El Estado como solución

Si tuviera que definir de forma sencilla y directa como se aplica en el mundo actual el ideario que defiendo, la defensa de la Libertad Individual, diría que yo entiendo que el Estado es algo nocivo, perverso y que, si ha de existir, debe hacerlo con la calificación inequívoca de mal necesario. Pongamos como ejemplo el enfermo mental que debe atiborrarse toda su vida de pastillas que le permiten estar lúcido y que acaba muriendo con el hígado destrozado por el abuso necesario de esos medicamentos. Si la condición humana exige que nos reviente el hígado de la Libertad por el uso de las pastillas del Estado, sea, pero seamos plenamente conscientes de lo que nos estamos haciendo.

La horquilla de pensamiento y acción planteada bajo estas premisas podría, por tanto, variar entre un Estado controlado – que no podría ser, evidentemente, muy grande ni muy poderoso – hasta su ausencia total, en la forma que hoy se nos presenta. En cualquier caso, es necesaria una acción ciudadana de control o sometimiento o extinción y creación de nuevas estructuras frente a lo que al Estado representa hoy. Honestamente no creo que esta cosmovisión esté alejada de lo que piensan, al menos de boquilla, muchos de los habitantes de España ni de muchos otros países. El Estado está controlado por la política y sus partidos y éstos suelen aparecer en todas las listas y encuestas como uno de los problemas principales del país. Y si no lo pregunta usted en el bar de la esquina, y verá que no ando desencaminado.

Es razonable que los partidos políticos presenten soluciones que propugnan más Estado, al fin y al cabo, lo que desean es ostentar mayor parcela de poder. Lo que me resulta del todo chocante es que el grueso de los ciudadanos – o al menos una parte importante de los mismos – aplaudan tales ideas. Las arenguen. Llenen las redes sociales con memes apoyándolas.

La situación en Cataluña me ha llevado estos últimos días, de nuevo, sobre esta reflexión que ya me es recurrente. El adoctrinamiento en las aulas o la intervención del Estado español sobre (la parte del Estado que es) Cataluña me mueven a ello. Se pide un cambio en la dirección y gobierno de las instituciones, pasando de manos autonómicas a centrales, en lugar de reclamarlo para la sociedad, contraviniendo ese grito unánime en la barra del bar o en la encuesta del mes de que los políticos son parte del problema. El político pide mandar y todos aplauden.

Un inspector de educación tendrá un jefe, y éste otro jefe, y así hasta que llegue el jefe político. Ahora quizá manden los tuyos. Mañana puede que manden los malos. Pasar la competencia de educación de un gobierno a otro es un parche. Devolverla a la sociedad civil es una solución. Y blindarla para la ciudadanía, la única garantía.

Lo mismo ocurre con el control de los entes y empresas públicas, de las televisiones, fundaciones y chiringuitos catalanes varios. Controlarlos no es más que una forma de mandar y gastar presupuesto, cuando lo cierto es que esas instituciones jamás debieron ser creadas y por lo tanto la solución pasa por su enajenación a la sociedad civil, si es que alguien las quiere, o su disolución. Y por impedir que vuelvan a crearse legalmente.

Estas propuestas chocan de plano con cualquier solución que ponga sobre la mesa un partido político al uso. Que se esté poniendo ahora mismo. Sería pues obligación de la sociedad civil reclamarlas. Sin embargo, vamos al contrario. Volvemos a fiar nuestra suerte a las decisiones de un puñado de burócratas con sus propios deseos y anhelos.  Así se deduce de lo que publican los medios de comunicación o de lo que podemos encontrar en las redes sociales. No somos mayoría, más bien al contrario, los que actuamos, de uno u otro modo en coherencia con la defensa de nuestras libertades, como las he definido anteriormente. Son mayoría los que sólo reclaman un amo justo. Y si cambias Libertad Individual por un amo justo acabarás sin Libertad Individual y sin amo justo. Al fin y al cabo, cuando yo estudiaba Historia, con quince o dieciséis años, recuerdo que el libro de texto hablaba de esos héroes que fueron Don Pelayo o el Cid Campeador, mientras el profesor negaba con la cabeza, relatando su versión de la escaramuza que fue lo de Asturias o del proscrito que se vendía al mejor postor y su caballo Babieca, como un mercenario cualquiera. Al fin y al cabo, decía, a mí también me adoctrinaron. Nunca tuve amo justo, pues. Y ahora intento, por fin, hacer lo que me dé la gana.

José Luis Montesinos
José Luis Montesinos

Soy Ingeniero Industrial, siempre fui autónomo aunque ya no quede más remedio que trabajar con frecuencia para la Administración que todo lo invade. Soy Vicepresidente del Partido Libertario y autor de dos novelas cortas, Nunca nos dijimos te quiero y Johnny B. Bad, que puedes encontrar en Amazon. Mi último libro se llama Manual Libertario, está disponible en www.fundalib.org. Canto siempre que puedo.

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64 comentarios

  1. Jose L. Montesinos:
    Disculpe pero yo no considero que el Estado, por definición, sea algo negativo.

    Si tuviera que ponerle un calificativo, este sería el de inexorable, dado que comparto al 100% la definición de Bastiat (el contertulio) de lo que es el Estado:
    simple y llanamente la herramienta que utiliza el grupo de humanos que controla un territorio para organizarse y defenderlo, tanto de las amenazas internas como de las externas, y llegado el caso ampliarlo, por las buenas (lo deseable desde un punto de vista ético como puede ser la UE, que es un «super-estado») o por las malas (que desgraciadamente ha sido la tónica general a lo largo de la Historia, la real, no la imaginaria).

    De hecho considero al Estado como una estructura emergente que surge inevitablemente en los grupos sociales suficientemente numerosos, y cuyos atributos esenciales (como la jerarquía, el monopolio de la fuerza, etc, etc) son comunes durante la Historia desde la tribus a los imperios, pasando por las habituales naciones de hoy en día.

    Y a partir de ahí constato y afirmo que han existido Estados razonablemente buenos (la actual Suiza, la actual Alemania), regulares (USA o la España actual), malos (Argentina, Venezuela) y nefastos ( la Alemania nazi, la extinta URSS y entre los que sin duda están los únicos territorios reales parecidos a la utopía libertaria: los estados fallidos, tipo Somalia, Libia, Afganistán y demás sociedades tribales en los que grupos muy reducidos de individuos muy emparentados genéticamente controlan territorios muy reducidos y colindantes, lo cual es la receta perfecta para la generación y perpetuación de conflictos violentos).

    Y lo siento pero su afirmación de que «El peor sistema educativo es aquel que depende del Estado, sea cual sea» me parece simple y llanamente un artículo de fé, con el que no comulgo, porque no se sostiene simplemente mirando a nuestro alrededor: el sistema educativo finlandés, por ejemplo, es público y por tanto depende del Estado, y apuesto que ni usted mismo se atrevería a calificarlo de que es el peor.

    • Está definiendo Estado de una manera que yo no he hecho ni asumo. Que las personas tenemos que organizarnos, es evidente. Que eso sea el Estado, no lo es en absoluto. El Estado es como nos estamos organizando en estos momentos, al menos así lo asumo yo, y no es una forma justa, puesto que como he dicho no respeta la Libertad Individual.

