque había sido liberado de la prisión estaba bajo vigilancia las 24 horas del día por el FSB. Dos coches con tres personas dentro en cada uno de ellos lo seguían durante el día. Otro coche siempre estaba de servicio durante la noche. Pude verlo con mis propios ojos cuando fui a verle. No tenía futuro en Rusia, y su próximo arresto era solo una cuestión de tiempo. Nos llevó una noche planear la huida. Una semana después cruzó la frontera.

En agosto de 2001, varios capítulos de nuestro futuro libro fueron publicados en ruso en la Novaya Gazeta de Moscú. Desde aquel momento, varias de las personas que nos habían estado ayudando fueron asesinadas. Vladimir Golovlyov y Sergei Yushenkov, miembros del Parlamento ruso (la Duma Estatal), nos ayudaron a transportar las cintas prohibidas del documental censurado Blowing up Russia (Assassination of Russia), basado en el libro.

Ambos fueron asesinados a tiros. Golovlyov fue asesinado el 21 de agosto de 2002, y Yushenkov el 17 de abril de 2003. Yuri Schekochikhin, un miembro del Parlamento ruso y editor en jefe adjunto de Novaya Gazeta fue envenenado. Estuvo en coma por un tiempo y murió el 3 de julio de 2003. A  Schekochikhin le había conocido en Zagreb, Croacia en junio de 2001 y le había entregado el manuscrito de «Blowing Up Russia» para que lo publicase en su periódico.

5.- Trump y Putin se han dado la mano y se han elogiado mutuamente en la Cumbre Asia-Pacífico. Aparte de ponerse de acuerdo sobre el asunto Sirio, lo cual no sabemos que nuevas tragedias llevará a la zona de conflicto, ¿Qué podrían traerse entre manos los dos dirigientes presumiblemente más poderosos del mundo? ¿Qué papel puede jugar China, esa otra gran potencia, en los acuerdos secretos de Rusos y Americanos?

El conflicto en Siria es bastante complejo. La política estadounidense hacia Siria ha sido contradictoria. Pero los estadounidenses entraron en la guerra con el objetivo de derrotar a Assad y terminar con la guerra. Rusia intervino en Siria sin embargo para apoyar a Assad y para asegurarse de que la guerra civil en Siria nunca terminara. Lenta y silenciosamente Trump se ha ido rindiendo a todas las demandas rusas. De Trump no escuchamos que es preciso cambiar el régimen en Siria. Todo lo que dice ahora es que necesitamos a Putin y el apoyo que brinda para poder poner término al conflicto en ese país. Por ahora, Siria es una tierra perdida. Nada bueno sucederá allí durante mucho, mucho tiempo. También es importante el aumento constante de la participación e influencia iraníes en Siria, lo que se convierte en un peligro para dos de los  aliados de EE. UU. en la región: Israel y Arabia Saudita. Desde ambos países se siguen con nerviosismo los acontecimientos de Siria y cómo está surgiendo una nueva superpotencia regional: Irán.  Todo esto sucede, por supuesto, con el abierto apoyo de Rusia, el único aliado que Irán tiene en el mundo.

Para hablar de China probablemente deberíamos examinar primero el posible conflicto entre EE. UU. Y Corea del Norte. Aquí son muchas las cosas que dependen de China, que es uno de los principales defensores del régimen Norcoreano. El apoyo Chino no significa que estén de acuerdo con que Corea del Norte desarrolle armas nucleares, sino más bien que no quiere ver al Norte unirse al Sur y que se cree una Corea unida. Por otra parte la influencia China sobre Corea del Norte tiene ciertos límites, de modo que no deberíamos pensar que depende enteramente de China pacificar dicho régimen.

La posición rusa es muy diferente. No me sorprendería si tarde o temprano descubrimos que Putin realmente apoya a los líderes de Corea del Norte y al hacerlo provoque un conflicto entre Estados Unidos y Corea del Norte. La única potencia regional que ganaría en caso de este conflicto militar es Rusia, dado que la guerra entre EE. UU. Y Corea del Norte abriría nuevas oportunidades a Putin para ofrecerse como socio en las negociaciones de paz del mismo modo en que se está ofreciendo ahora para Siria, e incluso en Ucrania donde fue él mismo el que provocó el conflicto.