      Asumen o a mi me lo parece (y por eso no lo entiendo) que no avanzaremos hacia otras formas más respetuosas con la Libertad Individual, mientras citan a Estados que se aproximan más a ello, como Suiza o Nueva Zelanda, y lo hacen dándoles un carácter positivo. Las estructuras de convivencia en Suiza son mucho más horizontales, mientras que en España son mucho más verticales, si se me permite el símil. Yo solo propongo la total horizontalidad.

      Resumiendo para que exista algo llamado Estado, son necesarias unas élites que lo compongan, unas estructuras de poder, la burocracia, la administración, los órganos de gobierno, etc, si no, solo tenemos personas organizándose de manera más o menos espontánea. Sus dinámicas huyen de la eficiencia y por lo tanto de la excelencia y por lo tanto cualquier educación (o lo que sea) que venga del Estado, sea cual sea el Estado (catalán o español, en este caso) será peor que un sistema educativo nacido de la iniciativa privada y que perviva, porque solo puede pervivir a base de eficiencia y de excelencia.

      • Doy por hecho que usted no es tan sectario como para negar la evidencia de que Suiza o Nueva Zelanda son tan Estados como España o China.
        Que Suiza y Nueva Zelanda sean más de su gusto (y el mío, dicho sea de paso) no invalida el hecho cierto de que estos países tengan élites, burocracia, administración, órganos de gobierno, policía, judicatura, ejercito, etc, etc, etc (es decir todos los organismos que constituyen típicamente el Estado) exactamente igual que otro tipo de Estados como China (que a usted y a mí nos gusta menos) o España (que a usted le gusta menos que a mí).
        Usted ha introducido el concepto de «eficiencia» que desde mi punto de vista es la clave que yo utilizo para juzgar no solo a los Estados sino a cualquier estructura social o incluso biológica.
        Seguro que usted y yo estamos de acuerdo en el que el sistema educativo estatal español es poco eficiente, pero del mismo modo, espero tambien que estemos de acuerdo en el el finlandés si lo es.
        O seguro que usted y yo estamos de acuerdo en que el sistema judicial estatal chino es muy poco independiente del poder político mientras que el suizo o el neozelandés si lo son.
        O por poner otro ejemplo de típica estructura estatal, seguro que ambos coincidiremos en la eficacia del ejército israelí comparado pongo por caso con el ucraniano (al menos si medimos dicha eficacia en términos de ser capaz de asegurar la integridad territorial de su Estado frente a amenazas internas y externas).
        Ese es el análisis y el debate que a mí personalmente me interesa en relación a como las distintas sociedades consiguen ser más eficaces a la hora de procurarse riqueza, justicia y libertad, de las que no conozco ninguna que haya sido capaz de hacerlo sin dotarse de un Estado (si usted conoce alguna ruego me la muestre).
        Pero dicho lo anterior, eso es otro debate completamente distinto al debate de la crisis independentista catalana que es lo que al menos a mí, como español afectado por la misma, me preocupa.

  2. Me gusta mucho el texto. El problema es que el Estado (quizás un mal necesario, hoy lo es sin duda), es necesario para resolver muchos problemas que sin él (en la forma tan reducida que se quiera), no se podrían resolver. Esto podría desviar el debate en la dirección de si es verdad, o no, que deba existir, pero partiendo de la base de que ahora existe, mejor teorizar sobre la realidad: el Estado siempre ha existido. Dada esta realidad, lo que realmente debería preocuparnos es hallar la manera de controlar el poder que posibilita un Estado por parte del único que siempre sería un «amo justo»: el propio ciudadano. Del mismo modo que en la vida normal, cada cual es un amo justo de lo que gana haga con ello lo que haga. Para mí,este objetivo es tan evidente que me sorprende que tenga que explicarlo. Todo tipo de políticos siempre me han dicho, como excusa, lo que al final sólo significa una cosa: -La gente es tonta y no sabría conducirse.

    Sin embargo, esa gente tonta es la que conforma la compleja sociedad y hace que funcione, prácticamente sin coordinación y sin mandos, sólo con muchos nodos de decisión que aparecen y desaparecen, sin trauma, en función de su necesidad y utilidad. Es lo que hace que un café esté a tu disposición en la barra de un bar, por ejemplo. ¿Alguna estructura piramidal lo ha hecho llegar allí?

    Un señor que encarga una casa a un arquitecto, generalmente no tiene ni idea de cómo hacerla (no por ello es tonto), pero puede controlar el trabajo y el coste de la propuesta que le hará el arquitecto, y tener la última palabra. Así debería funcionar la política (y entonces los políticos tendrían que cualificarse necesariamente, entre otras ventajas). No hace falta saber más: resultados, costes, garantías = responsabilidades. Cualquiera lo entiende.

    Hay quien dice que eso no se puede hacer en una sociedad, donde no hay un señor, sino millones, y con esa excusa se niegan a avanzar por ese camino, sin embargo, sólo hay que posibilitar que la gente que tenga una inquietud, pueda expresarla de modo que pueda sumarse y alcanzar su peso social, que llegaría a los representantes políticos (ahora sí), con el valor de una orden. Todo esto la informática lo hace posible (hace posible cosas mucho más complejas actualmente).Y sin embargo, yo ya estoy aburrido de proclamarlo (activa y pasivamente) desde hace más de una década. A veces sospecho que a parte de los políticos (cuyo interés en evitarlo salta a la vista), a los pensadores no les interesa porque igual se quedaban sin temas de que hablar. El resto de la gente, la masa tonta, va a la suya, pero cuando les ofrecen una herramienta compleja, como el móvil y sus app, enseguida se la apropian, a pesar de su evidente tontez.

    Pero el artículo, un placer leerlo. De verdad.

    • Sólo una salvedad: Es necesario que «alguien» resuelva conflictos, pero ese «alguien» no tiene por qué ser el Estado, siempre o tal y como lo conocemos. (Y así con todo lo que hoy se resuelve estatalemte) De hecho, jueces y fiscales, por ejemplo siguen siendo personas de esas tontas que no sabrían conducirse.

      Gracias, en cualquier caso.

      • Yo como soy ingeniero al que pagan, como a muchos otros en competencia libre, por resolver problemas, siempre he soñado, no con un Estado, sino con múltiples oficinas políticas (o de política), a las que un ente multicéfalo (quizás lo que sería un Estado formado por unidades tan pequeñas o grandes, duraderas o efímeras como sea necesario), contratara, uno a uno, la solución de los problemas que les afectan directamente. Problema > contrato > solución > pago > fin contrato. No es tan difícil. Mucha gente funciona así.

        • Mucha gente funciona así… pero no creo que conozcas ninguna parte del mundo en la que no haya leyes por encima de ese «mucha gente funciona así»

          Que es lo que pretende el Anarcocapitalismo

          • Nadie dice que no tenga que haber leyes. Quién las hace y como se aplican es otra cuestión.

            • Pero la cuestión es que sólo habiendo estado hay verdadera ley… porque la ley sin autoridad y legítima violencia… para hacer valer la ley… no existe ley.

              Y no puede haber ley si hay diferentes jurisdicciones, diferentes legisladores, diferentes autoridades….

              Eso no es competencia en el mercado, eso es disputa por el poder.

            • Debe haber leyes… hay leyes distintas, distintos legisladores, en competencia y muchas veces en contradicción…. Lo único que diferencia a eso de un mercado es que yo no me puedo adscribir libremente a la ley que quiera. Y si no puedo, no es más que porque al poder establecido le interesa que así sea.

            • No le he entendido bien lo que quiere decir. Pero le repito lo que ya ha apuntado Bastiat y que es tan evidente que no consigo entender que ustedes nieguen la evidencia:
              Sobre un territorio único y sobre un aspecto concreto del comportamiento humano (pongamos el ejemplo obvio de España y el hecho de conducir un vehículo) NO PUEDE HABER MAS QUE UNA UNICA LEY (código de la circulación), dado que es evidente que, por poner un ejemplo evidente, no puede haber una que diga que se conduce obligatoriamente por la derecha junto a otra que diga que es por la izquierda.
              Sin embargo el ejemplo del Reino Unido y el continental demuestra que no hay ninguna ventaja objetiva en circular por la derecha o por la izquierda; salvo que ambos no pueden concurrir a la vez sobre el MISMO territorio.
              Pues bien, desde mi punto de vista, el tipo de falacia argumental que los ultraliberales comenten es el siguiente (permítame la ironía de utilizar un ultraliberal de paja):
              «Dado que en el R.U. concucen por la izquierda mientras que aquí, el Estado y las élites me obligan a conducir por la derecha cercenando mi sacrosanta libertad para elegir por que lado de la carretera quiero conducir, mi propuesta es que cada cual ( o cada municipio en la propuesta de Luis) conduzca por el lado que le convenga de acuerdo al codigo de circulación que elija: el inglés, el español, el catalán, el de Cienpozuelos, el suyo propio, etc, etc, etc.
              El posible caos subsiguiente (en caso de producirse) será extremadamente breve y de ahí surgirá un orden expontáneo, eficaz y rigurosamente respetuoso con la libertad individual».
              Frente a eso lo que yo propongo es:
              «Partiendo del hecho objetivo de que en un mismo territorio solo puede aplicarse un único código de la circulación, analicemos todos los códigos de circulación existentes e incluso los imaginarios que se puedan proponer. Tratemos de llegar a la conclusión basada en hechos objetivos de cual es el más eficaz: una vez lo hayamos acordado, comprobemos si los costes/beneficios de implantar esa alternativa en el conjunto del territorio español, frente al vigente código de la circulación español ofrece un saldo positivo. En tal caso hagámoslo».

              pd: soy consciente de que he elegido a posta un tipo determinado de conducta (conducir) que se presta bien a mi argumento, pero lo he hecho simplemente por claridad.
              Podría decir exactamente lo mismo sobre la justicia, la defensa exterior (ejercito), seguridad interior (policía), infrestructuras (carreteras etc) que considero la esencia de los bienes comunales de una sociedad que solo el Estado puede desempeñar.

          • Esa gente (casi toda la gente) funciona así porque tiene leyes y reglamentos que regulan ese funcionamiento. Esas leyes que formarían el cuerpo jurídico del Estado, no tienen por qué ser hechas por un sólo órgano (por necesidad incompetente puesto que quien mucho abarca poco aprieta), sino equipos profesionales que ofrecerían, en competencia, soluciones para las cuestiones legales que se hayan de establecer. Ya he dicho muchas veces que precisamente, el único órgano social que no tiene normativa es el gobierno y sus instituciones políticas. Es una paradoja.

            Tampoco lo anterior significaría que entonces habría tantas leyes como equipos, sino que prevalecerían las mejores. Pero ¡en fin!, antes de llegar a este blog, como me parece que casi todos los que por aquí escriben, ya había formalizado mi particular manera de preservar la libertad del individuo frente al Estado, y hace tiempo que soy pragmático: insisto en que el primer paso para controlar a la bestia es controlar el dinero. Sería algo muy fácil de hacer, pero muy poco filosófico y menos propenso a grandes alardes filosóficos. No hace mucho, en otro hilo, ya surgió el tema de la ley de transparencia, pero parece que no interesaba.

            Y me encantaría lo del cheque escolar. Supongamos que ya lo tenemos. A poco que se piense, no serviría de gran cosa si no se privatizaran los centros de enseñanza pública. De lo contrario sería como comprar la misma Coca Cola en un puesto u otro del monopolio. Luego en el fondo, el cheque escolar no es más que otra manera de decir que se está en contra de la enseñanza pública. Y lo mismo pasaría con la Seguridad Social y Sanidad. Sin embargo, no cuesta mucho llegar a la conclusión de que también es necesario lo público en esos terrenos (y en otros). El problema, para mí, no es tanto el tener que elegir entre una cosa u otra, sino en controlar la medida, como dice el proverbio. Tanto discutir el Estado y para mí, sería mucho más importante controlarlo para poder dimensionarlo, entre otras cosas. La pregunta es ¿cómo controlar el Estado? ¿Con unas elecciones cada cuatro años? ¿Con unas elecciones cada seis meses?

            Para mí es que todo el sistema: referendos, parlamentos, etc. está obsoleto desde que maduró la informática. Mirad solamente, como ha evolucionado el comercio, o la ingeniería, o la medicina, etc., desde que ésta existe. Mirad, por contraste, como han evolucionado los juzgados, enterrados en papel como hace siglos. Y los políticos. Y así. ¿Por qué será? ¿Quizás porque están por encima de la voluntad de la masa tonta?

            • JJI: las «soluciones» que ofrecerían en competencia los equipos profesionales es literalmente lo que sucede hoy en día en los países democráticos.
              Los «distintos equipos profesionales» trabajan para los distintos partido políticos y evidentemente lo que proponen debe ir en consonancia con la ideología, gustos, caprichos, etc, etc del partido correspondiente.
              Por cierto exactamente igual que pasa en cualquier empresa que quiere ofrecer un producto: seguramente se asesora por equipos de profesionales internos o externos, y al final será la dirección la que toma la decisión final sobre qué propuesta se convierte en producto y se oferta.
              Luego toda esa «mercancía de propuestas legislativas» se pone en el mercado, que en este caso es el mercado electoral (igual que en el otro cada mercado sectorial) y finalmente el pueblo soberano (o el consumidor) elige entre las existentes (en un caso y en otro).
              Nos quejamos mucho de los partidos políticos, pero cualquier que haya tenido un problema con una empresa (y da lo mismo si se trata de una pequeña como un taller de repación de vehículos o una gran empresa como Telefónica) sabrá por experiencia propia que la regla general es que muy posiblemente acabe decepcionado.
              De hecho, la oferta de «soluciones legislativas» ultraliberales existe, dado que el P. Lib. se presenta a la elecciones, como lo hace PACMA (en defensa de los animales), solo que con notable menor éxito.
              Para los que vayan a esgrimir el argumento que la competencia entre el P. Lib. y el PP es injusta porque el sistema favorece al PP, les contesto que exactamente igual de injusta que entre Zara y la tienda de de ropa de la esquina de mi calle.
              Por decirlo más directamente: yo, que me considero ideológicamente liberal, no voto al P.Lib. y si al PP, por mucho que reconozca que el PP no es mi modelo ideal de partido liberal (lo que sucede es que con el P. Lib. coincido aún menos).

            • Veo que lo entiendes. La única diferencia es que actualmente sólo escoge el gobierno, con lo cual no se crea competencia sino clientelismo. Si por algún medio se consigue que sea el ciudadano el que elija, el grado de libertad y eficiencia se disparará (aunque nunca será perfecto, desde luego). Y aunque el sistema tampoco sea perfecto a nivel del mercado, noexiste ni punto de comparación. Así que el problema consiste en hacer posible que sea el ciudadano el que peso de su juicio sumado, decida qué es lo que tiene que ser o dejar de ser. Y eso, hoy, no es tan difícil. Cualquiera que se ponga a pensar sobre ello llegará pronto a soluciones parecidas.