Solo podemos conjeturar qué pedirá Putin a cambio de su no participación en la guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte del lado de Corea del Norte.

6.- La guerra, el espionaje y la propaganda se han realizado durante generaciones por tierra, mar y aire y con medios físicos y humanos, y muy recientemente, desde la guerra fría, también desde el espacio exterior, con satélites, pero en los últimos años la ciberguerra el ciberespionaje y la ciberpropaganda se está imponiendo como un modo económico, rápido y eficaz de robar, destruir y engañar a los adversarios en la lucha por el poder. En este tipo de guerra Rusia podría no haber ido a la zaga. Se dice que los hackers rusos podrían estar detrás de la debacle electoral de Hillary Clinton y del agitprop en Europa en favor de grupos de ultraderecha o secesionistas (como en España los nacionalistas catalanes). ¿Qué papel cree que está jugando Rusia en las nuevas formas de hacer la guerra en la red? 

La URSS siempre estaba intentando alcanzar a los Estados Unidos. Y en esa lucha por igualarlo la Unión Soviética se derrumbó. Putin a partir de esta experiencia histórica ha llegado a la conclusión de que Rusia no puede competir económicamente con los EE. UU. o con la UE: no puede ofrecer a sus ciudadanos la calidad de vida aceptada como normal en EE. UU. y Europa. En consecuencia lo que Putin trata de hacer es generar diversos problemas en el mundo desarrollado que desequilibren y disminuyan los niveles de estabilidad y prosperidad de los países para así disminuir la distancia de desigualdad entre Rusia y los EE. UU. y la UE. La desestabilización del equilibrio político a través de la intervención rusa en los procesos electorales de países democráticos, donde las elecciones son la principal herramienta de estabilidad es, en realidad, la forma más barata de librar una guerra en el mundo contemporáneo. Ahora vemos cuánto daño ha hecho en Estados Unidos la intervención Rusa a favor de Trump, que ahora está tratando de cambiar la política exterior de EEUU en un sentido pro-ruso allá donde  sea posible, incluso en Siria y Ucrania, para devolver a Putin lo que le debe. Hemos estado presenciando cómo Trump ha intentado disolver la OTAN sugiriendo que es una organización «obsoleta», cómo está tratando de empujar a los Estados Unidos hacia el «aislacionismo», lo que en realidad significa que está tratando de entregar Europa, especialmente Europa Oriental, principalmente todas las antiguas repúblicas soviéticas, al control ruso. Aunque probablemente nada de esto funcione desde el momento en que la conspiración de Trump y Putin se ha desvelado, poniendo a Trump en una posición muy difícil para cumplir con las obligaciones que contrajo con Putin.  De todos modos vemos a un Trump que todavía se niega obstinadamente a criticar a Putin, o al gobierno ruso, o a la política rusa por lo que Rusia está haciendo. En cada ocasión pública subraya su absoluta satisfacción con Putin, incluso mientras éste está expulsando a cientos de diplomáticos de Rusia.

Así que Putin tiene a su hombre en la casa Blanca. Esto podría no ser suficiente para cumplir con los principales objetivos estratégicos que tiene Putin: liquidar la OTAN y disolver la Unión Europea. Pero crea oportunidades para ambos. Es por ello que Putin apoya a los partidos políticos europeos de derecha que prometen abandonar la UE. Es por ello que apoya a los movimientos separatistas, incluido el movimiento catalán por la independencia de España. Después de dos sangrientas guerras contra la República chechena, este apoyo se antoja especialmente cínico. Probablemente seamos testigos en el futuro del apoyo de Rusia a la creación de un Kurdistán independiente, ya que es la forma más fácil de volar Turquía y, a través de eso, debilitar a la OTAN. Aunque dos de los principales aliados de Rusia, Siria e Irán no están interesados ​​en la creación del Kurdistán, por supuesto, dado que una parte de la nación kurda vive en Siria e Irán.

La ciberguerra, en un sentido amplio del término, incluiría el uso de FB, Twitter e incluso de la TV (especialmente el canal de TV de propaganda ruso Russia Today). Estas son las principales herramientas que utiliza en esta actividad subversiva el gobierno ruso. En esta guerra, Rusia no solo compite con el mundo desarrollado, sino que tiene muchas ventajas. La principal: Rusia está librando esta guerra mientras el resto del mundo solo mira y no hace nada. De vez en cuando escuchamos que Europa y EE. UU. están asignando fondos para enfrentar la propaganda rusa. Pero los fondos son razonables para comenzar a estudiar el problema pero no para contrarrestar la gran guerra que está llevando a cabo Rusia contra Occidente desde hace varios años.