              En otro comentario, Montesinos ya lo deja claro: ciertos servicios son necesarios y exigen una gran organización. Actualmente sólo los presta el Estado, y como carece de competencia y posee poder cohercitivo, lo hace francamente mal y caro. El problema, por tanto, no es quién lo hace, sino cómo lo hace. Y la experiencia real, en cualquier servicio, es que la competencia y elcontrol por parte del cliente SIEMPRE lo mejora. O sea que mi acción política va encaminada, de momento, en mejorar lo que tenemos: el Estado. Otras posibilidades ya se estudiarán más tarde por quien corresponda.

            • Con el cheque escolar no hace falta privatizar la educación pública. Por cierto en la que también existe cierto nivel de competencia: ciertos institutos y colegios públicos, generalmente situados en barrios de clase media-alta, tienen una demanda muy grande, aunque desde las administraciones se trate de evitar por todos los medios, dado que en general aseguran cierto nivel de civismo entre los alumnos, precisamente por estar enclavados en dichos barrios. Lo realidad anterior es un anatema para la hipócrita progresía patria, que a la hora de la verdad llevan a sus hijos a estos colegios públicos «acomodados» o directamente a la privada.
              Lo que ocurriría con el cheque escolar es que muchas más familias optarían por la privada (de hecho ya somos muchos que aún sin ser pudientes lo hemos hecho) dejando con el culo al aire a la pública que vería como un montón de funcionarios se queda literalmente sin tareas que realizar.
              Y esto es todo el secreto de la resistencia numantina de la progresía patria al cheque escolar: que se evidenciaría la falacia de la popularidad de la enseñanza pública.

            • Esos efectos son verdad, pero también que entonces habría que construir multitud de institutos privados (¿de dónde sale la pasta?), por ejemplo. En cualquier caso, el monstruo existe, y se resistirá como gato panza arriba. Como yo soy más pragmático, antes de eso (que también lo quisiera, pero de modo que fuera posible, es decir, atacando por otros frentes menos conflictivos hasta que la mentalidad vaya cambiando), yo abogaría por un sistema de mérito mediante pruebas ajenas al centro que evalúa cada cierto tiempo (reválidas). Todos los argumentos contra ellas son un castillo de papel. La verdadera razón en su contra es que quien busca la igualdad de resultados, necesariamente ha de estar contra el mérito. Pero la igualdad de resultados (todos titulados, pero sin mucha capacidad), destroza el futuro de los jóvenes, como estamos viendo.
              En fin. Todo lo anterior sólo son bocetos. Es un tema complejo y que exije mucha mano izquierda. Pero hoy en día, el cheque escolar solo se podría imponer «manu militari». O sea que es perder el tiempo.

  3. José Luis… el principal error de concepto es entender el estado como malo, como el causante de los males. Y como consecuencia de ello tratar de aspirar, al menos, a considerarlo como lo menos malo como solución….

    El Estado es un concepto. El Estado no existe, no es el papá al que hay que matar par, freudianamente hablando, alcanzar la madurez. El Estado es la consecuencia de vivir en sociedad y por la necesidad de articular la administración de lo común y de las leyes que garantizan la defensa de la libertad, la propiedad y la vida…..

    Otra cosa es que haya quienes han manipulado el estado y su necesidad hasta hacerlo parecer este leviatán, usando palabras de los anarquistas mas feroces, que padecemos en el que el control de nuestra vida se hace cada día mas agobiante.

    Pero no olvides que, teniendo razón, no ocurre por que exista el estado y su maquinaria demoníaca de opresión, sino que, en democracia, existe porque la gente vota idea o ideologías que hacen que el estado sea más y mas grande, y muchos políticos lo usan para alcanzar cuotas de poder…. e innumerables sinecuras. Que es el mayor de los problemas reales…. Porque el que consigan mas o menos ideologizar a la población… si ésta se da cuenta de que les están robando la cartera, literalmente,…. siempre habrá una posibilidad.

    Pero lo interesante no es hablar mal del Estado, sino en articular programas que vayan calando en la sociedad para cambiar el sentido de hacia dónde va la sociedad….

    ¿Tu crees que decir Estado malo, sin mas, o proponer alternativas que impliquen cambios tan radicales…. es el mejor método????

    • No hay que confundir el Estado, tal y como es hoy, con la organización necesaria para la convivencia, que puede variar sensiblemente de lo que es hoy. Al final, también estamos atados por el lenguaje, el Estado, entendido como forma de organización de la sociedad hoy, es injusto y atenta contra los principios de la Libertad, es decir, va contra la esencia del ser humano mismo, y por lo tanto no hay que tener miedo, desde mi punto de vista en plantearlo de manera fría y cruda.

      Tenemos vías y cauces para ir avanzando en lograr que esta organización de la sociedad se oriente de la manera que entendemos los defensores de la Libertad, y dependen de la acción política, en gran medida (sin olvidar la vertiente social, obviamente) Bien planteemos la acción política sin complejos. Como he dicho en otro comentario, estudiemos para el 10 y quizá saquemos un 8. Si solo vamos a por el 5, siempre estaremos del lado estatista. Además ser radical, claro y coherente, al menos a mi, me permite ser más pedagógico (sin pensar en lo que podría suponer plantear en los medios generalistas estas ideas disruptivas y chocantes, removiendo más de una conciencia)

      • Repito…. el problema es identificar al estado como es hoy con la idea y la necesidad de estado. Estado es todos los mecanismos e instituciones creados para la gestión de lo común.

        Otra cosa es que hoy el Estado se ocupa de muchas mas cosas de las que originariamente hacia hasta el punto de que ya no garantiza, sino que la limita la libertad, ni defiende la propiedad sino que se arroga la posibilidad de usurparla… Vale….

        Pero estado ha de haber.

        Y luego esta el hacia dónde y el cómo.

        Está claro dicho lo anterior que no se puede pretender ir a la desaparición del Estado porque el Estado así definido tiene que existir. La cuestión es fijar el para qué…. Y está claro que no se puede pretender llegar a ese para qué si no sabemos de dónde partimos y los pasos intermedios a los que llegar. ¿Y llegar a dónde?…. Así… indefinido…. a mayores cotas de libertad.

        Yo creo que sí es necesario que existan defensores de lo utópico… porque la poesía siempre es necesaria… Ahora bien… La utopía no es realizable. Y mucho menos si sólo nos fijamos en la utopía y no en los pasos intermedios para llegar a ella. Sacar un cinco ahora mismo… ya me parecería todo un logro.