7.- Por lo que se refiere a la guerra convencional…¿hasta dónde cree que está dispuesto Putin a llegar para agrandar su Imperio? ¿Seguirá dando mordiscos a los Estados limítrofes como Ucrania?

En 2008, por primera vez desde el colapso de la URSS, Rusia estaba utilizando su ejército fuera de sus fronteras para tomar el control de dos regiones de Georgia. El mundo no hizo nada. En 2014 Rusia se anexionó Crimea, que era parte de Ucrania. Hubo una crítica mundial pero no se hizo nada. Después Rusia invadió el este de Ucrania con el objetivo aparente de tomar toda Ucrania o la parte oriental del país. El Mundo Libre introdujo unas sanciones muy limitadas y Putin detuvo la agresión en Europa. En su lugar se mudó a Siria y desarrolló una actividad política en Europa con el aparente objetivo de ayudar a las fuerzas políticas amigas. Logró promover gobiernos favorables a Moscú en la República Checa y Hungría. Le salió mal en Francia y en Montenegro, donde los servicios especiales rusos intentaron organizar un golpe de estado. Ha intentado (y seguirá intentándolo) desestabilizar la situación en Alemania perjudicando o debilitando a Angela Merkel. También existe la posibilidad de que el FSB esté desempeñando un papel activo en el apoyo al terrorismo en Europa. Una cantidad sospechosamente grande de terroristas proviene de los antiguos territorios soviéticos, incluida Rusia, y eso podría indicarnos que el FSB, especialmente el FSB checheno controlado por el actual presidente de la República Chechena, Kadyrov, están involucrados. Por supuesto hubo un terrorista checheno involucrado en un importante acto terrorista en Boston en 2013. Y la conexión entre Tamerlan Tsarnaev y las Fuerzas Especiales Rusas / Chechenas es ya un hecho probado.

Sin embargo, la desestabilización de Occidente es solo una táctica, no un objetivo en sí mismo. El objetivo político y geopolítico estratégico es la recreación de una especie de Imperio, algo similar a la Unión Soviética, al menos en su parte europea. La inestabilidad en Europa, con la asistencia de Trump en la Casa Blanca, y la inestabilidad en EE. UU. Si la Segunda Guerra de Corea se convierte en un hecho crearía nuevas oportunidades para Putin que, definitivamente, utilizaría.

Para Putin, este es solo un enfoque de esperar y ver. Hay dos barriles explosivos que pueden explotar en cualquier momento: Corea del Norte respaldada por Rusia y Siria respaldada por Rusia e Irán. Como si fuera el caso del aumento de los precios del petróleo del 2000, Putin todavía cree en su buena estrella. Siempre está listo para avanzar en Europa cuando la oportunidad se le presenta. Pero esta cascada de pequeñas guerras relámpago permanentes puede terminar con la Tercera Guerra Mundial de repente, en el momento menos esperado para todas las partes involucradas, igual que  sucedió en 1914 o 1939.

8.- Michel Eltchaninoff  ha escrito un libro en el que pretende introducirse en la mente de Putin, en su visión de Rusia, de los eslavos, de los ortodoxos, del Imperio Euroasiático, Putin se presentó como un candidato sin ideología. De tener alguna no es fácil vislumbrarla. ¿Usted qué cree que tiene Putin en mente?