            • Mire, si usted considera que ese ejemplo es representativo y puede extrapolarse al resto del Planeta y concretamente a España, es evidente que usted y yo tenemos concepciones radicalmente diferentes de la realidad.
              Le pongo otro ejemplo de la falacia que en mi opinión usted comete:
              Usted razona de la siguiente manera: «Costa Rica carece de ejército, luego eso demuestra que los ejercitos no son necesarios».
              La primera parte, «Costa Rica no tiene ejército» es correcta. Sin embargo la segunda no lo es, dado que Costa Rica se puede permitir el lujo de no tener ejercito por el hecho real objetivo que, de facto, USA, que cuenta con el ejército más poderoso del palaneta, garantiza su seguridad exterior. Se puede afirmar por tanto, que de facto, Costa Rica es un protectorado militar de USA.
              Pero es que aún sin conocer ese dato, se podría llegar a la misma conclusión de que «los ejercitos no son necesarios» es una falacia absoluta, con tal de pensar en otro ejemplo evidente y contrario, por ejemplo: ¿podría existir Israel sin ejército?.
              Aplicado a su ejemplo la falacia es «Existió una región minúscula en Italia que por avatares históricos muy concretos y determinados pudo subsistir como República independiente (por cierto en la wiky no hacen mención alguna a que fuera un paraiso anarcoliberal), luego eso demuestra que la entidades territoriales soberanas pueden ser diminutas (ejemplo que por cierto ya se lo expuso, creo que Bastiat, al citarle el ejemplo de Mónaco» .
              Pero a usted se le olvida citar el hecho objetivo, de que al igual que pasa Francia con Mónaco, esa situación excepcional solo se ha producido porque los vecinos de Cospaia (o Mónaco), por las razones que sean, se lo han permitido, lo cual denuestra justo lo contrario a su tesis.

            • De hecho es el mismo tipo de simpleza argumental que he escuchado en boca de los creyentes comunistas:
              «El comunismo hoy en día en imposible por el egoísmo del ser humano criado en las opresoras sociedades capitalistas. Pero será posible cuando todos seamos comunistas».
              Lo anterior aplicado a su ejemplo es:
              «Un mundo anarcoliberal de Cospaias es imposible hoy en día por el adoctrinamiento alienante y opresor con el que los Estados someten a sus súbditos. Pero será perfectamente posible cuando todos seamos anarcoliberales».

            • Esta contestado en la entrada donde hizo la pregunta, de forma clara y explícita. Se la vuelvo a responder porque parece que le encanta el troleo: La defensa como cualquier otro servicio puede y en mi opinión debe, ser prestada por empresas privadas y personal especializado. Argumento que se apoya en el hecho de que hoy en día cualquier gobierno ya contrata especialistas privados.

              Y sí es usted bastante impertinente, pero hace falta algo más que eso para cabrearme.

            • Debo de explicarme muy mal, por lo que veo, y con esto cierro, porque no hago más que repetir el mismo argumento, que parece que no queda claro porque no es al que me responden y es la tesis del artículo.

              Ejércitos (o seguridad o defensa o justicia), educación (o sanidad o transporte o construcción de carreteras) o cualquier otro servicio que hoy presta el Estado, es decir un poder administrativo coercitivo establecido por las razones que sea y del que no me puedo escapar, y que entendemos como necesario y positivo – el servicio – no está siendo prestado por el mejor prestatario posible, porque ese poder administrativo, el Estado, no funciona bajo criterios de eficiencia y excelencia, pues dispone de recursos quasi-ilimitados a través de los impuestos y elimina la competencia de forma coercitiva.

              La forma de funcionamiento de ese Estado, es por lo tanto negativa, puesto que no responde a criterios de eficiencia y usa la coherción como arma para imponer el modelo. Y esto es así sea cual sea el Estado, o la parte del mismo. En España, por tanto esto es así si hablamos de Estado central, tanto como si hablamos de autonomías o municipios.

              Por lo tanto, yo propongo otro modelo, modelo que en ocasiones y con todos los matices que sean necesarios ha funcionado más de una vez, por cierto. En el caso de la educación (y de cualquier servicio público en realidad) el modelo propuesto es el de liberalizar y devolver a la sociedad civil. Y eso lo propongo claramente y sin ambages, básicamente porque 40 años de utilitarismo y posibilismo liberal nos han llevado a tener uno de esos países en los que los índices de Libertad cada año bajan un poquito más.

            • De acuerdo.
              Ahora que, por fin, ha quedado claro que usted también considera necesario disponer de un ejército, solo queda que nos diga, aparte de los modelos existentes de ejercito estatal profesional (USA, España) o ejército estatal «civil» obligatorio (Suiza, Israel), que clase alternativa de ejército propone.
              pda: Le ruego vaya al grano.

            • Me llama poderosamente la atención que cuando un debate como este llega, por fín, a un tema concreto, preciso y carente de ambigüedad como es la pregunta de qué modelo de ejército proponen los ultraliberales como alternativa a los estatales existentes, solo se obtenga el silencio por respuesta.

              Me ha pasado lo mismo con Luis y su modelo territorial «liberal»: he tenido que esperar meses para enterarme, por fin, que su propuesta para acabar con el conflicto indepe catalán es convertir a los municipios en las unidades territoriales mínimas soberanas.

              pda: Algo hemos avanzado si lo comparamos con los que defienden con toda seriedad la ocurrencia de la «república independiente de mi casa», aunque me temo que el ejercito municipal de Valdemoro lo tendría un pelin chungo para contener, pongamos al IS si le da por reconquistar Al-andalus.

            • Si no contesto es porque trabajo y tengo que ganarme el pan, yo no vivo de expresar mis opiniones, vivo de mi trabajo y a él me debo. Además, me resulta tremendamente tedioso tener que explicar 4 veces que he dicho en un artículo, para inmediatamente saltar a un problema distinto, que no tiene que ver más que colateralmente con la tesis del mismo solo porque a alguien le parezca que digo o dejo de decir una cosa o la contraria hasta que lo lleva al punto que le interesa. Gastar los comentarios que he gastado para explicar a qué me refiero con Estado, cuando es más que evidente el sentido que tiene en mi artículo, me parece una absoluta pérdida de tiempo. No voy a pedir permiso a nadie para usar la acepción o significado de las palabras que uso, sea este el oficial o el que a mi me de la gana darle. Si usted gasta la RAE o el Maria Moliner es su problema. Yo usaré lo que me parezca. Además sepa que yo debato cuando puedo, no cuando a usted le venga en gana.

              Antes de hacer afirmaciones a la ligera sobre lo que pienso o dejo de pensar, sobre lo que hago o dejo de hacer, piénselo un poco. Fíjese que a incluso a veces cambio de opinión y en los años que llevo publicando cosas encontrará algunas contradictorias. No las escondo. Hágame el favor de no afirmar lo que afirma a la ligera o no me quedará otra que pasar olimpicamente de sus comentarios.

            • El problema de los utopistas es muy parecido al de los guionistas de Hollywood: que casi todo ya está inventado, por lo que dar con una idea brillante que sea original es extremadamente infrecuente.
              Precisamente por eso, cuando se llega al terreno de lo concreto, como lo es la definición de una alternativa ultraliberal al ejercito o a la unidad mínima territorial de soberanía, la respuesta es el silencio disfrazado de indignación o el viejo guión archiconocido y fracasado del cantonalismo, disfrazado de modernidad.
              No me extraña que los resultados electorales del PACMA superen con mucho a los ultraliberales: al menos los primeros no disfrazan su simpleza ideológica de la Teoría del Todo.

            • Desde luego que está todo inventado. Hace quince años no teníamos móvil o no existía las «nubes» de internet. Pero está todo inventado. Ya.

            • Siento haberle importunado en su «nube» particular, con mi impertinente pregunta sobre el modelo «ultraliberal» alternativo de ejército, que evidentemente le indigna tener que contestar ya que la rehuye como alma que persigue el diablo.
              Sospecho que, quizás, porque le obliga a bajar de la alturas.

              pd. le ruego que cuando el sanedrín ultraliberal se reúna para analizar el «éxito» de su candidatura en las próximas elecciones, caigan en la cuenta de que existimos algunos que, aunque en nuestra ignorancia simpatizamos con los principios liberales, tenemos la mala costumbre de querer que nos respondan a preguntas concretas, aunque sean tan impertinentes como la que le he hecho sobre «su» modelo de ejército.