Sin demasiado éxito Putin ha tratado de crear su propia ideología para Rusia. Él hace una llamada a «El Mundo Ruso» del «Espíritu Ruso» o incluso al patriotismo. Realmente es una ideología ultranacionalista directa. Nada nuevo. Con la ayuda de la televisión rusa, que controla, esto sirve a objetivos propagandísticos sencillos en un período crítico de guerras contra georgianos o ucranianos, o en la propaganda cotidiana contra Occidente, en particular contra los Estados Unidos. Tenemos que entender, por supuesto, que en la Rusia actual, la «propaganda antioccidental» es mucho más agresiva que durante los peores años de la Guerra Fría bajo el régimen soviético. Es  algo que funciona para fines domésticos. Atrae parcialmente a millones de rusos que viven en el extranjero y siguen la televisión rusa. Probablemente nunca se convierta en una ideología nacional profundamente arraigada como la que infiltró las mentes de los alemanes bajo Hitler. Y ello se debe principalmente a que Rusia no es un estado ruso en el verdadero significado de esta palabra. Es fácil obligar a los rusos a creer que el resto del mundo odia a Rusia y desea su caída.  Pero es más difícil obligar a los rusos a creer que son una súper nación que debería gobernar el mundo. Los rusos viven con el profundo entendimiento, que llevan enterrando en su interior por generaciones, de que el resto del mundo es realmente mejor. Con esta creencia estarán fácilmente de acuerdo en destruir al mundo occidental hará que no les impongan sus valores. Pero no creen poseer sus propios valores, unos que pudiesen imponer a Europa o Estados Unidos. El imperialismo ruso de la Rusia de Putin al final a lo que conduce es a la expansión territorial del «mundo ruso», tal como hicieron los imperios continentales en los siglos XVIII y XIX.

 

9.- Y por último…¿En qué está trabajando ahora?

 

Como en gran parte es mi país, Estados Unidos, donde vivo desde 1978, estoy estudiando la historia de la participación de Putin en las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2016 a favor de Trump, tratando de establecer cómo se hizo y quién participó personalmente en esta la operación más exitosa del FSB desde el 2000, cuando el FSB convirtió a su exdirector en Presidente de Rusia.

 

En memoria de Alexandr Litvinenko

Algunos libros sobre la Rusia contemporánea, desde diversas ópticas:

Rusia Dinamitada. Alexandr Litvinenko y Yuri Felshtinsky

La Nueva Rusia. Peter Pomerantsev

El Hombre sin Rostro. Masha Gessen

Diario Ruso. Anna Politkovskaya

En la Cabeza de Vladimir Putin. Michel Eltchaninoff 

Seis Años que Cambiaron el Mundo. Héléne Carrére D’Encausse

Rusia: Veinte años sin Comunismo. Jorge Saborido

La Rusia Contemporánea y el Mundo. Carlos Taibo

Germanico
Germanico

No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

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15 comentarios

  1. Putin alimentó la guerra civil en Transdniestre para tener la escusa de instalar una base militar. Después lo mismo paso en Nagorny Karabaj (una base en Armenia), después lo mismo en Georgia (separo Abjasia), después lo mismo otra vez con Georgia (separo el Osetia del Sur), lo mismo en Ukrania (Crimea y Donbas). Ahora lo mismo en España (Catalunya). Ah, me he olvidado la guerra civil alimentada por los rusos en Asia Central (después de que los locales permitieron instalar la base americana que luchaba en Afganistan) – ahora tienen una base los rusos tambien. Y no hablo de dos guerras en Chechnya y en Siria. Y todo esto DURANTE LOS ULTIMOS 25 años!
    No es un tío siniestro, no, es simplemente un p… neocomunista.

    • Completamente de acuerdo: la única diferencia de la política seguida por Putin respecto a la de la extinta URSS, es que Putin ha partido de una situación de extrema debilidad de Rusia, comparada con la pujanza militar de la URSS vencedora de la IIGM que permitió a Stalin expandir el imperio ruso hasta territorios nunca antes dominados.
      Desde el punto de vista de los intereses rusos, hay que reconocer que ha sabido darle la vuelta a la situación y que mediante todas esas guerras de baja intensidad que mencionas, ha conseguido detener la sangría territorial rusa, evitando que todas esas repúblicas ex-soviéticas se conviertan en aliados de Occidente como sucedió con las repúblicas bálticas.
      Y eso incluye en primer lugar a Ucrania, que Putin y la mayoría de los rusos consideran parte irrenunciable de la «madre patria».
      En resumidas cuentas, Putin simple y llanamente está tratando por todos los medios de que Rusia conserve su estatus imperial, de forma idéntica a como han actuado, actúan y actuarán todas las grandes potencias con aspiraciones imperiales que en el mundo han existido, existen y existirán.
      De hecho lo que realmente diferencia a los imperios no es como tratan a los demás países, sino como tratan a sus propios ciudadanos y esa es la verdadera diferencia entre USA y la URSS.