            • Me parece que el señor Montesinos le ha contestado varias veces, siendo esta la más clara y concisa:
              «La defensa también se puede hacer desde la empresa privada. Como ya ocurre con gobiernos como el americano que contratan empresas privadas para la lucha armada.»

              Pero usted parece preferir seguir diciendo que no contesta.

              Si quiere saber más sobre posibles soluciones a la prestación de servicios en una sociedad con un Estado mínimo o incluso inexistente, le recomiendo leer a David Friedman, que ha teorizado largo y tendido sobre esto y proporciona ejemplos históricos sobre sociedades que se han acercado más o menos al modelo.

              http://www.daviddfriedman.com/Academic/Order_without_the_state/Order_Without_the_State.htm

              https://www.casadellibro.com/libro-la-maquinaria-de-la-libertad/9781909870031/2200110

              En cualquier caso, no me parece intelectualmente honesto exigir la solución concreta a un problema cuando se denuncia la injusticia o inmoralidad de una solución a ese problema. Para ilustrarlo le indicaré que la esclavitud era y es inmoral, por lo que lo correcto es abolirla. Y seguramente alguien preguntó en su día: Pero si abolimos la esclavitud, ¿cómo vamos a explotar la agricultura y alimentar a la gente a un coste razonable?. Podrían decir: Oiga, hasta que no haya una manera eficiente de recoger la cosecha tiene usted que vivir con el mal menor de la esclavitud.

              Pero el caso es que, precisamente al abolir la esclavitud se hizo útil emplear la tecnología.
              La maquinaria agrícola actual es mucho más eficiente que cualquier plantación de la época.

            • A la 1ª parte (la utilización de mercenarios) ya le he respondido a su compañero.
              A la 2ª, no se si le entendido bien: ¿quiere decir que usted considera al ejercito una institución tan inmoral como la esclavitud y que por tanto, dado que quiere abolirlo como se hizo con aquella, no tiene por qué dar una alternativa a su existencia?.

            • Por cierto y aunque a usted pueda darle repelús la realidad es que con la esclavitud no se acabó con planteamientos éticos y morales (que sin duda influyeron) sino cuando el devenir histórico y sobre todo la revolución industrial y las máquinas la hicieron antieconómica.
              Así que es justo al revés de como lo plantea usted: no es que al abolir la esclavitud se hiciera útil emplear la tecnología sino que gracias a que la tecnología era más eficaz en términos económicos que la esclavitud, ésta lacra se terminó.

            • En este tema parece que tenemos una percepción contraria.
              Lo que yo digo es precisamente que primero se acabó con la esclavitud, y después ya llegaron los avances tecnológicos que hicieron más rentable la agricultura.

            • Si hablamos estrictamente del acontemiento histórico que supuso el principio del fin de la esclavitud, que en mi opinión, es la Guerra de Secesión (o Civil) Americana, el mismo tuvo como motivo fundamental, según la mayoría de historiadores, el conflicto entre un Norte industrializado que ya no necesitaba de la mano de obra esclava, frente a un Sur que por carecer de industria seguía basando su economía en ella.
              Pero sin duda es un tema complejo y caben muchas interpretaciones.

            • De la wiki:
              «La Revolución Industrial o Primera Revolución Industrial es el proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña, que se extendió unas décadas después a gran parte de Europa occidental y Norteamérica, y que concluyó entre 1820 y 1840».
              «En el Imperio Británico sucesivas medidas legislativas (1807, 1827, 1833 y 1834) prohíben primero la trata y posteriormente declaran abolida la esclavitud. La mayoría de los países europeos, en muchos casos bajo presión británica, hacen lo propio entre 1830 y 1860. Sin embargo, estas nuevas leyes «proteccionistas» de los derechos humanos, eran sólo la fachada de lo que mucho tiempo después comenzó a implementarse, ya que extraoficialmente las principales potencias siguieron durante mucho tiempo con el tráfico de personas».
              Como puede comprobar la abolición de facto de la esclavitud fue posterior a la Revolución industrial y en mi opinión su consecuencia.

            • La institución inmoral es el Estado.
              El ejército no hay que abolirlo, sino privatizarlo.
              Aunque también le digo que personalmente firmo un Estado que proporcione fuerzas de seguridad exterior e interior, juzgados e infraestructuras del tipo de carreteras y ferrocarriles. No le hago ascos.

              Lo que si es cierto es que sobra todo lo demás.

              Y sobre la alternativa lo que quiero decir es que si el Estado no existiera para proporcionar un ejército, el mercado proporcionaría una solución independientemente de que yo sea capaz de imaginarla o no.

            • Pues mire en esto: » un Estado que proporcione fuerzas de seguridad exterior e interior, juzgados e infraestructuras del tipo de carreteras y ferrocarriles» yo tampoco le hago ascos, así que al menos en esto coincidimos.
              Y justo porque creo como usted en un Estado que proporciona seguridad interior, es por lo que creo que el Estado español sería un mal estado si permitiera que se le arrebatara por la fuerza un pedazo de su territorio llamado Cataluña cuya soberanía nos pertenece al conjunto de los ciudadanos españoles.
              Sobre la privatización del ejército le remito a la contestación que le he dado a su compañero, pero si quiere evitar leerse el tocho se lo resumo: siempre que no afecte ni sustituya a la mayoría del ejercito ni al núcleo del mismo, resulte eficaz y podamos pagarlo, me parece estupendo.

            • La defensa también se puede hacer desde la empresa privada. Como ya ocurre con gobiernos como el americano que contratan empresas privadas para la lucha armada.

            • Disculpe porque hasta ahora no había visto esta respuesta suya. Se ve que yo también estoy en mi nube particular
              Gracias por contestar mi pregunta.
              Paso a responderle (discúlpeme si me extiendo, pero el tema lo merece):
              Como ya le he comentado casi todo está inventado y las empresas privadas para la lucha armada que usted menciona también: se llaman, como usted sabe, mercenarios.
              Deduzco que el término le debe desagradar cuando utiliza ese eufemismo bastante más largo: «empresas privadas para la lucha armada».
              Permítame que por brevedad yo les llame como siempre se les ha llamado: mercenarios.

              Que conste que en principio no tengo nada en contra de su utilización: no encuentro diferencias sustanciales (salvo las que le expongo al final de esta intervención) entre combatir (y en consecuencia, matar y arriesgarte a morir), por idealismo o por las lentejas.
              Asímismo le doy la razón en que hoy en día, como ocurrió en el pasado, los gobiernos que pueden permitírselo recurren a ellos.

              No obstante y ya que ha sacado usted el ejemplo del gobierno de USA, supongo que estará de acuerdo conmigo en que su utilización es extremadamente reducida a casos muy concretos: protección de instalaciones, operaciones encubiertas y cosas por el estilo.
              Desde luego, y corríjame si me equivoco, no me consta que empresas de mercenarios como Blackwater formen el núcleo del ejército estadounidense, ni manejen los silos nucleares, ni dirijan las flotas de portaaviones ni las bases desperdigadas por todo el planeta.

              Quizás en un futuro muy lejano, si los estadounidenses así lo deciden, lleguen a hacerlo (permítame dudarlo), pero si yo fuera ciudadano de USA, no le entregaría el botón nuclear a una empresa privada ni «jarto de wisky» (debe ser que no soy lo suficientemente liberal).

              Si bajamos del nivel de las grandes potencias al más modesto español, vemos que nuestro ejército profesional también usa mercenarios como tropa «rasa», entre otras cosas porque en un momento dado, nuestros dirigentes llegaron a la conclusión de que era más eficaz un ejercito profesional reducido que el anterior sistema de «mili» obligatoria.

              Que conste que es una opción que han seguido muchos países de nuestro entorno pero no otros, como sabrás como Suiza o Israel, así que no tengo nada en contra del uso de mercenarios, siempre y cuando ni constituyan el grueso del ejercito ni mucho menos estén al mando de decisiones estratégicas, por una razón muy sencilla de entender:

              Tengo la mala costumbre de fijarme si la Historia nos muestra ejemplos semejantes de los que se pueda extraer lecciones, y como ya le he repetido en varias ocasiones, en este caso, y dado que los mercenarios (o si lo prefiere «las empresas privadas para la lucha armada») son más viejas que el mear, resulta que la Historia nos muestra incontables casos en que si los mercenarios constituían el núcleo del ejercito, se perdían las guerras porque desertaban o cambiaban de bando o simplemente los mercenarios se hacían con el poder mediante golpes palaciegos.

              Quizás a usted eso no le preocupe, porque seguramente habrá ya ideado un brillante plan ultraliberal que lo evitará, pero a mí que lo desconozco si que me preocupa esa inquietante posibilidad de que el ejercito que tiene que velar por mi seguridad y la de los míos frente a potenciales enemigos exteriores se vuelva en mi contra, por algo tan factible como que se retrase su paga.

              Conclusión: usted está en todo su derecho, como ultraliberal que es, de proponer eliminar el ejército estatal por mercenarios o «empresas privadas para la lucha armada», igual que su correligionario (y muy estimado por mi) Luis, está en todo su derecho de proponer sustituir nuestro modelo actual de Estado por el municipalismo federal, pero conmigo no cuenten ni para llevarlo a cabo (lo cual afortunadamente está muy lejano) ni siquiera para compartirlo a nivel conceptual porque simple y llanamente me parecen sendos disparates.

            • Me resulta tremendamente chocante la forma que tiene usted de deducir cosas sobre mi. Como no uso el término «mercenarios», debe ser que me desagrada, de la misma forma que en mi artículo Estado debería significar lo que usted quiera y no la acepción de yo uso, tan generalmente aceptada como la que otros proponían. Usé empresa porque me gusta el sentido de «eficiencia» que para mí tiene.

              Para hacer juicios de valor sobre lo que pienso o me preocupa, más allá de lo plasmado en un artículo, para adivinar lo que me gusta o lo que me disgusta, permítame que le diga, que además de leerme o seguirme en las redes sociales, es necesario conocerme un poco en persona. Y esto además le vale para todo el mundo. Lo que a mí me preocupe o lo que yo crea que me convenga es cosa mía.

              También me resulta curiosa la conclusión: Me opongo a lo que propone porque «simple y llanamente» me parece un disparate, puesto que «desconozco».como solventar los problemas que pudieran derivarse… cómo si ahora no hubiera problemas y los ejércitos hicieran siempre lo que se supone que deben hacer.

              En fin. Hasta aquí. Tengo otras cosas que hacer.

            • Hombre, dado que su concepción de Estado es literalmente: «yo entiendo que el Estado es algo nocivo, perverso y que, si ha de existir, debe hacerlo con la calificación inequívoca de mal necesario» me tomo su comentario de que la misma es una definición «tan generalmente aceptada como la que otros proponían» como una broma ultraliberal.
              Pero no le quito más tiempo, que acaban de proclamar la independencia de Cataluña.

  4. Como el liberalismo tiene a gala su tolerancia con la crítica ahí va la mía con el texto:

    Uno de los mayores errores que se pueden cometer en la vida en general y en la política en particular es confundir el orden de prioridades y otro, igualmente grave, es no darse cuenta de que lo habitual en esta vida, y aún más en política, no es tener que elegir entre lo bueno y lo malo sino acertar con lo menos malo.

    Por poner un ejemplo histórico, estoy seguro (y de hecho está documentado) que a Churchil o Roosevelt le harían tan poca gracia la Alemania nazi como la URSS de Stalin, y sin embargo y afortunadamente para el mundo, no cometieron el error de confundir el orden de prioridades que en aquel momento histórico concreto era acabar con el régimen nazi, aunque para ello tuvieran que apoyar al igualmente nefasto régimen comunista.

    Justo este tipo de incapacidad para darse cuenta de que en en la vida y en política se trata de elegir la opción menos mala, es la que vengo observando que sufre el liberalismo y más cuanto más libertario, al afrontar el problema actual de Cataluña: como, por principio, no les gusta ningún Estado, en la pugna entre el actual Estado español y el pretendido Estado catalán, se manifiestan neutrales.
    Y desde esa cómoda posición neutral se cae en l confusión en el oreden de prioridades, y así, en vez de entrar en el núcleo de la cuestión de cual es desde su punto de vista el peor de ambos Estados, es decir cual es más autoritario ( o menos liberal), cual adoctrina más, etc, etc, se desvía el foco de la cuestión hacia el debate de por ejemplo las desventajas de la educación pública frente a la educación privada.
    Debate que es muy pertinente, solo que en otro momento y en otras circunstancias.

    O dicho de otra manera: tener claro el orden de prioridades y la necesidad de elegir la opción menos mala de las existentes, implica que si queremos analizar la cuestión del sistema educativo en el contexto del conflicto España vs Cataluña independiente, debemos analizar cual de los dos sistemas es más adoctrinador, manipulador, etc y en definitiva, cual es peor, aunque el análisis se haga desde el punto de vista liberal.

    Y desde ese punto de vista (al menos desde el mío particular) si hago ese análisis es evidente que el peor sistema educativo, por adoctrinador, falsificador etc, etc es el que ya están aplicando y pretenden imponer los independentistas catalanes.
    Por lo tanto, aunque en mi mundo ideal, sea partidario de la enseñanza privada, aquí y ahora tomo partido por el sistema educativo estatal español frente al catalán, simple y llanamente porque me parece menos malo.

    Lo mismo cabría hacer sobre el resto de aspectos políticos, económicos y sociales: desde la corrupción, hasta la libertad de empresa etc, etc, que están involucrados en este conflicto, sin que ese análisis me impida confundir el asunto, que en mi opinión es el más importante de todos que es:
    ¿cual de las dos alternativas reales, insisto, reales, es la menos mala respecto a las libertades individuales del conjunto de los ciudadanos afectados?.
    En mi opinión la que ofrece el actual Estado español y por eso lo apoyo.

    • ¿Cómo decide usted qué alternativa es real y posible y qué alternativa no lo es?.

      • Básicamente, comparando lo que está dentro de mi cabeza (por ejemplo la aspiración a sustituir la educación pública obligatoria actual por educación privada discrecional) y lo que está a mi alrededor (que es que solo una minoría comparte ese deseo) y llegando a la conclusión de que por tanto, lo que deseo, hoy por hoy, no es una alternativa real.
        O si hablamos del conflicto independentista en Cataluña, comparando lo que existe, un país democrático llamado España del que soy ciudadano que tiene un problema muy serio con la mitad (siendo generoso) de los habitantes de una comunidad autónoma llamada Cataluña que se quieren independizar unilateralmente, con las alternativas imaginarias que por ejemplo plantea Luis como solución a ese problema que es convertir en estados soberanos a los municipios españoles, que puede contar a lo sumo con las simpatías de no más de 1000 españoles anarcoliberales (siendo aún más generoso), lo cual la convierte en absolutamente irreal.
        ¿Y usted como lo hace?