  2. En mi opinión, hay una conclusión inapelable que podemos sacar de la Historia del siglo XX: el requisito previo para la la llegada y consolidación de la democracia es la prosperidad económica y no al revés.

    Pruebas históricas de ellos son la prosperidad de la España de Franco o el Chile de Pinochet que fueron la base de las democracias actuales, que llegado el momento, sustituyeron pacíficamente ambos regímenes dictatoriales.

    En el otro lado, y el art. lo demuestra podemos observar que el colapso económico de la URSS puso los cimientos de la actual Rusia de Putin, que a todos los efectos es una dictadura encubierta altamente corrupta e incapaz de hacer prosperar económicamente al país.

    Por esa razón, y comparando el caso ruso y el chino, creo sinceramente que en el caso de China, aunque mi simpatía estuviera en su momento del lado de los estudiantes masacrados en Tian-an-men que pedían un régimen democrático al rebufo de la Perestroika rusa, los dirigentes comunistas acertaron, (aunque solo fueran por motivos puramente egoístas de mantener el poder), al anteponer el objetivo de desarrollo económico frente a la apertura política: mucho me temo que de haber triunfado las tesis aperturistas en la por entonces muy poco desarrollada China, a día de hoy no tendrían ni democracia ni prosperidad económica, como sucede en Rusia.

    El ejemplo más reciente de que sin prosperidad es imposible que arraigue la democracia lo tenemos en las Primaveras árabes, que responden al mismo principio histórico:
    sociedades poco desarrolladas económicamente que en el intento de acabar con los regímenes autoritarios que las gobiernan caen en una situación de inestabilidad, o guerra civil y pobreza, aun peor de la que partían.

  3. Muy interesante el artículo, que una vez más pone en evidencia la incapacidad de la gente normal, entre la que me incluyo, para comprender la maldad. ¡Qué asco de vidas la de los yonkis del poder!

    • Quizás todo se limite en que ellos no contemplen límites para sí mismos, y en su suficiencia imponente para ellos nunca nada es suficiente.

    • La cuestión que cabe plantearse es si la Era de Putin lo es solo en Rusia o a escala mundial….

  4. A mí también me dejó anoche entre boquiabierta y hecha puré el artículo.
    Porque soy partidaria de los imperios, y cuando se desmembró la URSS, me quedé hecha polvo. Que me parecía estupendamente que dejasen de ser comunistas, pero lo de ir partiéndose en pedazos, sobre todo, en algunos pedazos, como Ukrania, por ejemplo , que era una parte fundamental del Imperio Ruso, ( y donde, en Crimea, los rusos iban a veranear desde siempre ), me horrorizó.
    Y lo de los desmembramientos de Checoslovaquia, lo de Yugoslavia, ( con la horrible guerra )… Un Horror.

    Porque como soy incapaz para el pensamiento abstracto, y siempre comparo todo con lo que me afecta, no dejaba de pensar en Vascongadas, y hacer el paralelismo, y me imaginaba España de nuevo convertida en Taifas. Y encima, en Taifas luchando unas contra otras…
    Y Putin me parecía salado, y que sería un tío chuleta, pero que a lo que iba era a volver a unir el Imperio Ruso, y le perdonaba bastantes cosas, y pensaba que una vez que se sintiese seguro como Nuevo Zar , habría cada vez más libertad de expresión ( siempre que «no se metieran en política » , como ocurrió aquí con Franco ) , y que cuando él se muriera en la cama, seguirían unidos todos.
    Y me he llevado un disgusto enorme. Que , o así entiendo yo el artículo, veo que Putin es lo que se ve del Iceberg, y que después de él, seguirá el «Putinismo «.
    ¡¡¡ Qué Espanto !!!

    • Viejecita, en el libro La Nueva Rusia, de Peter Pomerantsev (enlazado abajo), se explica muy bien cómo funciona la Rusia de Putin. Ahí puedes ver muchos retratos de rusos que te pueden dar una idea aproximada de la realidad social rusa de hoy. Es entre surrealista y desoladora.

    • Gracias PVL. Felshtinsky no tiene pelos en la lengua. Conoce muy de cerca cómo se las gasta nuestro amigo Putin y creo que puede colegir también lo que piensa en su retorcida mente mucho mejor que la gran mayoría de los analistas de política internacional. Para su desgracia me temo que es el mayor especialista en Putin vivo.

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