        • Creo que de manera bastante similar a la suya, a partir de mi percepción totalmente subjetiva.
          Quizás la única diferencia sea que yo creo que privatizar y liberalizar la educación, por ejemplo, es una posibilidad real siempre y cuando esos 1.000 españoles que usted menciona, y entre los que asumo que se incluye, nos pongamos cabezones y hagamos mucho proselitismo.
          Argumentos no nos van a faltar.

          Estoy seguro de que hubo un tiempo en el que parecía totalmente utópico separar Iglesia y Estado, y sin embargo ocurrió.
          Me gustaría pensar que la separación entre Educación y Estado va a correr la misma suerte más pronto que tarde, y estoy dispuesto a esforzarme en explicar a cuantos más mejor las bondades de mi preferencia. Incluso concediendo el sistema de Cheque Escolar a todo aquel que esté preocupado por la universalidad del acceso.

          Un par de recomendaciones:
          http://www.libertadeducativa.org/
          https://www.youtube.com/channel/UCNlIT0gIwnCDX-8d2VHzx6w
          Y por último las propuestas del P-LIB, entre las que se cuentan muchas sobre Educación:
          https://www.p-lib.es/wp-content/uploads/2015/04/TABLA-DE-PROPUESTAS-PROGRAM%C3%81TICAS-DEL-P-LIB.pdf

          Un cordial saludo.

          • Entre el posibilismo de PVL a la hora de establecer las prioridades y cualquier forma de idealismo que ponga en pié de igualdad a todo lo que esté mal, con independencia de que sea Guatemala o Guatepeor, me quedo con el posibilismo de PVL.

            Y al hablar de idealismos incluyo a los liberales o libertarios, por supuesto los de la izquierda revolucionaria y progresista ya están dentro, pues son utopías tan descabelladas y contrarias a la naturaleza humana y a la razón que entran además en la categoría de Guatepeor.

            • Una cierta forma de equidistancia en el asunto catalán se puede apreciar en éste artículo de Juan Ramón Rallo. Incluso yo aprecio cierta conspiranoia. Al final algunas tesis libertarias no se alejan mucho de otras izquierdistas: en lugar de una conjura judeo-masónica de los ricos para perpetuar su riqueza tenemos una conjura judeo-masónica de los políticos para perpetuar su poder.

              https://blogs.elconfidencial.com/economia/laissez-faire/2017-10-23/independencia-cataluna-plan-rajoy-someter-secesionismo_1465002/

            • Germánico: completamente de acuerdo con lo que has expuesto.
              Sinceramente me pasa lo mismo que a tí cuando leo ciertos planteamientos libertarios: me suenan tan alejados de la realidad como los de cualquier otro grupo de creyentes, sean religiosos o ideológicos, con los que comparten tics conspirativos y manías persecutorias, como lo de la conjura de los políticos que comentas o el «España nos roba» de los indepes catalanes.

            • Algo muy parecido al cheque escolar funcionó en la Comunidad Valenciana a principios de la democracia. Aquí, en España.

            • Vale… pero no lo llamemos cheque escolar….. llámalo libertad de elegir.

              Verás como cambia la percepción de lo que estás diciendo.

            • ¿En qué se diferencia la «Libertad de elegir» de lo que propongo en el artículo «Devolver a la sociedad»?

            • Probablemente muy poco… Pero en la política los matices importan.

              Cuando hablas de «devolver a la sociedad» estas hablando del secuestro de la sociedad, un aspecto negativo, cuando hablas de «libertad de elegir» hablas de libertad… un aspecto positivo

            • Más a mi favor. En política vende más la negatividad, visto lo visto. En cualquier caso, estamos hablando de lo mismo.

            • Personalmente estoy a favor del cheque escolar, e incluso lo veo como una manera posibilista de cambiar el estado de la Educación en España, sin confundir que «posibilista» no significa que no haya sectores muy amplios de la sociedad (como mínimo toda la izquierda más los nacionalistas) opuestos a esa medida, lo cual no es precisamente moco de pavo, lo que implica que a pesar de ser «posible» esa medida concreta no está ni medio claro que se pueda aplicar.
              Pero, en cualquier caso, de repente usted ha saltado del mantra absoluto «Estado no, bajo ninguna circunstancia y por lo tanto ni Estado español ni Estado catalán» al posibilismo concreto de plantear el «cheque escolar» como método para paliar, en parte, el adoctrinamiento y manipulación en la educación,lo cual no es precisamente un salto menor.
              En cualquier caso, en esa batalla a favor del cheque escolar me tiene de su lado.
              En la otra no, simplemente porque no soy creyente.

          • YO soy un gran fan de la educación «liberada» del aparato político…. Pero ocurre que por cuestiones familiares estoy muy dentro de la educación actual en una región de provincias… Y sé lo que hay de meollo en la cuestión.

            El mal que hace la educación pública en la sociedad es tremendo. Pero no es sólo causa de ese mal… sino consecuencia tambien del estado de la sociedad que crea.

            A Los políticos se les llena la boca de planes de estudios, metodologías nuevas, afanes siempre por conseguir un método infalible, único, igual, homogéneo…. igualitario de educación. Si. Los que estudiamos el asunto sabemos que eso no es posible. Los que los vivimos de cerca lo confirmamos día a día…. Pero el problema no viene de la educación, el problema viene del cómo está evolucionando la sociedad desde esa madre que si el alumno venía a casa diciendo que el maestro le ha pegado, ella iba y le daba dos tortas diciendo que por algo sería… hasta hoy en el que la madre si su niño le dice que el profe habla alto… va a quejarse a la dirección….

            Esa es la sociedad que tenemos. Consecuencia y causa. Causa y consecuencia.

            Lo importante es saber cómo está el patio. Por lo tanto no se trata de poner el cheque escolar sin mas, sino de luchar contra la propaganda contraria a la educación privada con acierto.

            A mi se me ponían los pelos como escarpias cuando oía a los de las camisetas verdes con el lema aquel: «Por una educación pública de calidad»…. o este otro aún peor… «por el derecho a una educación pública».

            Cuando eso cala en la sociedad el mal está ya muy extendido. Hay que ser mucho más inteligentes que todo eso. Que el proponer sin mas hablando de lo malo que es lo público frente a lo bueno que es lo privado…. NO. Lo privado exige mucho más que lo público…. Ese es el verdadero problema. Porque en una educación privada dónde los padres exigen calidad no se consentirán alumnos cafres…. Mientras que en la educación pública los padres cafres no consienten que les corrijas por culpa de sus hijos….

            • ¿Lo dejamos entonces como está o proponemos lo que creemos que es justo y adecuado? Pregunto.

              ¿Salimos a decir lo que pensamos o votamos con la nariz tapada? Yo lo tengo claro.

            • ¿Qué es lo justo y adecuado? ¿Proferir proclamas para la eliminación de la Educación Pública YA!!!?

              ¿O mejor defender la libertad de los padres a elegir la educación que consideren oportunos recalcando lo totalitario de imponer a los pobres la imposibilidad de poder elegir mientras se les fríe a impuestos?

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